Al día siguiente todo estaba preparado para la junta, habían sido convocados todos los miembros y más de uno esperaba ansioso la propuesta que iba a hacer el CEO, sobre todo su primo Julián, un hombre déspota y mal intencionado que desde el primer momento estaba ansioso por ocupar su trono en la empresa, él estaba esperando cualquier tropiezo de Daryl para poder aplastarlo, sin duda no hay nada peor en esta vida que la envidia y las malas energía de los seres más cercanos
En una gran mesa todos esperaban a que el gran CEO entrara en acción, por lo general este siempre los sorprendía con grandes ideas, esperaban que hoy no fuera la excepción, junto a él entraron Gerard y su asistente personal Karen, aunque para muchos era absurdo que una simple asistente estuviera allí, para Daryl era bastante importante, ya que por lo general casi siempre trabajaban juntos
— Buenos días señores, los he citado hoy a esta junta porque quiero que estudiemos la propuesta para el desfile que tendremos en quince días — les dijo Daryl
— Primo espero esta vez sí tengas tus ideas claras, no como en la última junta — le replico Julián de manera sarcástica
Todos miraron al joven y reafirmaron la rivalidad que esta tenía con su primo, rivalidad que había comenzado desde que el padre de Julián murió y se fue a vivir en casa de su tío Alan Ferrer , por lógica las atenciones más grandes eran para Daryl y él no lo pudo soportar, por lo que se creó el sentimiento de la envidia y hacia todo lo que estuviera en sus manos para hacerlo tropezar, Daryl muchas veces pasaba de el para evitar algún problema, pero desde que comenzó a ser miembro de la junta directiva la guerra entre primos comenzó y esta vez de una manera más fuerte
— Eso no pienso discutirlo contigo Julián, por favor mantente al margen o puedes irte de aquí — respondió Daryl furioso
La tensión podría palparse en el ambiente, hasta que Gerard Intervino
— Señores, este no es momento para que se peleen, por favor un poco más de respeto para cada uno de los presentes — espeto Gerard molesto por la situación ambos asintieron y por fin pudieron comenzar con la reunión, trataron temas importantes y todos estaban de acuerdo, pero cuando se llegó a los costos del desfile más de uno pego el grito al cielo
— Eso es una barbaridad Daryl, lo que se va a invertir en un solo desfile es una gran fortuna — replicó Cristóbal uno de los miembros de la junta
— Saben que yo trabajo con los mejores diseños, las mejores telas y las modelos más cotizadas, así que me parece perfecta la propuesta del guapo Daryl — dijo Stefano, quien se encargaba de diseñar y organizar cada uno de los desfiles que se hacían en la empresa, su prestigio era único y su profesionalismo aún más, pero él era un déspota con las personas a las que consideraba inferiores a él, su debilidad más grande era el CEO, Daryl era el hombre de sus sueños, aunque sabía que este jamás estaría a su alcance, porque era más heterosexual que cualquiera
— Stefano tiene razón, además créanme que esta nueva colección vale cada detalle, cada costo, entonces necesito que me digan ¿si pasa su aprobación o no? — pregunto Daryl con decisión
Todos comenzaron a hablar, pero sabían que el CEO siempre hacia lo necesario para mantener en primer nivel la empresa, sus decisiones siempre eran las más acertadas así que la mayoría dio su voto a favor de la propuesta
Todos comenzaron a hablar, pero sabía que el CEO siempre hacia lo necesario para mantener en primer nivel la empresa, sus decisiones siempre eran las más acertadas así que la mayoría dio su voto a favor de la propuesta
Pasados unos minutos la empresa de catering que Karen había contratado comenzó a servir cada uno de los exquisitos platos y manjares, Julián como siempre salió antes del lugar, odiaba ver cómo su primo era vanagloriado por todos, la envidia lo estaba consumiendo por dentro, pero ya llegaría su momento para vengarse de él y con ello tomar posesión de la gerencia del lugar
— Ha quedado todo como se debía Karen, cómo siempre lo hemos logrado — le dijo Daryl a su asistente mientras estrechaba su mano
En ese momento Karen sintió una corriente que recorría su cuerpo, estaba totalmente extasiada con el contacto y el acercamiento que Daryl estaba teniendo, lamentablemente para ella el solo sentía agradecimiento, no la veía con los ojos que ella quisiera, pero, aunque eran solo migajas lo que estaba recibiendo eso la llenaba y la hacía mantener viva la esperanza
— Si señor, todo ha salido como usted quería — respondió sonriente
— Si no hubiese tenido tu ayuda no lo habría logrado, así que es también el mérito es para ti — dijo Daryl con sinceridad
Los dos se miraron a los ojos y luego sonrieron, ambos formaban un equipo maravilloso, pero cada uno lo veía a su manera, ella lo hacía por el amor que le tenía y el por la confianza que tenía en ella, se quedaron en silencio aún tomados de la mano, hasta que Gerard se acercó a ellos y los regreso a la realidad
— En hora buena Daryl, has dejado nuevamente a Julián como el payaso que es — se burló Gerard
El CEO soltó la mano de Karen y se centró en su amigo, por lo general siempre que él llegaba ella pasaba a un segundo plano
— Gracias hermano, debemos celebrarlo, por cierto, hoy es la gala benéfica que te comenté, ¿Vas a venir? — le pregunto Daryl
— Por supuesto que voy, de seguro hay muchas bellezas esperando por nosotros — Gerard soltó una carcajada y ambos chocaron sus manos
Karen los veía y escuchaba en silencio, ya nada le sorprendía, muchas veces los había escuchado hablar y existían temas peores, ella se estaba dando la vuelta para irse cuando Daryl se dio la vuelta y la tomo del brazo
— Karen, ¿Te gustaría venir con nosotros a la gala benéfica? — pregunto Daryl, él quería agradecer todo lo que ella estaba haciendo por él y por la empresa
— No creo que yo encaje en ese lugar señor, pero de igual manera gracias por la invitación — respondió Karen con sinceridad
— Me halagaría mucho que vinieras está noche, si gustas puedes invitar a un amigo — insistió Daryl
Ella se quedó pensativa, podría decirse que era la primera vez que él le insistía tanto para que lo acompañara a un lugar, así que se sintió querida por él y se preguntó ¿Por qué no debía ir?, pensó en invitar a su amiga Megan, con suerte le acompañaría
— Déjeme llamar a una amiga y le doy una repuesta, señor — respondió Karen emocionada
— Perfecto, estaré esperando tu respuesta — dijo a Daryl y luego se dio la vuelta para seguir hablando con su amigo Gerard
Karen salió de la sala de juntas, saco su móvil y tecleo el número de su amiga Megan
Un timbrazo…
Dos…
— Hola Megan hermosa — saludo Karen emocionada
— Holaaaa amiga, ¿cómo les fue en la reunión de la junta directiva?
— Salió todo perfecto como siempre
— Ahora entiendo tu emoción, me alegra mucho, se todo lo que trabajaste, aunque supongo que todos los méritos se los lleva el imbécil de tu jefe — espero Megan molesta
— Por Dios Megan, no tienes que expresarte de esa manera
— Lo siento, pero sabes muy bien lo que pienso de tu relación profesional y toxica con el CEO
— Si lo sé cada vez que puedes me lo dice Megan— gruñó Karen molesta
— Perdón, es que ese tema me exaspera, lo lamento amiga ¿Me perdonas? — suplico Megan
— Ja, ja, ja, estás perdonada pesada, además no te llamaba para eso
— ¿Qué sucede? — pregunto Megan
— Te llamaba para invitarte a una gala benéfica que hay hoy por la noche y mi jefe me ha invitado, ¿Quieres acompañarme?
Megan se quedó en silencio había visto fotos del CEO, pero nunca lo había visto en persona, sentía una curiosidad enorme por ver de cerca cuál era el magnetismo que tenía ese hombre para hacer que su amiga perdiera la cabeza
— Está bien te acompañare, ¿a qué horas pasas por mí? — pregunto Megan
Karen se sorprendió de que su amiga aceptará sin rechistar, ella era explosiva y siempre discutía cuando se tocaba el tema de Daryl Ferrer
— Comienza a las siete, si quieres podemos arreglarnos en mi casa, lo que no se es que ponerme, sabes que no soy de ir mucho a fiestas o cócteles — dijo Karen preocupada
— Tienes razón, ¿A qué hora sales de trabajar hoy? — pregunto Megan interesada
— No lo sé, supongo que a las cinco y treinta
— Pídele un permiso a tu jefe y vamos a comprar un lindo vestido para esta noche, ¿Te parece?
— Es una buena idea, creo que es la única manera en que asistiría, además no creo que mi jefe me necesite — dijo Karen
— Perfecto, habla con tu jefe y avísame la hora en que nos veremos — voy a terminar de organizar unas cosas aquí en el trabajo y me inventare algo para marcharme
— Ja,ja,ja, no sé cómo haces para salir de tu trabajo de esa manera — espeto Karen mientras reía
— Solo me invento cualquier cosa, pero tampoco es que lo hago a cada momento, sabes muy bien que es solo es casos puntuales, además siento que está noche es posible que conozca al amor de mi vida
— Seguramente lo harás — Ja, ja, ja
Se que lo dudas, pesada, pero ya lo verás, si quisieras ir con Gilda la gitana me entenderías — respondió y soltó una carcajada
— Sabes que no me gustan ese tipo de cosas, ahora te dejare, voy a coordinar con mi jefe lo que hablamos
— Vale, vale, no voy a insistir — Ja, ja, ja, tu solo tienes miedo de que Gilda te diga tu futuro — te quiero tonta, avísame cuando tengas la hora exacta para irnos — le dijo Megan y finalizó la llamada, debía pensar en que diría para poder marcharse.
En la sala de reuniones aún estaban Gerard, Stefano y Daryl Ferrer, al entrar ellos dejaron de hablar— Pero miren ha llegado la fiel esclava del gran CEO — se burló StefanoGerard y Daryl se miraron y se rieron, cosa que a Karen no le hizo ninguna gracia, por lo general Stefano siempre se burlaba de ella, disfrutaba haciéndola sentir inferior y todo porque Karen un día no le permitió el acceso a la oficina del CEO, Stefano era un hombre bastante prepotente y amaba ridiculizar a todo aquel que no era de su agrado— Señor Ferrer, ¿Puede venir un momento? Por favor — dijo Karen ignorando por completo los malos comentarios de Stefano— Por supuesto y tú Stefano deja de molestar a Karen — espeto Daryl molesto— ¡Oh que dolor!, ¿ya viste como el bombón Daryl Ferrer defiende a su fiel esclava? — le dijo Stefano a Gerard— Déjala en paz Stefano — respondió Gerard mientras reíaDaryl acudió al llamado de su asistente y salió de la sala de juntas, pudo ver en sus ojos la mol
Una voz detrás de ella la sacó de sus pensamientos y le pegó un gran susto. Era Julieta, la secretaria de Gerard, quien había llegado en silencio.—¿Hablando sola, Karen? —preguntó mientras se miraba en el espejo y se acomodaba sus grandes senos.Julieta era el tipo de mujer a la que le encantaba sobresalir; por lo general iba vestida de manera sexy, enseñando las grandes pelotas de silicona que se había mandado a hacer años atrás. Era la atracción de más de uno y según las malas lenguas, en más de una ocasión había pasado por la cama de su jefe, a quien trataba con más confianza de la que se debía tener con un superior, ella era una pesada, arrogante e hipócrita, desde que Karen llego a la empresa había sido víctima de su mala lengua, en frente de ella la trataba como una buena amiga, pero por la espalda se burlaba y la llamaba la mustia por su apariencia física, Karen era un mujer discreta para vestirse, podía decirse que hasta rayaba en lo anticuado y eso le molestaba a más de una,
A las afueras del edificio Fuller donde trabajaba Megan, Karen esperaba a que su amiga llegara a su encuentro. Estaba ansiosa por ir de compras; aún no recordaba la última vez en que había comprado algo bonito para ella y no lo hacía no por ser una tacaña, sino porque tenía que ayudar con la gran cantidad de gastos que había en su casa.—Ufff, qué gran carrera he dado. —Pensé que ibas a tardar más, amiga —le dijo Megan a Karen.—No había tráfico y estamos bastante cerca, ¿estás lista? —le preguntó Karen.—Más que lista, debemos ir a un lugar que tenga cosas lindas, pero a bajo costo —dijo Megan y Karen sonrió.—Ja, ja, ja, me gusta la idea, entonces ¿a dónde vamos? —preguntó Karen.—Podemos ir a Primark Gran Vía, allí se consiguen unas ofertas increíbles y creo que podamos conseguir lo que estamos buscando.—Perfecto, entonces vamos —respondió Karen emocionada.Karen arrancó su auto y se encaminaron a la Gran Vía. Esta es una de las principales calles de la ciudad española de Madrid. C
Treinta minutos después llegaron a casa de Karen, parquearon el auto y bajaron de él, reunieron todas las bolsas y se encaminaron al portal— Muero de hambre, ojalá tu madre tenga una rica comida preparada — dijo Megan— Yo también, hoy solo comí un poco, con tanto trabajo ha sido difícil tener una hora exacta para alimentarme— Lo sé, pero mejor no toquemos el tema, ya sabes cómo me pongo — respondió de manera sincera Megan— Ja, ja, ja — ya sabía que lo dirías, ya mejor cambiemos de tema, no quiero que mamá empiece a regañarme nuevamente — espeto Karen— Está bien — lo prometo, pico cerrado — respondió Megan y simuló una especie de cierre en los labiosAl entrar a la casa la madre de Karen estaba sentada terminado arreglar una ropa en su máquina de coser, hacia ese trabajo aún en contra de la voluntad de su hija, le apasionaba diseñar y coser ropa, de hecho, con ese trabajo y otros adicionales había sacado adelante a sus hijas— ¿Mami otra vez haciendo costu
A las cinco de la tarde las chicas comenzaron a arreglarse, Alexa ya había llegado y las ayudo, no había duda que los temas de belleza eran su fuerte, Karen le pidió a su hermana que le dejara el cabello suelto y a esta le gustó la idea, pero no lo dejaría liso le haría unas ondas que le darían más volumen a su cabello, en cuanto al maquillaje Alexa propuso uno bastante natural, conocía los gustos de su hermana y sabía que si se excedía está era capaz de no ir a ningún lugar, con Megan la situación fue diferente, ella si quiso un maquillaje mas fuerte— Karen, si no te quedas tranquila no podré delinear bien tu ojo, es más deberías quitarte esos lentes horribles que siempre llevas puestos — gruñó Alexa— ¿Quieres que salga rodando por las escaleras? — sabes muy bien que sin mis lentes no veo muy bien — le respondió Karen a su hermana— Lo sé, lo sé, pero deberías hacer una excepción por hoy, tus lentes no van con la ocasión— Pues no hay más opciones, si no te gustan lo la
Las dos chicas se despidieron de Alexa y de Marta, luego salieron del lugar, al llegar al portal Karen se sentía bastante incómoda su visión era borrosa y a causa de su astigmatismo las luces eran terribles para sus ojos, con cuidado caminaron hasta el auto y subieron en el, colocaron la dirección en el GPS y se encaminaron a la gran gala, ambas están bastante nerviosas, no era común para ellas asistir a ese tipo de eventos— ¿Crees que encajemos en ese lugar? — le pregunto Karen a Megan nerviosa— Por supuesto, tampoco es que somos unas extraterrestres, además vamos bien arregladas para la ocasión— Tienes razón, pero solo con pensar en la madre de mi jefe me da de todo que las demás personas sean como ella — susurró preocupada— ¿Tan mala persona es? — no me asustes— No sé si es una mala persona, pero si es una mujer bastante clasista, para ella lo más importante es la alta sociedad— Que lamentable, pensé que ya no existía gente de ese tipo — ¡Dios santo! Estamos e
Karen estaba bromeando cuando escucho la voz de su jefe que hablaba con otro hombre, rápidamente volteo y con la poca visión que tenía lo pudo ubicarlo y se quedó boca abierta iba vestido y peinado como siempre, el era perfecto — Karen soltó un gran suspiro, lo cual llamo la atención de Megan, quien rápidamente miro en la misma dirección que Karen— ¡Madre mía! — ¿ese es Daryl Ferrer? — pregunto Megan sorprendida— Si, es el y quién lo acompaña es su padre el señor Alan Ferrer, un hombre tan increíble como su hijo— Con esa descripción vas a hacer que vaya detrás de los huesos del viejito — Ja, ja, ja— Ja, ja, ja — eres una pesada Megan— Lo soy, lo asumo, ahora viendo al CEO entiendo porque se te baja la tanga cada vez que hablas de el — le dijo Megan bromeando— Es que es perfecto, ¿A caso no lo ves?— Si lo veo, pero ya con que tú estés locamente enamorada de él es suficiente — Ja, ja, ja— Pesada — respondió Karen mientras seguí mirando a su jefePa
Daryl estaba sentado junto a sus padres, Gerard, Clara y la familia de su exnovia, cosa que no le agradaba mucho, pero su madre se empeñaba en querer juntarlos. Ella aún no superaba la ruptura de su hijo y su sueño más grande era que pudieran regresar para que Daryl volviera a ser el hombre centrado de antes, no el mujeriego que todos los días andaba con una mujer distinta.— Daryl, ¿ya viste quién está en la otra mesa? —preguntó Gerard sin ningún tipo de decoro; no le importaba que Clara lo escuchara, estaba tan acostumbrado a que ella lo perdonara que parecía que hacía las cosas a propósito.Daryl miró hasta donde él le decía y vio a Amanda Duque, una presentadora de televisión con la que había querido salir desde hacía un tiempo, pero nunca se le había presentado la oportunidad de hacerlo. Tal vez hoy era el día, pensó y sonrió.— Esa mujer es una preciosidad, la necesito en mi vida — dijo Daryl emocionado.— Será en tu cama, canalla — respondió Gerard y soltó una carcajada, cosa q