Puedo ver como, literalmente, los engranajes de su cabeza comienzan a trabajar de prisa, su expresión seria me dice que hay algo que no le gusta. Se acerca más a mí, demasiado cerca a decir verdad. Su Respiración roza mi mejilla para poder mirarlo tengo que levantar la vista.
—¿Qué fue lo que pasó en tu anterior trabajo? —Confundida por lo que acaba de decir, tardo un poco en procesar la información.
«Susan no le mencionó nada, ¿Por qué?»
—No quiero hablar de eso.
—¿No ? —Pregunta asombrado.
—No. —Me pierdo en esas profundidades grises completamente ajena a todo lo que nos rodea.
—¿Interrumpo algo?. —la voz de Susan me saca de mi ensimismamiento, y es justo en ese momento que me doy cuenta de lo cerca que estabamos, tan cerca que estaba apunto de besar a Will.
«Mierda, necesitaba salir ya de aquí».
Me alejo de Will, giro para ver a Susan con una tonta sonrisa en la cara, ¿Que rayos me perdí? No era lo que esperaba ver.
—Yo... Yo ya me iba. —miro ha Will para encontrarlo observandome, le doy una patadita mental. Se ha vuelto loco, Susan esta aquí y él tiene su mirada clavada en mi—. Nos vemos mañana, Señor Reyes. No olvide su cita con el Señor Cardoval.
Salgo casi que corriendo. Le paso a Susan por un lado.
—¡Espera, Carol. Voy contigo!. —la oigo gritar. Paro a mitad de la recepción, cuando me alcanza caminamos juntas hasta donde Marta me esperaba. Susan se pega a mí para susurrarme al oído—. ¿Que fué lo que pasó allí?. —Dice moviendo la cabeza en dirección a la oficina de su padre.
—Nada. —mantengo la vista al frente, por el rabillo del ojo veo la cara de incredulidad que ella pone. Se que no se lo ha creído pero lo deja estar por ahora.
—Bien. —se encoge de hombros.
—¡La encontraste!. —le dice Marta a Susan.
—Ehhh, si, —me mira—: Estaba hablando con papá sobre la cita que tiene hoy.
«Que lista».
—Bueno vamos, que se nos hace tarde —Marta es la primera en subir al ascensor.
Decidimos comer en un restaurante cercano ha unas pocas calles, por lo que nos fuimos caminando.
Era la hora muerta donde todos salían a almorzar, la gente pasaba a toda prisa a nuestro alrededor; empujando, apurados, incluso hasta gruñendo por querer pasar rápido y poder agarrar una mesa antes que los demás. Susan había hecho una reservación en el Bar para comer, por lo que no tuvimos que esperar mucho. Tomamos asientos y pedimos nuestras comida. Mientras esperabamos aproveche la oportunidad de hablar con Marta y conocerla un poco más.
—Entonces, ¿hace cuanto trabajas en la empresa?.
—Como tres años. —Se veía joven.
—¿Que edad tienes? Pareces muy joven —Ella sonríe timidamente.
—No te dejes engañar, veintisiete. —ríe
—¡Oh!.
—Que me dicen de ustedes, ¿Hace cuanto son amigas? Digo, nunca te he visto por aquí antes. —dice refiriéndose a la empresa.
—Cinco o seis maravillosos años y contando. —se me adelanta Susan contestando. Yo sonrió y ella me guiña un ojo.
—Pensé que recién se conocían.
—Pasa que es testaruda y no quería ningún tipo de apoyo.
Resoplo para quitarle importancia a lo que decía. Estuvimos hablando, riendo, poniéndonos al día. Resulta que Marta es divorciada, ¿Quien se casa a los diecinueve?, esta viviendo con su madre mientras consigue para donde irse. La chica tiene rasgos asiáticos porque su madre es una japonesa y su padre un estadounidense...
—¿Que tal estuvo la cena?.
—¿Ah?. —Susan pareció desorientada, luego sonríe de oreja a oreja.
—Bien. A papá nada le parece pero terminó cediendo, no puede pretender que esté toda la vida con él. Aún no sabe cuando me iré, pero lo cierto es que me mudare este domingo. —Ahora todo parecía encajar. Por eso Will me estaba preguntando por Susan.
Terminamos de comer, nos ,despedimos de Susan al salir del Bar. Caminamos de regreso al trabajo hablando de mil cosas.
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Casi terminaba mi jornada laboral, cuando mi móvil vibró dentro del cajón de mi escritorio, anunciandome de un mensaje de texto. Abro y lo saco.
Frunzo el entrecejo al ver que es un número desconocido. Toco la pantalla para abrir el mensaje.
—¿Aún en la oficina?.
En mi estómago las mariposas no paraban de aletear. Ese tenía que ser Will, ya que más nadie tiene mi número aparte de Susan y mis padres. Veo la hora en una esquina de la pantalla. Cinco y media.
—Si. Pero ya casi estoy lista para irme. ¿Necesitas algo?. C.
Coloqué mi inicial como firma.
—Si. Que guardes mi número. W.
Al hombre le gustaba dar ordenes.
Pero esta parte no tenía nada que ver con el trabajo. Ignoro su petición y dejo el móvil en el escritorio, recojo todas mis cosas, tomo mi cartera y me levanto de la silla.
—¿Lista para irte?. —volteo a ver a Marta.
—Si, ¿Y tú?.
—Vamos entonces. Estoy deseando poder llegar a casa. Tengo cosas que hacer.
—Vale. —Cojo el celular justo cuando vuelve a vibrar en mi mano. Leo el mensaje.
—¡Porque me dejas en visto! Eso es de mala educación. W.
Paro en seco, estaba comenzando a cabrearme. Que rayos le sucede. Hago caso omiso y sigo caminando. Bajamos a PB, pasamos por los toniquetes de seguridad y salimos al aire libre. El sol comenzaba a ponerse.
—Nos vemos mañana. —Me despido de Marta que iba en la dirección contraria de a donde yo iba. Me echo andar...
«¿Por qué me abre negado a aceptar el auto que papá me estaba dando?. Estúpido orgullo», Me quejo.
Cojo el metro.
Poco despues ya estaba en mi casa, dejo todo en la isla de la cocina y voy por una copa de vino. Aún seguía molesta por el mensaje de Will.
Después de tomarme el vino, me doy una ducha rápida, tenia hambre. Me coloco una camisa y bragas de seda rosa.
Pongo algo de música mientras preparo la cena, eso era lo bueno de vivir sola. Bailó en la cocina mientras hago pollo al vapor con arroz y ensalada verde. Cuando todo esta listo y servido giro para poner la comida en la encimera.
La sangre huye de mi cuerpo, los oidos me comienzan a zumbar, las manos me tiemblan tanto que el plato se me cae. El corazón me late a un millón por minutos, o más... Estoy clavada como un puto ancla al suelo, No me puedo mover. Will se encuentra del otro lado de la encimera, apoyado en el marco de la entrada con las manos metidas en sus bolsillos y mirada sombría. Parece cabreado. Pero eso no me preocupa, lo que si me preocupa es el hecho de, ¿Como demonios entro en mi casa?.
Doy un paso hacia atrás estirando la mano en busca de algo donde apoyarme, él sigue cada uno de mis movimientos pero no dice nada. Encuentro el fregadero y me apoyo en el. Respiro un par de veces cerrando los ojos para calmar a mi desbocado y loco corazón.
Cuando por fin decido hablar la voz no me sale, lo intento varias veces hasta que por fin lo logro.
—¡Mierda! —grito. No pretendía decir eso pero fué lo primero que salió. En este momento mi boca no coordinaba con mi cerebro—. Pero... ¿Como?. —señalo en dirección a la puerta principal—. ¡Will, hablame!, Dime algo, por Dios. ¡No te quedes ahí parado!
—¿Por qué no me respondiste el mensaje?. —la mandíbula se me desencaja. ¿Está de coña?.
—Will, eso no es lo que quiero saber. ¿Cómo entraste aquí?. —suaviza su expresión, bueno al menos tiene la decencia de parecer arrepentido.
—Le robé las llaves a Susan —baja su mirada–. Para que quede claro, no me siento muy orgulloso de eso, pero necesitaba verte. —Una extraña sensación me recorre el cuerpo. Miedo, excitación, ambas se apoderan de mí.
—¡¿Acaso te haz vuelto loco?! ¡No puedes hacer eso, Will!.
—¡Donde dice que no puedo!. —me grita. Se quita de donde estaba arrecostado rodea la encimera, camina los pocos centímetros que nos separa. Coloca ambas manos a cada lado de mi cuerpo, agarrando el fregadero, dejandome presa entre esté último y él. No me toca no se mueve. Su respiración es pesada, sólo me observa y yo a él—. Perdoname. No el haber entrado aquí, sino el gritarte. Es sólo que no me gusta que me prohiban las cosas.
—Yo, yo no te estoy prohibiendo nada. —Tartamudeo. Lo tengo muy cerca, puedo sentir su calor a través de su traje. Una medio sonrisa toca sus labios.
—Se que no lo haces, pero estás molesta porqué irrumpi sin tu permiso —Levanto una de mis cejas. Que descaro el de este hombre.
—Sabes que podrías haber tocado la puerta, ¿verdad?. —Mueve su cabeza hacia los lado.
—Si, creo que si. Pero estaba tan cabreado contigo que solo quería...
—¿Querías, qué?. —Me acerco más a él poniéndome de puntillas.
—No sé que es lo que quería, y luego llego aquí y tu estas así... —señala mi ropa.«Rayos me había olvidado de lo que llevo puesto». Trato rápidamente de alejarme pero Will me lo impide. Toma mi cintura con sus manos apretandome fuerte para sostenerme en el sitio.—Will, esto está mal. Tú no deberías estar aquí...—Pero estoy... —Me interrumpe–. Carol. Y no pienso irme.—Oh, si. Claro, que te iras.—Oh, no. No lo creo. —y sin más, pega sus labios a los míos y es ahí donde me percato que ha estado bebiendo. Todo ésto es producto del alcohol, tengo que detenerlo, se que mañana se arrepentirá. Pero no puedo y no quiero, mis ganas de probar sus suaves y delgados labios me superan...Abro mi boca dandole la bienvenida a explorar la mía. Mi lengua sale a su encuentro con la de él; que se une a una dulce batalla de reconocimiento y exploración. Sus labios encajan a la perfección con los míos, era obvio que mis fantasías no le hacian justicia a lo bien que realmente besa. Un beso suave pero d
Capitulo 9Will.Lo primero que escucho al detenerse el ascensor en el ultimo piso del edificio donde vivía, fueron las voces de unas chicas un poco subidas de tono, acompañadas de unas suaves risas.Abro la puerta principal y observo la escena maravillado; ambas chicas, cómo cuales niñas, en el sofá con sus copas llenas de vino tinto, unos diminutos short de pijamas y camisetas de tirantes, ninguna reparo en mi llegada hasta que tranque la puerta de un punta pies.—¡Papá, llegaste!. —Susan levanta sus brazos en una invitación silenciosa para que me acerque a ellas. Era obvio por su voz, que ya había tenido suficiente de vino por esta noche.Camino directo hacia ellas para saludarlas.—¿Ya cenaron?. —me acerco y le doy un beso en la frente a Susan. Veo que Carol se remueve incomoda, giro y sin pensarlo mucho beso su frente. Su suave piel en mis labios me hace cosqui
Capitulo 10Carol.El fuego en mi interior crecía a gran velocidad y quemaba todo a su paso. Mi cuerpo respondía automáticamente a él, cómo si fueran imanes que se atraen por un campo de fuerza invisible. Estaba tan excitada que podía sentir la humedad en mi entrepierna mojando mis bragas. El roce de su miembro contra mí me tenia perdida, solo podía sentir el fuerte agarre que le proporcionaba a mi cintura. Mi vagina volvió a palpitar.«Relájate, inhala, exhala...» me repetía eso una y otra vez como un mantra.Era estúpida mi reacción hacía él, pero es que... Joder, nunca imagine que esto de verdad pudiera pasar y, si que estaba pasando.Tiro de Will por el cabello y lo pego más hacia mí. Muerdo su labio inferior y lo arrastro entre los míos ejerciendo un poquito de presión, se que le duele porque puedo verlo en sus ojos, puedo ver el gesto de dolor que hace al fruncir el
Capítulo 11Carol.El sábado paso increíblemente rápido entre la mudanza de Susan —Que por cierto tomo a Will por sorpresa y el hombre salió echo una furia, alegando que tenía cosas que hacer en Brighton. Desde entonces no volvimos a verlo—, al apartamento de Henry y en terminar de desempacar mi propia mudanza, acomodar todas mis cosas en la habitación de huéspedes. Luego recogí la sala de estar que estaba desordenada con cajas por todos lados; las apile una dentro de la otra, más unas bolsas negras de basuras. Las lleve fuera del apartamento al cuarto de aseo... Hice tres viajes para poder sacar todo. Para cuando terminé ya estaba cansada y muy sudada.Olí mi camiseta.—Necesito una ducha urgente. —me digo a mis misma en voz alta. Así que eso hago.El pequeño baño de mi habitación no tenía bañera y recuerdo que Susan me había mencionado que hay una. Voy al baño principal al o
Capítulo 12—¿Sabías que podemos quedarnos en casa y faltar hoy al trabajo? Esa es una de las ventajas de ser el jefe.—¿Y cual seria otra de esas ventajas?. —acarició su pecho por encima de su elegante chaleco negro—Pues... Que cómo tu jefe te ordeno que no vayas a trabajar.—Will, esa es una ventaja donde solo tu le sacas provecho y, ¿Yo que gano?.—A mí, por supuesto. —río por lo engreído que puede llegar a ser y por las locas ocurrencias de éste hombre. No podía creer que un tipo que se veía a simple vista tan oscuro, peligro, inalcanzable y autoritario con aire de superioridad, pudiera ser un hombre dulce y cariñoso—. Ey, ¿En que piensa? No te agrada la idea, ¿es eso?.—No, no eso. Claro que me gusta la idea, es solo que... Tenía cosas que hacer antes de ir a la ofici...—Tranquila, entiendo. —Will se aleja de mí cómo si yo quemara. Su estado de ani
capitulo 13La superficie del frío mármol estaba siendo empañado con mi sudor y respiración. Will hacia magia con esa ágil y experta lengua que tenía. ¡Me estaba follando con su boca! Mi hinchado clítoris palpitaba en busca de atención.Dos de sus dedos se unen al juego de Will y comienzan a torturarme; masajean ese pequeño botón de nervios que tenia entre mis labios, mientras su lengua entra y sale de mi sexo sin parar. Su otra mano juega con mi agujero pasándolo alrededor y aplicando presión, estoy delirando de placer, quiero correrme con él en mi interior...Paso mi lengua por mis labios resecos, siento como Will intenta meter su dedo en mi ano y me tenso automáticamente.—No creo estar preparada para esto. —mi ronca voz es apenas un susurro audible.—Yo decidiré cuando estarás lista. —quiero voltearme y darle de bofetada para que no sea tan gilipollas. Pero como si lo supiera, quita su lengua y mete los dedos que antes jugaban co
Capítulo 14Dios mío, pero que tonta he sido. ¿Como se me ocurre dejarme llevar de esta manera?. Pero la culpa la tenía él, porque cada vez que estoy cerca suyo pierdo por completo la parte racional de mi cerebro y no puedo pensar.«Que excusa tan más patética e hipócrita de tu parte, Carol» mi subconsciente me reprende, mirándome con desaprobación mientras está sentada en su sillón púrpura favorito. «Alguien tiene que tener la culpa» le digo pero no parece contenta.Entro a mi habitación y busco unas nuevas bragas que colocarme, ya que las otras no las vi por ningún parte. Voy directo al baño a limpiarme, había algo en lo que Will tenía razón; aún podía sentirlo dentro de mí, sus manos en mis caderas ejerciendo presión, sus besos en mi cuello... y, mierda, me congeló completamente cuando algo tan importante me viene a la cabeza. ¡Estuve a punto de tener sexo con Will sin protección!, Que irresponsabilidad de mi par
Capítulo 15Leo una vez mas la tarjeta para asegurarme de que no es un producto de mi imaginación, y efectivamente no lo es. Cada letra, cada frase, cada palabra, estaban plasmadas en el papel y fueron escritas por él, esta era su letra. Pego la tarjeta a mi pecho y suspiro como una tanta. Saber que se tomo un minuto de su valioso tiempo para escribirla él personalmente, tenía a mi loco corazón saltando de emoción. Era bueno ver que no era la única afectada.«Yo también te hecho de menos»Pero no sabia como decírselo sin tener que exponer tanto a mi corazón. Ahora que sabía lo que sabía de él. No estaba del todo segura de lo que Will quería de mí, si era solo sexo o algo mas. No quería tener que ser la única en esto que entregaba su corazón. Pero tampoco podía ser seca con él, cuando estaba siendo muy dulce conmigo.Dejo el ramo de rosas en una esquina de mi escrito, saco mi cartera del c