Amy Wilson, una chica que tiene una vida parecida a cenicienta, pero sin su príncipe azul. Tiene que soportar a su tía y sus insoportables primas mellizas quienes se burlan de ella por ser . En una noche cansada de las burlas decide que dará su virginidad al primer chico que encuentre, pero deberá ser cautelosa porque nadie debe conocerla. Adam Collins, cree que el amor no existe para él, pero una noche todo cambiará, en una habitación a oscuras, bajo la luz de luna encontrará a una chica que le hace creer nuevamente en el amor, el único problema es que no le vio el rostro y no la conoce, por lo que decidirá ir en busca de ella. Ahora Adam quiere encontrarla y Amy no quiere ser hallada.
Leer más— No puedo creer que el día más importante de tu vida, llegues tarde— Lucía me regañaba, ya que había llegado era tarde parala ceremonia.— Tú tienes la culpa, por hacer una fiestael día de ayer. Estoy de cruda, pero mis nervios son tanto que se ha esfumado de mi cuerpo.— Déjate de ver tanto en el espejo, vas a romperlo.— ReclamóLucia— Lucia, este día no es cualquiera. Es uno de los más especiales de mi vida, el cual nunca se volverá a repetir.—¿Estas segura que no se volverá a repetir?— Estoy segura Lucia... Matt nos espera,
Amy cuatro meses después... — ¡Se estámoviendo! ¡Lucía el bebé se está moviendo!— Decía emocionada. Tenía mi mano sobre el vientre de Lucia. Tenía cinco meses de embarazo y ya se podían sentir sus movimientos, lo cual erizaba mi piel. Esto era verdaderamente un milagro de la naturaleza humana. Como de algo tan insignificante, podía formarse un ser humano. Aún recuerdo cuando Lucia llegó hasta su padre y contarle la verdad. Yo la acompañe en ese momento. Alec quería asistir, pero Lucía lo impidió. Aún recordaba quedurante todo el camino, ella estaba realmente nerviosa. No sabía cuál sería la reacción de su padre. Al final su reacción fue todo lo contrario a lo que Lucia pensaba. El Señor Fox, casi mandaba a comprar una casa solo para el
Amy— Eres una mujer tan valiente. Has pasado por tanto, pero eres una guerrera, nunca nos has decepcionado— Mi madre acariciaba mi rostro, mientras veíamos hacia el mar. La brisa en nuestros rostros nos daban paz. Mi padre estaba a mi lado derecho, mientras que ella en el lado izquierdo.— Me encanta estar aquí y no quisiera irme.— pronuncié— A nosotros también nos encantaría— Dijo mi padre— Pero debes regresar, te esperan tus amigos; Lucia, Thiago, Alec y hasta Adam. No puedes abandonarlos.Mi padre tenía razón, aunque quisiera estar en este lugar con ello no podía abandonar a mis amigos.
AdamLlegamos a una especie de bodegas abandonadas. Iba caminando cautelosamente, mientras seguía a Raquel.Entramos por una puerta, la cual hizo un rechinido al momento de entrar. Seguimos caminando otro poco, hasta llegar a otra puerta. Observé por una ventana pequeña y logré ver a Carlota con un arma en la mano. Hablaba por teléfono. Giré la perilla y para sorpresa estaba abierta.— ¿Qué haces?— Susurró Raquel, tomándome del brazo— ¡Ella tiene un arma!— ¡No me importa!— Dije, soltandome de su agarre— ¡Si quieres, quédate aquí! ¡Pero yo no voy a detenerme en este momento!— En
—¡Despierta! ... ¡Despierta querida Amy! — Una voz susurraba a mi oído—¿Mamá? — Pregunté. Abrí mis ojos y me encontré en un lugar muy hermoso, un campo lleno de flores, la brisa soplaba en mi rostro y mi cabello bailaba al son de las olas del viento. Tenía puesto un vestido blanco a mis rodillas. No tenía zapatos pero no me importaba, el césped entre los dedos de mis pies se sentía agradable.— ¡Mi linda niña se ha convertido en una hermosa mujer!— Escuché esa voz, aun seguía igual. Era la voz de mi padre. Me giré y loencontré junto a mi madre. Ambos estaban con ropas blancas. Mi madre estaba hermosa, seguía igual de bella, tal y como la recordab
AdamLlevábamos tres días en busca de Amy y no teníamos ni una sola pista acerca de su paradero. Mi paciencia estaba llegando al límite. La policía lo único que decía era que debíamos tener paciencia y eso era lo que menos tenía en estos momentos.De toda esta situación lo más extraño, fue que mi padre se involucrara en esto. Cuando se los conté a ambos, mi padre fue el primero en comunicarse con el Señor Fox, el papá de Thiago y Lucia, para pedir información acerca del caso.Mi padre supo que Carlota, había escapado de la cárcel, que desde meses atrás venía amenazando a Amy, utilizando como anzuelo a las personas mas cercanas a ella. Iniciando conmigo. Tuve que contar
AmyUn gran dolor de cabeza me aquejaba. Quise tocarme para masajear mis sienes, pero no pude. Mis manos estaban atadas. Abrí mis ojos y todo estaba oscuro, una venda me los cubría, que me impedía ver.Entonces como un rollo fotográfico, todas las escenas vinieron a mi mente. El embarazo de Lucia, mi encuentro con Adam, el salto, el callejón y el golpe en mi cabeza.Sentí que estaba sentada en una silla y tanto mis manos y pies estaban atados. Empecé moverse queriendo zafarme de mis extremidades de la cuerda, pero fue inútil.— ¡Hola querida sobrina! —Me congelé al escuchar su voz. — Tenía tanto tiempo de no verte, también te extrañaba mucho.
Adam— ¡Amor apresúrate!— Raquel me llamaba desde el lobby. Yome encontraba detenido observando a Lucia, quien se encontraba sentada en el bar. — ¡Espérame cinco minutos! ¡Necesito hacer algo antes!— Le dejé las maletas a Raquely corrí hacia el bar. Víque lucía se movía de su lugar. Supongo que estaba por irse, al ver que yo no hacía acto de presencia. Se giró y nos encontramos.— ¡Adam! ¡Creí que no vendrías!— Solo tengo cinco minutos Lucia, así que dime lo que me tengas que decir.— Sé que regresarása Il
AdamLlevaba casi tres horas esperando a Amy. No podía creer que era un tonto por creer nuevamente en sus palabras. Pero esta vez no iba a quedar burlado. Ella me tendría que dar explicaciones de lo sucedido. Y ahora sí necesitaba una buena respuesta, en la noche ella se había entregado a mi otra vez y pude sentir que su amor no había cambiadoCuando desperté y no la encontré en el auto me sentí decepcionado, creí que al despertar ella estaría en mis brazos, que hablaríamos de todo lo sucedido, obtener respuestas y no más preguntas. Había dormido tanto que cuando salí del auto, observé que pocos quedaban en el estacionamiento. Llegué hasta donde estaba el señor de la barra y me comentó que ya tenía ratos que se habían i