Brihana Kozcanov había alcanzado aquello que tanto anhelaba, un sueño que al principio parecía un paraíso, pero que pronto se transformó en su más oscura pesadilla. El amor que una vez la envolvió se desvaneció, dejándola con un corazón roto y un mundo hecho añicos. Sin embargo, en medio de la desesperación, Brihana decidió levantarse de las cenizas de su desamor. Con valentía, se dispuso a seguir adelante, a perseguir un nuevo sueño, uno que no estuviera atado a las cadenas del amor perdido. Brith Cartier, el hombre que alguna vez fue su todo, observaba desde las sombras. Era el más fuerte y deseado de Rotor, pero su orgullo era su mayor enemigo. Ahora, enfrentado a la posibilidad de perderla para siempre, se preguntaba si sería capaz de dejar de lado su altivez para reconquistar a la única mujer que había amado verdaderamente. En este juego de emociones, donde el orgullo y el amor luchan en un campo de batalla invisible, ¿será capaz Brith de suplicar por el amor de Brihana una vez más?
Leer másEl apartamento estaba sumido en un silencio inquietante, roto solo por el leve zumbido del aire acondicionado. Brith estaba sentado en el borde de la cama, con los codos apoyados en las rodillas y las manos enterradas en su cabello desordenado. Había un ligero temblor en sus hombros, una señal de la lucha interna que lo consumía. Su camisa estaba desabotonada hasta la mitad, y el olor a alcohol aún se mezclaba con su perfume caro, creando un aroma que parecía gritar su desorden emocional.En la habitación, Sofía lo observaba desde la esquina, sus brazos cruzados sobre su pecho. Había algo en su postura, en la forma en que su pie golpeaba el suelo rítmicamente, que transmitía una mezcla de frustración y desesperación. Sus labios, pintados de un rojo intenso, estaban apretados en una fina línea, y sus ojos brillaban con una furia contenida. Caminaba de un lado a otro, como un animal enjaulado, incapaz de controlar la tormenta que se desataba dentro de ella."¿Por qué?" preguntó finalmente
Mientras tanto, Brith conducía sin rumbo fijo. Las luces de la ciudad pasaban a su alrededor, pero él apenas las veía. Su mente estaba llena de pensamientos caóticos, una maraña de emociones que no podía desenredar.Había salido de la casa pensando que podía arreglar las cosas, que podía convencer a Brihana de que lo perdonara, de que lo entendiera. Pero en lugar de eso, todo había terminado peor. Sus palabras no habían hecho más que abrir viejas heridas, y ahora se sentía más perdido que nunca.Apretó el volante con fuerza, sus nudillos blancos por la presión. Su mandíbula estaba tensa, y su rostro reflejaba una mezcla de frustración y desesperación. No sabía qué hacer, ni cómo arreglar el desastre que había creado.Finalmente, detuvo el auto frente a un bar. Era un lugar pequeño y discreto, con luces de neón parpadeantes y un letrero que decía "Abierto". Brith apagó el motor y salió del auto, sintiendo el aire fresco de la noche en su rostro. Pero el aire no hizo nada para calmar la to
Brith avanzó unos pasos hacia ella, pero se detuvo al notar cómo Brihana se tensaba ligeramente. Era un gesto sutil, pero suficiente para que él entendiera que ya no tenía el derecho de acercarse a ella como antes."Quiero hablar contigo" dijo, tratando de sonar tranquilo, aunque su voz traicionaba su nerviosismo. "Sobre… todo esto. Sobre nosotros." Brihana soltó una risa amarga, una que no llegó a sus ojos."¿Ahora quieres hablar?" preguntó, inclinando ligeramente la cabeza. "¿Después de todo lo que has hecho? ¿Después de pedir el divorcio y humillarme públicamente? ¿Qué es lo que quieres, Brith? ¿Que te entienda? ¿Que te perdone?" Brith tragó saliva. Sabía que esto no sería fácil, pero escuchar esas palabras de ella era como un golpe directo al pecho."Sé que he cometido errores" comenzó, con un tono más bajo. "Pero estoy aquí porque quiero arreglar las cosas. Quiero que me escuches." Brihana lo miró fijamente, como si estuviera buscando algo en su rostro. Finalmente, se levantó del so
Mientras Tiffany y Amelia discutían, el teléfono de Tiffany vibró con una nueva notificación. Era un mensaje de una amiga en común, acompañado de un enlace a un video que se estaba volviendo viral en las redes sociales. Tiffany abrió el enlace sin pensarlo dos veces, y ambas comenzaron a ver el video.Era un clip de la conferencia de prensa, pero alguien lo había editado para incluir comentarios sarcásticos y memes. En una parte, aparecía Brith hablando con un tono serio, pero el editor había añadido subtítulos que decían: "No sé cómo llegué aquí, pero seguro que no fue mi culpa." En otra parte, Sofía aparecía con una sonrisa radiante, y los subtítulos decían: "La reina del drama ha llegado."Tiffany soltó una risa amarga."Mira esto" dijo, mostrando el video a Amelia. "Incluso los internautas se están burlando de ellos. ¡Y con razón! Esto es un circo." Amelia no pudo evitar sonreír ligeramente, aunque su sonrisa estaba teñida de tristeza. Sabía que las redes sociales podían ser crueles,
Después de la tensa reunión, Brith se retiró a su oficina, sintiéndose como si hubiera sobrevivido a un campo de batalla. Cerró la puerta detrás de él y se dejó caer en su silla, soltando un largo suspiro."¿Por qué no me hice panadero?" murmuró para sí mismo, mientras masajeaba sus sienes. "Nadie se mete con los panaderos. Solo hacen pan y viven felices."Estaba a punto de darse un momento de paz cuando su teléfono comenzó a vibrar sobre el escritorio. Miró la pantalla y vio que era Sofía. Rodó los ojos y dejó que el teléfono sonara. No tenía energía para lidiar con ella en ese momento.Sin embargo, Sofía no era del tipo de persona que se rendía fácilmente. Cuando Brith no respondió, le envió un mensaje de texto. El teléfono vibró de nuevo, y esta vez, Brith no pudo resistir la curiosidad. Abrió el mensaje y leyó:"Brith, no tengo nada que ver con la foto. Alguien nos tomó esa foto en el hospital, pero no fui yo. Las personas están calumniándome. Por favor, créeme."El mensaje venía acomp
Brith sintió que las palabras de Amelia lo golpeaban como un balde de agua fría. Quiso responder, pero no encontró las palabras. Amelia, al ver su expresión, suspiró y le dio una palmada en el hombro."Piénsalo, hermanito. Porque estás a punto de perder a la mejor persona que ha pasado por tu vida." dijo, antes de alejarse trotando.Brith se quedó allí, mirando cómo su hermana se alejaba, con las palabras resonando en su cabeza. Sabía que tenía razón. Siempre la tenía.Más tarde ese día, Brith se enfrentó a otro desafío: una conferencia de prensa convocada por su padre y los inversionistas de la empresa. La presión era inmensa. Las fotos y los rumores sobre él y Sofía habían llegado a los medios, y su reputación estaba en juego.Cuando subió al podio, vestido con un traje impecable, las cámaras y los micrófonos lo apuntaron como si fueran armas. Respiró hondo y comenzó a hablar."Gracias a todos por venir." dijo, con una voz firme. "Sé que ha habido muchos rumores últimamente, y quier
Cuando Brith llegó a casa, todo estaba en silencio. Entró con cuidado, tratando de no hacer ruido, y se dirigió al salón. Allí encontró a Brihana, Amelia y Tiffany acurrucadas en el sofá, dormidas bajo una montaña de mantas. La película aún seguía reproduciéndose, pero nadie le prestaba atención.Brith se quedó en la entrada, mirándolas. Había algo tan pacífico en esa escena que le dolía el pecho. Se acercó lentamente y ajustó las mantas para que estuvieran más cómodas.—Eres un idiota, Brith. —murmuró para sí mismo, mientras miraba a Brihana. Ella dormía profundamente, con su rostro relajado, pero incluso en sueños, parecía distante, inaccesible.Amelia abrió un ojo justo cuando Brith se inclinaba para arreglar las mantas. Lo miró con una expresión seria, pero no dijo nada. Cerró los ojos de nuevo, dejando claro que hablarían al día siguiente.Brith suspiró, sintiéndose más impotente que nunca. Había fallado. Había fallado como esposo, como hombre, como todo. Se retiró en silencio, d
Brith asintió, pero en su mente solo había espacio para una cosa: Sofía. Cuando el ascensor finalmente llegó al vestíbulo, salió disparado hacia la salida, ignorando las miradas curiosas de los empleados.Al salir del edificio, su mente estaba en blanco. Todo lo que podía pensar era en Sofía y en cómo había llegado a este punto. Mientras corría hacia su auto, sintió que su corazón latía con fuerza."¿Qué demonios estoy haciendo?" se preguntó, sintiendo que el miedo lo invadía.Mientras conducía, las luces de la ciudad se convertían en un borrón. La realidad de su situación lo golpeó como un tren. ¿Cómo había permitido que las cosas llegaran tan lejos? ¿Por qué no había visto las señales antes?Cuando finalmente llegó al hotel, Brith se detuvo frente a la entrada, sintiendo que el mundo se detuvo por un segundo. Tomó una respiración profunda y entró, sintiendo que cada paso lo acercaba más a su destino.Al entrar en la habitación de Sofía, la encontró sentada en la cama, con lágrimas c
Brith estaba sentado en su oficina, rodeado de papeles desordenados y un ambiente que reflejaba su estado mental. Su mente era un torbellino de pensamientos confusos y emociones contradictorias. Miraba por la ventana, observando cómo el sol se filtraba entre los edificios, pero no podía disfrutar de la vista. En su interior, había una tormenta que no parecía calmarse.Brihana había sido su ancla en el pasado, pero ahora su mirada cortante lo atravesaba como si fuera un cuchillo. Recordaba cada vez que ella lo miraba con odio, cada vez que él tomaba decisiones que la lastimaban. Había prometido cambiar, darle una oportunidad, pero todo parecía más complicado ahora. Se negaba a firmar el divorcio, pero no podía entender por qué las cosas se habían vuelto tan difíciles.—¿Por qué no puedo hacer las cosas bien? —se murmuró a sí mismo, pasando una mano por su cabello desordenado. Se sentía atrapado en un laberinto del que no podía escapar. Antes hacía lo que le placía, sin preocuparse por