A las seis de la mañana suena el reloj despertador y Karen sale disparada de la cama, estaba acostumbrada a llegar temprano a la empresa donde trabajaba como asistente personal de un CEO bastante poderoso y aparte de eso extremadamente guapo, llevaba en ese lugar poco más de un año y desde el primer momento en que lo vio quedo totalmente flechada, el detalle era que él tenía ojos para todas menos para ella, para completar su desgracia él la consideraba su persona de confianza, al extremo de contarle con cuanta mujer salía cada día, eso le hacía añicos el corazón, pero con una fabricada sonrisa se reía de todo lo que él le decía y hasta lo ayudaba enviando detalles a cada una de las modelos que quería conquistar y es que ella trabajaba en su peor pesadilla una agencia de moda donde llovían cientos y cientos de modelos
La única que conocía su secreto era Megan su mejor amiga, habían ido juntas a la universidad y se habían graduado de economistas, pero con la gran competencia que había en el país tuvieron que optar por cargos menores a los que debían tener, por supuesto el gran CEO Daryl Ferrer al ver su gran desempeño no dudo en darle un salario bien ostentoso, con lo que su calidad de vida había mejorado muchísimo, ahora podía ayudar a su madre y a su hermana menor, consideraba que su madre lo merecía todo y es que a Marta le había tocado sacarla adelante a ella y a su hermana Alexa cuando su padre de la noche a la mañana se marchó sin importarle el sufrimiento que estaba causando con su abandono
la vida para ella no fue del todo fácil, le toco crecer más rápido de lo normal y trabajar desde muy joven para ayudar a su madre con todos los gastos del hogar, aun así, estudio una carrera universitaria, su madre siempre le decía que debía salir adelante y demostrarse cada día lo buena que era en todo lo que se proponía
<<Insistir, persistir y nunca desistir, esa era su frase>>
Un día en la universidad estaba estudiando en la biblioteca y conoció a Santiago un chico de su edad, el capto su atención y tiempo después se convirtieron en novios, un noviazgo que duro más de dos años, pero que le dio más de un quebradero de cabeza, con el poco amor propio que le quedaba decidió dejarlo, apartarse de él y es que la verdad ese tipo de relaciones no eran buenas para nadie, como si no le importara el de inmediato lo acepto y la razón fue simple, había otra chica en la que estaba interesado, al enterarse Karen que este había iniciado una nueva relación se prometió no enamorarse más, cosa que cambio el día que conoció a su adorado jefe Daryl Ferrer
— Buenos días mami — le dijo Karen a Marta su madre
— Hija buenos días, te estas levantando bastante temprano últimamente
— Tengo muchísimo trabajo mami el señor Daryl está trabajando en un nuevo desfile y ya sabes cómo se pone
— Lo entiendo cariño, no sé cómo aguantas a ese señor
Si tú supieras — pensó para sus adentros
— Sabes lo difícil que esta conseguir un trabajo aquí en España, además lo que me gano es más de lo que me podrían pagar en otro lugar
— Tienes razón, pero igual nunca es bueno dar tanto, ¿te apetece un café?
— Voy a pasar a ducharme y a lavar mis dientes primero
— Vale cariño — respondió Marta
Se marcho al baño y rápidamente se ducho, había quedado con su jefe en que llegarían temprano y le ayudaría montar un informe que debía presentar en la junta directiva para que le aprobaran el presupuesto para los gastos del desfile que ya estaba en puerta, una vez termino paso a su habitación y se colocó su uniforme, se puso sus lentes correctivos, bastante anticuados por cierto, se montó en sus zapatos de tacón medio y regreso a la cocina donde estaba su madre, ella ya tenía el desayuno listo y le sirvió
— Mami, no creo que me dé tiempo de desayunar — le dijo mientras se tomaba un sorbo de café
— Esto es insólito Karen, ya ni siquiera quieres desayunar, tu horario de entrada es a las ocho y treinta de la mañana y ni siquiera el reloj ha marcado las siete, para que vayas corriendo de esa manera
— Lo se mami, pero ya te he explicado por qué debo estar antes hoy
— Al menos llévate tu desayuno, no quiero que te vayas a desmayar a causa del hambre
— Jajaja, eres la mejor mami del universo — te adoro
— Quiero serlo, pero tú me exasperas con esa actitud cariño
Marta que de tonta no tenía un pelo, sabía muy bien porque su hija actuaba de esa manera, ya la había visto enamorada y actuaba de esa manera, aunque la fascinación que tenía por su jefe sobrepasaba a la que había tenido por Santiago el hombre que la hizo derramar más de una lagrima
— Te prometo que mañana me iré más tarde mami — le dijo mientras colocaba su desayuno en su bolso
— Eso es lo que dices siempre, vamos a ver si se vuelve una realidad
Beso a su madre y para evadir la conversación que tanto le incomodaba salió disparada de su casa, la empresa le había asignado un auto así que nunca tenía impedimento para llegar temprano, ese era uno de los tantos privilegios que tenía al ser la asistente personal de Daryl Ferrer
Karen saco su móvil y antes de arrancar su auto llamo a su amigo Alejandro para decirle que ya iba a pasar por él, este inmediatamente le atendió
— Por Dios, ¿te has caído de la cama hoy? — pregunto Alejandro mientras pasaba sus manos por la cara
— Jajaja, ya te dije ayer que hoy tenía mil cosas por hacer, ¿paso a buscarte?
— No, apenas estoy despertando y no te quiero retrasar
— Vale, nos vemos en la oficina, se bueno y no llegues tarde
— Lo prometo bonita — respondió y pensó en seguir durmiendo
Alejandro y Karen se habían conocido en la empresa y comenzaron a trabajar casi que, al mismo tiempo, al ser los más nuevos decidieron juntarse y construir una gran amistad, aunque para él se estaba haciendo difícil porque ella le atraía, pero para no dañar su amistad prefería quedarse callado
Karen finalizo su llamada, encendió su auto y se marchó directo a la empresa, el beneficio de salir tan temprano era que el tráfico aún no estaba detestable como todos los días
Apenas piso la empresa Fue recibida por Fernando el vigilante del lugar, lo saludo con mucho afecto y siguió su camino, nadie entendía como una chica tan noble podía ser la asistente personal de un patán gruñón como Daryl Ferrer
Al llegar a su puesto de trabajo encendió la computadora, paso al archivo que estaba cerca de la oficina de su jefe y se puso manos a la obra, desde que había llegado allí ella siempre buscaba la manera de facilitarle la vida a Daryl, como le decía su amiga Megan, era una total masoquista, lo peor es que muchas veces el pasaba por alto todo lo que ella hacia
¿Sería sano sentir ese tipo de amor? — muchas veces Karen se hizo esa misma pregunta y la respuesta era simple, “no era sano para nadie arrastrarse por alguien que ni siquiera te determina”, pero de igual manera seguía haciendo lo mismo día tras día
Después de buscar la información que necesitaba regreso a su escritorio y allí comenzó a sacar los balances que necesitaba, todo estaba siendo perfecto, en cuestión de organización y números pocas cosas le quedaban grandes, fue una alumna excelente en la universidad y en la práctica era a un mejor, cuando ya llevaba más de la mitad del trabajo miro su reloj y se dio cuenta que era poco más de las nueve de la mañana, su estómago comenzó a rugir, así que decidió tomar su desayuno, lo saco y de manera discreta comenzó a comer, pero cuando iba a dar el tercer mordisco, escucho la voz de su jefe que por lo visto no había pasado buena noche
— Buenos días señorita, ¿Qué le he dicho de comer en los escritorios? — le pregunto molesto
— Lo lamento señor, llegue bastante temprano para hacer el informe que me pidió y no alcance a desayunar
Al escucharla Daryl se arrepintió de lo que le había dicho, necesitaba calmarse, no podía perder una pieza tan valiosa para su empresa como lo era Karen, ella siempre le ayudaba en todo y tampoco era la culpable de la mala mañana que había tenido por culpa de Eglee una de sus tantas conquistas, que por venganza lo había dejado atado a la cama y si no es por Crisol su empleada de servicio aun estaría allí, aunque nadie le quitaba la vergüenza de que esta lo encontrara sin ropa
— Está bien Karen, lo siento, estoy pagando contigo la mañana de m****a que tuve
— ¿Está todo bien señor? — pregunto Karen sumamente preocupada
— Si, solo que una bruja malvada me dejo amarrado en mi habitación, solo por el hecho de haberme equivocado al decir su nombre, ¿puedes creerlo? — pregunto como si estuviera hablando con su mejor amiga
La cara de Karen fue un poema y al mismo tiempo se sintió miserable, ella como siempre preocupándose por él y el en la cama con otra, pero que podía reclamar, se trataba de su jefe y si ella era tan entregada a su trabajo no era precisamente porque él se lo pidiera
— Y lo creo señor, debió haber sido terrible lo que le ha tocado vivir — respondió de manera dramática
— Lo fue, aunque lo peor de todo fue cuando Crisol entro y me vio como Dios me trajo al mundo
— ¿Lo ha visto su mujer de servicio de esa manera?
— Si y se ha quedado fija mirándome, tuve que lanzarle unos cuantos gritos para que quitara su mirada de mí, es que la verdad son pocas las mujeres que se resisten a mis encantos, bueno tu eres una de ellas, es por esa razón que te cuento esta y muchas otras historias
¡Si tú supieras! — pensó Karen, pero prefirió como siempre guardárselo
— Gracias por la confianza señor — le respondió de manera tímida
Los dos se miraron fijamente y reaccionaron cuando Gerardo Oliveros el gerente de finanzas y mejor amigo de Daryl apareció
— Hombre aquí estas, te llame al móvil, ¿Por qué no has atendido? — hola señorita Karen
— Buenos días señor — respondió Karen mientras observaba la escena entre los dos amigos
— Lo siento hermano, si te contara todo los que me paso, me entenderías mejor, vamos a mi oficina — Karen por favor tráenos do cafés bien fuertes
— Enseguida señor — respondió Karen
Los dos hombres entraron a la oficina y Karen los siguió con la mirada hasta que la puerta se cerró, ambos eran un par de sinvergüenzas mujeriegos, les encantaban las modelos, aunque Gerardo tenía una relación con una chica llamada Clara Bustamante, una joven de una familia bastante adinerada, pero la pobre pisaba el piso por donde el pisaba, cosa que hacía que él se aprovechara y la engañara cada vez que podía, lo más terrible de todo es que ella no se daba cuenta o tal vez si lo hacía, pero por miedo a perderlo se hacía a la vista gorda, saliendo de sus pensamientos Karen fue directo a buscar el café que le había pedido su adorado tormento Daryl, lo sirvió con cuidado y se encamino a la oficina, toco la puerta y él le pidió que pasara, en ese momento se percató que Gerardo le mostraba la foto de la amiga de una de las chicas con la que había salido hacia un par de días, para desgracia de Karen, Daryl le pregunto qué tal le parecía
¿Era tanta la confianza que él le tenía?
— No seas pesado Daryl, ¿Por qué le preguntas eso a tu asistente?
— La razón es sencilla, Karen conoce muy bien mis gustos y siempre me gusta escuchar su opinión, por lo general suele ser muy objetiva — ¿Qué te parece la chica de la foto?
Karen observo la foto que desde el móvil de Gerardo le estaban mostrando y vio a una chica alta, cabello negro largo, con cuerpo escultural, todo lo opuesto a ella que era de tamaño promedio, con el cabello rubio, cara angelical, labios pequeños, pero carnosos, ojos color ámbar y piel blanca, hermosa para muchos, pero menos para Daryl
— Es guapa, cumple con todos los requisitos — respondió Karen con la voz bastante cortada
— Entonces si coordina la cita para el fin de semana, querido amigo
Ellos eran el dúo perfecto, Daryl era alto, color de piel clara, con un cuerpo de infarto y lo más impresionante eran sus ojos, los tenía negros como la noche, eso por lo general había vuelto loca a más de una, Gerardo era todo lo contrario, por supuesto igual de guapo, pero con el cabello rubio, ojos verdes y piel blanca, juntos eran los azotes de las modelos de la ciudad y sus alrededores
— ¿Me puedo retirar señor? — pregunto Karen, conteniendo el nudo que llevaba en la garganta
— Si, avísame cuando tengas listo el informe, me gustaría revisarlo antes de pasarlo a la junta directiva — respondió Daryl
— Perfecto, así lo hare — dijo Karen y salió como alma que lleva el diablo directo al baño
Al entrar allí se encerró, las lágrimas comenzaron a salir y se sintió la mujer más estúpida del universo, ¿hasta qué punto debía aguantar? — sin más se secó las lágrimas, el show debía continuar, tampoco podía darse el lujo de perder su trabajo, como lo había hecho en distintas oportunidades se guardó sus sentimientos y salió a cumplir con su deber.
Dos horas más tarde el informe ya estaba totalmente listo, los cálculos habían cuadrado de manera perfecta, ahora estaba esperando que Daryl terminara una video conferencia para poder reunirse con él y explicarle a detalle lo que había realizado, la idea inicial era que el informe lo hicieran entre los dos, pero como él había tenido aquel altercado pasional en la mañana, ella no tuvo más opción que hacerlo sin él, además no era la primera vez que este le hacia ese tipo de desairesKaren toca a la puerta del CEO y este la hace pasar, ella entra en silencio, porque él está al teléfono, al escuchar un poco la conversación se da cuenta que está hablando con Karina Ferrer su madre, una mujer bastante elitista, para la cual la clase y el estatus social va más allá que cualquier otra cosa, por lo general siempre se pelea con su hijo, todavía no le perdona que se haya separado de Marilyn Escobar, una joven millonaria e hija de sus grandes amigos Raúl y Mía, lo que ella ignoraba era el daño ta
Karen se tragaba el nudo de emociones que sentía a causa de la salida de su jefe con una de sus tantas conquistas cuando su teléfono sonó y la hizo salir de aquellos pensamientos que solo la estaban atormentando, respiro profundo y cuando sintió que estaba más calmada lo agarro y contesto la llamada, era su amiga Megan— Hola Megan, ¿Cómo estás? — respondió Karen— ¡Ohhhhh! estamos de malas pulgas hoy ¿Qué te sucede? — llevo toda la mañana escribiéndote y no me has respondido, no me digas que estas sufriendo por tu jefe otra vez — le dijo Megan mientras soltaba un largo suspiro— ¿Qué comes que adivinas? — respondió Karen resignada— Lo imagine, no entiendo porque sigues en ese lugar, eso ya no es sano para ti, recuerda que sufrir es opcional — dijo Megan— Yo lo sé y créeme que lo he pensado, pero dime donde puedo conseguir un trabajo mejor que este — respondió preocupada— Tienes razón bonita, pero algo debes hacer— Lo que debo hacer es quitarme este embrujo,
Al día siguiente todo estaba preparado para la junta, habían sido convocados todos los miembros y más de uno esperaba ansioso la propuesta que iba a hacer el CEO, sobre todo su primo Julián, un hombre déspota y mal intencionado que desde el primer momento estaba ansioso por ocupar su trono en la empresa, él estaba esperando cualquier tropiezo de Daryl para poder aplastarlo, sin duda no hay nada peor en esta vida que la envidia y las malas energía de los seres más cercanosEn una gran mesa todos esperaban a que el gran CEO entrara en acción, por lo general este siempre los sorprendía con grandes ideas, esperaban que hoy no fuera la excepción, junto a él entraron Gerard y su asistente personal Karen, aunque para muchos era absurdo que una simple asistente estuviera allí, para Daryl era bastante importante, ya que por lo general casi siempre trabajaban juntos— Buenos días señores, los he citado hoy a esta junta porque quiero que estudiemos la propuesta para el desfile que tendremos e
En la sala de reuniones aún estaban Gerard, Stefano y Daryl Ferrer, al entrar ellos dejaron de hablar— Pero miren ha llegado la fiel esclava del gran CEO — se burló StefanoGerard y Daryl se miraron y se rieron, cosa que a Karen no le hizo ninguna gracia, por lo general Stefano siempre se burlaba de ella, disfrutaba haciéndola sentir inferior y todo porque Karen un día no le permitió el acceso a la oficina del CEO, Stefano era un hombre bastante prepotente y amaba ridiculizar a todo aquel que no era de su agrado— Señor Ferrer, ¿Puede venir un momento? Por favor — dijo Karen ignorando por completo los malos comentarios de Stefano— Por supuesto y tú Stefano deja de molestar a Karen — espeto Daryl molesto— ¡Oh que dolor!, ¿ya viste como el bombón Daryl Ferrer defiende a su fiel esclava? — le dijo Stefano a Gerard— Déjala en paz Stefano — respondió Gerard mientras reíaDaryl acudió al llamado de su asistente y salió de la sala de juntas, pudo ver en sus ojos la mol
Una voz detrás de ella la sacó de sus pensamientos y le pegó un gran susto. Era Julieta, la secretaria de Gerard, quien había llegado en silencio.—¿Hablando sola, Karen? —preguntó mientras se miraba en el espejo y se acomodaba sus grandes senos.Julieta era el tipo de mujer a la que le encantaba sobresalir; por lo general iba vestida de manera sexy, enseñando las grandes pelotas de silicona que se había mandado a hacer años atrás. Era la atracción de más de uno y según las malas lenguas, en más de una ocasión había pasado por la cama de su jefe, a quien trataba con más confianza de la que se debía tener con un superior, ella era una pesada, arrogante e hipócrita, desde que Karen llego a la empresa había sido víctima de su mala lengua, en frente de ella la trataba como una buena amiga, pero por la espalda se burlaba y la llamaba la mustia por su apariencia física, Karen era un mujer discreta para vestirse, podía decirse que hasta rayaba en lo anticuado y eso le molestaba a más de una,
A las afueras del edificio Fuller donde trabajaba Megan, Karen esperaba a que su amiga llegara a su encuentro. Estaba ansiosa por ir de compras; aún no recordaba la última vez en que había comprado algo bonito para ella y no lo hacía no por ser una tacaña, sino porque tenía que ayudar con la gran cantidad de gastos que había en su casa.—Ufff, qué gran carrera he dado. —Pensé que ibas a tardar más, amiga —le dijo Megan a Karen.—No había tráfico y estamos bastante cerca, ¿estás lista? —le preguntó Karen.—Más que lista, debemos ir a un lugar que tenga cosas lindas, pero a bajo costo —dijo Megan y Karen sonrió.—Ja, ja, ja, me gusta la idea, entonces ¿a dónde vamos? —preguntó Karen.—Podemos ir a Primark Gran Vía, allí se consiguen unas ofertas increíbles y creo que podamos conseguir lo que estamos buscando.—Perfecto, entonces vamos —respondió Karen emocionada.Karen arrancó su auto y se encaminaron a la Gran Vía. Esta es una de las principales calles de la ciudad española de Madrid. C
Treinta minutos después llegaron a casa de Karen, parquearon el auto y bajaron de él, reunieron todas las bolsas y se encaminaron al portal— Muero de hambre, ojalá tu madre tenga una rica comida preparada — dijo Megan— Yo también, hoy solo comí un poco, con tanto trabajo ha sido difícil tener una hora exacta para alimentarme— Lo sé, pero mejor no toquemos el tema, ya sabes cómo me pongo — respondió de manera sincera Megan— Ja, ja, ja — ya sabía que lo dirías, ya mejor cambiemos de tema, no quiero que mamá empiece a regañarme nuevamente — espeto Karen— Está bien — lo prometo, pico cerrado — respondió Megan y simuló una especie de cierre en los labiosAl entrar a la casa la madre de Karen estaba sentada terminado arreglar una ropa en su máquina de coser, hacia ese trabajo aún en contra de la voluntad de su hija, le apasionaba diseñar y coser ropa, de hecho, con ese trabajo y otros adicionales había sacado adelante a sus hijas— ¿Mami otra vez haciendo costu
A las cinco de la tarde las chicas comenzaron a arreglarse, Alexa ya había llegado y las ayudo, no había duda que los temas de belleza eran su fuerte, Karen le pidió a su hermana que le dejara el cabello suelto y a esta le gustó la idea, pero no lo dejaría liso le haría unas ondas que le darían más volumen a su cabello, en cuanto al maquillaje Alexa propuso uno bastante natural, conocía los gustos de su hermana y sabía que si se excedía está era capaz de no ir a ningún lugar, con Megan la situación fue diferente, ella si quiso un maquillaje mas fuerte— Karen, si no te quedas tranquila no podré delinear bien tu ojo, es más deberías quitarte esos lentes horribles que siempre llevas puestos — gruñó Alexa— ¿Quieres que salga rodando por las escaleras? — sabes muy bien que sin mis lentes no veo muy bien — le respondió Karen a su hermana— Lo sé, lo sé, pero deberías hacer una excepción por hoy, tus lentes no van con la ocasión— Pues no hay más opciones, si no te gustan lo la