Capítulo 1
POV Amy Xiomara El delicioso sabor del chocolate llega a mi paladar y me hace soltar un placentero gemido, hoy amaneció en mi mesa de noche aun lado de mi cama una hermosa caja de chocolates, mis favoritos, sonreí porque se quien entró a mi habitación aprovechando que estaba dormida y los dejó, sabía perfectamente que con ese regalo mi enojo quedaría en el olvido y como no hacerlo si el chocolate es lo que más me gusta en este mundo, bueno, la segunda cosa que más me gusta ya que el primer lugar lo ocupa él, ese hombre que me roba suspiros con solo mirarlo en la televisión, ese que provoca que mi frágil corazón se acelere con tan solo escuchar su voz y que hace que el aire me falte en los pulmones, Alexander Santana Toto un magnate hombre de negocios dueño de la compañía de teléfonos móviles más importantes, Air Voice ; un hombre tan hermoso y sexy que roba suspiros a toda mujer que se cruce en su camino, estoy más que segura de eso; alto, piel blanca, ojos negros intimidantes, unos labios demasiados perfectos y un cuerpo qué te hace pensar cuanto tiempo le da a sus sesiones en el gimnasio. No he tenido la fortuna de conocerle en persona, nunca hemos coincidido en algún evento, o mejor dicho no he tenido la suerte ya que cuando esta por suceder, talvez por los nervios de saber que él estará ahí mi corazón comienza a fallarme y mi estado de salud se agrava. Sufro de una anomalía cardíaca congénita, una enfermedad cardíaca que se presenta en personas que nacen con un defecto en el corazón. En mi caso mis padres me lo habían tratado en la infancia con tratamientos especializados, según los doctores no era tan grave como para entrar a cirugía, todo se fue al carajo cuando mi madre murió de un paro cardíaco hace diez años y desde ese momento mi corazón dejó de funcionar correctamente, no se si fue por la impresión, el dolor, la tristeza y desolación que sentí con su repentina muerte, pero mi corazón ya no fue el mismo, desde los trece años fui sometida a diversos estudios, tratamientos intensos para salvarlo, pero todo con el pasar de los años fue empeorando, ya no me fue posible meterme a cirugía, mi padre desesperado por no querer perderme como a mi madre, no ha hecho otra cosa más que darme lo mejor, consentirme en todo no solo por ser hija única si no también porque sabe que en cualquier momento me puedo ir de su vida y dejarlo completamente solo. Los mejores médicos me revisan y me tienen en monitoreo constante porque vive con la angustia de que me pase lo mismo que a mi mamá. Mi madre nunca tuvo síntomas, era una mujer saludable aparentemente, hermosa, con una sonrisa que te llenaba de paz el alma, mi padre la amaba mucho lo podía ver en la forma que la miraba y en sus acciones para con ella. Una mañana solamente ya no despertó, recuerdo que cuando entré a su habitación la encontré en los brazos de mi padre, él se aferraba a su cuerpo y lloraba desconsoladamente, para que minutos después los paramédicos entraran y la revisaran, intentaron salvarla pero fue demasiado tarde ella estaba muerta. Todavía recuerdo cuanto sufrió, cuanto lloró su muerte como un niño, como pidió a los cielos que se la devolviera, como sollozaba en su lápida y le decía cosas bonitas como si ella pudiera escucharle, recuerdo como se encerró en su habitación y se olvidó de todos, se olvidó de mi, yo tuve que pasar mi dolor sola, sin él , sin sus palabras de aliento , sin su calor, sin su consuelo. Meses después comenzó mi batalla, cansancio, alteraciones en mi frecuencia cardíaca, no podía respirar con normalidad. Fue ahí donde mi papá salió de su letargo y su temor aumentó cuando le dijeron los doctores que mi corazón estaba fallando, al principio teníamos la esperanza que con los tratamientos mejorara ya pasaron 10 años y desde entonces en vez de mejorar solo a empeorado hace dos años nos dijeron que requería de un nuevo corazón y ni con todo el dinero que mi padre tiene por sus inversiones en diferentes empresas, se ha podido conseguir uno, desde hace dos años estoy en la lista de espera. Llevo a mi boca un chocolate más y sonrío al sentir como se deshace en mi boca, pistachos, digo en mis adentros y bajo la mirada hacia la caja qué esta sobre mis piernas para contar cuantos me he comido, pero la pequeña tarjeta me llama la atención, la abro y mi sonrisa se hace más grande . Perdona a papá, por ser ya un viejo olvidadizo, te prometo que la próxima vez no lo olvidaré. Doy un brinco en mi lugar asustada por los gritos de Marlene, abre la puerta de golpe y entra a mi habitación. —¡Esta en la tele! ,esta en la televisión —, dice moviéndose como loca por la recámara buscando no se que y yo reaccionó hasta después al darme cuenta a lo que se refiere—, ¿dónde está el maldito control? —No lo se —, me levanto desesperada y me pongo a buscarlo por doquier, en un momento ambas chocamos pero no nos importa seguimos buscando, siento que no podré seguir buscándolo por mucho tiempo, mi cuerpo se está comenzando a cansar. Veo a Marlene buscar bajo las almohadas las cuales salen volando por los aires y caen en al alfombra, lo encuentra y me mira con una sonrisa, rápidamente tomo asiento, en espera que prenda en televisor, mi corazón golpea. Pum Pum Pum Pum ( —Excelente señor Alexander, su línea telefónica es sin duda una de las mejores, hay comentarios buenos como también malos pero se reconoce que son mayoría los primeros.¿ Cómo se siente al respecto? ) Trago saliva cuando lo veo con una camisa blanca, corbata y chalequillo gris, se ve bastante bien, demasiado diría yo. Aunque no puedo verlo de cuerpo completo pues esta sentado, me imagino que los pantalones que lleva puesto le han de quedar de maravilla. (—Que te puedo decir, no me puedo quejar, soy consciente que la competencia es la que se encarga de querer dañar la imagen de Air Voice, pero ninguna logrará llegarle a los talones.) Habla con una seguridad y arrogancia que me envuelve, me encanta su seguridad, me encanta su arrogancia. Suspiro al mismo tiempo que Marlene y ambas nos volteamos a mirar y nos terminamos carcajeando. Marlene trabaja para nosotros desde hace mucho tiempo es hija de mi nana Amparo a la cuál adoro con el alma, es mi segunda mamá. Ella y yo crecimos casi juntas, recuerdo que llegó aquí cuando ambas teníamos siete años y desde entonces somos inseparables, le digo que es como mi hermana gemela pues tenemos la misma edad veintitrés años y cumplimos años el mismo día. Ella dice que de gemela no tenemos nada, pues ella es robusta, tiene unos enormes pechos, unas enormes piernas y un gran trasero, aún así tiene una agilidad para moverse qué me impresiona, su piel es morena y su cabello es negro y ondulado, es de baja estatura como yo. Siempre que Alexander está en alguna entrevista en la televisión ella corre por los pasillos y grita como loca para avisarme pues a ambas nos encanta verlo. —Sshh, espera —, me dice—, no logro escuchar. ( —Lo que estoy seguro que muchas quieren saber, no te sientas presionado en responder, sabemos perfectamente que de tu vida personal no te gusta hablar ,así que dime ….¿tienes novia? ) Nos volteamos a mirar y Marlene me toma la mano y me da una mirada tranquilizadora , ella sabe que lo mío es algo más que solo una atracción y no me juzga, al contrario me apoya en que este enamorada de un hombre al que para él ni siquiera existo y al que ni siquiera conozco como tal. (—No, no tengo novia. ) ( —Ya los escucharon señoritas, el magnate hombre de negocios está soltero, así que ya pueden dormir tranquilas. ) La entrevista se termina ahí , ambos se despiden y yo como bien lo dijo el entrevistador, ya puedo dormir tranquila. —Tienes que conocerlo ya, esta soltero pero muy pronto no lo estará y perderás tu oportunidad. —La oportunidad talvez la pierda cuando por fin me conozca y ni siquiera se fije en mi—, respondo con tristeza pues solo pensar en que lo llegara a conocer y ni me dirija tan solo una mirada, me partiría el corazón y mi autoestima quedaría por los suelos, no es que sea insegura, se que soy hermosa, pero un desprecio de él sería una terrible decepción . —Estás loca, como crees que no te va a mirar, mírate estas hermosa, ojos azules, cabello largo castaño precioso, piel blanca, cuerpazo de infarto envidiable, pero sobre todo tienes un gran corazón, algo que muy pocas estando en la buena posición en la que estas lo serían y tu sabes que no miento—. Termina diciendo y se acerca a mi mirándome seria —. Así que deja de decir tonterías que nada más y te conozca se le pondrá dura. —¡Marlene! —, la reprendo por su grosería, mirándola con enojo fingido—, en dado caso de que así sea espero estar a solas con él para ayudarlo con su problema—, agrego mordiéndome los labios nada más de imaginármelo.Marlene comienza a reír y me lanza una almohada, yo imito su acción.—Que sucia eres, solo esperas un par de provocaciones mías y te vas como hilo de media ante tus pensamientos lascivos—, entrecierra los ojos y hace una mueca de indignación fingida—, no puedo con tanta falta de pudor.—No me culpes, pero créeme que si lo tuviera enfrente y me pidiera acostarme con él yo no declinaría su oferta, por el contrario me entregaría completamente a él sin reservas, ese hombre me gusta me gusta mucho y no me quiero ni imaginar lo que es sentirse entre sus brazos porque es muy temprano para autocomplacerme, además quisiera sentir dedos varoniles dándome placer y ya no los míos —, con Marlene puedo expresarme sin problema alguno , a ella le cuento todo lo que siento y lo que me pasa ,además que en ciertas ocasiones ella sin vergüenza me platica sus encuentros ,por que sí, a pesar de estar con sobrepeso tiene más actividad sexual que yo, lo mío es solo acariciar mi sexo y listo, no más y es que
—Oye ¿te encuentras bien? ¿Vienes con alguien?—. Hace preguntas buscando mi rostro, pues es muy alto para mi, preguntas que no puedo responder, no en este momento y solo me aferro con fuerza a su saco y mantengo mi mirada en su pecho. ¡Mi respiración esta descontrolada! Debo controlarme, debo hacerlo, la impresión es demasiada, justo hoy, en este lugar, en este momento y en estas circunstancias. ¿Por qué? Me debo de ver fatal, pude haber escogido alguna otra ropa que me favoreciera, debí arreglarme más, maquillarme, hacerme algún peinado, no recuerdo haberme cepillado mis dientes. Una avalancha de pensamientos llegan a mi mente, se supone que deben ser para calmarme pero hacen todo lo contrario. Siento que voy a desmayarme y no quiero que pase no frente a él no con él, me repito que soy fuerte y que tengo que aprovechar este momento, me digo que el destino no se equivoca y por algo hoy era el día indicado para conocerlo. ¿Por qué soy tan débil? Me reprocho. Siento una calidez
Llegamos a la casa y el chófer que ahora se que anda de amores con Marlene nos ayuda a llevar las bolsas, los dos suben para dejar todo a mi habitación mientras yo me entretengo en la cocina. —Hola a todas—, saludo, esta Tita la cocinera con sus dos hijas Fátima y Gregoria, son chicas de aproximadamente unos 15 años, sorprendidas me saludan. —Buenos días señorita ¿necesita algo? —¿No fueron a la escuela? —No, hoy no tuvimos clases —, responde Fátima con una sonrisa en los labios. —Bien, me podrías servir un poco de helado de chocolate por favor. —Claro que si enseguida. Mientras Fátima me sirve el helado, me siento a una lado de la barra, observo como en silencio trabajan, Gregoria pica un poco de jitomate y Tita hace una bolas de carne para después ponerlas en un bol, ambas se miran de reojo, las veo tensas y se que es por mi presencia y es que no están acostumbradas a tenerme en la cocina. —¿Y mi nana?—,pregunto cuando Fátima me coloca el pequeño tazón de helado fren
Creo que Dios se a apiadado de mi y de este loco corazón, mi pecho retumba ante los latidos de este mismo, no puedo estar más feliz y asombrada, tengo frente a mi a Alexander, esta vez vestido en un traje y corbata azul, camisa blanca y zapatos negros, todo le queda perfectamente, se ve elegante, atractivo y varonil. Mi garganta se a secado, su cabello está un poco despeinado a propósito dándole un toque relajado, pero por la forma en que esos ojos negros miran, da a entender que esta todo menos relajado. —¿Qué .. que haces aquí?—, inquiero y el sonríe, me derrito ante esa sonrisa tan sexy que tiene. ¡Cielos! —Creo que debería de preguntártelo yo ¿no crees?—, mete las manos a su bolsillo y relame sus labios. Respiro profundo antes de responderle, no puedo negar que tengo los nervios al mil, me están sudando los pies . ¡ Que asco! —¿Porqué? —Porque yo he venido varias veces a esta empresa y jamás te he visto, ayer te conocí y hoy estas aquí ¿ no era mejor que me llamaras?
Muchas gracias doctora, no se preocupe me cuidaré lo mejor posible.Salimos de la clínica y mi papá no dice nada, llegamos a un restaurante comemos muy rico y nos disponemos de regreso a casa, mi papá canceló todo en su empresa para pasar en resto de la tarde conmigo.—Hija sabes que tu eres lo más valiosa que tengo en la vida, cuando tu madre nos dejó para convertirse en un hermoso ángel, sentí que el mundo a mis pies se abría y me tragaba para soltarme en un inmenso abismo. Los primeros días me sentía muerto en vida, dolía, dolía demasiado y aun duele, porque me hace mucha falta—. Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas y yo no dude en limpiarlas—. Pensar en que también te puedo perder me llena de angustia, de miedo, si pudiera darte mi corazón no lo dudaría, pero ya esta viejo y cansado, solo quiero que vivas, que vivas mucho y disfrutes al máximo en este vasto mundo, que te cases y que me des nietos tantos como quieras. Pero vivo temeroso qué mis deseos no se hagan reali
POVAlexander La mañana fresca me recibe como todos los días, apago la alarma que no deja de sonar desde hace diez minutos, solo dormí un par de horas, conciliar el sueño se me hizo imposible. Toda la culpa la tiene esa mujer que conocí hace días, se ha metido en mis pensamientos y no quiere abandonarlos. Un hombre exitoso y millonario como yo, esta rodeado de todo tipo de personas, unas buenas otras malas, unas sinceras otras falsas , que decir de las mujeres , se ofrecen como mujeres de lupanar, sin importar perder su dignidad y el respeto, solo por obtener una buena posición o atrapar a el mejor postor. Por un tiempo me perdí entre sus placeres no lo voy a negar, pero con el tiempo y con todo lo que he vivido puedo decir que hoy a mis treinta y dos años estoy cansado de eso y de no encontrar alguien que se muestre tal cual, que no aparente algo que está muy lejos de ser. Que ame, que ame intensamente como yo deseo hacerlo.Ahora estoy en un dilema, esos ojos azules maldita