Capítulo 2

Marlene comienza a reír y me lanza una almohada, yo imito su acción.

—Que sucia eres, solo esperas un par de provocaciones mías y te vas como hilo de media ante tus pensamientos lascivos—, entrecierra los ojos y hace una mueca de indignación fingida—, no puedo con tanta falta de pudor.

—No me culpes, pero créeme que si lo tuviera enfrente y me pidiera acostarme con él yo no declinaría su oferta, por el contrario me entregaría completamente a él sin reservas, ese hombre me gusta me gusta mucho y no me quiero ni imaginar lo que es sentirse entre sus brazos porque es muy temprano para autocomplacerme, además quisiera sentir dedos varoniles dándome placer y ya no los míos —, con Marlene puedo expresarme sin problema alguno , a ella le cuento todo lo que siento y lo que me pasa ,además que en ciertas ocasiones ella sin vergüenza me platica sus encuentros ,por que sí, a pesar de estar con sobrepeso tiene más actividad sexual que yo, lo mío es solo acariciar mi sexo y listo, no más y es que por muy estúpido que parezca no quiero entregarme a otro hombre que no sea Alexander, el en definitiva es mi amor platónico.

—Y una buen verga, diría yo—. Responde Marlene haciendo un gesto con sus manos—,pero nunca lo sentirás si no sales de tu encierro y aprendes a controlarte ,no te puedes morir sin haber probado el placer de sentir en tu interior ser sometido por algo grueso y largo, montar un buen macho cacho que te haga sucierias en la cama—. Se levanta y pone su manos en sus caderas y con el ceño fruncido agrega —, ya basta—, pienso que me dice a mi pero me sorprende cuando sus ojos están posados en mi corazón —, debes ser fuerte y dejar que Amy viva, disfrute y ame, al hacerlo ella también lo harás tú, debes ser fuerte y resistir para que puedan conocer a él amor de su vida pero sobre todo debes ser fuerte para aguantar hasta que tengamos un nuevo remplazo tuyo, no seas egoísta que Amy no lo es y ella piensa en los dos.

Desvío la mirada porque no quiero que vea que sus palabras me han afectado, siento un nudo en mi garganta que me raspa, pero no lo puedo evitar y un par de lágrimas resbalan por mis mejillas.

Siento las manos de Marlene en mi regazo para después verla como se pone de cuclillas para quedar a mi altura al igual que yo ella también a derramado un par de lágrimas.

—Por favor Amy, échale ganitas y trata de conocer a alguien, tal vez no sea con el papi Alexander pero joder debes conocer a alguien más, no puedes seguir así vivir solo de una ilusión o de un amor al que si no te animas nunca sabrás si serás correspondida o no, o ya de perdis que te tires una canita al aire con él

La comprendía no era sencillo ver a su mejor amiga casi su hermana hacerse chaquetas mentales con un hombre que no ha tratado.

—Tranquila se que tienes razón y así lo haré, este —, señalo mi corazón—, y yo le vamos a echar ganas llegó el momento de saber si Alexander Santana Toto es para mi o no.

Era increíble como Marlene y yo pasamos de la alegría a el morbo para terminar llorando, por eso la quiero tanto. Con ella podía expresarme con libertad, con mi padre no podría hablar de esas cosas y menos con el vocabulario que solía usar con Marlene.

Termino de vestirme después de haberme duchado con agua caliente, me coloqué un vestido largo en color gris claro, sin ningún estampado o alguna decoración, es de tirantes, se me ajusta a mi cuerpo muy bien, me pongo unas sandalias porque son las adecuadas para esta clase de vestidos, dejo suelta mi cabellera y solo aplico un poco de brillo en mis labios nada más. Acompaño mi vestimenta con una collar Cartier de oro blanco de 18 quilates engastado con seis diamantes que forman un sutil corazón, es mi collar favorito ya que papá me lo regaló cuando cumplí quince años, era de mi hermosa madre por eso es un objeto tan valioso para mi. Mi padre prometió buscar un anillo ahora que viajó hace poco a París, que sea el mismo diseño del corazón con diamantes si no lo conseguía con la tienda Cartier prometió que lo mandaría hacer exclusivamente para mi. Pero resulta y resalta que se le olvidó, por eso fueron los chocolates de la mañana pues yo estaba emocionada creyendo que lo traería consigo.

Tocan la puerta y segundos después se abre, mi nana Amparo entra con un bandeja, en ella trae un vaso de jugo y mis medicamentos, me sonríe y yo me acerco para saludarla, deja la bandeja en la mesa de noche y me abraza.

—Me dijo Marlene que saldrán a dar una vuelta, ¿te sientes bien mi niña?—, inquiere acariciando mi espalda mientras yo bebo mi jugo y con el mis pastillas.

—Si nana no te preocupes, quiero tomar aire fresco y comprar algunas cosas que me hacen falta.

—Esta bien, pero no te excedas demasiado, conozco a la loca de Marlene y se que te va a andar de aquí para haya, llevas tus medicamentos y tu inhalador por cualquier cosa.

Me sonríe con cariño y yo le devuelvo la sonrisa, mi nana se parece a Marlene, o lo correcto sería Marlene se parece a mi nana, el cabello rizado y los ojos negros pero chiquitos, como también en algunos rasgos de la cara; nariz y cejas, es muy cariñosa y se preocupa demasiado por mi.

—Ya deja de mirarme así, sabes que no me gusta —, le digo alejándome de ella y camino a tomar mi bolso—, lástima es lo último que quiero.

—No es lástima hija —, de inmediato responde —, solo es preocupación, sales muy poco y temo que vayas a sentirte mal.

Muy pocos sabían de mi padecimiento, era contados, porque no quería que me vieran con lástima, como una moribunda que en cualquier momento dejaría de respirar, aunque así lo fuera.

Por eso nadie que fuera ajeno a la familia sabía nada y de empleados solo los que tenían mayor antigüedad.

—Iré con Marlene sabes que ella me cuidará, ahora por favor quita esa cara—, beso sus mejillas y salgo de la habitación.

Bajamos del auto y los ojos de Marlene brillan cuando leen en nombre de la tienda “Gucci”, hacía bastante tiempo que no salíamos de compra. Entramos a la tienda y empezamos con nuestra compra compulsiva para horas después salir de diferentes tiendas repletas de bolsas, todas se las entregamos al pobre chófer con el que Marlene no pierde tiempo y coquetea, me alejo un poco de ellos para darles privacidad, mientras reviso mi teléfono y le envío un mensaje a mi papá para agradecerle por los chocolates .

—Amy— . Marlene llega hasta a mi y junta sus manos suplicante—, por favor necesito de tu ayuda, solo será un rapidín.

—¿Un que?

—Que tendremos un rapidín, cerca de aquí hay un hotel, por favor hace rato que no tengo sexo y mi cuerpo me lo está exigiendo.

Sorprendida abro la boca y la vuelvo a cerrar; ¿es enserio lo que me está pidiendo? De ladeó un poco mi cabeza en dirección a el chófer, un chico delgado pero simpático, puede que tenga nuestra edad, es alto y de piel morena igual que Marlene, cuando su mirada se posa en la mía, avergonzado la desvía.

—Esta bien , pero no tardes cualquier cosa te aviso, pero por favor prende tus notificaciones—, observo una vez más a el chofer con el que Marlene esta por irse a tener sexo y vuelvo a mirarla a ella quien tiene un brillo en su mirada muy típico de ella cuando esta por hacer algo que le fascina y pues esto es lo que a ella más le encanta—. Por favor usa protección.

—Si ,si —, aplaude —. No tardo, no te preocupes, haré que se corra rápido aunque no me de mi orgasmo, después se lo cobraré con creces —. Me guiña el ojo y se va, mientras yo me quedo parada viéndolos como se alejan, sonrío y niego con la cabeza es increíble lo loca que es mi amiga y como puede ser tan abierta a expresarse sin ningún pudor en esos temas.

Me ajusto el bolso en mi brazo, tendré que recorrer otra vez las tiendas, dar una segunda vuelta o simplemente sentarme en algún lugar a esperarla. Giro dispuesta a caminar y golpeo con algo firme y duro, parecido a una pared, me quejo y cierro mis ojos esperando el golpe, pero siento un tacto en mi cintura y otro en mi espalda, con el golpe mi bolso cae al suelo.

Abro los ojos y me encuentro con una pared humana, su fragancia me envuelve; varonil, amanerado y cuero, muy exquisita.

—¿Estas bien?—. El timbre de su voz hace que mi respiración se detenga ; debe ser una m*****a broma, me digo a mis adentros pues es muy parecida a la de Alexander: ronca y profunda. ¿Qué posibilidades habría de que me lo encontrara en este lugar? Si bien no es una zona donde cualquier gente pueda darse el gusto de hacer compras o simplemente dar una vuelta, este es un lugar exclusivo donde solo personas millonarias pueden darse ese lujo de gastar algunos miles de pesos hasta por un simple helado, pero vamos, no creo que el destino juegue a mi favor el día de hoy ¿O si?

Levanto la mirada poco a poco, encontrándome con la mirada más intensa y profunda que haya visto, unos ojazos negros brillantes que me secan la garganta y que hacen que mi respiración vuelva pero esta vez a acelerada. El me mira sin decir palabra, seguramente esperando mi respuesta pero las palabras no me salen, su mirada me atonta no se como reaccionar, pues el no parpadea ni un instante simplemente no deja de verme.

Sus manos me sueltan, porque hasta este momento en que siento como las va deslizando para alejarse es que me he dado cuenta que me sostenía . Mis piernas tiemblan como gelatina y pierden fuerza, el es muy rápido y vuelve a sostenerme con más fuerza y yo solo me aferró a él pues todo me da vuelta y siento que me falta el aire.

¡Por favor Dios ,ahora no!

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