Mientras Brith se enfrentaba a Brihana, su mente seguía volviendo a Sofía. Ella era el amor de su vida, la única que había logrado tocar su corazón de verdad. Había viajado en varias ocasiones al extranjero solo para verla, pero ahora, con el escándalo en las redes, sentía que todo se desmoronaba. "Debo protegerla", pensaba, sintiendo que su amor por Sofía era más fuerte que cualquier otra cosa.Brihana, por su parte, estaba atrapada en un torbellino de emociones. No solo se sentía traicionada por Brith, sino también por el mundo que la rodeaba. Las redes sociales estaban llenas de comentarios hirientes. "¿Cómo pudo hacerle esto a su esposa?", se preguntaban. "¿Es Sofía la razón de su matrimonio fallido? ¿O Karla?" La presión era abrumadora, y Brihana se sentía expuesta. El aire en la habitación era denso, cargado de emociones no expresadas. Brith se encontraba de pie, mirando a Brihana con una mezcla de desprecio y dolor. Su corazón latía con fuerza, pero su mente estaba en un torbe
Brihana caminaba por las calles, sus pasos resonando en el pavimento como un eco de su desolación. La noche había caído, y las luces de la ciudad parpadeaban como estrellas lejanas, pero ella no podía ver su belleza. Su mente estaba atrapada en un torbellino de pensamientos y emociones, cada uno más doloroso que el anterior. "¿Cómo pudo suceder esto?", se preguntaba, sintiendo que el mundo se había vuelto un lugar extraño y hostil.Las lágrimas caían silenciosamente por sus mejillas, y cada vez que intentaba contenerlas, el dolor se intensificaba. "Todo lo que construimos se ha desmoronado", pensaba, sintiendo que su corazón se rompía una y otra vez. La imagen de Brith, su mirada fría y distante, se repetía en su mente. "¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?", se cuestionaba, sintiendo cómo la angustia la consumía.Sin mirar a su alrededor, Brihana cruzó la calle, su mente perdida en un mar de confusión. De repente, un claxon resonó, y un coche frenó en seco, pero no fue suficiente
El mesero, al notar el estado de Brith, decidió intervenir. Con una mezcla de preocupación y frustración, tomó el móvil de Brith y marcó el primer número que encontró: el de Liam.Liam estaba en casa, viendo la televisión, cuando su móvil sonó. Al ver el nombre de Brith en la pantalla, no le sorprendió. Era común que su amigo llamara a esas horas de la noche. Sin embargo, al contestar, la voz del mesero le hizo fruncir el ceño. "Brith está borracho y necesita que lo vengas a buscar", dijo el mesero, su tono serio.Liam sintió un nudo en el estómago. "¿Por qué siempre termina así?", pensó, recordando las veces que Brith había caído en el abismo del alcohol. Sin dudarlo, se levantó de su sofá y salió disparado hacia el bar. "Esto no es solo una noche de copas", reflexionó, sintiendo la preocupación crecer en su pecho. "Debo averiguar qué le pasa".Mientras tanto, en el hospital, Brihana estaba sumida en un mar de lágrimas. El médico entró en la habitación, observando su estado. "Debemos
Tiffany estaba sentada frente al televisor, con el café en la mano, cuando la pantalla se iluminó con la imagen de Sofía Vega. La famosa actriz, conocida por su belleza y escándalos, estaba en el centro de atención nuevamente, pero esta vez, la noticia era diferente. "Sofía Vega está casada", dijo el presentador, y Tiffany sintió que su corazón se detenía.Los comentarios de los internautas comenzaron a inundar las redes sociales. "¿Con quién se casó Sofía?", "¿Está casada y es también amante?", "¿Qué pasará con Brihana Kazcanov?". La confusión reinaba en el aire, y Tiffany, sintiendo la urgencia de compartir la noticia, decidió escribirle a su hermano Liam. "¡Hay una bomba en las noticias!", escribió, su pulso acelerado.Liam estaba aún adormilado, cuando su móvil vibró en la mesita de noche. Al abrir los ojos, vio el mensaje de Tiffany. "Brihana tuvo un accidente. Está en el hospital". La preocupación lo invadió de inmediato. "¿Qué? ¿Por qué no me despertaron antes?", pensó, sintien
Liam llegó al hospital a toda prisa, su corazón latiendo con fuerza mientras atravesaba el vestíbulo. La ansiedad lo invadía; cada paso parecía más pesado que el anterior. Al abrirse la puerta de la habitación de Brihana, se encontró con una escena hostil. Allí estaba ella, con la mirada triste y perdida. Su corazón se hundió al ver la tan frágil.En su mente, Brihana había esperado que la puerta se abriera y que Brith apareciera, pero cuando vio la figura esbelta y elegante de Liam, con un traje formal que brillaba a la luz de la mañana, sintió una punzada de decepción. "¿Qué esperaba?", se reprendió a sí mismo. "Brith probablemente está demasiado ocupado con sus propios problemas, aún crees que vendría a verte, eres una ilusa. A él no le importa si tuviera un accidente, no eres la que ocupa su corazón".Tiffany, que había estado esperando noticias, se levantó de su asiento al ver a su hermano entrar. Con una mezcla de preocupación y alivio, se acercó a él. "¿Trajiste lo que te pedí?
Brihana cruzó el umbral de la mansión Kazcanov, un lugar que, aunque majestuoso y lleno de esplendor, albergaba sombras que no podían ocultarse tras sus lujosas paredes. Su madre caminaba a su lado, firme y atenta, mientras Tiffany, siempre leal, la seguía con una mezcla de preocupación y desdén en el rostro. Los sirvientes se inclinaron con respeto, sus miradas fugaces y sus labios cerrados, como si temieran que una sola palabra pudiera sellar su destino. La atmósfera era densa, casi sofocante, pero nada comparado con el peso que Brihana sintió al levantar la vista y encontrarse con Klara.Allí estaba su hermana, descendiendo con una elegancia calculada por las escaleras de mármol. Su postura era impecable, los hombros rectos, el mentón ligeramente alzado, y en su rostro una expresión que mezclaba altivez con frialdad. Sus ojos, oscuros y penetrantes, no mostraban ni un atisbo de culpa. Eran como dos pozos vacíos que reflejaban su veneno latente. Brihana la miró fijamente, con una me
Brihana se dejó caer sobre su cama, el peso de su tristeza aplastándola como una tormenta implacable. Las lágrimas, que tanto había intentado contener, fluían libres, desbordando su rostro como ríos descontrolados. Su cuerpo temblaba con cada sollozo, mientras sus manos apretaban con fuerza las sábanas, buscando un ancla en medio de su naufragio emocional. Tiffany, de pie junto a la puerta, la observaba con el corazón encogido, sin saber cómo apagar el fuego de su dolor. "¿Cómo demonios terminé así?", murmuró Brihana entrecortada, sus ojos hinchados buscando los de su amiga. "Dime, Tifa, ¿acaso no soy buena? ¿Soy tan inútil que no puedo mantener una relación?" Su voz se quebró al final, y Tiffany sintió una punzada en el pecho. "Bri, eres la mejor del mundo", respondió Tiffany con firmeza, acercándose para sentarse junto a ella. "El problema no eres tú, es ese idiota de Brith. No sabe la joya que pierde. Si te pidió el divorcio, te está haciendo un favor. Ese hombre no te merece; ere
Bith estaba atrapado en un torbellino de emociones mientras permanecía sentado en su oficina, ese espacio que alguna vez fue su refugio y ahora se había transformado en una prisión de sus propios pensamientos. Su figura imponente, que irradiaba autoridad y poder, parecía desmoronarse bajo el peso invisible de las miradas que sentía clavadas en su espalda. Intentaba concentrarse, mantener la compostura que lo caracterizaba, pero su mente lo traicionaba, llevándolo de vuelta a aquel momento con Sofía. Recordaba con dolor la intensidad en sus ojos llenos de lágrimas, el temblor de su voz cuando le suplicó que no permitiera que Brihana lo tocara, que no compartiera con ella lo que era suyo. Esa súplica había quedado grabada en su memoria como una herida abierta, un recordatorio constante de lo que había perdido. Desde entonces, Bith había cambiado. Dormir en habitaciones separadas, mantener una distancia fría con Brihana, todo era parte de un juego cruel para equilibrar el dolor. Si Sof