Aunque la mayoría mostraba alegría y entusiasmo, Brihana podía sentir la falsedad en las sonrisas de algunos, la envidia disfrazada de cortesía y los intereses ocultos tras los gestos amables. Mientras el bullicio de la celebración inundaba el ambiente, ella luchaba por mantener la compostura, consciente de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.
Poco a poco, Brihana comenzó a darse cuenta de la verdadera naturaleza de su matrimonio. Lo que una vez pareció un cuento de hadas se desvanecía ante la realidad de una vida marcada por las expectativas ajenas y las demandas implacables de una familia que no aceptaba un "no" como respuesta. La opresión y el control se apoderaron de su día a día, convirtiendo su hogar en una prisión dorada.
La joven novia, que alguna vez soñó con amor y libertad, se vio atrapada en un mundo de apariencias y obligaciones, donde su voz se perdía entre susurros y sus deseos eran ignorados en aras del prestigio familiar. Aquella fiesta fastuosa se convirtió en el símbolo de su encierro, un recordatorio constante de las cadenas invisibles que la ataban a un destino que no había elegido.
Así, entre la pompa y el boato, Brihana comprendió que su matrimonio con Brith Cartier no era más que una fachada, una cruel ironía que le arrebataba todo aquello que alguna vez consideró amor. Su sueño se había convertido en su peor pesadilla, una prisión dorada de la que no sabía cómo escapar.
Karla Koscanov, la hermana menor de Brihana, siempre mostraba una expresión de que todo debía ser para ella. Desde niña, fue muy consentida, sus padres siempre la apoyaron en todo. Mientras Brihana podía tener lo que quisiera, Karla buscaba la manera de obtenerlo también. Su resentimiento creció al darse cuenta de que no sería la mujer que se casaría con Brith Cartier.
Brihana, por su parte, lucía radiante con una sonrisa de oreja a oreja. Era hermosa, con un aspecto angelical, piel bronceada y ojos claros que atraían a muchos hombres. Sin embargo, entre todos ellos, eligió a Brith para ser su esposo.
La boda fue tal como la había imaginado, extravagante y llena de lujo. Brihana se mudó a la villa "Pétalos del Amanecer", la casa de sus sueños. Todo parecía perfecto y placentero, tal como lo había planeado.
Pero tres meses después, las cosas no salían como se esperaba. Brith a veces ni siquiera llegaba a la villa. Brihana se repetía a sí misma: "Hoy debe haber mucho que hacer, por eso no ha vuelto". Con esa idea en mente, no dudaba de su esposo y se mantenía serena, esperando su regreso.
El ambiente en la villa comenzó a cambiar, la tensión se palpaba en el aire. Karla observaba todo con ojos de envidia, deseando tener lo que su hermana tenía. Su resentimiento crecía día a día, viendo a Brihana aferrarse a la esperanza de que todo mejoraría.
Mientras tanto, Brihana seguía esperando a Brith, aferrándose a la ilusión de que su matrimonio sería como lo había soñado. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, una semilla de duda había comenzado a germinar.
Brihana se sumergía en cada centímetro de su proyecto con una dedicación incansable. Había aprendido diseño de interiores y remodelación con esmero, perfeccionando sus habilidades a lo largo de los años. Sin embargo, desde que se casó, no había vuelto a recibir un proyecto. Nadie en su entorno conocía realmente el peso que su carrera tenía para ella, ya que había estudiado en el extranjero y era conocida únicamente como la señora Cartier.
Absorta en su labor, Brihana se mantenía al margen de cualquier chisme relacionado con su esposo. Aunque en realidad, no necesitaba escuchar nada de eso. Conocía perfectamente el tipo de familia en la que se había adentrado al casarse con Brith, y estaba completamente consciente de que sería la más odiada entre todas las amantes que él había tenido.
Brith era un hombre alto y apuesto, con cabello cobrizo, tez clara, ojos marrones y una mirada seductora. Sus músculos bien formados y su estatus como el hijo mayor de la familia Cartier lo convertían en el deseo de todas las mujeres.
Una fuerte lluvia estalló una noche, haciendo que la temperatura descendiera notablemente. Brihana dejó su equipo de trabajo y, bostezando, se dirigió hacia su dormitorio. Allí, abrió el armario y tomó el edredón más cálido antes de recostarse en la cama. A pesar de tener numerosos empleados en la villa, se sentía profundamente sola. Suspiró y miró el techo, tratando de consolarse a sí misma.
"Él está trabajando, Brihana. Deja de pensar tonterías", se dijo a sí misma en un intento por creer en sus propias palabras. Finalmente, logró calmarse lo suficiente como para conciliar el sueño.
Al día siguiente, todo parecía transcurrir con normalidad. Sin embargo, Brith no regresó a casa. Los empleados comenzaron a murmurar entre ellos, sugiriendo que las cosas no marchaban bien entre la pareja.
"Lleva dos días sin volver a casa. He investigado y no está de viaje de negocios. Tampoco ha pasado la noche en la empresa", comentó uno de los empleados.
"Ocúpate de tus asuntos. El señor tiene muchos negocios que atender. Si no vuelve a casa, es problema suyo, no de la señora", respondió otro.
"Ella finge que todo está bien, pero no lo está. ¿Quién no se preocuparía si su esposo lleva dos días sin regresar a casa?", murmuró un tercero.
A pesar de las habladurías, Brihana mantuvo la compostura y continuó con sus labores, esperando en silencio la vuelta de su esposo.
Brihana descendía con elegancia las escaleras, mientras escuchaba a las criadas murmurar entre ellas. Hacía mucho tiempo que no salía de casa, pero su belleza era innegable y no pasaba desapercibida ni por un segundo. No hizo caso omiso a sus palabras, simplemente pisó con firmeza, dejando claro que las había escuchado y que no le importaban sus comentarios.
Vestía un hermoso vestido rosa pálido, con tacones blancos que combinaban a la perfección con su pequeño bolso. Su maquillaje era sutil, resaltando su belleza natural, y sus labios lucían un delicado tono rosa. Las sirvientas se sobresaltaron al verla así, aunque no era la primera vez que la veían vestida de esa manera. Sin embargo, su aura ese día era especialmente poderosa. Las miró con determinación y continuó su camino hacia la puerta.
El chofer la esperaba afuera y le abrió la puerta con cortesía. Brihana subió al auto y se dirigieron hacia el centro comercial. Observaba las distintas tiendas, buscando un lugar que fuera solo suyo. Aunque los Cartier le proveían de todo, nunca había usado la tarjeta entregada por Brith. Su independencia era su mayor orgullo.
Recorrió las tiendas vacías con la mirada, hasta que encontró una en un ángulo perfecto. La vista le gustó y examinó cada rincón con detenimiento. Se puso en contacto con el contratista y lo compró sin dudarlo. Una vez más, observó el lugar con una sonrisa en los labios. Ella no dependía de nadie, y no pensaba hacerlo nunca. A pesar de ser la hija mayor de los koscanov, había forjado su propio camino. Estudió en el extranjero y creó su propio imperio.
Desde los 10 años, se enamoró de Birth y se juró a sí misma que se casaría con él. Su sueño se hizo realidad, aunque más por el deseo de sus padres que por el suyo propio. Birth era el hombre más codiciado de la ciudad Rotor, y todas caían rendidas a sus pies. Sin embargo, Brihana no era como las demás. Ella era una mujer independiente, dueña de su destino y decidida a seguir adelante por sí misma.
Brihana, siguió fielmente el deseo de sus padres, que también era su propio sueño. Su amor por ese hombre superaba cualquier obstáculo. Se aferró a su sueño, a pesar de las adversidades, a pesar de las críticas. Ese amor la consumía, pero también la fortalecía.Los rumores y las noticias del exterior no le importaban en lo más mínimo. Ella mantenía su amor en silencio, sin exigir nada a cambio, mientras dirigía su empresa en el extranjero. Se enfocaba en sí misma, alejándose de la atención mediática. Brihana era muy distinta a su hermana, quien disfrutaba de una vida lujosa y ostentosa. Siendo la segunda hija de la familia, a ella no le importaba la fama, ya que toda la responsabilidad recaía sobre Brihana.Al caer la tarde, Brihana contemplaba el techo y suspiraba. Recogió su bolso y salió al exterior, donde miró el cielo y esbozó una sonrisa. El chofer abrió la puerta para ella y la miró a través del espejo retrovisor. Brihana rara vez hablaba si no era necesario. No decía lo que no
La noche estuvo calurosa para ellos. Entre la bebida y las charlas, Brith se descuidó de sus bebidas, Karla tuvo la oportunidad de echarle un polvo para drogarlo. Ninguno de sus amigos vio la acción. Al terminar y sentirse embriagado, cada uno se marchó con una chica. En el estacionamiento, Lían, y Maiko enviaron a las chicas a sus casas. Brith, había llevado a Karla, nadie sabe a donde. Entre el alcohol y saber lo que hacían, la lujuria tenía el control. Karla lograría su propósito tan malvado.Brihana sentada en el mostrador. Sintió un punzón de dolor en el pecho, como si algo le picara un dolor inmenso que no podría soportar. Volvió a pensar en los sucesos de los últimos meses y las lágrimas rebotaron. Una intensa lluvia estalló. Sintió que la fría noche la llenaba de dolor y melancolía. Entro bajo su edredón cerro los ojos y se dejó llevar. Se dijo a sí misma «Brihana, de verdad eso es amor, sientes que vale tu amor brith” Entre sollozo se durmió. La noche lluviosa, dejaba a brit
Brihana en el coche, soltó un suspiro, y las lágrimas salieron por sí sola. Se dijo así misma«Ese es el pago por tu amor Brihana» «Te pago acostándose con Karla, él te desprecia Brihana»Dejo que las lágrimas corrieran, ya no lucharía por su amor, esa fue la gota que lleno el vaso.Brihana, llega frente al centro comercial y se baja. Había reporteros que le hacían preguntas a un nuevo ejecutivo. Cuando vieron a Brihana Kozcanov, se apuraron a ser el titular de preguntas para las noticias. Ellos estaban transmitiendo en directo. Brihana, se sintió acorralada al instante por los reporteros.Las preguntas le causaron un profundo malestar. Se sentía abrumada por la insistencia de los reporteros, quienes parecían no tener límites en su afán por obtener respuestas. La incomodidad se reflejaba en su rostro, mientras las interrogantes seguían llegando sin tregua._ ¿Señora Cartier, cómo se siente tras la traición de su esposo?_ Señora Cartier, ¿piensa usted en el divorcio?_ ¿Tiene usted a
Brith, ¿por qué me haces esto? ¿Qué te he hecho para merecer tal desdén? Brihana se enfrentaba a él con el corazón destrozado, tratando de comprender por qué él la había lastimado de esa manera. Durante años, ella había soportado sus infidelidades en silencio, pero esta vez era diferente. Esta vez, ella necesitaba respuestas.Brith la miraba en silencio, con una expresión impasible en su rostro. No mostraba ni un ápice de arrepentimiento, ni siquiera intentaba justificar sus acciones. Brihana se preguntaba si alguna vez él la había amado de verdad, si alguna vez había valorado su amor y fidelidad.Con lágrimas en los ojos, Brihana sacó una pila de fotografías de su bolso. Eran pruebas irrefutables de las aventuras de Brith con otras mujeres. A pesar del dolor que sentía, una sonrisa melancólica se dibujó en su rostro al darse cuenta de lo patético que había sido al encubrir las infidelidades de Brith.Sin decir una palabra, arrojó las fotografías al suelo, esparciéndolas por todo el l
Maiko miró a Brith con furia contenida. Quería golpearlo, pero en el fondo sabía que ellos también eran culpables. Nunca habían detenido a Brith en ninguno de sus actos, a pesar de saberlo todo. Maiko observó las fotos esparcidas por la oficina, algunas de ellas mostraban momentos felices que ahora parecían lejanos y distantes. Sin embargo, en lugar de sentir tristeza, una extraña sonrisa se dibujó en su rostro. Ha estado enamorado de Brihana desde la primaria, pero ella tenía solo a brith en sus ojos. Si no estan juntos, el destino puede que los una.Lían regresó con noticias de que ella no estaba en el edificio. Maiko suspiró profundamente, sabiendo que tendrían que enfrentar las consecuencias de sus acciones. Se sentía culpable por no haber actuado antes, por permitir que las cosas llegaran a ese punto. Pero ahora era el momento de tomar medidas."Debemos encontrarla", dijo Maiko con determinación.Lían asintió solemnemente, consciente de que no podían dar marcha atrás. Debían enfr
Era un día soleado en la escuela primaria, y el aire estaba impregnado de risas y juegos. Brith, con su cabello brillante y su sonrisa encantadora, era el centro de atención. Todos los niños lo admiraban, y su carisma natural atraía a un grupo de seguidores que lo seguían a todas partes. Su mejor amigo, Lían, siempre estaba a su lado, compartiendo su popularidad sin celos. Maiko, aunque un poco más reservado, también disfrutaba de la compañía de sus amigos.Brihana era igualmente popular, conocida por su inteligencia y su belleza. Sus ojos brillaban con una luz especial, y su risa era contagiosa. Desde que eran pequeños, había una conexión especial entre Brith y Brihana, una chispa que ambos sentían, aunque nunca la habían nombrado. Eran inseparables, y su amistad era la envidia de todos.Una tarde, mientras jugaban cerca del lago, Brihana tropezó y cayó al agua. La risa se convirtió en gritos de preocupación. "¡Brihana!" exclamó Lían, mientras Maiko y Brith intercambiaron miradas de
La mañana comenzó como cualquier otra, pero pronto se transformó en un torbellino de emociones. Brith estaba en su oficina revisando informes cuando David, su asistente, entró con una expresión de alarma. "Brith, tienes que ver esto", dijo, entregándole su teléfono. El titular brillaba en la pantalla: “El CEO atrapado entre dos hermanas: ¿Amor o traición?”La imagen era impactante: Brith abrazado a Sofía Vega, una actriz famosa que había sido el amor de su vida. La instantánea, sacada de un momento privado, lo mostraba en una posición comprometida, sonriendo junto a ella. Brith sintió que el aire se le escapaba. Esa foto era un recuerdo de un pasado que había intentado enterrar, y ahora, todo estaba al descubierto.Mientras la indignación y el miedo se apoderaban de él, Brith recordó el día en que Brihana, su esposa, había lanzado las fotos a su cara en la oficina. "¡Esto es lo que eres!", había gritado, su voz resonando en las paredes del despacho. En ese momento, Brith había sentido
Mientras Brith se enfrentaba a Brihana, su mente seguía volviendo a Sofía. Ella era el amor de su vida, la única que había logrado tocar su corazón de verdad. Había viajado en varias ocasiones al extranjero solo para verla, pero ahora, con el escándalo en las redes, sentía que todo se desmoronaba. "Debo protegerla", pensaba, sintiendo que su amor por Sofía era más fuerte que cualquier otra cosa.Brihana, por su parte, estaba atrapada en un torbellino de emociones. No solo se sentía traicionada por Brith, sino también por el mundo que la rodeaba. Las redes sociales estaban llenas de comentarios hirientes. "¿Cómo pudo hacerle esto a su esposa?", se preguntaban. "¿Es Sofía la razón de su matrimonio fallido? ¿O Karla?" La presión era abrumadora, y Brihana se sentía expuesta. El aire en la habitación era denso, cargado de emociones no expresadas. Brith se encontraba de pie, mirando a Brihana con una mezcla de desprecio y dolor. Su corazón latía con fuerza, pero su mente estaba en un torbe