—¡Despierta! ... ¡Despierta querida Amy! — Una voz susurraba a mi oído
—¿Mamá? — Pregunté. Abrí mis ojos y me encontré en un lugar muy hermoso, un campo lleno de flores, la brisa soplaba en mi rostro y mi cabello bailaba al son de las olas del viento. Tenía puesto un vestido blanco a mis rodillas. No tenía zapatos pero no me importaba, el césped entre los dedos de mis pies se sentía agradable.
— ¡Mi linda niña se ha convertido en una hermosa mujer! — Escuché esa voz, aun seguía igual. Era la voz de mi padre. Me giré y lo encontré junto a mi madre. Ambos estaban con ropas blancas. Mi madre estaba hermosa, seguía igual de bella, tal y como la recordab
AdamLlegamos a una especie de bodegas abandonadas. Iba caminando cautelosamente, mientras seguía a Raquel.Entramos por una puerta, la cual hizo un rechinido al momento de entrar. Seguimos caminando otro poco, hasta llegar a otra puerta. Observé por una ventana pequeña y logré ver a Carlota con un arma en la mano. Hablaba por teléfono. Giré la perilla y para sorpresa estaba abierta.— ¿Qué haces?— Susurró Raquel, tomándome del brazo— ¡Ella tiene un arma!— ¡No me importa!— Dije, soltandome de su agarre— ¡Si quieres, quédate aquí! ¡Pero yo no voy a detenerme en este momento!— En
Amy— Eres una mujer tan valiente. Has pasado por tanto, pero eres una guerrera, nunca nos has decepcionado— Mi madre acariciaba mi rostro, mientras veíamos hacia el mar. La brisa en nuestros rostros nos daban paz. Mi padre estaba a mi lado derecho, mientras que ella en el lado izquierdo.— Me encanta estar aquí y no quisiera irme.— pronuncié— A nosotros también nos encantaría— Dijo mi padre— Pero debes regresar, te esperan tus amigos; Lucia, Thiago, Alec y hasta Adam. No puedes abandonarlos.Mi padre tenía razón, aunque quisiera estar en este lugar con ello no podía abandonar a mis amigos.
Amy cuatro meses después... — ¡Se estámoviendo! ¡Lucía el bebé se está moviendo!— Decía emocionada. Tenía mi mano sobre el vientre de Lucia. Tenía cinco meses de embarazo y ya se podían sentir sus movimientos, lo cual erizaba mi piel. Esto era verdaderamente un milagro de la naturaleza humana. Como de algo tan insignificante, podía formarse un ser humano. Aún recuerdo cuando Lucia llegó hasta su padre y contarle la verdad. Yo la acompañe en ese momento. Alec quería asistir, pero Lucía lo impidió. Aún recordaba quedurante todo el camino, ella estaba realmente nerviosa. No sabía cuál sería la reacción de su padre. Al final su reacción fue todo lo contrario a lo que Lucia pensaba. El Señor Fox, casi mandaba a comprar una casa solo para el
— No puedo creer que el día más importante de tu vida, llegues tarde— Lucía me regañaba, ya que había llegado era tarde parala ceremonia.— Tú tienes la culpa, por hacer una fiestael día de ayer. Estoy de cruda, pero mis nervios son tanto que se ha esfumado de mi cuerpo.— Déjate de ver tanto en el espejo, vas a romperlo.— ReclamóLucia— Lucia, este día no es cualquiera. Es uno de los más especiales de mi vida, el cual nunca se volverá a repetir.—¿Estas segura que no se volverá a repetir?— Estoy segura Lucia... Matt nos espera,
— Acaso te has visto en el espejo, no solo eres fea, eres huérfana. Nadie en este mundo te quiere. — ¡Eso es mentira! — respondí — ¡Alguien vendrá a mi vida y me querrá tal y como soy! — Eso no te lo crees ni tú misma, ¡No te das cuenta de que ni Dios te quiere
¡Hola! Soy Amy Wilson y voy a contarles parte de mi historia, a los 14 años mis padres fallecieron en un accidente de vehículo, en ese momento sentí que mi mundo se venía abajo, lo único que quería era que mi corazón dejará de latir para irme con ellos, pero eso no era posible debía enfrentar el dolor que vivía en ese momento, fueron los días más horribles de mi vida.
—¡Wow! ¡Esta preciosa amiga! — Expresó Cami.Me vi por el espejo y realmente era otra persona, llevaba puesto un vestido rojo, un poco arriba de la rodilla, ajustado a la cintura, cuello en ve y parte de la espalda descubierta, mi cabello estaba totalmente lacio, sin anteojos y maquillaje en el tono perfecto.— ¡Eres genial! — Exclamé a mi amiga, realmente era otra persona. Sentí una mano fría, que tocaba mi mejilla, pasaba por mi hombro hasta llegar a mi brazo. Me asusté, pero no hice ningún movimiento. Me encontraba de lado viendo hacia la ventana y alguien estaba detrás de mi tocándome con una mano fría.— ¿Quién eres? — Dijo una voz casi en susurro, era una voz masculinaEstaba espantada y no sabía que iba hacer, así que decidí que me daría la vuelta rápidamente y le daría un golpe y saldría corriendo. Conté hasta tres mentCAPÍTULO 3