— No puedo creer que el día más importante de tu vida, llegues tarde — Lucía me regañaba, ya que había llegado era tarde para la ceremonia.
— Tú tienes la culpa, por hacer una fiesta el día de ayer. Estoy de cruda, pero mis nervios son tanto que se ha esfumado de mi cuerpo.
— Déjate de ver tanto en el espejo, vas a romperlo. — Reclamó Lucia
— Lucia, este día no es cualquiera. Es uno de los más especiales de mi vida, el cual nunca se volverá a repetir.
—¿Estas segura que no se volverá a repetir?
— Estoy segura Lucia... Matt nos espera,
— Acaso te has visto en el espejo, no solo eres fea, eres huérfana. Nadie en este mundo te quiere. — ¡Eso es mentira! — respondí — ¡Alguien vendrá a mi vida y me querrá tal y como soy! — Eso no te lo crees ni tú misma, ¡No te das cuenta de que ni Dios te quiere
¡Hola! Soy Amy Wilson y voy a contarles parte de mi historia, a los 14 años mis padres fallecieron en un accidente de vehículo, en ese momento sentí que mi mundo se venía abajo, lo único que quería era que mi corazón dejará de latir para irme con ellos, pero eso no era posible debía enfrentar el dolor que vivía en ese momento, fueron los días más horribles de mi vida.
—¡Wow! ¡Esta preciosa amiga! — Expresó Cami.Me vi por el espejo y realmente era otra persona, llevaba puesto un vestido rojo, un poco arriba de la rodilla, ajustado a la cintura, cuello en ve y parte de la espalda descubierta, mi cabello estaba totalmente lacio, sin anteojos y maquillaje en el tono perfecto.— ¡Eres genial! — Exclamé a mi amiga, realmente era otra persona. Sentí una mano fría, que tocaba mi mejilla, pasaba por mi hombro hasta llegar a mi brazo. Me asusté, pero no hice ningún movimiento. Me encontraba de lado viendo hacia la ventana y alguien estaba detrás de mi tocándome con una mano fría.— ¿Quién eres? — Dijo una voz casi en susurro, era una voz masculinaEstaba espantada y no sabía que iba hacer, así que decidí que me daría la vuelta rápidamente y le daría un golpe y saldría corriendo. Conté hasta tres mentCAPÍTULO 3
Desperté por el sonido insistente de un móvil, en ese momento recordé lo que había pasado, quise moverme, pero sentí un fuerte brazo que rodeaba mi cintura. Me moví y logré quitarme el brazo, tratando la manera de no despertar al chico.Escuché nuevamente el sonido del móvil y logré localizarlo en la oscuridad, era el teléfono que Camila me había entregado. Me acerqué a tomarlo porque si seguía así iba despertar al chico.Lo tomé — Hola— Respondí en un susurro.
Empecé abrir mis ojos debido a los rayos de sol que entraban por la ventana de mi habitación, parpadeé varias veces para acostumbrarme a esa luz tan resplandeciente. Busque mi reloj para visualizar la hora ya que siempre era la alarma la que me despertaba.Estiré uno de mis brazos cerca de la mesita de noche para tomarlo. Casi me caigo de la cama de la impresión ¡Eran tardísimo!Me quité las sábanas y me moví rápidamente para salir de mi habitación y ver si mis primas aún se encontraban en casa. Talvez mi reloj no tenía bien la hora.
Corría entre los pasillos de la escuela, jalaba a mi amiga del brazo apresuradamente. Mi corazón latía a mil por hora, sentía miedo, ansiedad, confusión, sentía tantas emociones en este momento. ¿Qué iba hacer? ¿Cómo era posible que había estado con Adam Collins?— ¡Para! — Exclamó mi amigaNo le hice caso y la llevé a la parte trasera de la preparatoria, veía para todos lados asegurándome que nadie nos seguiera y que podíamos hablar de todo lo que estaba sucediendo.
— ¡No quiero ir! — Reclamé a mi amiga. Mientras era arrastrada por ella hacia el campo futbol. — Debo ir a la biblioteca a cumplir mis labores como asistente. — Insistí a mi amiga.Yo trabajaba unas horas por la tarde en la biblioteca como asistente de la bibliotecaria. El dinero que obtenía lo utilizaba para mis clases de baile.— ¡Vamos!, además el entrenamiento ya va a finalizar, solo será por unos momentos. — Exclamó mi amiga mientras me seguía jalando.Llegamos al campo de fútbol, los chicos jugaban un partido de entrenamiento, el entrenador hacía el papel de árbitro. Fuimos a las gradas del campo y nos sentamos en la &uac