CAPÍTULO 26

Mis pensamientos eran un torbellino de emociones y dudas. ¿Cómo había llegado todo a este punto? La empresa, nuestra familia, todo parecía desmoronarse.

Caminé por los pasillos del campus, tratando de encontrar claridad. Las palabras de Gabriel resonaban en mi mente: "Somos familia. Tenemos que protegernos mutuamente." Pero, ¿a qué costo? No podía ser parte de algo que iba en contra de mis principios.

Me detuve frente a una ventana en uno de los edificios del campus y miré hacia afuera. El jardín, normalmente un lugar de paz, ahora parecía un reflejo de mi confusión interna. Sentí una mezcla de tristeza y determinación. Sabía que mi decisión no solo afectaba a mí, sino a todos los que me rodeaban.

De repente, escuché pasos detrás de mí. Me giré y vi a Gabriel, su rostro aún marcado por la desesperación.

—Christian, por favor —dijo, su voz más suave esta vez—. No podemos hacerlo sin ti.

Lo miré a los ojos, tratando de encontrar las palabras adecuadas.

—Gabriel, entiendo lo que dices, pero no puedo. No puedo ser parte de algo que está mal. No puedo vivir con eso.

Gabriel asintió lentamente, como si finalmente comprendiera la profundidad de mi convicción.

—Lo sé, hermano. Pero estamos en esto juntos, para bien o para mal.

Sentí una punzada de culpa, pero también una chispa de esperanza. Tal vez, solo tal vez, había una manera de salir de esto sin perder nuestra humanidad.

—Encontraremos una solución —dije, más para mí mismo que para él—. Pero no puedo regresar a la empresa. No así.

Gabriel suspiró y me dio una palmada en el hombro.

—Lo resolveremos, Christian. De alguna manera, lo resolveremos.

Asentí, sintiendo una pequeña chispa de esperanza en medio de la oscuridad. No sabía cómo, pero estaba decidido a encontrar una manera de proteger a mi familia sin perderme a mí mismo en el proceso de nuevo.

Después de horas de reflexión y análisis, tomé una decisión. No podía dejar a Gabriel solo en esto. A pesar de mis principios, la realidad era que nuestra familia estaba en peligro, y no podía simplemente dar la espalda. Decidí que ayudaría a Gabriel con la empresa, pero bajo mis propios términos.

Me levanté de mi escritorio con una nueva determinación. Si iba a involucrarme, lo haría a mi manera. Recordé cómo era antes, cuando mi enfoque y determinación eran inquebrantables. Si el Christian de ahora daba miedo, el del pasado era aún peor. Sabía que tendría que canalizar esa parte de mí para enfrentar lo que venía.

Salí de mi dormitorio y me dirigí al de Gabriel. Toqué la puerta y, al abrirse, vi la sorpresa en su rostro.

—He decidido ayudarte —dije, mi voz firme—. Pero lo haré a mi manera. Vamos a limpiar la empresa desde dentro.

Gabriel me miró, una mezcla de alivio y preocupación en sus ojos.

—Christian, no sabes cuánto significa esto para mí. Pero, ¿estás seguro? Esto no será fácil.

Asentí, sintiendo la determinación arder en mi interior.

—Lo sé. Pero no podemos seguir así. Vamos a hacer las cosas bien, aunque sea difícil.

Gabriel asintió lentamente, comprendiendo la gravedad de mis palabras.

—De acuerdo. Empezaremos mañana. Hay mucho que hacer.

Esa noche, mientras me preparaba para dormir, sentí una mezcla de miedo y esperanza. Sabía que el camino por delante sería arduo, pero estaba decidido a enfrentar cualquier obstáculo. El antiguo Christian había regresado, y estaba listo para luchar por lo que creía.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo