Caroline Gómez es una joven de veintitrés años que recientemente fue despedida, y se ve en la penosa necesidad de aceptar la oferta de su mejor amiga, trabajar con el padre de ella en la EMPRESA DE BIENES RAÍCES W & S INVERSIONES INMOBILIARIAS. El problema es Will Reyes un hombre de cuarenta años, viudo desde hace seis años, padre de su mejor amiga y su futuro jefe. Para Carol el empresario William Reyes siempre le ha parecido el hombre perfecto, ella ha pasado su vida buscando un hombre que pudiese aproximarse a lo que representa Will. Cuando se ve en la necesidad de pasar un tiempo viviendo con Will, Carol descubre que él es "EL HOMBRE" . Will sigue siendo un hombre sexy a pesar de su edad y Carol está dispuesta a realizar sus fantasías con él.
Leer más—Señor, Reyes —mi hombre solo le da una inclinación de cabeza a modo de saludó.Carlos nos espera con la puerta de atrás del auto, abierta. Lo saludo al acercarnos. Una vez listos nos ponemos en marcha.—¿Estás segura de querer ponerte la inyección?. —Will se remueve algo incómodo.—Si, amor. Es que suelo olvidar mucho las pastillas, y aunque me las tomo al día siguiente no es lo mismo.—Entiendo.Conversamos el resto del caminos de cosas del trabajo o de la boda.—Llegamos. —nos anuncia Carlos. Will baja y me ayuda a salir.Entramos a la clínica y subimos en el ascensor al piso tres, al abrirse las puerta caminamos hasta la recepcionista de la doctora Kate.—Buenos días. —saludo a la chica de recepción—: tengo cita con la doctora Kate —la recepcionista me mira un segundo.—¿Su nombre?.—Caroline Gómez. —busca mi nombre en una agenda.—Tiene dos personas por delante, tomé asiento, yo la llamaré.—Gracias. —jalo
CAROL.Ya han pasado tres meses desde que le dije a Will que me casaría con él. Aún mirando el pequeño anillo de plata con un diamante cortado en forma de corazón en mi mano izquierda, no podía creer que fuera a casarme dentro de un mes. Casarme con el hombre que siempre había deseado tener y qué hora, dentro de poco, seria mi esposo. Ahora miraba hacia atrás y no podía recordar cuando comienzó todo, o en que momento nuestras vidas cambio por completo.Con ayuda de Susan y de Corinne, está última ahora se había venido a vivir con nosotros, estaba organizando todo a paso veloz. Mis padres vendría una semana antes de la boda. Por cierto, a mamá la noticia le impactó, no puede aceptar que me vaya a casar con alguien mucho mayor que yo y casi de su edad, fuera de eso le encantó saber que era con Will con quién me casaría. Papá tuvo una larga conversación con Will por teléfono, a mí me dio su bendición para mi unión con el hombre que amó.También le he enviado las invitaciones de la boda a
Capitulo 44WILL—Lo que tú quieras nunca será molestia para mí. —la cargo acunándola contra mi cuerpo—. Y si te sientes mal, peor aún, porque no nos moveremos de aquí hasta que te encuentres mejor.La llevo a la habitación y la acuesto en la enorme cama, la beso en la frente antes de dejarla ahí.—¿Adónde vas?.—Tengo que hacer una llamada y ahorita regreso. Ahora descansa.—Esta bien.Voy al balcón necesitando aire fresco. Nunca he fumado pero ahora deseo tener una caja y fumarla entera.Sacó el celular y marco el número de Carlos.—Señor.—Nos quedaremos está noche. Puedes subir y quedarte aquí con nosotros.—No se preocupe por mí, señor. Me quedaré en un hotel. ¿A qué hora quiere que los venga a buscar?.—Yo te estoy avisando, la señorita no se encuentra bien.—¿Quiere que los lleve a un hospital?.—No. Si continúa así mañana, entonces te aviso.—Muy bien. Buenas noches.Final
Capitulo 45.WILLTerminamos de comer en silencio, aunque en mi mente seguía rondando esa pregunta que le hice en el auto y que moría por volver a salir de mis labios. Se que ella no quiere casarse conmigo pero yo deseo que lo haga.Le enseño todo el apartamento que ha pesar de que es de una sola planta es muy amplio y espacioso. Vamos al balcón a observar la puesta del sol que ya comenzaba a ocultarse.—Estaba comenzando mi carrera en la universidad cuando conocí a Emily, era la chica más hermosa e inteligente que había visto en el campus. Fue tan fácil acercarme a ella y hablarle. —por el rabillo del ojo veo que Carol me observa con perplejidad y curiosidad. Continúo con la mirada perdida en la playa, de esa manera me es más fácil hablar de esto—. Al poco tiempo comenzamos a salir, nada serio al principio hasta que ella se empeño un día en querer conocer a mis padres, aunque yo no querí
Capitulo 42WILL.—Y me gustaría que siguieras trabajando conmigo muchos años más, así que no vuelvas a ocultarme lo de tu hija. Si ella te necesita debes decírmelo inmediatamente y no esperar que la cosa se complique más, ¿De acuerdo?—Lo siento. No volverá a ocurrir. —le pongo una mano en el hombro para que sepa que no pasa nada.—Vayamos a buscar a Carol, luego iremos a Brighton pero primero quiero hacer una rápida parada. —asiente y acelera.Quería que todo saliera bien con ella, aunque por primera vez en mucho tiempo me sentía nervioso de solo pensar en lo que tengo que hacer. Necesitaba conseguir alguna garantía de que no me dejaría nunca.Cuando Carlos se estaciona en el borde de la acera, ya Carol se encontraba caminando hacia nosotros. Bajo rápido para recibirla, ella se lanza a mis brazos y entierra su cara en mi cuello.—Cuanto te extrañé.—Yo más, cielo —beso su cabeza, entonces ella levanta su cara y me da su
Capitulo 43WIll.Está mañana, pese a la interesante noche que tuve ayer al lado de Carol, me sentía mucho mejor... De buen ánimo.Hacía apenas tres horas que la deje en la cama durmiendo y ya la extraño.Pero tengo una empresa que requiere de mi presencia, aún así decido enviarle un mensaje a Carol y continuar con nuestra charla, esa que dejé a medias en el jacuzzi.Yo:Buenos días, nena. Espero te hayas comido el desayuno que te dejé… Cómo bien dijiste anoche; nunca me pediste que te contará nada, solo yo puedo decidir que hacer. Y quiero continuar dónde nos quedamos. Atte: tu sueño eterno.Su respuesta llega en seguida, con una tonta sonrisa lo leo.Carol:Me la comí toda, estaba deliciosa, gracias. Cómo te dije anoche, me alegra saber que quieras contarme todo lo que tú quieras. Gracias por hacerme feliz, te amó. Atte: tu chica por siempre.Sonrió como el maldito hombre enamorado que soy.
Capitulo 42WILL.Beso la palma de su mano antes de que la retiré.—Estoy bien. —le aseguró, no muy convencido si esas palabras era más para mí que para ella—. Emily, estaba fuera de control, había bebido demasiado ese día, no creó que supiera lo que hacía... —respiro hondo—; Ella sacó de un cartera un arma blanca —Carol arruga las cejas—. Un cuchillo, nena.—Creo que ya está bien, Will. De verdad no hay necesidad...—Ella estaba decidida, podía verlo en su mirada, esa determinación delirante.. Entonces todo paso muy deprisa, se abalanzó sobre mí dispuesta acabar conmigo, luché con todas mis fuerzas para que nadie saliera herido, aún cuando ella no paraba de golpearme. Forcejeamos pero no sé como el cuchillo terminó enterrado en un lado de mi abdomen dónde ella jalo hacía abajo.Carol cubre su boca con ambas manos mientras lágrimas bajan por sus mejillas. La abrazó
Capitulo 41.WILL.No quería tener que soltarla, aún en contra de mi voluntad, la bajo con cuidado y cuando estoy seguro, la suelto. Ella sigue mirándome, ¿Cómo carajos pude estar tantos días sin ella? Y como si pudiera escuchar mis pensamientos ella dice:—Sabías que necesitaba espacio y te agradezco por dármelo, pero no vuelvas a permitir que me vaya otra vez.—No tienes que decírmelo. —paso mi brazo por su cintura atrayéndola a mí con fuerza, con la otra mano agarro su mentón acercando sus labios a los míos, me dejo acariciar por su aliento—. Ten con seguridad que está es la última vez que te alejas de mí. Nada ni nadie hará que tú y yo nos volvamos a separar, ¿De acuerdo?. —ella no me da una respuesta y eso no me gusta nada, está dudando. Aprieto un poco más mi agarré en su cara sin hacerle dañó—. Me he permitido amarte cómo para perderte.—Te amo. —besa mis labios y se sue
Capitulo 40WILL.—¡Mientes!. —le gritó. Ella se estremece—. No hagas esto, Susan. No tomes partido en esto.—Yo… yo no estoy mintiendo, papá. —sus ojos se comenzaban a enrojecer. Henry aparece entonces poniéndose una camiseta negra, la frialdad en su expresión me decía que estaba listo para dar pelea de ser necesario.—Will —su voz dura al decir mi nombre, «bien» pensé—. Solo una cosa; No. Le. Grites. A. Susan. Ella y yo ya te dijimos que Carol, no está.—¡Y una mierda!. —paso por un lado de ambos, al apartamento, como un jodido desesperado—. ¡Carol! ¡Sal que quiero hablar contigo!. —grito caminando de un lado a otro en la sala.—¡Will! Hombre, cálmate. Este no era el plan. Si Susan te dice que no está, es porque así es. —Mario pone una mano sobre mi hombro pero me la sacudo.—¿Por qué no puede salir y hablar conmigo? ¿Por qué?.