Estoy deshecha, tengo enormes ojeras, me duele casi todo el cuerpo, la cabeza me va a explotar en cualquier momento, ya no sé si razono bien, siento que soy un zombi.Nunca creí que las últimas semanas de la universidad fueran demasiado intensas. Salgo hasta tarde del servicio todos los días, tengo que correr de una clase a otra, como hoy, estoy corriendo desde que me levanté, necesito entregar estos historiales clínicos para que al fin me den mi pasantía. Ni siquiera he podido pensar en mis cosas. Caminé con decisión hasta la oficina del profesor a cargo del servicio social, cargando conmigo las 35 carpetas impecables, listas y exclusivamente detalladas de los historiales a mi cargo. Los dejé en su escritorio, ese hombre sin corazón simplemente me miró y asintió para hacerme un ademán y marcharme. En estas ocasiones quería más que nada que mi apellido le cayera como un peso de plomo encima, pero yo solita me había buscado todo esto, además la rec
3 AÑOS DESPUÉSEl teléfono de mi escritorio sonó.—Dime, Yune—mi voz sonó arrastrada por el cansancio.—La paciente de las siete ha cancelado—dijo con un suspiro—, ¿Quieres que reagende?—Por supuesto—contesté quintándome los lentes y los dejé en el escritorio—. ¿Podrías traerme su archivo, por favor?—En seguida.Muy bien eso significaba que saldríamos temprano y que podría pasarla bien. Mi celular vibró con mensajes nuevos, rodeé los ojos, era él de nuevo. Observé los mensajes por la barra de notificaciones.Demian:¿Salimos hoy? Una parte de mí me decía que debía regresar a casa a descansar, pero otra era que quería quitarme el estrés, terminé por aceptar la propuesta. Una hora después Yune y yo terminamos el trabajo y nos dispusimos a salir.— Nos vemos mañana—le dije a modo de despedida. Fui al estacionamiento y me subí a mi jeep wrangler, regalo de papá. Mi bebé y yo nos trasladamos hasta el departamento de Demian. Él me esperaba con un ansi
La noche de la fiesta en la empresa Leonard y yo bailamos casi toda la noche, no volvimos a tocar el tema sobre lo sucedido en el club, simplemente fuimos nosotros, fuimos Audrey y Leonard, conociéndonos, me contaba sobre su familia y donde vivía. Nos encontramos enzarzados en una conversación como nunca antes la había tenido, me sentía tan cómoda y relajada, que la intensidad que antes me preocupaba se había esfumado.Él estaba en Montreal por negocios y esos negocios implicaban a la empresa Vial.—No puedo pasar mucho tiempo en Canadá—había dicho con nostalgia mientras miraba mi mano sobre la suya.Reflexioné sus palabras, en cualquier momento se podría ir.—Entiendo—dije mientras retiraba con lentitud mi mano.—Puedes viajar conmigo, si gustas—se apresuró a decir, retuvo mi mano y la sujetaba con fuerza. Pero me pareció que lo decía más por compromiso, quizá era de esperarse, tal vez estaba pensado incorrectamente cuando cavilé sobre el destino.—Es una buen
Había en mi vida bastantes situaciones vergonzosas, pero también algunas de las que me había salido con la mía de una manera eficaz. Como la vez en el internado cuando intenté fumar a escondidas en el baño, o cuando unas amigas me habían incitado a ver películas de terror (pese a que me daba pavor ver las películas de ese tipo), asistí. Entonces un novio de una de las chicas se había disfrazado de Freddy Krueger, con total terror le había lanzado una botella en la cabeza como autodefensa, no le paso nada más que unas cuantas puntadas. Pero ahora, ninguna de esas situaciones embarazosas se comparaba con aquella a la que en este momento me enfrentaba. Imponente, desafiante, con una mirada tan iracunda que me atravesaba. Nos quedamos varios segundos en esa posición, estaba igual que hace tres años, alto, imponente, con ese aire de grandeza, tan intimidante como siempre, había un par de líneas en su frente, quizá era la marca del ceño fruncido como ahora lo te
Estaba tan ansiosa en contar los segundos para que cambiara el semáforo que no me percaté del auto a lado del mío, miré por el rabillo del ojo y el conductor me hizo una seña para que me detuviera adelante.Apreté los ojos con fuerza. Dios me odias ¿no es cierto?Había dos opciones la primera era huir, acelerar hasta que me perdiera la pista, la otra y más dolorosa era enfrentarlo. El auto se aparcó no muy lejos, sobre la calle de Sainte Catherine.No estaba tan convencida y hacerlo significaba un gran error, sobre todo por lo que acababa de hacer. Una vocecita me gritaba “couard” (cobarde).¡Pues si lo soy!—Couard, Couard, Couard—mascullé una y otra vez.¿Qué debo hacer? Suspiré resignada y aparqué el auto delante de él, pero no me bajé, lo pensé mucho, me quedé sentada esperando. Unos nudillos tocaron la ventanilla del copiloto y di un respingo, ahí estaba, no llevaba saco y su camisa de lino gris se acentuaba perfecto a su figura musculosa, tenía un botón abierto que dejaba ver
Cuando conocí a Leonard hace tres años mi vida se volvió un caos, aunque fuesen solo dos días.Repentinamente, después de mi ceremonia de graduación todo volvió a la normalidad, había hablado con Jasón, me había quedado para curarle las heridas, nuestro rompimiento fue inevitable, no fue en muy buenos términos, pero tuvo que dejarme en paz cuando cumplí mi amenaza.Jasón usó su “fama” para soltar bastantes chismes sobre mí, alentando también sobre mi pasado. Harta de todo, las chicas y yo planeamos enviar anónimamente unas fotografías comprometidas de Jasón al Pequeño Desayuno, el blog de chismes de todo Montreal. Así que, con la ayuda de Jules, las anónimas fotos salieron a la luz; Jasón no tuvo de otra más que dejarme en paz. De ahí en fuera todo había seguido con fluidez, el trabajo, la relación con mis padres, mis amigas e incluso mis amantes. Creí que bastaba con eso, y también que nunca volvería a ver a Leonard. Pero ahora, después de tres años, Leonard volvía par
3 AÑOS ATRASLos guardias de seguridad se llevaron a Jasón, lo retuvieron hasta que la policía llegó para llevárselo.Eso fue un terrible error.Jasón armó un escándalo terrible, alegando violencia y diciendo a todo mundo que yo le había sido infiel con Leonard Dómine. Comencé a recibir infinidad de mensajes de odio y muchas amenazas de mujeres, Jasón de nuevo, se había hecho la víctima.Muy bien, si esto era lo que quería, entonces esta guerra se haría tal cual.Analicé la situación, mi celular sonó con una llamada, era Travis.—¿Tienes idea de lo que está causando tu noviecito? ¡está jodiendo nuestra reputación! si no detienes esto, Audrey, me la pagarás…Le colgué.No estaba de humor para seguir escuchando amenazas. ¿A caso no piensa en mí?¿Cómo hacer para recuperar mi reputación?Vi las fotografías de Jasón, bien, sería una carta infalible.Envié las fotografías al Pequeño Desayuno, de manera anónima.Mientras tanto, pensé en la mejor manera de recuperar mi reputación
Los recuerdos tan vividos fueron desapareciendo para tornarse completamente oscuro. Era la presencia del despertar, donde, mi cerebro renuente a dejarme tranquila, recordando las palabras de mi hermano, fuertes, casi marcadas con hierro caliente “Se va a casar”Desperté. Abrí los ojos, mirando el techo, solté un suspiro mientras mi vista se adaptaba, quise darme la vuelta, pero encontré que un brazo fuerte y pesado me cubría de la cintura, giré un poco el cuello para cerciorarme de que aquel recuerdo de la tarde había sido de verdad. Unas facciones sumidas en el más profundo sueño, sus pestañas largas se movían suavemente, su fuerte mandíbula descansaba en el más tranquilo sueño. Me quedé mirándolo un buen rato, observando lo alto de sus pómulos, sus labios hinchados, su limpia barba, recorrí con mis dedos su brazo musculoso, la línea de sus venas que se entrecruzaban y sobresalían ligeramente, dejé que mis dedos se deslizaran con lentitud hasta su