¿Qué pasaría si el destino no jugará perfectamente sus cartas cuando debería? Si después de tanto tiempo y necedad las cosas no salieran completamente bien. Para Audrey aún no era momento perfecto, para Leonard lo era todo en su vida. Ella una chica rebelde que experimenta su nueva vida libre. Él, anda en busca de un amor verdadero, o eso creía. Lo que Audrey no sabía era que estar con Leonard costaría, casi su vida. Te invito a leer una historia en la que a veces, las consecuencias de nuestros actos detonan en un complicado drama en la vida de los amantes, dos amantes que de seguro terminarán, cayendo por ti.
Leer másLEONARDCUATRO MESES DESPUÉS.—¿Cómo estás?¿Cómo estaba? Era absurda la maldita pregunta, ¿Cómo podía contestarla? Un espectáculo luminoso, por encima de los rascacielos y las grandes luces naturales serpenteaban el cielo con sus luminosos tonos verdes y azules. Las auroras, como gigantes espectros espirituales entre la ciudad, era una visión inquietante no tenía las fuerzas suficientes para apreciar otra cosa.Me había sumido en mi propia burbuja todos estos meses, haciendo simplemente lo necesario para seguir, rogándole al cielo por un milagro.Carlo a mi espalda, soltó un ligero resoplido. —Ha llegado esto—dijo colocándolo cerca de mí—. Tómalo como una ofrenda de paz.Gire para mirarlo, ni siquiera podía recordarlo.—Ir a su funeral no era una buena idea—contesté cavilando.—Lo sé—suspiró—pero Marco… ¿tercero? Se ha tomado la molestia de enviarte esto y lamenta lo sucedido.Solté un suspiro.Hace solo unos meses que había sucedido todo, desde el atentado, el secuestro de Audre
Todo era como estar flotando sobre la nada, en un suave e imperceptible cojín que me mecía, presentí que era yo porque, de alguna manera llevé las manos a mi casa y ahí estaban, pálidas y brillantes, al moverlas parecía que se trataba de un espectro, un fantasma blanquecino del cual el tiempo estaba confuso, no podía ser… ¿estaba muerto?Oh no, maldición ¿Qué había hecho?Traté de recordarlo, pero no pude.No lejos de mí, entre aquella oscuridad comenzó a aparecer una nube de extraños colores, parecía una especie de nebulosa, puntos luminosos como estrellas aparecieron junto a esa nebulosa que comenzaba a moverse o quizá yo me movía, cada vez más cerca, podía, ligeramente escuchar una especie de campanillas, entonces llegué ante ella, no podía quitarle la vista de encima, de en medio de est
A lo lejos escuchaba mucho ruido, lejano…El mundo a mi alrededor se movía y la imagen de Leonard poco a poco fue desapareciendo, mi mente estaba muda, haciendo que mi visión se proyectara como una película antigua, de repente había mucha gente, muchas luces de colores, alguien me hablaba, estaba envuelta en los brazos de alguien, intenté quejarme, pero las palabras nunca salieron, era como si todo se hubiese desconectado, terminé envuelta en una manta y recostada en una fría camilla.Mi mente se había colapsado y como autodefensa había dejado solo la visión y no estaba muy segura si la respiración seguía en automático, las imágenes eran confusas, lejanas.Uno de los paramédicos, creo que me estaba hablando, me metió a la boca una pastilla e hizo que me la tragara, que, gracias al cielo, no tardó mucho en hacer efecto, apagándome p
Mi hombro chocó con una puerta de metal, solté un jadeo.—David… ¿Dónde me llevas? —escupí las palabras.—Te he dicho que ha dar un paseo—tiró de mi brazo hacia la izquierda, perdiéndonos en un pasillo donde enormes contenedores grasientos de carga estaban apilados como cadáveres, inertes, vacíos, sin nada.—Tienes que soltarme…yo puedo ayudarte David, de verdad puedo ayudarte, pero tienes que dejarme ir…—¡Cállate! —gritó, solté un jadeo cuando su agarre se hizo más fuerte—y deja de llamarme de una puta vez David.—Pero…ese es tu nombre—protesté.—¡No! —gritó y di un respingo— no lo es—apretó la mandíbula— mi nombre es Darién Rinaldi—pegó su boca en mi oído y su cuerpo
El día había iniciado de una manera brillante, feliz y cantarina, quien diría que por la noche se convertiría en un infierno.Secuestrada por el desquiciado de mi ex novio quien había asesinado a mi guardaespaldas con quien recientemente había fijado un buen lazo, su cuerpo chocando contra la pared del pasillo, cayendo en cámara lenta. Al final Jasón también había resultado tener el mismo final que Héctor y mi cuerpo aún tenía su sangre.Luchaba duramente contra mi estado de shock, no debía entrar en ese estado, no hasta que todo esto terminase, mi cerebro punzaba contra mi cráneo, lo sentía pesado, demasiado pesado.Dos desmayos en poco tiempo, uno en el ataque fallido de Jasón y otro provocado por el golpe tan fuerte que me había dado ese bastardo, sí que los hombres sabían dónde pegar.Ahora, pequeños
—Señor—dijo Dante tendiéndome la pistola, la misma que me había tendido en la iglesia que vi a Doménico.La tomé con determinación y rapidez, la revisé, estaba cargada, no quería que se percataran del temblor de mis manos, ese maldito tenía a lo más sagrado de mi vida.Doménico me dedicó una larga mirada de soslayo, sentía una extraña aura que nos envolvía, estaba nervioso, claro que lo estaba, nunca había estado a lado de forma consciente, de una persona que había derramado tanta sangre.Por extraño que pareciera, Doménico se mantenía relajado, sus hombros y espalda ligeramente curvada, la mantenía relajada, pero sus ojos profundos, mismos que los que alguna vez vi en Diane, ahora eran la pura mezcla de amenaza y peligro.—Cuando llegue el momento—dijo con el tono frio, arrastrando las
La puerta trasera del consultorio chocó contra la pared, Jasón me pasó frente a él para que saliera primero, la boca de aquella pistola me apuntaba tras la costilla quemándome, no me había dado cuenta de que estaba apretando los dientes para no gritar y de que todo mi cuerpo temblaba.Como si hubiese vivido unos minutos en lentitud había visto como Jasón tiró del gatillo y arremetió contra Héctor, la bala impactó en su pecho haciendo que su camisa blanca se manchase de sangre, de pronto todo se vio muy rápido y estaba bajando las escaleras con el desquiciado de mi ex.Frente a mi estaba aparcado un auto gris de segunda mano, tenía abolladuras en la parte trasera y despintado de la puerta del piloto, como pude lo grabé en mi mente, Jasón hundió el arma en mi costilla haciéndome daño.—Camina, gatita—dijo con voz ro
Quizá los días de calvario comenzaban ahora, la desaparición de Travis y consigo la de Madeleine, se había registrado su casa, incluso la inspección cautelosa de la casa de los Vial donde Madeleine vivía por ahora, pero en ningún lugar aparecían, la esposa de Travis estaba resguardada en su casa y no saldría en ningún momento.Gabriel y los nietos de Doménico estaba trabajando rápidamente en rastrear a Darién o a Jasón, pero no tenían ningún rastro de donde comenzar.Helena y un grupo de hombres armados habían ido a registrar la casa de Jasón, pero no habían encontrado nada.Audrey aún no se enteraba de lo sucedido, no quería alterarla, sabía que estaba bajo el cuidado de un buen agente. No quería distraerla de su trabajo ni preocuparla.Carlo y Nathaniel se encontraban en mi despacho, despu&eacut
Estaba completamente feliz, me había despertado entusiasmada, haciendo ejercicio y después una larga ducha donde me encontré cantando una canción de Marrón 5 que seguramente había escuchado en una estación, en seguida alistarme para la oficina y como era mi costumbre no ir lo suficientemente formal, esta vez quise vestirme como me sentía, alegre, entusiasta y quizá con un toque infantil, este día no hacía tanto frio así que me decidí por una falta de tul café, medias naturales, una blusa tres cuartos gris con escote en U y unas pumps nude con detalles en plateado.Frente al espejo juguetee un poco con la falda mientras colocaba un poco de música para maquillarme y peinarme.Bajé a la cocina para desayunar con Muriel y Raphael que ya me tenían el desayuno listo y por supuesto notaron mi humor y se unieron a ello.—Cariño, estas radia