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Capitulo 8 - Entre risas y expectativas

Treinta minutos después llegaron a casa de Karen, parquearon el auto y bajaron de él, reunieron todas las bolsas y se encaminaron al portal

—      Muero de hambre, ojalá tu madre tenga una rica comida preparada — dijo Megan

—      Yo también, hoy solo comí un poco, con tanto trabajo ha sido difícil tener una hora exacta para alimentarme

—      Lo sé, pero mejor no toquemos el tema, ya sabes cómo me pongo — respondió de manera sincera Megan

—      Ja, ja, ja — ya sabía que lo dirías, ya mejor cambiemos de tema, no quiero que mamá empiece a regañarme nuevamente — espeto Karen

—      Está bien — lo prometo, pico cerrado — respondió Megan y simuló una especie de cierre en los labios

Al entrar a la casa la madre de Karen estaba sentada terminado arreglar una ropa en su máquina de coser, hacia ese trabajo aún en contra de la voluntad de su hija, le apasionaba diseñar y coser ropa, de hecho, con ese trabajo y otros adicionales había sacado adelante a sus hijas

— ¿Mami otra vez haciendo costura? — le pregunto Karen molesta a su madre

—      Si hija, solo unos trabajos para Melinda los necesitaba y no me pude negar — ya sabes cómo se pone de pesada

—      Mamá, esa mujer todo lo que hace es aprovecharse de ti — siempre te pide que hagas diseños o arregles sus trajes y no te paga lo que mereces

—      Tal vez tengas razón cariño, pero no puedo olvidar que ella nos ayudó cuando más lo necesitábamos

—      Y se lo agradezco mamá, pero ya no quiero que trabajes tanto, eso puede dañar tu vista y tu espalda

—      Karen, ¡Por Dios! — deja de tratarme como una vieja, aún estoy bastante joven — replicó Marta molesta

—      Lo siento mami, no quise hacerte sentir de esa manera — respondió Karen y se lanzó a los brazos de su madre

Marta la acunó en sus brazos y Karen la lleno de besos, tenían una relación bastante bonita, por lo general estaban juntas y se apoyaban en cada momento de sus vidas, Karen a diferencia de Alexa siempre había sido más obediente, por supuesto el tema de la edad también era un problema, Alexa tenía tan solo veinte años y aún estaba buscando su norte, era inconstante en todo lo que hacía y siempre estaba metida en un nuevo problema, si verdadera esencia era ser una rebelde sin causa, lo peor de todo es que su madre muchas veces la apoyaba por miedo a que se fuera de casa o se hiciera daño así misma

—      Martita estamos muriendo de hambre — ¿tendrás algo rico para nosotras? — le pregunto Megan a la madre de Karen

—      Si cariño, sabes que en casa siempre hay comida preparada, aunque no sabía que mis niñas llegarían tan temprano

—      Lo siento mami, olvide avisarte — se disculpo Karen— hoy vamos a una gala benéfica que el señor Ferrer nos invitó

Al escuchar ese apellido Marta se tenso un poco, pero al mismo tiempo se interesó en la salida que tendría su hija, podría decirse que eran pocas las veces en que ella salía a disfrutar un poco

—      Eso es maravilloso cariño, ¿Por eso trajeron tantas bolsas?

—      Si mami, Megan y yo fuimos de compras, ya verás el hermoso vestido que me he comprado — dijo Karen emocionada

Karen saco todo lo que había comprado de las bolsas y fue mostrándole a su madre, está veía todo encantada, se sentía feliz de verla tan emocionada

—      Está todo precioso mis niñas — ahora vayan a la cocina y sírvanse algo de comer — les dijo Marta

—      ¡Ufff! — vamos muero de hambre — espeto Megan mientras tomaba la mano de su amiga Karen y se marchaban a la cocina

Al entrar revisaron y había una deliciosa paella preparada, se sirvieron y la calentaron en el microondas, luego se sentaron a comer

—      Mmm, está deliciosa — no hay quien supere a tu madre en la cocina

—      Lo certifico, la sazón que tiene es único, nadie lo Iguala — respondió Karen

—      Cambiando de tema, ¿Ya sabes que te harás en el cabello?

—      No lo sé, creo que lo dejaré suelto, ya sabes por lo general lo llevo recogido

—      Me parece muy bien — tienes razón casi siempre lo llevas recogido — respondió Megan — yo si me haré un moño alto, así se podrá apreciar mejor el corte del vestido

—      Me gusta la idea, ahora que terminemos de comer podemos descansar un poco y luego arreglarnos

Megan miro su reloj y asintió, aún tenían tiempo suficiente para arreglarse, apenas terminaron de comer limpiaron todo lo que ensuciaron en la cocina y se fueron directo a la habitación, allí se lanzaron en la cama y hablaron un poco de la noche que tendrían por delante

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