Después de llegar a mi pequeño departamento, que era más bien como un estudio de arte, me cambié de ropa colocándome algo más cómodo. No pasó mucho tiempo antes de que Susan llegara.
—¡Humm!, Están deliciosas.
—Si, tienes razón. Necesitaba algo dulce para endulzar mi día. Por cierto, hoy me crucé con tu padre. —Susan dejo de masticar, sus ceja perfectamente depiladas, se alzan con sorpresa.
—Larga historia. Fue pura casualidad... —hice un aspavientos con la mano para quitarle importancia—. Me pidió que te dijera que lo llamaras. —Ella me observa un momento más antes de seguir comiéndose su dona de chocolate.
—Juro que voy a terminar engordando, como siga así. —Me río. La chica tenía un cuerpo increíble y nunca engordaba.
—¡Seguro!. —Susan era hermosa; Rubia natural, con un cuerpo de infarto, bellos ojos azules, iguales a los de su madre. O eso había visto yo en las fotografías que ella me había mostrado, aunque se parecía más a su padre.
—¿Entonces que fue lo que sucedió?. —Susan me miraba desde el otro extremo del sofá, mientras se metía otra dona en la boca.
Le conté todo lo sucedido con el idiota de mi exjefe.
—Wow, nena, eso apesta.
—Si. Ni me lo digas. —Me levanto del sofá y voy a la cocina por más vino—.¿Vas a querer un poco más?.
—No, tengo una cena esta noche con papá y Henry. —Grita por encima de su hombro.
—Vaya, ¿Y eso ha que se debe?. —dije regresando de nuevo a mi lugar. Susan se mueve algo nerviosa.
—Pues... Henry me ha pedido que viva con él, así que he aceptado.
Mi vino queda suspendido en el aire camino a mi boca.
—No creo que a tu padre le guste la idea.
—Papá tiene que superarlo. No soy ningúna niña, Carol. Tengo veintidós años. Y me valgo por mi misma. No puede pretender que viva toda mi vida con él. Se que también necesita su espacio aunque no lo quiera admitir.
—¿Estás segura de esto? Quiero decir, solo llevan un año y medio saliendo.
—Si, muy segura.
—Okey. En ese caso te deseo lo mejor, que lo disfruten. —Algo en mi voz debió delatarme porque Susan frunció el ceño.
—¿Que pasa, nena?. —Se acerca más a mi y toma mi mano con las suyas.
—Nada. No me hagas caso.
—Ah, no. No me vas a salir con esa. Te conozco muy bien y se que algo te pasa.
Pongo los ojos en blanco. A ella no se le escapaba nada.
—No tengo empleo. Están por desalojarme del departamento, no tengo donde vivir... —Ese hecho me golpea tan fuerte que la respiración se me corta—. Pero tranquila, no dejes que mis problemas te abarquen y arruinen tu felicidad. Ya encontraré una solución.
—A ver, como no voy ha preocuparme. Eres mi mejor amiga, Obvio que me voy ha preocupar por tí.
—Te quiero.
—Y yo a tí, nena. —Nos abrazamos.
—Odio tener que llamar a mis padres y
pedirles ayuda. —La espalda de Susan se tensa. Poco a poco me fue soltando, con expresión seria en su rostro.
—No estás pensando lo que creo que estás pensando.
Muevo la cabeza encogiéndome de hombro. No hace falta que mencione nada. Ella lo sabía.
—No, no puedes hacerme esto. —Ella se levanta y camina de un lado a otro, exaltada—. Tus padres se fueron hace ya tres años a España. Como puedes tan siquiera pensar en algo como eso, cuando tu luchaste por quedarte aquí.
—¿Crees que no lo se?, Yo más que nadie se todo lo que tuve que hacer para poder quedarme. Tener que demostrarle a mi padre que si podía estar sola, fue duro. Tampoco creo que alguna vez logre olvidar la mirada de tristeza de Corinn.
Las emociones me superan, las lágrimas comienzan a rodar por mis mejillas.
—No veo que otra cosa pueda hacer. No tengo dinero, trabajo, y cómo si fuera poco, tengo que desalojar este lugar en una semana.
—¿Cuando pensabas decirme todo esto?.
—No quiero estar molestándote con mis asuntos. Además, no te he visto casi últimamente. Tienes tu propia vida, Susan. Incluso planeas vivir con Henry, y eso está bien, ¿sabes? Es genial. Pero yo tengo que buscar de acomodar mi vida y darle estabilidad.
Ella deja de caminar y parece pensar en todo lo que he dicho.
—Tu eres importante en mi vida, siempre me haz apoyado incondicionalmente. Así que si necesitas de mi, sin dudas algunas estaré ahí para tí. Así que vamos a solucionar esto.
Susan camina hacia la cocina, busca su cartera encima de la encimera y saca su celular.—¡Espera!, ¡¿Que haces?!.—Aguarda un momento. —me hace una seña con la mano, antes de verla salir de la sala de estar y dirijirse a la puerta principal, en la parte baja de la casa; oigo la puerta abrirse pero nunca se cierra.Ella siempre a sido una buena amiga, hermana y compañera. Todo el tiempo tratando de solucionar todo. La dejo en lo suyo mientras me dispongo a recoger el desorden que tengo en la sala. Pensar que pronto tendría que dejar mi lugar, me causaba nostalgia. Era un simple y cómodo departamento; solo contaba con un dormitorio, baño individual, sala y cocina junta. Y un pequeño taller en la parte de abajo, al lado de la puerta principal. Realmente extrañaría este lugar.Una vez organizado todo dejo las copas y los platos en el fregadero y me dispongo a lavarlos.—¡Listo!.Doy un salto del susto, no la oí entrar.—¿Qué cosa?. —pregunto con cautela al ver esa sonrisa lobuna en su pre
—Rayos, que ruido tan horrible y fastidioso. —a largo la mano y apago mi odioso despertador—. Juro que compraré uno mejor. —murmuro. ¿Pero a quién diablos le gusta despertar a las seis de la mañana?, yo no. Odio madrugar. Arrastro mi pesado cuerpo al borde de la cama y me levanto. Hoy comenzaría mi nuevo empleo como secretaria del dueño de la empresa, aunque era jueves pero estaba bien, cualquier día es bueno para comenzar un nuevo trabajo.Lo primero que hago es dirigirme a la cocina a preparar mi café, así que prendo la cafetera coloco el café y dejo que se haga mientras voy al baño: lavó mis dientes, regulo la calefacción en la ducha, me hago un moño alto en la cabeza, me quito la ropa y entro. El sonido de la cafetera me indica que el café esta listo, así que salgo; enrollo mi cuerpo en una tualla y voy por mi dosis de cafeína diaria, se que hoy la necesitaré más que nunca.Reviso mi closet por algo que ponerme; me decido por un vestido poliéster blanco con negro, elegante Hasta
Will estaciona el auto frente al edificio; abro la puerta apresurada por salir de aquel espacio, tan pequeño para los dos. En mi mente solo deseaba poder subir a horcajadas sobre él y quitarle ese ceño fruncido que yo había puesto ahí.—Espera. —su mano agarra la mía justo cuando mi pies toca la acera. Cómo una corriente eléctrica estalla donde nuestras manos están unidas recorriendo todo mi brazo hasta mi espalda, ambos miramos nuestras manos y por su mirada se que también lo a sentido. No me muevo—. Disculpa por a verte gritado, no fue mi intención —Dios, yo fui la culpable de todo y él se disculpa.—No hay nada que disculpar, Will. Fue mi culpa. Así que soy yo la que debe disculparse. Lo siento mucho. —sin más, salgo del auto completamente temblando. Nunca me habían gustado los maduritos, no antes de Will. Él llego para hacer que me retractara de ese hecho. Subo los escalones de la entrada y saludo a los guardias de seguridad, uno de ellos se acerca a mí en seguida.—Buenos días.
Puedo ver como, literalmente, los engranajes de su cabeza comienzan a trabajar de prisa, su expresión seria me dice que hay algo que no le gusta. Se acerca más a mí, demasiado cerca a decir verdad. Su Respiración roza mi mejilla para poder mirarlo tengo que levantar la vista. —¿Qué fue lo que pasó en tu anterior trabajo? —Confundida por lo que acaba de decir, tardo un poco en procesar la información. «Susan no le mencionó nada, ¿Por qué?» —No quiero hablar de eso. —¿No ? —Pregunta asombrado. —No. —Me pierdo en esas profundidades grises completamente ajena a todo lo que nos rodea. —¿Interrumpo algo?. —la voz de Susan me saca de mi ensimismamiento, y es justo en ese momento que me doy cuenta de lo cerca que estabamos, tan cerca que estaba apunto de besar a Will. «Mierda, necesitaba salir ya de aquí». Me alejo de Will, giro para ver a Susan con una tonta sonrisa en la cara, ¿Que rayos me perdí? No era lo que esperaba ver. —Yo... Yo ya me iba. —miro ha Will para encontrarlo o
—No sé que es lo que quería, y luego llego aquí y tu estas así... —señala mi ropa.«Rayos me había olvidado de lo que llevo puesto». Trato rápidamente de alejarme pero Will me lo impide. Toma mi cintura con sus manos apretandome fuerte para sostenerme en el sitio.—Will, esto está mal. Tú no deberías estar aquí...—Pero estoy... —Me interrumpe–. Carol. Y no pienso irme.—Oh, si. Claro, que te iras.—Oh, no. No lo creo. —y sin más, pega sus labios a los míos y es ahí donde me percato que ha estado bebiendo. Todo ésto es producto del alcohol, tengo que detenerlo, se que mañana se arrepentirá. Pero no puedo y no quiero, mis ganas de probar sus suaves y delgados labios me superan...Abro mi boca dandole la bienvenida a explorar la mía. Mi lengua sale a su encuentro con la de él; que se une a una dulce batalla de reconocimiento y exploración. Sus labios encajan a la perfección con los míos, era obvio que mis fantasías no le hacian justicia a lo bien que realmente besa. Un beso suave pero d
Capitulo 9Will.Lo primero que escucho al detenerse el ascensor en el ultimo piso del edificio donde vivía, fueron las voces de unas chicas un poco subidas de tono, acompañadas de unas suaves risas.Abro la puerta principal y observo la escena maravillado; ambas chicas, cómo cuales niñas, en el sofá con sus copas llenas de vino tinto, unos diminutos short de pijamas y camisetas de tirantes, ninguna reparo en mi llegada hasta que tranque la puerta de un punta pies.—¡Papá, llegaste!. —Susan levanta sus brazos en una invitación silenciosa para que me acerque a ellas. Era obvio por su voz, que ya había tenido suficiente de vino por esta noche.Camino directo hacia ellas para saludarlas.—¿Ya cenaron?. —me acerco y le doy un beso en la frente a Susan. Veo que Carol se remueve incomoda, giro y sin pensarlo mucho beso su frente. Su suave piel en mis labios me hace cosqui
Capitulo 10Carol.El fuego en mi interior crecía a gran velocidad y quemaba todo a su paso. Mi cuerpo respondía automáticamente a él, cómo si fueran imanes que se atraen por un campo de fuerza invisible. Estaba tan excitada que podía sentir la humedad en mi entrepierna mojando mis bragas. El roce de su miembro contra mí me tenia perdida, solo podía sentir el fuerte agarre que le proporcionaba a mi cintura. Mi vagina volvió a palpitar.«Relájate, inhala, exhala...» me repetía eso una y otra vez como un mantra.Era estúpida mi reacción hacía él, pero es que... Joder, nunca imagine que esto de verdad pudiera pasar y, si que estaba pasando.Tiro de Will por el cabello y lo pego más hacia mí. Muerdo su labio inferior y lo arrastro entre los míos ejerciendo un poquito de presión, se que le duele porque puedo verlo en sus ojos, puedo ver el gesto de dolor que hace al fruncir el
Capítulo 11Carol.El sábado paso increíblemente rápido entre la mudanza de Susan —Que por cierto tomo a Will por sorpresa y el hombre salió echo una furia, alegando que tenía cosas que hacer en Brighton. Desde entonces no volvimos a verlo—, al apartamento de Henry y en terminar de desempacar mi propia mudanza, acomodar todas mis cosas en la habitación de huéspedes. Luego recogí la sala de estar que estaba desordenada con cajas por todos lados; las apile una dentro de la otra, más unas bolsas negras de basuras. Las lleve fuera del apartamento al cuarto de aseo... Hice tres viajes para poder sacar todo. Para cuando terminé ya estaba cansada y muy sudada.Olí mi camiseta.—Necesito una ducha urgente. —me digo a mis misma en voz alta. Así que eso hago.El pequeño baño de mi habitación no tenía bañera y recuerdo que Susan me había mencionado que hay una. Voy al baño principal al o