Marlene comienza a reír y me lanza una almohada, yo imito su acción.
—Que sucia eres, solo esperas un par de provocaciones mías y te vas como hilo de media ante tus pensamientos lascivos—, entrecierra los ojos y hace una mueca de indignación fingida—, no puedo con tanta falta de pudor. —No me culpes, pero créeme que si lo tuviera enfrente y me pidiera acostarme con él yo no declinaría su oferta, por el contrario me entregaría completamente a él sin reservas, ese hombre me gusta me gusta mucho y no me quiero ni imaginar lo que es sentirse entre sus brazos porque es muy temprano para autocomplacerme, además quisiera sentir dedos varoniles dándome placer y ya no los míos —, con Marlene puedo expresarme sin problema alguno , a ella le cuento todo lo que siento y lo que me pasa ,además que en ciertas ocasiones ella sin vergüenza me platica sus encuentros ,por que sí, a pesar de estar con sobrepeso tiene más actividad sexual que yo, lo mío es solo acariciar mi sexo y listo, no más y es que por muy estúpido que parezca no quiero entregarme a otro hombre que no sea Alexander, el en definitiva es mi amor platónico. —Y una buen verga, diría yo—. Responde Marlene haciendo un gesto con sus manos—,pero nunca lo sentirás si no sales de tu encierro y aprendes a controlarte ,no te puedes morir sin haber probado el placer de sentir en tu interior ser sometido por algo grueso y largo, montar un buen macho cacho que te haga sucierias en la cama—. Se levanta y pone su manos en sus caderas y con el ceño fruncido agrega —, ya basta—, pienso que me dice a mi pero me sorprende cuando sus ojos están posados en mi corazón —, debes ser fuerte y dejar que Amy viva, disfrute y ame, al hacerlo ella también lo harás tú, debes ser fuerte y resistir para que puedan conocer a él amor de su vida pero sobre todo debes ser fuerte para aguantar hasta que tengamos un nuevo remplazo tuyo, no seas egoísta que Amy no lo es y ella piensa en los dos. Desvío la mirada porque no quiero que vea que sus palabras me han afectado, siento un nudo en mi garganta que me raspa, pero no lo puedo evitar y un par de lágrimas resbalan por mis mejillas. Siento las manos de Marlene en mi regazo para después verla como se pone de cuclillas para quedar a mi altura al igual que yo ella también a derramado un par de lágrimas. —Por favor Amy, échale ganitas y trata de conocer a alguien, tal vez no sea con el papi Alexander pero joder debes conocer a alguien más, no puedes seguir así vivir solo de una ilusión o de un amor al que si no te animas nunca sabrás si serás correspondida o no, o ya de perdis que te tires una canita al aire con él La comprendía no era sencillo ver a su mejor amiga casi su hermana hacerse chaquetas mentales con un hombre que no ha tratado. —Tranquila se que tienes razón y así lo haré, este —, señalo mi corazón—, y yo le vamos a echar ganas llegó el momento de saber si Alexander Santana Toto es para mi o no. Era increíble como Marlene y yo pasamos de la alegría a el morbo para terminar llorando, por eso la quiero tanto. Con ella podía expresarme con libertad, con mi padre no podría hablar de esas cosas y menos con el vocabulario que solía usar con Marlene. Termino de vestirme después de haberme duchado con agua caliente, me coloqué un vestido largo en color gris claro, sin ningún estampado o alguna decoración, es de tirantes, se me ajusta a mi cuerpo muy bien, me pongo unas sandalias porque son las adecuadas para esta clase de vestidos, dejo suelta mi cabellera y solo aplico un poco de brillo en mis labios nada más. Acompaño mi vestimenta con una collar Cartier de oro blanco de 18 quilates engastado con seis diamantes que forman un sutil corazón, es mi collar favorito ya que papá me lo regaló cuando cumplí quince años, era de mi hermosa madre por eso es un objeto tan valioso para mi. Mi padre prometió buscar un anillo ahora que viajó hace poco a París, que sea el mismo diseño del corazón con diamantes si no lo conseguía con la tienda Cartier prometió que lo mandaría hacer exclusivamente para mi. Pero resulta y resalta que se le olvidó, por eso fueron los chocolates de la mañana pues yo estaba emocionada creyendo que lo traería consigo. Tocan la puerta y segundos después se abre, mi nana Amparo entra con un bandeja, en ella trae un vaso de jugo y mis medicamentos, me sonríe y yo me acerco para saludarla, deja la bandeja en la mesa de noche y me abraza. —Me dijo Marlene que saldrán a dar una vuelta, ¿te sientes bien mi niña?—, inquiere acariciando mi espalda mientras yo bebo mi jugo y con el mis pastillas. —Si nana no te preocupes, quiero tomar aire fresco y comprar algunas cosas que me hacen falta. —Esta bien, pero no te excedas demasiado, conozco a la loca de Marlene y se que te va a andar de aquí para haya, llevas tus medicamentos y tu inhalador por cualquier cosa. Me sonríe con cariño y yo le devuelvo la sonrisa, mi nana se parece a Marlene, o lo correcto sería Marlene se parece a mi nana, el cabello rizado y los ojos negros pero chiquitos, como también en algunos rasgos de la cara; nariz y cejas, es muy cariñosa y se preocupa demasiado por mi. —Ya deja de mirarme así, sabes que no me gusta —, le digo alejándome de ella y camino a tomar mi bolso—, lástima es lo último que quiero. —No es lástima hija —, de inmediato responde —, solo es preocupación, sales muy poco y temo que vayas a sentirte mal. Muy pocos sabían de mi padecimiento, era contados, porque no quería que me vieran con lástima, como una moribunda que en cualquier momento dejaría de respirar, aunque así lo fuera. Por eso nadie que fuera ajeno a la familia sabía nada y de empleados solo los que tenían mayor antigüedad. —Iré con Marlene sabes que ella me cuidará, ahora por favor quita esa cara—, beso sus mejillas y salgo de la habitación. Bajamos del auto y los ojos de Marlene brillan cuando leen en nombre de la tienda “Gucci”, hacía bastante tiempo que no salíamos de compra. Entramos a la tienda y empezamos con nuestra compra compulsiva para horas después salir de diferentes tiendas repletas de bolsas, todas se las entregamos al pobre chófer con el que Marlene no pierde tiempo y coquetea, me alejo un poco de ellos para darles privacidad, mientras reviso mi teléfono y le envío un mensaje a mi papá para agradecerle por los chocolates . —Amy— . Marlene llega hasta a mi y junta sus manos suplicante—, por favor necesito de tu ayuda, solo será un rapidín. —¿Un que? —Que tendremos un rapidín, cerca de aquí hay un hotel, por favor hace rato que no tengo sexo y mi cuerpo me lo está exigiendo. Sorprendida abro la boca y la vuelvo a cerrar; ¿es enserio lo que me está pidiendo? De ladeó un poco mi cabeza en dirección a el chófer, un chico delgado pero simpático, puede que tenga nuestra edad, es alto y de piel morena igual que Marlene, cuando su mirada se posa en la mía, avergonzado la desvía. —Esta bien , pero no tardes cualquier cosa te aviso, pero por favor prende tus notificaciones—, observo una vez más a el chofer con el que Marlene esta por irse a tener sexo y vuelvo a mirarla a ella quien tiene un brillo en su mirada muy típico de ella cuando esta por hacer algo que le fascina y pues esto es lo que a ella más le encanta—. Por favor usa protección. —Si ,si —, aplaude —. No tardo, no te preocupes, haré que se corra rápido aunque no me de mi orgasmo, después se lo cobraré con creces —. Me guiña el ojo y se va, mientras yo me quedo parada viéndolos como se alejan, sonrío y niego con la cabeza es increíble lo loca que es mi amiga y como puede ser tan abierta a expresarse sin ningún pudor en esos temas. Me ajusto el bolso en mi brazo, tendré que recorrer otra vez las tiendas, dar una segunda vuelta o simplemente sentarme en algún lugar a esperarla. Giro dispuesta a caminar y golpeo con algo firme y duro, parecido a una pared, me quejo y cierro mis ojos esperando el golpe, pero siento un tacto en mi cintura y otro en mi espalda, con el golpe mi bolso cae al suelo. Abro los ojos y me encuentro con una pared humana, su fragancia me envuelve; varonil, amanerado y cuero, muy exquisita. —¿Estas bien?—. El timbre de su voz hace que mi respiración se detenga ; debe ser una m*****a broma, me digo a mis adentros pues es muy parecida a la de Alexander: ronca y profunda. ¿Qué posibilidades habría de que me lo encontrara en este lugar? Si bien no es una zona donde cualquier gente pueda darse el gusto de hacer compras o simplemente dar una vuelta, este es un lugar exclusivo donde solo personas millonarias pueden darse ese lujo de gastar algunos miles de pesos hasta por un simple helado, pero vamos, no creo que el destino juegue a mi favor el día de hoy ¿O si? Levanto la mirada poco a poco, encontrándome con la mirada más intensa y profunda que haya visto, unos ojazos negros brillantes que me secan la garganta y que hacen que mi respiración vuelva pero esta vez a acelerada. El me mira sin decir palabra, seguramente esperando mi respuesta pero las palabras no me salen, su mirada me atonta no se como reaccionar, pues el no parpadea ni un instante simplemente no deja de verme. Sus manos me sueltan, porque hasta este momento en que siento como las va deslizando para alejarse es que me he dado cuenta que me sostenía . Mis piernas tiemblan como gelatina y pierden fuerza, el es muy rápido y vuelve a sostenerme con más fuerza y yo solo me aferró a él pues todo me da vuelta y siento que me falta el aire. ¡Por favor Dios ,ahora no!—Oye ¿te encuentras bien? ¿Vienes con alguien?—. Hace preguntas buscando mi rostro, pues es muy alto para mi, preguntas que no puedo responder, no en este momento y solo me aferro con fuerza a su saco y mantengo mi mirada en su pecho. ¡Mi respiración esta descontrolada! Debo controlarme, debo hacerlo, la impresión es demasiada, justo hoy, en este lugar, en este momento y en estas circunstancias. ¿Por qué? Me debo de ver fatal, pude haber escogido alguna otra ropa que me favoreciera, debí arreglarme más, maquillarme, hacerme algún peinado, no recuerdo haberme cepillado mis dientes. Una avalancha de pensamientos llegan a mi mente, se supone que deben ser para calmarme pero hacen todo lo contrario. Siento que voy a desmayarme y no quiero que pase no frente a él no con él, me repito que soy fuerte y que tengo que aprovechar este momento, me digo que el destino no se equivoca y por algo hoy era el día indicado para conocerlo. ¿Por qué soy tan débil? Me reprocho. Siento una calidez
Llegamos a la casa y el chófer que ahora se que anda de amores con Marlene nos ayuda a llevar las bolsas, los dos suben para dejar todo a mi habitación mientras yo me entretengo en la cocina. —Hola a todas—, saludo, esta Tita la cocinera con sus dos hijas Fátima y Gregoria, son chicas de aproximadamente unos 15 años, sorprendidas me saludan. —Buenos días señorita ¿necesita algo? —¿No fueron a la escuela? —No, hoy no tuvimos clases —, responde Fátima con una sonrisa en los labios. —Bien, me podrías servir un poco de helado de chocolate por favor. —Claro que si enseguida. Mientras Fátima me sirve el helado, me siento a una lado de la barra, observo como en silencio trabajan, Gregoria pica un poco de jitomate y Tita hace una bolas de carne para después ponerlas en un bol, ambas se miran de reojo, las veo tensas y se que es por mi presencia y es que no están acostumbradas a tenerme en la cocina. —¿Y mi nana?—,pregunto cuando Fátima me coloca el pequeño tazón de helado fren
Creo que Dios se a apiadado de mi y de este loco corazón, mi pecho retumba ante los latidos de este mismo, no puedo estar más feliz y asombrada, tengo frente a mi a Alexander, esta vez vestido en un traje y corbata azul, camisa blanca y zapatos negros, todo le queda perfectamente, se ve elegante, atractivo y varonil. Mi garganta se a secado, su cabello está un poco despeinado a propósito dándole un toque relajado, pero por la forma en que esos ojos negros miran, da a entender que esta todo menos relajado. —¿Qué .. que haces aquí?—, inquiero y el sonríe, me derrito ante esa sonrisa tan sexy que tiene. ¡Cielos! —Creo que debería de preguntártelo yo ¿no crees?—, mete las manos a su bolsillo y relame sus labios. Respiro profundo antes de responderle, no puedo negar que tengo los nervios al mil, me están sudando los pies . ¡ Que asco! —¿Porqué? —Porque yo he venido varias veces a esta empresa y jamás te he visto, ayer te conocí y hoy estas aquí ¿ no era mejor que me llamaras?
Muchas gracias doctora, no se preocupe me cuidaré lo mejor posible.Salimos de la clínica y mi papá no dice nada, llegamos a un restaurante comemos muy rico y nos disponemos de regreso a casa, mi papá canceló todo en su empresa para pasar en resto de la tarde conmigo.—Hija sabes que tu eres lo más valiosa que tengo en la vida, cuando tu madre nos dejó para convertirse en un hermoso ángel, sentí que el mundo a mis pies se abría y me tragaba para soltarme en un inmenso abismo. Los primeros días me sentía muerto en vida, dolía, dolía demasiado y aun duele, porque me hace mucha falta—. Un par de lágrimas resbalaron por sus mejillas y yo no dude en limpiarlas—. Pensar en que también te puedo perder me llena de angustia, de miedo, si pudiera darte mi corazón no lo dudaría, pero ya esta viejo y cansado, solo quiero que vivas, que vivas mucho y disfrutes al máximo en este vasto mundo, que te cases y que me des nietos tantos como quieras. Pero vivo temeroso qué mis deseos no se hagan reali
POVAlexander La mañana fresca me recibe como todos los días, apago la alarma que no deja de sonar desde hace diez minutos, solo dormí un par de horas, conciliar el sueño se me hizo imposible. Toda la culpa la tiene esa mujer que conocí hace días, se ha metido en mis pensamientos y no quiere abandonarlos. Un hombre exitoso y millonario como yo, esta rodeado de todo tipo de personas, unas buenas otras malas, unas sinceras otras falsas , que decir de las mujeres , se ofrecen como mujeres de lupanar, sin importar perder su dignidad y el respeto, solo por obtener una buena posición o atrapar a el mejor postor. Por un tiempo me perdí entre sus placeres no lo voy a negar, pero con el tiempo y con todo lo que he vivido puedo decir que hoy a mis treinta y dos años estoy cansado de eso y de no encontrar alguien que se muestre tal cual, que no aparente algo que está muy lejos de ser. Que ame, que ame intensamente como yo deseo hacerlo.Ahora estoy en un dilema, esos ojos azules maldita
En el auto voy pensando con frustración en lo que tendré que soportar en la cena con Teodoro y su hija, pero no me queda de otra, cuando mi madre se de cuenta que lo que decía era cierto no podrá obligarme a nada. Mis padres son los únicos que tienen cierta influencia en mis decisiones, se que sin importar la edad que tenga ellos seguirán metiéndose en mis asuntos, me causa estrés, pero al final soy yo el que tome la decisión respecto a mi vida. Y ellos terminan en aceptarla. —¿En que tanto piensas?—. Pregunta Arthur que es quien va de copiloto, me voltea a mirar con una sonrisa. —Complaceré a mi madre con su propuesta . —¿Aceptaste casarte con la hija de Teodoro Saenz?—, Inquiere con las cejas levantadas, sorprendido. —No , pero la conoceré hoy por la noche. —¿Y que te preocupa entonces?¿ que termines enamorado de ella?—. Expresó con burla, Armad comenzó a reírse el conducía el auto, pero eso no le impidió ir atento a nuestra conversación, mis ojos lo aniquilaron. —N
Vamos en el auto detrás de ella, me he desviado de mi rumbo y ahora voy detrás de una mujer de la que no se ni su nombre, pero algo en ella me atrae, es sencilla y su léxico es coloquial, se expresa diferente, me dice palabras que no entiendo, puedo deducir con seguridad que es una persona de bajos recursos. La observo entrar a una calle empedrada en mal estado, baches con agua y demás. Se detiene frente a una casa en mal estado, que no tiene puerta, solo una cortina vieja, Armad se estaciona detrás. —Este lugar no me gusta nada —, lo escucho decir y me observa por el retrovisor. —Igual a mi —, se le une Arthur—. Bajaremos contigo. —Ya les dije que no. —Nos pagan por tu seguridad Alexander así que no esta en discusión . —Quien les paga soy yo así que no, no quiero que vayan conmigo, llamaré mucho la atención—, Arthur sonríe y niega con la cabeza. —¿Ya te viste? ¿Ya viste el lugar?, obvio llamaras la atención. No quiero discutir más con ellos porque veo como la mujer esta parada
La observo acercarse a pasos lentos hacia Teodoro, él tiene una gran sonrisa en el rostro, la mira con orgullo y mucho amor. Noto como ella suspira con pesadez, desde que desvió su mirada no la ha vuelto a levantar hacia mi dirección. Nunca se me cruzó por la cabeza pensar en las posibilidades de que Xiomara fuera hija de Teodoro, ahora entiendo el porqué estaba en su empresa, no se me cruzó por la cabeza saber más de ella, me bastó con solo saber su nombre. —Ella es mi más preciado tesoro— su padre la presenta ante los míos y por la expresión en ellos se que han quedado encantados con ella, tanto como yo. Mi madre se presenta y la abraza besando ambas mejillas, Xiomara sonríe apenada, o mejor dicho Amy. Mi padre la abraza y la alaga por su belleza , mi madre rápidamente se gira en mi dirección y me pide que me acerque. —Mira te presento a Alexander, es hijo único como tu y de igual manera es mi mayor tesoro — nuestras miradas conectan por un momento, me aclaro la gargan