Capítulo 37

Miradas

Los ojos son la ventana del alma, a través de ellos revelas y transmites diferentes emociones y actitudes que no puedes expresar con palabras.

Alexander tenía la mirada fija en aquella mujer que a una cierta distancia miraba la escena con lágrimas en las mejillas y la decepción en los ojos, y es que describirlo con esa palabra era poco comparado con todo lo que ella estaba sintiendo. El pelinegro temió, pues sabia que la había perdido, la forma en que lo miraba le dio a entender que todo entre ellos se había acabado.

La mujer se dio la vuelta y comenzó a caminar sin mirar atrás, mientras que sentía como su corazón latía con fuerza y se estrujaba a más no poder, no podía contenerse, las lágrimas no dejaban de salir y ella no las iba a detener.

—¡Amy!

Escuchó la voz de aquel hombre que le había jurado amor, el que decía adorarla y sin embargo la había traicionado vilmente, detuvo sus pasos.

—¡Amy por favor déjame explicarte!—Alexander suplicó.

Ella se giró y entonces lo mir
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