La mañana siguiente, me reuní con Gabriel en su oficina. La tensión en el aire era palpable, pero ambos sabíamos que teníamos que trabajar juntos si queríamos salvar la empresa.

—¿Por dónde empezamos? —le pregunté, mirando a mi hermano.

—Tenemos que investigar quién está detrás de todo esto —respondió Gabriel—. Necesitamos saber quién está manipulando la empresa desde las sombras.

Asentí.

—Tengo algunas ideas. He estado investigando y creo que puedo encontrar algunas pistas.

Gabriel me miró con interés.

—¿Qué has encontrado?

Saqué una carpeta llena de papeles y documentos.

—He estado revisando los registros financieros de la empresa y he encontrado algunas irregularidades. Creo que podemos seguir el rastro del dinero y encontrar al responsable.

Gabriel se impresionó.

—Eso es genial, Christian. Podrías ser un gran detective.

Sonreí.

—No es nada, solo he estado haciendo algunas preguntas y buscando respuestas.

Juntos, comenzamos a seguir el rastro del dinero, descubriendo una red de corrupción y fraude que llegaba a lo más alto de la empresa. Sabíamos que teníamos que ser cuidadosos, pero estábamos decididos a limpiar la empresa y restaurar su honor.

Alya

Mientras Clara y yo nos acercábamos a la mesa donde Marco estaba sentado solo, noté que me hacía un gesto con la mano para que nos uniéramos a él. Me sentí un poco incómoda, pero Clara ya se estaba dirigiendo hacia allá, así que la seguí.

Al acercarnos, Marco sonrió y nos hizo espacio para que nos sentáramos. Empezamos a charlar y reír, pero mi mirada se desvió hacia otra mesa. Allí estaba Christian, sentado con Laura y un chico desconocido. Me sorprendió verlo allí, y me sentí un poco incómoda.

Fruncí el ceño sin darme cuenta, pero luego me di cuenta de que no quería mostrar mis sentimientos. Decidí ignorar la situación y me concentré en la conversación con Marco y Clara. Pero no pude evitar echarle un vistazo a Christian de vez en cuando.

Me pregunté qué estaría haciendo con Laura y ese chico desconocido. ¿Sería algo importante? ¿O simplemente estaba pasando el rato? Intenté sacudir esos pensamientos de mi cabeza y me centré en disfrutar del momento con mis amigas.

Mientras la conversación con Marco y Clara continuaba, traté de mantener mi atención en ellos. Marco estaba contando una anécdota divertida de su último viaje, y Clara no paraba de reír. Sin embargo, no pude evitar que mi mente volviera a Christian. ¿Por qué me afectaba tanto verlo con Laura y ese chico?

Decidí que necesitaba un respiro. Me disculpé con Marco y Clara, diciendo que iba al baño.

—Voy al baño, vuelvo en un momento —dije, levantándome de la mesa.

Mientras caminaba hacia el baño, pasé cerca de la mesa de Christian. Pude escuchar fragmentos de su conversación, pero no lo suficiente como para entender de qué hablaban.

En el baño, me miré en el espejo y respiré hondo.

—No dejes que esto te afecte —me dije a mí misma—. Estás aquí para pasar un buen rato con tus amigos.

Me arreglé el cabello y volví a la mesa con una sonrisa renovada. Cuando regresé, Clara me miró con curiosidad.

—¿Estás bien? —preguntó.

Asentí y le sonreí.

—Sí, solo necesitaba un momento.

Marco continuó con su historia, y esta vez, me esforcé por estar realmente presente en la conversación. A medida que la noche avanzaba, me di cuenta de que estaba disfrutando más de lo que esperaba. Marco era realmente divertido, y Clara siempre sabía cómo hacerme reír.

Poco a poco, los pensamientos sobre Christian se desvanecieron, y me permití disfrutar del momento con mis amigos.