Susan camina hacia la cocina, busca su cartera encima de la encimera y saca su celular.
—¡Espera!, ¡¿Que haces?!.
—Aguarda un momento. —me hace una seña con la mano, antes de verla salir de la sala de estar y dirijirse a la puerta principal, en la parte baja de la casa; oigo la puerta abrirse pero nunca se cierra.
Ella siempre a sido una buena amiga, hermana y compañera. Todo el tiempo tratando de solucionar todo. La dejo en lo suyo mientras me dispongo a recoger el desorden que tengo en la sala. Pensar que pronto tendría que dejar mi lugar, me causaba nostalgia. Era un simple y cómodo departamento; solo contaba con un dormitorio, baño individual, sala y cocina junta. Y un pequeño taller en la parte de abajo, al lado de la puerta principal. Realmente extrañaría este lugar.
Una vez organizado todo dejo las copas y los platos en el fregadero y me dispongo a lavarlos.
—¡Listo!.
Doy un salto del susto, no la oí entrar.
—¿Qué cosa?. —pregunto con cautela al ver esa sonrisa lobuna en su preciosa cara.
—Trabajaras con mi padre. —pongo los ojos en blanco.
—¡Oh, No, de eso nada! Ya lo hemos hablado, Susan. No trabajaré para él. Tu padre apenas y me dirige media palabra, no puedo hacer esto.
—¿Entonces, prefieres irte?. —Mmm, tenia buen punto.
—¡Por todos los santos bebés!, sabes que no. Claro que no. Pero...
—Pero, nada. Ya hable con él. Al principio no le pareció, pero luego le recordé que no tiene una secretaria ni tú un empleo y ha aceptado de inmediato.
—¡Susan!.
—Y eso no es todo. —dice emocionada
—¿Ah, no?. —murmuro dandole la espalda, lo peor ya había pasado. Él no quiere trabajar conmigo, solo acepto porque su hija se lo ha tenido que rogar. Que tonta soy al permitirme fantasiar con él.
—No. Esta misma semana te mudaras con él a la casa. Bueno, él aún no sabe que me pienso ir... pero da igual. Vivirías ahí el tiempo que necesites, mientras te estabilizas económicamente y consigues para donde irte.
«¿Acaso escuche bien?.»
Termino lo que estoy haciendo y giro para encontrar ha una Susan observandome.
«Cante victoria muy rápido. Lo peor aún recién comienza.»
La mujer esta lista, para dar la pelea en caso de que me niegue ha algo de lo que ella está sugiriendo. Apoyándose en la isla de la cocina con su mentón en alto y mira retadora, Susan espera.
—No te pongas en ese plan conmigo, sabes que no funciona.
—En este caso, si. Tú lo necesitas y, de paso papá también lo necesitará, solo que aún no lo sabe. Pero una vez que me haya ido, sé que se sentirá muy solo en casa. Contigo, ambos podrán hacerse compañía.
Abrí la boca un par de veces sin nada inteligente que decir, al final la cerré.
Ella realmente no sabe lo que estaba haciendo. Will y yo bajo el mismo techo, era una "dulce tentación".—¡Hay tienes, yo gano!. —da un gritito de victoria mientras recoge sus cosas; rodea la isla y me abraza—. Tengo que irme, ya es tarde.
—¿Que?. —miro la hora en el reloj del microondas, Seis y treinta. Que rápido pasan las hora—. ¿Ya te marchas?
—Cena en casa, ¿lo recuerdas?. —me da una sonrisa antes de salir de la cocina. La sigo hasta el borde de las escalera mientras la veo descenderlas, al llegar al ultimo escalón se detiene para mirarme.
—Mañana, ocho en punto en la oficina de papá. Piso 15. Marta, la recepcionista sabe que irás. Diles a los guardias de seguridad que el Señor Reyes te espera. ¡Adiós, bombón!. —me guiña un ojo lanzandome un beso. Abre la puerta y se marcha, no antes de que pueda escuchar cómo la muy zorra le pasa seguro a la puerta.
Me quedo estupefacta en el mismo lugar pensando.
—Esto será un infierno de tentación.
(####)Despues de darme una larga ducha, busco en mi closet algo cómodo que ponerme: al final me decido por unas bragas negras y una camiseta holgada de la Universidad de Warren street. Termino de peinar mi largo cabello oscuro, para ir a la cocina por algo de comida. Me preparo un rápido emparedado de atún con jugo de naranja y me lo llevo al cuarto junto con mi celular.Mientras cenaba, miro la hora en la pantalla del celular, nueve y quince. Decido mandale un mensaje de texto a Susan para saber que tal salieron las cosas.
Yo:
¿Que tal va la cena?.La respuesta llego casi que de inmediato.
Susan:
Aún estoy en eso. Mañana paso por la oficina y te cuento. Besos.Me quedo mirando la pantalla completamente atónita.
«Mañana comienzo mi nuevo empleo».
Derrepente el hambre se me quita y es sustituida por unas ansias horribles de ver a Will. Dejo todo en la mesita de noche y me acuesto. Cierro los ojos dejando que el recuerdo de mi casual encuentro se apodere de mi mente, y de rienda suelta a mi caliente imaginación...
Paso las palmas de mis manos por mis sensibles senos, acariciando la punta de mis abandonados y apretados pezones, dandome así un poco de placer. Imagino que son las manos de Will las que tiran de ellos, mientras me mira fijamente a los ojos. Veo ese fuego en su mirada que tanto me gusta... Un deseo ardiente apunto de estallar. Baja su cara y la entierra en mi cuello, sus labios recorren mi clavícula chupando y mordiendo todo el camino hasta mis senos apretados, solo el simple roce de su lengua me hace gemir de placer. Me retuerso bajo el toque suave y caliente de su boca, estoy que grito de exquisito éxtasis...
Una de sus manos baja hasta mi entrepierna, apartando a un lado mis bragas para poder buscar ese punto exacto que sabe que me volvera loca.Estoy completamente mojada, muy mojada. Solo deseo que ese hombre mayor me haga suya y, como si me leyera el pensamiento, pasa dos de sus dedos por toda mi endidura jugando con la humedad de mi vagina, burlandose de mí.
Abro los ojos y él esta observandome, con una mirada burlona y una medio sonrisa engreida en su hermoso rostro. Sin previo aviso introduce dos dedos en mi interior y me da el placer que tanto quiero, gimo, me arqueo en la cama mientras busco ese orgasmo tan desesperadamente. Él sabe lo que quiero y me lo da. Frota su pulgar en mi clítoris y eso es todo. el orgasmo explota en suaves ondas por todo mi cuerpo.
Él aún continua devorando mis pezones.
Sin darme cuenta me quedo dormida, deseando que todo sea real...
—Rayos, que ruido tan horrible y fastidioso. —a largo la mano y apago mi odioso despertador—. Juro que compraré uno mejor. —murmuro. ¿Pero a quién diablos le gusta despertar a las seis de la mañana?, yo no. Odio madrugar. Arrastro mi pesado cuerpo al borde de la cama y me levanto. Hoy comenzaría mi nuevo empleo como secretaria del dueño de la empresa, aunque era jueves pero estaba bien, cualquier día es bueno para comenzar un nuevo trabajo.Lo primero que hago es dirigirme a la cocina a preparar mi café, así que prendo la cafetera coloco el café y dejo que se haga mientras voy al baño: lavó mis dientes, regulo la calefacción en la ducha, me hago un moño alto en la cabeza, me quito la ropa y entro. El sonido de la cafetera me indica que el café esta listo, así que salgo; enrollo mi cuerpo en una tualla y voy por mi dosis de cafeína diaria, se que hoy la necesitaré más que nunca.Reviso mi closet por algo que ponerme; me decido por un vestido poliéster blanco con negro, elegante Hasta
Will estaciona el auto frente al edificio; abro la puerta apresurada por salir de aquel espacio, tan pequeño para los dos. En mi mente solo deseaba poder subir a horcajadas sobre él y quitarle ese ceño fruncido que yo había puesto ahí.—Espera. —su mano agarra la mía justo cuando mi pies toca la acera. Cómo una corriente eléctrica estalla donde nuestras manos están unidas recorriendo todo mi brazo hasta mi espalda, ambos miramos nuestras manos y por su mirada se que también lo a sentido. No me muevo—. Disculpa por a verte gritado, no fue mi intención —Dios, yo fui la culpable de todo y él se disculpa.—No hay nada que disculpar, Will. Fue mi culpa. Así que soy yo la que debe disculparse. Lo siento mucho. —sin más, salgo del auto completamente temblando. Nunca me habían gustado los maduritos, no antes de Will. Él llego para hacer que me retractara de ese hecho. Subo los escalones de la entrada y saludo a los guardias de seguridad, uno de ellos se acerca a mí en seguida.—Buenos días.
Puedo ver como, literalmente, los engranajes de su cabeza comienzan a trabajar de prisa, su expresión seria me dice que hay algo que no le gusta. Se acerca más a mí, demasiado cerca a decir verdad. Su Respiración roza mi mejilla para poder mirarlo tengo que levantar la vista. —¿Qué fue lo que pasó en tu anterior trabajo? —Confundida por lo que acaba de decir, tardo un poco en procesar la información. «Susan no le mencionó nada, ¿Por qué?» —No quiero hablar de eso. —¿No ? —Pregunta asombrado. —No. —Me pierdo en esas profundidades grises completamente ajena a todo lo que nos rodea. —¿Interrumpo algo?. —la voz de Susan me saca de mi ensimismamiento, y es justo en ese momento que me doy cuenta de lo cerca que estabamos, tan cerca que estaba apunto de besar a Will. «Mierda, necesitaba salir ya de aquí». Me alejo de Will, giro para ver a Susan con una tonta sonrisa en la cara, ¿Que rayos me perdí? No era lo que esperaba ver. —Yo... Yo ya me iba. —miro ha Will para encontrarlo o
—No sé que es lo que quería, y luego llego aquí y tu estas así... —señala mi ropa.«Rayos me había olvidado de lo que llevo puesto». Trato rápidamente de alejarme pero Will me lo impide. Toma mi cintura con sus manos apretandome fuerte para sostenerme en el sitio.—Will, esto está mal. Tú no deberías estar aquí...—Pero estoy... —Me interrumpe–. Carol. Y no pienso irme.—Oh, si. Claro, que te iras.—Oh, no. No lo creo. —y sin más, pega sus labios a los míos y es ahí donde me percato que ha estado bebiendo. Todo ésto es producto del alcohol, tengo que detenerlo, se que mañana se arrepentirá. Pero no puedo y no quiero, mis ganas de probar sus suaves y delgados labios me superan...Abro mi boca dandole la bienvenida a explorar la mía. Mi lengua sale a su encuentro con la de él; que se une a una dulce batalla de reconocimiento y exploración. Sus labios encajan a la perfección con los míos, era obvio que mis fantasías no le hacian justicia a lo bien que realmente besa. Un beso suave pero d
Capitulo 9Will.Lo primero que escucho al detenerse el ascensor en el ultimo piso del edificio donde vivía, fueron las voces de unas chicas un poco subidas de tono, acompañadas de unas suaves risas.Abro la puerta principal y observo la escena maravillado; ambas chicas, cómo cuales niñas, en el sofá con sus copas llenas de vino tinto, unos diminutos short de pijamas y camisetas de tirantes, ninguna reparo en mi llegada hasta que tranque la puerta de un punta pies.—¡Papá, llegaste!. —Susan levanta sus brazos en una invitación silenciosa para que me acerque a ellas. Era obvio por su voz, que ya había tenido suficiente de vino por esta noche.Camino directo hacia ellas para saludarlas.—¿Ya cenaron?. —me acerco y le doy un beso en la frente a Susan. Veo que Carol se remueve incomoda, giro y sin pensarlo mucho beso su frente. Su suave piel en mis labios me hace cosqui
Capitulo 10Carol.El fuego en mi interior crecía a gran velocidad y quemaba todo a su paso. Mi cuerpo respondía automáticamente a él, cómo si fueran imanes que se atraen por un campo de fuerza invisible. Estaba tan excitada que podía sentir la humedad en mi entrepierna mojando mis bragas. El roce de su miembro contra mí me tenia perdida, solo podía sentir el fuerte agarre que le proporcionaba a mi cintura. Mi vagina volvió a palpitar.«Relájate, inhala, exhala...» me repetía eso una y otra vez como un mantra.Era estúpida mi reacción hacía él, pero es que... Joder, nunca imagine que esto de verdad pudiera pasar y, si que estaba pasando.Tiro de Will por el cabello y lo pego más hacia mí. Muerdo su labio inferior y lo arrastro entre los míos ejerciendo un poquito de presión, se que le duele porque puedo verlo en sus ojos, puedo ver el gesto de dolor que hace al fruncir el
Capítulo 11Carol.El sábado paso increíblemente rápido entre la mudanza de Susan —Que por cierto tomo a Will por sorpresa y el hombre salió echo una furia, alegando que tenía cosas que hacer en Brighton. Desde entonces no volvimos a verlo—, al apartamento de Henry y en terminar de desempacar mi propia mudanza, acomodar todas mis cosas en la habitación de huéspedes. Luego recogí la sala de estar que estaba desordenada con cajas por todos lados; las apile una dentro de la otra, más unas bolsas negras de basuras. Las lleve fuera del apartamento al cuarto de aseo... Hice tres viajes para poder sacar todo. Para cuando terminé ya estaba cansada y muy sudada.Olí mi camiseta.—Necesito una ducha urgente. —me digo a mis misma en voz alta. Así que eso hago.El pequeño baño de mi habitación no tenía bañera y recuerdo que Susan me había mencionado que hay una. Voy al baño principal al o
Capítulo 12—¿Sabías que podemos quedarnos en casa y faltar hoy al trabajo? Esa es una de las ventajas de ser el jefe.—¿Y cual seria otra de esas ventajas?. —acarició su pecho por encima de su elegante chaleco negro—Pues... Que cómo tu jefe te ordeno que no vayas a trabajar.—Will, esa es una ventaja donde solo tu le sacas provecho y, ¿Yo que gano?.—A mí, por supuesto. —río por lo engreído que puede llegar a ser y por las locas ocurrencias de éste hombre. No podía creer que un tipo que se veía a simple vista tan oscuro, peligro, inalcanzable y autoritario con aire de superioridad, pudiera ser un hombre dulce y cariñoso—. Ey, ¿En que piensa? No te agrada la idea, ¿es eso?.—No, no eso. Claro que me gusta la idea, es solo que... Tenía cosas que hacer antes de ir a la ofici...—Tranquila, entiendo. —Will se aleja de mí cómo si yo quemara. Su estado de ani