Liam se secó las lágrimas de risa y se recostó en el sofá, todavía riendo.—Lo siento, amigo, pero esto es demasiado. Acabas de salir de un matrimonio que terminó en desastre, y ahora este tipo quiere ponerte a su hija en las manos. ¿Qué sigue? ¿Un reality show sobre tus fracasos matrimoniales?Brith negó con la cabeza, aunque una parte de él también veía lo absurda que era la situación.—Lo peor de todo es que Eduardo lo dijo como si fuera un trato de negocios. Como si casarme con su hija fuera solo una transacción más.Liam volvió a reír, pero esta vez con un toque de seriedad.—Bueno, al menos sabes que no tiene alma. Pero en serio, Brith, ¿qué vas a hacer? Porque, honestamente, no puedo imaginarte diciendo "sí, acepto" otra vez.Brith suspiró, apoyando la cabeza en el respaldo del sillón.—No lo sé, Liam. Todo esto es un desastre. Pero una cosa es segura: no voy a permitir que nadie más me manipule. Ni Andrei, ni Eduardo, ni nadie.Liam levantó su vaso en un brindis.—Por eso te r
Brihana sonrió y negó con la cabeza.—Gracias, Tiffany, pero no necesito hacer nada. Si Sienna realmente cree que puede manejar a Brith, tarde o temprano se dará cuenta de lo equivocada que está. Y cuando eso pase, yo estaré aquí, disfrutando del espectáculo.El sol brillaba con fuerza esa mañana, pero el aire en las oficinas de Éclat estaba cargado de una tensión que nadie podía ignorar. Brihana Kazcanov había llegado temprano, lista para una reunión importante con los directivos de la empresa. Su porte elegante y su andar sereno eran inconfundibles; incluso los empleados más distraídos se detenían a mirarla. Ella no necesitaba anunciarse, su presencia lo hacía por sí sola.Sin embargo, lo que Brihana no esperaba era encontrarse cara a cara con Sienna Montenegro. La futura señora Cartier.Sienna estaba allí, como si la estuviera esperando. Vestida impecablemente, con un aire de superioridad que irradiaba en cada paso, se abrió paso entre los empleados, quienes disimuladamente observa
El aire en las oficinas de Éclat estaba tenso, como si algo grande estuviera a punto de suceder. Los rumores sobre el enfrentamiento entre Brihana Kazcanov y Sienna Montenegro se habían extendido como un incendio forestal. Todos los empleados hablaban en susurros, especulando sobre lo que podría pasar después. Pero nadie, ni siquiera Sienna, estaba preparado para lo que estaba por venir.Sienna había recibido una notificación para presentarse en la oficina del director ejecutivo. Ella caminó por los pasillos con la cabeza en alto, segura de que iba a recibir un reconocimiento, quizás incluso un ascenso. Después de todo, los rumores decían que sería la futura señora Cartier, y en su mente, eso significaba que merecía un trato especial. Mientras avanzaba, los empleados la miraban, algunos con curiosidad, otros con una mezcla de lástima y desprecio. Pero Sienna no se percató de nada; estaba demasiado ocupada imaginando su victoria.Cuando llegó a la oficina del director, ajustó su chaque
Sienna llegó a la mansión de los Montenegro con lágrimas en los ojos y el corazón lleno de rabia. Su cabello estaba desordenado, y su maquillaje, que antes era impecable, ahora estaba corrido por el llanto. Todo su plan, su esfuerzo por convertirse en la futura señora Cartier, se había desmoronado frente a sus ojos. Había sido humillada no solo por Brith, sino también por Brihana, esa mujer que parecía tener todo bajo control. Pero Sienna no iba a quedarse de brazos cruzados.Al entrar en el despacho de su padre, lo encontró sentado detrás de su amplio escritorio de madera, con una expresión seria pero calculadora. Don Montenegro siempre había sido un hombre de negocios frío y estratégico, y esa tarde no era la excepción.—Papá… —comenzó Sienna, con la voz temblorosa—. No sabes lo que me hicieron. Esa mujer… ¡esa m*****a mujer! Me humilló frente a todos, y Brith… ¡Brith la defendió! ¡A ella! —Su voz se quebró, y las lágrimas volvieron a caer.Don Montenegro la escuchó en silencio, deja
La noticia de la boda de Sienna Montenegro con Andrei Cartier se había extendido como pólvora. Era el tema de conversación en todos los círculos sociales y empresariales. La mujer que alguna vez había sido vista como una aspirante desesperada a convertirse en la señora Brith Cartier ahora se casaba con su hermano, Andrei. Pero lejos de ser un cuento de hadas, la boda estaba envuelta en un manto de críticas y controversias.Las redes sociales estaban llenas de comentarios mordaces:"¿Cómo puede alguien caer tan bajo por un apellido?""De Brith a Andrei… qué desesperación por ser una Cartier.""Sienna Montenegro no tiene dignidad. Es capaz de cualquier cosa por poder."Sin embargo, a Sienna no le importaban las críticas. Lo único que le importaba era asegurar su lugar como una Cartier y vengarse de quienes la habían humillado. Hoy era su gran día, y nada ni nadie iba a arruinarlo. O eso pensaba.Mientras tanto, en las oficinas centrales de Cartier Corp., Brith Cartier estaba a punto de
La vida de Brith Cartier había cambiado radicalmente. Había logrado recuperar el control de la empresa y restaurar el orden en medio del caos que su hermano Andrei había causado. Los accionistas estaban satisfechos, los empleados trabajaban con motivación renovada, y todo parecía estar en su lugar. Pero en el fondo, Brith sabía que la calma era solo temporal. Andrei no era alguien que aceptara la derrota, y mucho menos cuando su orgullo estaba en juego.Lo que nadie esperaba era que Andrei escapara de la cárcel. La noticia llegó como un relámpago, sacudiendo a todos en Cartier Corp. y más allá. Pero lo peor no era la fuga, sino quién lo había ayudado: Sofía. Juntos, habían elaborado un plan tan macabro que haría temblar a cualquiera.Brihana acababa de terminar un rodaje junto a Esteban. La noche había sido tranquila, y ambos estaban listos para regresar a casa. Sin embargo, al salir del set, un grupo de hombres armados los interceptó. Los faros de un auto negro iluminaron sus rostros
Habían pasado tres años desde aquel día en el que Brith Cartier arriesgó su vida para salvar a Brihana. Tres años desde que el caos, el miedo y el dolor quedaron atrás, marcando el inicio de una nueva etapa en sus vidas. Las cicatrices físicas y emocionales aún estaban ahí, pero juntos habían encontrado la manera de sanar.La boda de Brith y Brihana fue el primer paso hacia esa sanación. Fue un evento sencillo, íntimo, rodeado únicamente por las personas que realmente importaban. No hubo cámaras, ni periodistas, ni lujos innecesarios. Solo amor. Y aunque ambos llevaban consigo las marcas de lo que habían vivido, esa unión fue el comienzo de algo hermoso.Ahora, tres años después, la vida les había regalado un milagro: un hijo.Era una mañana tranquila en la casa de campo que Brith y Brihana habían comprado poco después de casarse. Querían alejarse del bullicio de la ciudad y construir un hogar lleno de paz y amor, lejos de los fantasmas del pasado. La casa estaba rodeada de árboles al
Aunque la mayoría mostraba alegría y entusiasmo, Brihana podía sentir la falsedad en las sonrisas de algunos, la envidia disfrazada de cortesía y los intereses ocultos tras los gestos amables. Mientras el bullicio de la celebración inundaba el ambiente, ella luchaba por mantener la compostura, consciente de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.Poco a poco, Brihana comenzó a darse cuenta de la verdadera naturaleza de su matrimonio. Lo que una vez pareció un cuento de hadas se desvanecía ante la realidad de una vida marcada por las expectativas ajenas y las demandas implacables de una familia que no aceptaba un "no" como respuesta. La opresión y el control se apoderaron de su día a día, convirtiendo su hogar en una prisión dorada.La joven novia, que alguna vez soñó con amor y libertad, se vio atrapada en un mundo de apariencias y obligaciones, donde su voz se perdía entre susurros y sus deseos eran ignorados en aras del prestigio familiar. Aquella fiesta fastuosa se conv