—Ya estoy lista para irme al trabajo, flojaza — le dijo Megan a su amiga Karen.
—Ja, ja, ja. Día de descanso, ya le he avisado a mi jefe.
—¿Cómo lo ha tomado?
—Solo dijo que espera que me recupere pronto porque el desfile está cerca.
—Es un cerdo, lo único que le importa es el mismo — gruñó Megan, furiosa.
—El solo es un hombre práctico, Megan, está pendiente de lo que debe estar y eso es de su empresa.
—No hay duda de que lo que tiene de guapo lo tiene de imbécil, pero ya no gastaré mis energías hablando de él —gruñó Megan, molesta.
—Ja, ja, ja. Es lo mejor, mi gruñona favorita — dijo Karen mientras sonreía.
Las dos comenzaron a reír y en ese momento la madre de Karen tocó la puerta de la habitación. Se le hacía bastante raro que su hija aún estuviera allí; por lo general a esa hora ya estaba desayunando para marcharse a la empresa. Megan quitó el pestillo de la puerta y esta entró.
—Buenos días, niñas, ¿cómo están hoy? —Hija, ¿qué haces aún en pijamas? — le preguntó Marta, preocupada.
—Hola, mami, me siento indispuesta, hoy no iré a la empresa, ya le avisé a mi jefe y me dijo que estaba bien — le respondió Karen a su madre.
Marta, totalmente sorprendida, se acercó hasta donde estaba su hija y le tocó la frente; necesitaba saber si tenía calentura, porque a simple vista no se veía enferma.
—Cariño, gracias al cielo no tienes calentura.— ¿Te duele algo?
—Si el corazón — pensó Karen, pero no dijo nada.
—Sí, mami, me duele un poco la cabeza; hoy quisiera quedarme en mi cama todo el día. Ya mañana estaré mejor.
Marta, que conocía muy bien a su hija, sabía que todo iba más allá de un simple malestar. Vio la tristeza en sus ojos y supo que no se trataba de ninguna enfermedad; su hija estaba pasando por un problema emocional, pero para no lanzarle más leña al fuego, prefirió callar. Si algo había aprendido a lo largo de los años era a respetar el espacio de sus hijas.
—Lo entiendo, mi amor, lo mejor es que descanses; tú trabajas mucho y el cuerpo siempre termina pasando factura.—Voy a la cocina y te prepararé una sopita de pollo; estoy segura de que con eso tu malestar se va a aliviar un poco.— Megan, cariño, ¿vas a desayunar aquí o te lo empaco para que te lo lleves?
—Me lo llevaré, querida Marta, muchas gracias — le respondió Megan con cariño.
Marta era el tipo de madre atenta y no solo con sus hijas, también con los amigos de estas; procuraba que todos se sintieran a gusto en su casa y sí que lo lograba.
—Muy bien, hermosa, me voy a la cocina; allí te espero — le dijo Marta a Megan y salió de la habitación.
—Tu madre es un encanto, Karen — espeto Megan.
—Sí, ella es maravillosa, siempre busca agradar y lo logra.—Por cierto, Megan, ¿te quieres llevar mi auto? —Hoy no pretendo moverme de mi cama.
—No, bonita, me iré en un taxi; recuerda que mi auto está guardado en la empresa y si me llevo el tuyo, mañana se me complicará salir — le respondió Megan mientras aplicaba un poco de máscara en sus pestañas.
—Mmm — vale, está bien.
—Karen, ¿no te gustaría ir a visitar a mi amiga la gitana hoy?
—¿Te has vuelto loca? —Ya sabes que ese tipo de cosas no me gustan en lo absoluto — le respondió Karen, ofendida.
—Yo lo sé, tontita, es solo que sería bueno saber qué puedes hacer para sacarte a Daryl Ferrer de la cabeza.—No entiendo cómo no sientes curiosidad por saber qué es lo que puede llegar a pasar.
—Porque muchas veces es mejor no saber, no te niego que muchas veces he querido saber más, pero… — Megan la interrumpió y no le permitió terminar la frase que iba a decir.
—Yo pienso que tú solo sientes miedo de que te digan que el hombre que tanto idolatras jamás será para ti o tal vez sí pueda llegar a serlo. Debes dejar de minimizarte y darte el valor que tienes tú misma — le respondió Megan.
Karen se quedó bastante pensativa; su amiga en parte tenía razón, aunque la verdad detestaba todo lo que tuviera que ver con ocultismo, si sentía una gran curiosidad por saber, así que sin pensarlo mucho tomó una decisión.
—Hagamos algo, yo voy a aceptar ir, pero con la condición de que tú me acompañes en todo momento.
Megan la miró sorprendida; ese tipo de temas jamás habían sido del interés de su amiga, lo que la hizo pensar en lo mal que se debía estar sintiendo por dentro.
—Por supuesto, yo te acompañaré en todo momento.— ¿Estás segura, Karen?
—Ja, ja, ja. Tú eres de lo que no existe, me has pedido en distintas ocasiones que vayamos al lugar y hoy que he tomado la decisión me preguntas si estoy segura.—A ti no hay quien te entienda, Megan.
—Ja, ja, ja.—Lo siento, es que me has sorprendido, mujer de Dios.—Entonces, si estás completamente decidida, llamaré a Gilda para que nos atienda hoy por la tarde; apenas salga de mi trabajo, paso a recogerte.
—¿No podría ser un poco antes? — le preguntó Karen, ansiosa.
—Déjame ver qué puedo hacer; si mi adorado jefe me lo permite, me escaparé nuevamente. Recuerda que ayer pedí un permiso para salir antes.
—Tienes razón, mejor vamos a dejarlo para cuando salgas de tu trabajo; no quiero que te metas en problemas con tu jefe.
—Ya veremos, igual te estoy avisando para que te prepares. Con suerte hoy nos pueda atender Gilda, ya sabes que siempre está ocupada.
—Vale — respondió Karen, pensativa.
—Ahora me marcho, no quiero que el tráfico de Madrid me haga comenzar mal mi mañana.— Megan se acercó y le plantó dos besos en la mejilla a Karen.
—Que tengas un bonito día, yo seguiré en mi cama hasta más tarde.
—Te lo mereces, descansa todo lo que puedas.
Megan salió de la habitación y se fue directo a la cocina; allí Marta le tenía listo el desayuno. Lo guardó en su bolso, se despidió de ella y se marchó; ya buscaría la manera de escaparse nuevamente del trabajo.
En su habitación, Karen pensaba en si estaba haciendo lo correcto. Nunca antes había aceptado que alguien le dijera nada sobre su futuro, pero tal vez su amiga tenía razón; nunca estaba de más saber que podía pasar más adelante.
A las seis de la mañana suena el reloj despertador y Karen sale disparada de la cama, estaba acostumbrada a llegar temprano a la empresa donde trabajaba como asistente personal de un CEO bastante poderoso y aparte de eso extremadamente guapo, llevaba en ese lugar poco más de un año y desde el primer momento en que lo vio quedo totalmente flechada, el detalle era que él tenía ojos para todas menos para ella, para completar su desgracia él la consideraba su persona de confianza, al extremo de contarle con cuanta mujer salía cada día, eso le hacía añicos el corazón, pero con una fabricada sonrisa se reía de todo lo que él le decía y hasta lo ayudaba enviando detalles a cada una de las modelos que quería conquistar y es que ella trabajaba en su peor pesadilla una agencia de moda donde llovían cientos y cientos de modelosLa única que conocía su secreto era Megan su mejor amiga, habían ido juntas a la universidad y se habían graduado de economistas, pero con la gran competencia que había
Dos horas más tarde el informe ya estaba totalmente listo, los cálculos habían cuadrado de manera perfecta, ahora estaba esperando que Daryl terminara una video conferencia para poder reunirse con él y explicarle a detalle lo que había realizado, la idea inicial era que el informe lo hicieran entre los dos, pero como él había tenido aquel altercado pasional en la mañana, ella no tuvo más opción que hacerlo sin él, además no era la primera vez que este le hacia ese tipo de desairesKaren toca a la puerta del CEO y este la hace pasar, ella entra en silencio, porque él está al teléfono, al escuchar un poco la conversación se da cuenta que está hablando con Karina Ferrer su madre, una mujer bastante elitista, para la cual la clase y el estatus social va más allá que cualquier otra cosa, por lo general siempre se pelea con su hijo, todavía no le perdona que se haya separado de Marilyn Escobar, una joven millonaria e hija de sus grandes amigos Raúl y Mía, lo que ella ignoraba era el daño ta
Karen se tragaba el nudo de emociones que sentía a causa de la salida de su jefe con una de sus tantas conquistas cuando su teléfono sonó y la hizo salir de aquellos pensamientos que solo la estaban atormentando, respiro profundo y cuando sintió que estaba más calmada lo agarro y contesto la llamada, era su amiga Megan— Hola Megan, ¿Cómo estás? — respondió Karen— ¡Ohhhhh! estamos de malas pulgas hoy ¿Qué te sucede? — llevo toda la mañana escribiéndote y no me has respondido, no me digas que estas sufriendo por tu jefe otra vez — le dijo Megan mientras soltaba un largo suspiro— ¿Qué comes que adivinas? — respondió Karen resignada— Lo imagine, no entiendo porque sigues en ese lugar, eso ya no es sano para ti, recuerda que sufrir es opcional — dijo Megan— Yo lo sé y créeme que lo he pensado, pero dime donde puedo conseguir un trabajo mejor que este — respondió preocupada— Tienes razón bonita, pero algo debes hacer— Lo que debo hacer es quitarme este embrujo,
Al día siguiente todo estaba preparado para la junta, habían sido convocados todos los miembros y más de uno esperaba ansioso la propuesta que iba a hacer el CEO, sobre todo su primo Julián, un hombre déspota y mal intencionado que desde el primer momento estaba ansioso por ocupar su trono en la empresa, él estaba esperando cualquier tropiezo de Daryl para poder aplastarlo, sin duda no hay nada peor en esta vida que la envidia y las malas energía de los seres más cercanosEn una gran mesa todos esperaban a que el gran CEO entrara en acción, por lo general este siempre los sorprendía con grandes ideas, esperaban que hoy no fuera la excepción, junto a él entraron Gerard y su asistente personal Karen, aunque para muchos era absurdo que una simple asistente estuviera allí, para Daryl era bastante importante, ya que por lo general casi siempre trabajaban juntos— Buenos días señores, los he citado hoy a esta junta porque quiero que estudiemos la propuesta para el desfile que tendremos e
En la sala de reuniones aún estaban Gerard, Stefano y Daryl Ferrer, al entrar ellos dejaron de hablar— Pero miren ha llegado la fiel esclava del gran CEO — se burló StefanoGerard y Daryl se miraron y se rieron, cosa que a Karen no le hizo ninguna gracia, por lo general Stefano siempre se burlaba de ella, disfrutaba haciéndola sentir inferior y todo porque Karen un día no le permitió el acceso a la oficina del CEO, Stefano era un hombre bastante prepotente y amaba ridiculizar a todo aquel que no era de su agrado— Señor Ferrer, ¿Puede venir un momento? Por favor — dijo Karen ignorando por completo los malos comentarios de Stefano— Por supuesto y tú Stefano deja de molestar a Karen — espeto Daryl molesto— ¡Oh que dolor!, ¿ya viste como el bombón Daryl Ferrer defiende a su fiel esclava? — le dijo Stefano a Gerard— Déjala en paz Stefano — respondió Gerard mientras reíaDaryl acudió al llamado de su asistente y salió de la sala de juntas, pudo ver en sus ojos la mol
Una voz detrás de ella la sacó de sus pensamientos y le pegó un gran susto. Era Julieta, la secretaria de Gerard, quien había llegado en silencio.—¿Hablando sola, Karen? —preguntó mientras se miraba en el espejo y se acomodaba sus grandes senos.Julieta era el tipo de mujer a la que le encantaba sobresalir; por lo general iba vestida de manera sexy, enseñando las grandes pelotas de silicona que se había mandado a hacer años atrás. Era la atracción de más de uno y según las malas lenguas, en más de una ocasión había pasado por la cama de su jefe, a quien trataba con más confianza de la que se debía tener con un superior, ella era una pesada, arrogante e hipócrita, desde que Karen llego a la empresa había sido víctima de su mala lengua, en frente de ella la trataba como una buena amiga, pero por la espalda se burlaba y la llamaba la mustia por su apariencia física, Karen era un mujer discreta para vestirse, podía decirse que hasta rayaba en lo anticuado y eso le molestaba a más de una,
A las afueras del edificio Fuller donde trabajaba Megan, Karen esperaba a que su amiga llegara a su encuentro. Estaba ansiosa por ir de compras; aún no recordaba la última vez en que había comprado algo bonito para ella y no lo hacía no por ser una tacaña, sino porque tenía que ayudar con la gran cantidad de gastos que había en su casa.—Ufff, qué gran carrera he dado. —Pensé que ibas a tardar más, amiga —le dijo Megan a Karen.—No había tráfico y estamos bastante cerca, ¿estás lista? —le preguntó Karen.—Más que lista, debemos ir a un lugar que tenga cosas lindas, pero a bajo costo —dijo Megan y Karen sonrió.—Ja, ja, ja, me gusta la idea, entonces ¿a dónde vamos? —preguntó Karen.—Podemos ir a Primark Gran Vía, allí se consiguen unas ofertas increíbles y creo que podamos conseguir lo que estamos buscando.—Perfecto, entonces vamos —respondió Karen emocionada.Karen arrancó su auto y se encaminaron a la Gran Vía. Esta es una de las principales calles de la ciudad española de Madrid. C
Treinta minutos después llegaron a casa de Karen, parquearon el auto y bajaron de él, reunieron todas las bolsas y se encaminaron al portal— Muero de hambre, ojalá tu madre tenga una rica comida preparada — dijo Megan— Yo también, hoy solo comí un poco, con tanto trabajo ha sido difícil tener una hora exacta para alimentarme— Lo sé, pero mejor no toquemos el tema, ya sabes cómo me pongo — respondió de manera sincera Megan— Ja, ja, ja — ya sabía que lo dirías, ya mejor cambiemos de tema, no quiero que mamá empiece a regañarme nuevamente — espeto Karen— Está bien — lo prometo, pico cerrado — respondió Megan y simuló una especie de cierre en los labiosAl entrar a la casa la madre de Karen estaba sentada terminado arreglar una ropa en su máquina de coser, hacia ese trabajo aún en contra de la voluntad de su hija, le apasionaba diseñar y coser ropa, de hecho, con ese trabajo y otros adicionales había sacado adelante a sus hijas— ¿Mami otra vez haciendo costu