Will estaciona el auto frente al edificio; abro la puerta apresurada por salir de aquel espacio, tan pequeño para los dos. En mi mente solo deseaba poder subir a horcajadas sobre él y quitarle ese ceño fruncido que yo había puesto ahí.
—Espera. —su mano agarra la mía justo cuando mi pies toca la acera. Cómo una corriente eléctrica estalla donde nuestras manos están unidas recorriendo todo mi brazo hasta mi espalda, ambos miramos nuestras manos y por su mirada se que también lo a sentido. No me muevo—. Disculpa por a verte gritado, no fue mi intención —Dios, yo fui la culpable de todo y él se disculpa.
—No hay nada que disculpar, Will. Fue mi culpa. Así que soy yo la que debe disculparse. Lo siento mucho. —sin más, salgo del auto completamente temblando. Nunca me habían gustado los maduritos, no antes de Will. Él llego para hacer que me retractara de ese hecho.
Subo los escalones de la entrada y saludo a los guardias de seguridad, uno de ellos se acerca a mí en seguida.
—Buenos días. ¿En que puedo ayudarla?. —abro la boca para decir algo pero una voz detrás de mí se me adelanta.
—Buen día, Scott. Ella es la señorita Gómez, trabajara aquí, por favor consigale un pase de empleada. —el pequeño hombre moreno de mediana edad asiente con la cabeza.
—En seguida —se gira hacia mí—. Por favor, acompañeme. Necesitaremos sus datos —doy unos pasos detrás de Scott cuando escucho que Will me habla.
—Nos vemos arriba. ¿Sabes donde es?.
—Seguro. Susan ya habló conmigo.
—¿O prefieres que te espere?. —eso hace que me voltee de inmediato.
—¡No! —casi grito, Will frunce el ceño confundido por mi reacción—. Quiero decir, no hace falta. Además, no quiero que los otros empleados piensen que hay preferencia.
Me observa con expresión sombría en su rostro, mete su mano en uno de sus bolsillos del pantalón y con la otra sostiene su portafolios.
—Okey. —Se marcha sin mirar atrás. Como si derrepente yo no existiera. No tengo tiempo para esto, vine aquí a trabajar y eso haré, ya lidiare con él.
Despues de que el guardia de seguridad me diera mi pase de identificación; me dirigí a los torniquetes que dividían el gran vestíbulo, con suelo de mármol beige, columnas cuadradas y gruesas decoraban parte del espacio con un alto techo blanco. Habían algunos cuadros colgando de las paredes que estaban pintadas de un tono marrón claro, con la mitad inferior de mármol gris teñido. El diseño era clásico y antiguo.
Por lo que Susan me había contado del lugar; su padre es el dueño de todo el edificio pero solo 5 plantas eran suyos. Los otros 10 estaban rentados a otras compañías que, por supuesto, no le afectaban a él o ha su empresa. Muy por el contrario, le beneficiaba de alguna manera.
Subo al elevador y le digo al encargado que voy al último piso. Me gustaría decir que solo habían unas pocas personas pero estaría mintiendo, el amplio espacio moderno con espejos en las paredes, estaba lleno.
Doy gracias a Dios cuando por fin el ascensor llega al último piso. Ya era súper tarde, sólo faltaban cinco minutos para las ocho. Recorro el pequeño espacio que hay desde el elevador hasta las puertas de cristal donde se podía leer en una placa negra;
«W&S I.I Reyes's» (William y Susan inversiones inmobiliaria Reyes's).
Toco el timbre que hay aún lado de la puerta, está emite un sonido y se abre. El lugar tiene los mismos tonos suaves que el vestíbulo. Me detengo ante la recepción.
—Buenos días. —saludo con tono alegre a la joven recepcionista con rasgos asiáticos y un hermoso cabello negro cortado al nivel del cuello.
—Buenos días. —esta me sonríe—. Tú debes de ser la Señorita Gómez. La nueva secretaria.
—En efecto. Pero llámame, Carol.
—Bueno, Carol. Bienvenida. Yo soy Marta Olivares Lin. Pero todos me dicen Marta. El Señor Reyes, la está esperando. —Me indica con la mano un pasillo a su izquierda. Me despido de ella y voy hacia la puerta que me ha indicado.
Toco una sola vez antes de entrar.
Cómo siempre, mi corazón se acelera cuando veo a Will. Está al teléfono con el ceño fruncido concentrado en su conversación. Tiene esa esencia de un dios poderoso y arrogante. Me hace señas para que aguarde un momento, tomo asiento en una de las cómodas sillas frente a su escritorio, coloco la carpeta en su mesa y la empujo hacia él. Will la coge, abre y comienza a revisarla.
—Mi secretaria se encargara de eso, te pondré en contacto con ella. —Un cosquilleo de alerta comienza a revolotear en mi estómago, me pongo rígida. Se queda callado mientras la otra persona habla—. Dame unos minutos, ella se comunicará en seguida.
Termina la llamada. Su mirada fija en mi expediente personal. Cuando por fin hace contacto visual conmigo, no es para nada la mirada amable que vi hace apenas unas horas.
—Bien. Le daré esto a mi abogado, él se encargara de realizar tu contrato. Ahora necesito que te comuniques con el Señor Cardoval, es el dueño de un hotel que estamos vendiendo. Cualquier duda que tengas solo avisame y te ayudo. —Muevo mi cabeza en afirmación. Will presiona un mando que esta en su escritorio y las persianas que cubren la pared que está ha mis espaldas, comienzan a subir mostrando así toda una pared de cristal totalmente transparente—. Ése sera tu lugar de trabajo. Necesito que estés en él antes que yo en el mío, ¿Esta claro?. —por lo visto el Will amable a desaparecido, dando paso al hombre empresario, (amargado) y autoritario.
Así que yo también entro en mi papel.
—Entiendo, Señor Reyes. Ahora, si me disculpa, me retiro a trabajar. Necesito ponerme al día.
Will hace una señal con la mano para que lo haga.
—Te he dejado en tu escritorio mi correo electrónico, apenas abras el tuyo enviamelo para poder pasarte las cosas que tengas que hacer.
—Muy bien. —Me levanto, cuando me dispongo a salir, Will vuelve hablar.
—Carol... Señorita Gómez. —se corrige rápidamente así mismo—. Voy a necesitar su número celular también.
Mis tontas piernas me comienzan a temblar, necesito sentarme rápido.
Will teniendo mi número móvil me ponía nerviosa. «parezco la típica tonta adolescente enamorada en secreto».
—Si, Señor. En seguida se lo paso.
Salgo casi que corriendo de su oficina.
Me pongo al corriente con todo lo relacionado con la empresa de bienes raíces. Le pase mi número celular y mi correo electrónico. Cómo secretaria de Will, podía ver lo ocupado que era... Casa, apartamentos, restaurantes, hoteles entre muchas otras cosas, vendiendose. Estar respondiendo correos electrónicos a las personas que querían poner sus propiedades en ventas, garantizandoles que atenderiamos a su llamado lo más pronto posible, era bastante entretenido. También respondiendo correos a inversionistas, o grandes contratos jugosos por culminar, era la parte que más me gustaba... El saber que lo ayudaba de alguna manera a él.
Pude darme cuenta también que Will estaba planeando comprar un hotel con restaurante incluido; ya que tenía una larga lista de sugerencias que revisar, seleccionar y enviarles los mejores.
Will tenía una cita a las dos con el Señor Cardoval en su hotel a las afuera de Londres en Brighton. Eso le tomaría todo el día. Esa idea me desanimaba, saber que no lo vería más hasta el día siguiente.
Estaba tan concentrada en lo que hacía que no me di cuenta de la hora que era, hasta que Marta se detiene ante mi escritorio.
—Hola... me preguntaba si, ¿Te gustaría ir almorzar?. —Parpadeo un par de veces para actualizar mi cerebro. Veo la hora, once y cuarenta y cinco.
—¡Claro! No me he dado cuenta de la hora. —Organizo mis cosas en el escritorio apago el ordenador y cojo mi cartera—. Déjame ver si al Señor Reyes, no se le ofrece nada.
—Me adelantaré para llamar el ascensor.
Marta se va, su delgada figura estaba envuelta en un lindo vestido verde oscuro hasta las rodilla con un cinturón marrón que combinó con sus tacones. La chica tenía una linda piel pálida.
Will tenia las persianas de su oficina bajadas, debía de estar en una video conferencia. Toco la puerta lo más suave que puedo.
—¡Adelante!. —Su voz baja me dice que estoy en lo correcto. Entro y lo encuentro sentado en el sofá negro de terciopelo con la lapto colocada en la mesita de centro frente a él—. Disculpadme un momento, Señores. —Pulsa un botón en el teclado, que asumo es el de silencio, dejando a las personas con las que habla en espera. «Que grosero, arrogante, prepotente, guapo, hermoso, espera, ¿En que estaba...?» el hombre sabía cómo licuar mis pensamientos sólo con su presencia. Se levanta y camina hacía mí—. ¿Que ocurre?.
—Nada. Es sólo que es la hora del almuerzo y... ¿Quería saber si se le ofrece algo?, Saldré con Marta a comer.
Puedo ver como, literalmente, los engranajes de su cabeza comienzan a trabajar de prisa, su expresión seria me dice que hay algo que no le gusta. Se acerca más a mí, demasiado cerca a decir verdad. Su Respiración roza mi mejilla para poder mirarlo tengo que levantar la vista. —¿Qué fue lo que pasó en tu anterior trabajo? —Confundida por lo que acaba de decir, tardo un poco en procesar la información. «Susan no le mencionó nada, ¿Por qué?» —No quiero hablar de eso. —¿No ? —Pregunta asombrado. —No. —Me pierdo en esas profundidades grises completamente ajena a todo lo que nos rodea. —¿Interrumpo algo?. —la voz de Susan me saca de mi ensimismamiento, y es justo en ese momento que me doy cuenta de lo cerca que estabamos, tan cerca que estaba apunto de besar a Will. «Mierda, necesitaba salir ya de aquí». Me alejo de Will, giro para ver a Susan con una tonta sonrisa en la cara, ¿Que rayos me perdí? No era lo que esperaba ver. —Yo... Yo ya me iba. —miro ha Will para encontrarlo o
—No sé que es lo que quería, y luego llego aquí y tu estas así... —señala mi ropa.«Rayos me había olvidado de lo que llevo puesto». Trato rápidamente de alejarme pero Will me lo impide. Toma mi cintura con sus manos apretandome fuerte para sostenerme en el sitio.—Will, esto está mal. Tú no deberías estar aquí...—Pero estoy... —Me interrumpe–. Carol. Y no pienso irme.—Oh, si. Claro, que te iras.—Oh, no. No lo creo. —y sin más, pega sus labios a los míos y es ahí donde me percato que ha estado bebiendo. Todo ésto es producto del alcohol, tengo que detenerlo, se que mañana se arrepentirá. Pero no puedo y no quiero, mis ganas de probar sus suaves y delgados labios me superan...Abro mi boca dandole la bienvenida a explorar la mía. Mi lengua sale a su encuentro con la de él; que se une a una dulce batalla de reconocimiento y exploración. Sus labios encajan a la perfección con los míos, era obvio que mis fantasías no le hacian justicia a lo bien que realmente besa. Un beso suave pero d
Capitulo 9Will.Lo primero que escucho al detenerse el ascensor en el ultimo piso del edificio donde vivía, fueron las voces de unas chicas un poco subidas de tono, acompañadas de unas suaves risas.Abro la puerta principal y observo la escena maravillado; ambas chicas, cómo cuales niñas, en el sofá con sus copas llenas de vino tinto, unos diminutos short de pijamas y camisetas de tirantes, ninguna reparo en mi llegada hasta que tranque la puerta de un punta pies.—¡Papá, llegaste!. —Susan levanta sus brazos en una invitación silenciosa para que me acerque a ellas. Era obvio por su voz, que ya había tenido suficiente de vino por esta noche.Camino directo hacia ellas para saludarlas.—¿Ya cenaron?. —me acerco y le doy un beso en la frente a Susan. Veo que Carol se remueve incomoda, giro y sin pensarlo mucho beso su frente. Su suave piel en mis labios me hace cosqui
Capitulo 10Carol.El fuego en mi interior crecía a gran velocidad y quemaba todo a su paso. Mi cuerpo respondía automáticamente a él, cómo si fueran imanes que se atraen por un campo de fuerza invisible. Estaba tan excitada que podía sentir la humedad en mi entrepierna mojando mis bragas. El roce de su miembro contra mí me tenia perdida, solo podía sentir el fuerte agarre que le proporcionaba a mi cintura. Mi vagina volvió a palpitar.«Relájate, inhala, exhala...» me repetía eso una y otra vez como un mantra.Era estúpida mi reacción hacía él, pero es que... Joder, nunca imagine que esto de verdad pudiera pasar y, si que estaba pasando.Tiro de Will por el cabello y lo pego más hacia mí. Muerdo su labio inferior y lo arrastro entre los míos ejerciendo un poquito de presión, se que le duele porque puedo verlo en sus ojos, puedo ver el gesto de dolor que hace al fruncir el
Capítulo 11Carol.El sábado paso increíblemente rápido entre la mudanza de Susan —Que por cierto tomo a Will por sorpresa y el hombre salió echo una furia, alegando que tenía cosas que hacer en Brighton. Desde entonces no volvimos a verlo—, al apartamento de Henry y en terminar de desempacar mi propia mudanza, acomodar todas mis cosas en la habitación de huéspedes. Luego recogí la sala de estar que estaba desordenada con cajas por todos lados; las apile una dentro de la otra, más unas bolsas negras de basuras. Las lleve fuera del apartamento al cuarto de aseo... Hice tres viajes para poder sacar todo. Para cuando terminé ya estaba cansada y muy sudada.Olí mi camiseta.—Necesito una ducha urgente. —me digo a mis misma en voz alta. Así que eso hago.El pequeño baño de mi habitación no tenía bañera y recuerdo que Susan me había mencionado que hay una. Voy al baño principal al o
Capítulo 12—¿Sabías que podemos quedarnos en casa y faltar hoy al trabajo? Esa es una de las ventajas de ser el jefe.—¿Y cual seria otra de esas ventajas?. —acarició su pecho por encima de su elegante chaleco negro—Pues... Que cómo tu jefe te ordeno que no vayas a trabajar.—Will, esa es una ventaja donde solo tu le sacas provecho y, ¿Yo que gano?.—A mí, por supuesto. —río por lo engreído que puede llegar a ser y por las locas ocurrencias de éste hombre. No podía creer que un tipo que se veía a simple vista tan oscuro, peligro, inalcanzable y autoritario con aire de superioridad, pudiera ser un hombre dulce y cariñoso—. Ey, ¿En que piensa? No te agrada la idea, ¿es eso?.—No, no eso. Claro que me gusta la idea, es solo que... Tenía cosas que hacer antes de ir a la ofici...—Tranquila, entiendo. —Will se aleja de mí cómo si yo quemara. Su estado de ani
capitulo 13La superficie del frío mármol estaba siendo empañado con mi sudor y respiración. Will hacia magia con esa ágil y experta lengua que tenía. ¡Me estaba follando con su boca! Mi hinchado clítoris palpitaba en busca de atención.Dos de sus dedos se unen al juego de Will y comienzan a torturarme; masajean ese pequeño botón de nervios que tenia entre mis labios, mientras su lengua entra y sale de mi sexo sin parar. Su otra mano juega con mi agujero pasándolo alrededor y aplicando presión, estoy delirando de placer, quiero correrme con él en mi interior...Paso mi lengua por mis labios resecos, siento como Will intenta meter su dedo en mi ano y me tenso automáticamente.—No creo estar preparada para esto. —mi ronca voz es apenas un susurro audible.—Yo decidiré cuando estarás lista. —quiero voltearme y darle de bofetada para que no sea tan gilipollas. Pero como si lo supiera, quita su lengua y mete los dedos que antes jugaban co
Capítulo 14Dios mío, pero que tonta he sido. ¿Como se me ocurre dejarme llevar de esta manera?. Pero la culpa la tenía él, porque cada vez que estoy cerca suyo pierdo por completo la parte racional de mi cerebro y no puedo pensar.«Que excusa tan más patética e hipócrita de tu parte, Carol» mi subconsciente me reprende, mirándome con desaprobación mientras está sentada en su sillón púrpura favorito. «Alguien tiene que tener la culpa» le digo pero no parece contenta.Entro a mi habitación y busco unas nuevas bragas que colocarme, ya que las otras no las vi por ningún parte. Voy directo al baño a limpiarme, había algo en lo que Will tenía razón; aún podía sentirlo dentro de mí, sus manos en mis caderas ejerciendo presión, sus besos en mi cuello... y, mierda, me congeló completamente cuando algo tan importante me viene a la cabeza. ¡Estuve a punto de tener sexo con Will sin protección!, Que irresponsabilidad de mi par