Amy Xiomara esta enamorada perdidamente de Alexander Santana, un hombre a quien solo conoce a travez de la televisión, gracias a las malas jugadas del destino no ha podido conocerlo en persona, pero ella tiene claro sus sentimientos, su vulnerable corazón sabe que lo que siente por él es amor. Lamentablemente tiene un padecimiento en el corazon, por lo cual si no consigue un donador de corazon morirá. El destino decide estar a su favor logra conocer a Alexander solo para rectificar su amor por él. Alexander queda flechado por Amy, a pesar de estar cansado de tratar con mujeres rodeadas de lujos y riquezas, descubre que aunque es una ñina rica de papi, es totalmente diferente a lo que él creía de ella y ambos comienzan a conocerse a profundidad. Llegando a sentir ambos un amor apasionado, ardiente, donde es imposible que ese fuego en ellos se apague. Alexander tambien conoce a Linda, una mujer humilde con un carisma que lo hechiza, le entra curiosidad y comienza a frecuentarla y sin poder creerlo comienza a tener sentimientos por ella, sentimientos que no le son del todos claros pero que están presentes, Linda es humilde,sencilla y trabajadora, con ella experimenta un amor dulce e inocente. Una desgracia llega a sus vidas, cambiando por completo el rumbo de estas, una perdida inrreparable que llenan el corazón de Alexander de odio y deseo de venganza,pero que no apagan el inmenso amor que siente en su corazón. Un corazón latiendo por un mismo fin. Un corazón dividido entre dos amores. Un corazón bondadoso dispuesto dar.... UN CORAZON LATENTE
Leer más—¡Pero mira nada más! Aun no creo que estés aquí—Me abraza con fuerza emocionado, me besa y sonríe—Dame solo unos minutos y podremos marcharnos—Asiento y lo observo hacer una par de llamadas, me sonríe nuevamente, se ve feliz, no puedo destruir esa felicidad, pero tampoco puedo engañarlo más después de lo que hice con Alexander.¡Alexander!Pensar en él me provoca jaqueca, sobre todo porque se que él provocó todo esto, lo hizo con esta intención, le dije que fue un miserable al engañarme cuando sabia que lo amaba con locura y yo…yo hice lo mismo traicioné a Agustín, sabiendo que me ama. Llevaba meses insinuando que deseaba algo más que solo besos y caricias, me excusaba con que aun no estaba lista, cuando me decidí solté el nombre del hombre que me hizo daño y no obstante terminé enredada entre sus brazos ante la menor provocación.—¿Estas bien?, te noto muy distraída—Me pregunta y yo observo que ahora vamos en su auto, ni siquiera me di cuenta como es que llegamos aquí—¿Ha pasad
Esto era lo que necesitaba, lo que siempre necesité, sus labios saben mucho mejor que antes, sus besos me saben a miel. Me dejo comer la boca, no me resisto, me aferro a sus hombros con fuerza pues temo caer con tremendo agasajo. Una de sus manos esta alrededor de mi cuello y así toma el control de nuestros besos voraces pues yo no dudé ningún segundo en corresponderle, después sube y sujeta con ambas manos mi cabello y sigue besándome con fiereza, me besa intensamente, con unas malditas ansias iguales a las mías. Su lengua la puedo sentir contra la mía y se enredan en un baile erótico, danzan sin parar de una manera tan sensual he incontrolable. ¡Cómo lo extrañé! Mis pies dejan de tocar el suelo, me levanta tan fácil sujetándome ahora de los glúteos y me empotra a la pared, enredo mis piernas en sus caderas, deja mis labios y baja a mi cuello. ¡Cielos! Juega con él, lo chupa y lame….yo me siento idiotizada, me cuesta trabajo respirar con tanta excitación, no puedo detenerlo,
Observo a mi alrededor, los rayos del sol se cuelan por la ventana y en la habitación no hay nadie más que yo, por un momento pensé que Alexander estaba aquí, que era él quien me besaba y acariciaba, toco mi cuello y cierro los ojos al recordar la dulce sensación. —¡Como puedes ser tan estúpida Amy!—Me reprendo—Ya basta, quiérete un poco y deja de pensar en él. Hoy lo enfrentaras y le dirás lo infeliz que es , te ha quitado tu hogar sin remordimiento, te ha chantajeado a su antojo, ya basta de pensar en él como lo que era. Todo ya se acabó. Me levanto furiosa y me meto a la ducha, en un par de horas le veré la cara y necesito estar lista para esto. ¡Aunque no creo estarlo! Decido vestirme con un sencillo pero elegante vestido en color azul marino, cuello redondo y mangas coquetas, es ajustado al cuerpo y me llega por debajo de las rodillas, es especial para la ocasión, cinturón dorado y zapatos por igual, me suelto el cabello, coloco un poco de rímel y mis labios rojos nada
Una gran tristeza me invade, me siento decepcionada, no se el porque pero hoy es el peor día de mi vida, camino por un pasillo largo, largo y llego a una puerta, miro las llaves en mis manos, supongo que son para abrirla. Entro a ese lugar y voy a la cocina, me detengo cuando miro las ventanas abiertas y como las cortinas se hondean llenado aquel lugar de un aire estremecedor.El timbre me hace mirar hacia la puerta, algo dentro de mi dice que no abra, a pasos lentos llego hacia ella, observo por la mirilla y me alejo con rapidez, escucho como comienzan a golpearla una y otra vez, corro hacia alguna de las habitaciones que hay en ese lugar y en la primer persona que pienso es en Alexander, no comprendo que le digo , me es difícil entenderme. Me escondo bajo la cama pero sin éxito soy sujetada de los pies y arrastrada fuera de ella , grito, pataleo, araño para que esos hombres me suelten pero es inútil.Mi cuerpo y rostro arden debido a los golpes que he recibido, un dolor insoporta
Siento una rabia en mi ser, aprieto con fuerza las sábanas que tengo en entre mis manos, las palabras de Agustín me calaron en lo más profundo del pecho, quise preguntarle, quise suplicarle que me explicara a que se refería con que Alexander probablemente y anunciaría su boda, el porqué esta tan seguro que ya me olvidó. Tiene toda la razón en decir que no puedo seguir viviendo en sus recuerdos, que no vale la pena seguir amándolo ¿pero como le hago si lo amo tanto que duele?. Después de restregarme en la cara que Alexander ya me había olvidado, regresamos a casa, Agustín por supuesto se fue furioso y ya no me dirigió la palabra. ¡Carajos! Ahora solo puedo llorar como tonta , frustrada y enojada conmigo misma. La puerta se abre y Marlene entra a mi habitación, rápidamente limpio todo rastro de lágrimas en mis mejillas. —¿Cómo te fue con Agustín? Cuenta, cuenta que tal desempeño tiene en la cama—Se sube a la cama emocionada, esperando a que le de lujo de detalles de mi encuent
TRES AÑOS DESPUÉS… POV AMY XIOMARA Durante varios meses me sentí deprimida, culpable, con miedo, pues sabía que esta nueva vida venía de una muerte. Los médicos me dijeron que era normal en un paciente que recibe un transplante de corazón, las cosas para mi y mi familia fueron mejorando con el tiempo, pues al igual que yo ellos también sufrían mi depresión. Ahora que estoy frente a el espejo y veo la cicatriz en mi pecho me siento dichosa, porque fui yo la elegida por esa persona para darme una oportunidad de vivir plenamente. Estoy enteramente agradecida con ella que pensó en sacar provecho a su muerte y dar vida a otras personas. ¡Sin duda se ganó la gloria! Acaricio con la puntas de mis dedos la enorme cicatriz que empieza desde unos centímetros debajo de la altura de mi clavícula, pasa en medio de mis senos y termina un poco más debajo de estos, siento la zona tensa y abultada con un color rojizo muy bajo, aunque es enorme la llevó con orgullo, porque se que no cualquier
Ezequiel tomó su distancia con Linda, desde la última vez que la vio y le pidió que se marchara con su madre lejos donde no corriera ningún peligro no volvió a buscarla, estar cerca de ella lo doblegaba y lo hacía reflexionar sobre la vida que llevaba. Terminaba maldiciendo en sus adentros por no poder estar a su lado y amarla como se debía, Linda se merecía a alguien no tan podrido del alma como lo era él. El hombre que ahora tenia a su lado podría hacerla feliz … Él aunque la amaba a su manera… no, no podía porque estaba condenado por sus acciones a una vida miserable y no se refería a las carencias, tenía el suficiente dinero para darle una buena vida a cualquier mujer que estuviera a su lado, pero ese era el problema el no quería a cualquier mujer. —¿Ezequiel? —Samara ¿Qué pasa? Los nervios de Samara estaban a tope, no sabia como explicarle lo que había escuchado, pero tenía en claro que Ezequiel debía saberlo. —¿Dónde estas? —Viajando, ayer el jefe me mandó a cerciorarme pers
Alexander entró corriendo a el edificio, mientras llamaba en su teléfono a la policía, al entrar chocó con un hombre quien llevaba consigo una caja la cual cayó al suelo, el teléfono de Alexander salió volando a alguna dirección del piso. —Disculpe señor no lo vi—Se disculpó aquel hombre, Alexander maldijo pero siguió su camino. —Por favor encuentra mi teléfono y llama a la policía—Dijo el pelinegro mientras corría al ascensor, no esperó respuesta y entró, su corazón palpitaba con fuerza temía lo peor. Salió del ascensor y un silencio sepulcral lo recibió, ahora se daba cuenta que cuando entró al edificio no había persona alguna más que el hombre aquel con el que había chocado, no pudo localizar a sus hombres, todo era extremadamente extraño . Cuando dejó a Linda para ir detrás de Amy personas entraban y salían del lugar ,ahora todo estaba en silencio solo sus pasos acercándose a el departamento de Linda podían escucharse, al llegar notó que la puerta estaba entreabierta, observ
Miradas Los ojos son la ventana del alma, a través de ellos revelas y transmites diferentes emociones y actitudes que no puedes expresar con palabras.Alexander tenía la mirada fija en aquella mujer que a una cierta distancia miraba la escena con lágrimas en las mejillas y la decepción en los ojos, y es que describirlo con esa palabra era poco comparado con todo lo que ella estaba sintiendo. El pelinegro temió, pues sabia que la había perdido, la forma en que lo miraba le dio a entender que todo entre ellos se había acabado.La mujer se dio la vuelta y comenzó a caminar sin mirar atrás, mientras que sentía como su corazón latía con fuerza y se estrujaba a más no poder, no podía contenerse, las lágrimas no dejaban de salir y ella no las iba a detener.—¡Amy!Escuchó la voz de aquel hombre que le había jurado amor, el que decía adorarla y sin embargo la había traicionado vilmente, detuvo sus pasos.—¡Amy por favor déjame explicarte!—Alexander suplicó. Ella se giró y entonces lo mir