~Cumpleaños Afectuoso~
BRRRR BRRRR
Mientras trato de poner en orden mis emociones en ese cajón, una llamada en el teléfono me desconcierta.
—Señor Eardwulf, su pedido está listo.
—De acuerdo, envíenlo de inmediato al departamento 166 piso 3 de la calle...
Cuando termina la llamada me quedo en silencio.
Hoy es el cumpleaños de Cadence Beckham.
Ya cumplió 24 años, la misma edad que yo tenía cuando nos presentaron. Nos conocimos con ella de 19 años precisamente en Noviembre. Hace casi cinco años.
A los 19 años era una joven escritora que consideraba mediocre. Una simple becaria que estaba aquí solo para causar problemas ya sea para vomitar en mi alfombra Fluffy o colmar mi paciencia con sus historias extrañas. No bastando nos encontramos en cada lugar como si la vida se quisiera burlar en mi cara y le fuera divertido cada situación tonta en que me involucrara.
En el segundo cajón guardo una pequeña caja de terciopelo azul marino. La abro y veo una vela con un signo de pregunta, está con la parte de arriba derretida.
Una ligera sonrisa llena de melancolía se asoma por mis labios.
—No sé por qué guardo tanta basura...
Una vela de cumpleaños, es lo último que mi yo de 24 años hubiera guardado como un tesoro oculto en el cajón, para empezar porque está prácticamente deforme y en segundo lugar porque nunca celebro cumpleaños de otros mucho menos el mío. Eso fue hasta ese día... Uno de esos días de extrañas coincidencias incomodas.
***
*Hace 5 años
“¿Ya viste a Dawson?”
“¿Es muy linda, a que sí?”
“Se ve muy linda con esos adornos de fresas y ese vestido a juego”
Las voces de unos niños me molestan.
“¿Acaso todos ustedes son pedófilos? Tiene como seis años”
“Eso dices pero eres quien más la molesta”
“Bah, la molesto porque es fea, tiene pecas y sus ojos amarillos son aterradores”
Mi voz por algún motivo suena como la de un niño.
“¿Y qué tiene de malo las pecas?”
“¿Acaso no lo saben? Las pecas son símbolo de una bruja”
Ah… no puedo creer que haya dicho semejante pavada.
“Si es una bruja hay que hacer que se vaya”
“¡Vete bruja!”
Una niña con coletas con adornos de fresas me mira con lágrimas en los ojos.
“¿Por qué me molestas? ¿Qué te hice?”
“Te molesto porque existes”
Vaya que soy bien estúpido al decir cosas así.
Oye niño, el que alguien exista no es suficiente razón para molestar a alguien. Incluso si fuera una bruja no te da argumentos para ser cruel con alguien.
"Entonces si no puedo existir... Voy a desaparecer"
— ¡NO!
Otra vez soñé con un tiempo de mi vida que no quiero recordar. Siempre he sido tranquilo en mi vida, sin embargo, hubo una ocasión en que me salí de mi propio control por alguna razón extraña. La razón fue... Una niña mucho menor que yo.
Liam solía decirme que molestar a una niña pequeña no estaba bien pero era como si algo en mi interior me forzara a hacerlo. Si la molestaba me daría su atención, es la lógica que tenemos algunos niños. Hasta que un día, tuve que faltar y a la mañana siguiente ella ya no estaba ahí.
Llevaron el molestarla a un grado demasiado alto que ni yo cruzaría y esa niña se transfirió a otra escuela.
Mientras la maldecía por irse sin despedirse escuché a esos niños murmurar cosas y reírse luego en manos de uno de ellos vi el broche con adorno de fresas que le habían robado como un trofeo de guerra.
Cuando dijeron lo que le hicieron me aventé contra ellos y los golpee.
"¡¿Qué haces, Wolf?!"
"¡¿Por qué no hiciste nada para ayudarla?!"
Liam también recibió mi puñetazo.
Mi abuelo se enfadó mucho conmigo revelándose como el aterrador Ermenrich y no mi Abu. Logré recuperar el adorno de fresas y quería devolvérselo a esa niña que seguro lo apreciaba, sin embargo nunca regresó y como un niño con capacidades y recursos limitados para contratar un investigador privado me fue imposible saber su paradero.
Después de eso me juré que jamás en la vida me fijaría en una mujer menor que yo sin excepciones.
—No sé por qué recuerdo eso sí ya han pasado por lo menos 12 años desde ese entonces…
*It’s your happy, happy, birth---*
En cuanto escucho el infernal sonido apago la notificación.
En la pantalla de mi teléfono sigue marcado el mensaje [Feliz cumpleaños Eren]
—Que quien haya hecho esa función en el teléfono y el desquiciado infeliz que escribió esa canción horrorosa se pudran en el infierno.
Envía una notificación mi teléfono inteligente que por más que lo intento nunca he logrado quitarle esos molestos recordatorios.
No solo he despertado tras soñar una de las peores épocas de mi vida, también tuve ese horrible sueño en el peor día que existe en la historia de mi vida, gruño mientras levanto las cobijas de seda y algodón egipcio.
Cuando bajo las escaleras veo a la ama de llaves quien me saluda secamente. Sabe que este día estoy de mal humor así que no quiere encontrarse con mi lado malo.
—Preparé su desayuno, señorito.
—Gracias, Señora Brown. Puede dejarlo ahí.
Todos tienen prohibido mencionar siquiera en un desliz de lengua el día de hoy.
En cuanto llego a la oficina veo en el pasillo de la sala para empleados a todos esos chismosos de siempre.
— ¿Y si le hacemos algo?
— ¿Cómo crees? La última vez que alguien le armó una pequeña fiesta nos dejaron trabajo extra. Ni lo hagas enojar.
— ¿Se puede saber de qué están hablando?
—Nada, joven Eardwulf.
—Sí, nada de nada.
De inmediato se dispersan como cucarachas cuando enciendes la luz en una cocina.
—Parece que será un largo día para mí.
Después de ahuyentar a todos esos empleados chismosos me encierro un momento en mi oficina para trabajar y revisar algunas novelas para sugerir los cambios antes de la publicación. Por supuesto hasta las escritoras están enteradas de que Eren Eardwulf repudia los cumpleaños y que si ve un solo globo en su oficina irá a desinflarlo en la parte trasera del empleado que lo haya hecho.
También tienen terminantemente prohibido en caso de caer el mismo domingo del día de las madres mencionarlo o traer algo alusivo a ese día.
Mi abuelo suele molestarse por mi respuesta con ese tipo de cosas sin embargo entiende mi razón para odiar tanto ambos días.
TOCTOC
Esa forma de tocar es imposible que no la conozca.
—Pasa, Beckham.
Hay un silencio breve y finalmente gira el mango de la puerta.
—Buenos días señor Eardwulf.
Señor, señor, “buenos días Señor” ¿Qué no sabe saludar de otra forma?
—Traigo la propuesta para la nueva historia.
—Ajá, déjala ahí y la revisaré después.
—Es una historia muy interesante, lo prometo.
¿Qué no entiendes? Vete de aquí, no es un día que esté dispuesto a aguantarte.
—Dije que lo dejes ahí, lo veré después y si queda aprobado te avisaré…
—Por favor, léalo.
Finjo leerlo.
—No, no me convence.
—Pero de verdad esta vez es una premisa muy interesante…
— ¿Tienes la ficha de personajes?
—Está ahí mismo en la carpeta, Señor…
Ah, qué tonto ando el día de hoy, pregunté algo muy obvio.
—No están mal los personajes.
— ¿Verdad? ¿Entonces qué le parece?
Solo cuando habla de historias parece entusiasmarse. Pero hoy se nota más enérgica de lo normal.
—De acuerdo, comienza a escribir —lo que sea que esté ahí porque no me interesa— luego del primer capítulo podemos…
—….
Ah, conozco esa cara. Es la que hace cuando va a pedir un adelanto para sus historias mediocres. Aparte que pide dinero y deja puro fracaso bajo en ventas tiene el descaro de pedir más. ¿No le sirvió la paga por ser mi asistente la otra vez?
—….adelanto.
—Creo no escucharla, si hablara más alto.
— ¿Puedo pedir un adelanto para… material de referencia?
—…
—Con un poco está bien.
—Señorita Beckham, ¿Recuerda la novela anterior? No, nadie la recuerda porque fue un completo fracaso. Todavía nos debes mucho del préstamo anterior entonces ¿Qué te hace pensar que vamos a darle un adelanto por una historia a ciegas sin siquiera el primer capítulo escrito?
—Entiendo… Perdone por la molestia.
Sí, ya largo.
No tengo por qué compadecerme de una mocosa que se niega a escribir algo decente y solo trae ideas basura.
[Recuerda estar afuera a las 3pm para ir al cementerio]
Una vez terminé con los asuntos pendientes mi reloj digital marcaba las 2:45pm
En cuanto salí, Liam ya se encontraba esperando en el automóvil. No dijimos nada en el camino, incluso él quien suele ser un burlón de lo peor respeta mi luto en estas fechas. En cuanto llegamos al cementerio, Liam me entrega unas Dalias, sus flores favoritas.
En el silencio con solo el sonido del viento y el ramo de flores al ser depositados cuidadosamente sobre la tumba de la mujer más importante de mi vida, las palabras grabadas aún me queman en mi interior hasta enrojecer mis ojos.
“Galia Eardwulf – En memoria de una hermosa flor que al dar su fruto se marchitó”
Incluso en su epitafio tiene que echarme en cara que soy el culpable de su muerte y que no soy bienvenido en este mundo.
La razón por la que detesto tanto este día es porque el día en que nací fue el mismo día en que me llevé la vida de mi madre. Por si fuera poco fue en un domingo, el mismo día que se celebraba el día de las madres. El 12 de Mayo es el peor día del año para mí. Por eso no visito el cementerio en un domingo, entre más despejado y solo esté el cementerio para mí, mejor.
—Al parecer tienen problemas de nuevo con la exhibición en una de las tiendas. Voy a solucionarlo.
—Ve, no hay problema.
— ¿Te espero en el auto, Wolf?
—Quisiera quedarme aquí un momento más.
—De acuerdo, Wolf.
La razón por la que me es fácil tener a mi mejor amigo como asistente es porque me entiende mejor que nadie y sabe trabajar sin hacer preguntas. Solo se limita a lo suyo, me deja ser sin molestar, claro, solo cuando quiere ser serio pues la mayoría del tiempo se quiere pasar de gracioso.
—Diablos, en momentos como este me gustaría volver a fumar.
Dejé de fumar debido al tremendo shock que me dio ver a la becaria vomitona, si la viera en este momento me desquitaría con ella. Me quitó uno de mis dos mayores placeres en la vida y aparte dejó que su amiga me insultara.
Fue mi asistente por tan solo una semana y medio de las dos semanas que se supone debía trabajar para mí. Eso fue después de que su amiga me respondiera el teléfono que le di a Beckham para estar pendiente como mi asistente de mis necesidades entre ellas recogerme después de mi vida nocturna en caso de que no estuviera en condiciones de conducir por cansancio o pasarme un poco con el Whiskey.
Pero su amiga, esa entrometida me dejó con el mal sabor de boca cuando busqué a mi asistente en la madrugada.
“Te recogeré afuera de tu departamento a las 7:00am” Fue el mensaje que le escribí, el compromiso sería a las 8am así que debía estar lista para entonces. Sabía que no tendría las agallas para negarse pues me debía una buena cantidad de dinero además, si quería ser mi asistente debía implicar su compromiso y poner mi tiempo como su prioridad.
Justo después de enviar el mensaje esperé 20 minutos y al no recibir su respuesta le llamé.
— ¿Quién fastidia tan temprano a mi amiga? —Dice una voz que suena como si sintiera fastidio o repudio hacia mí.
— ¿Disculpa?
—Escucha, incluso si eres su jefe eres un aprovechado si crees que puedes estar disponiendo del tiempo de ella ¿Quién te crees? ¡Solo porque manchó un tapete que bien podrías contratar a alguien para que lo limpie estás torturándola!
— ¿Quien está aprovechándose?
—Te lo diré una vez porque parece que solo te importas tú mismo. Mi Cady Cad está en la universidad, ha faltado días por seguir tus caprichos y también se desvela haciendo las tareas. Va al hospital, Incluso practica en el espejo posturas y ridiculeces como quitarse unas gafas de sol D*lcce Gab*na, no sé qué tantas cosas absurdas le exiges pero ya estoy harta de tanta m***da"
No tenía idea
—Seguro pensarás "no tenía idea" pues sí, no tienes ni p***a idea, mucho menos por la vida difícil que está pasando tu asistente forzada por un p***o vómito que fue tu culpa para empezar porque le fumaste en la cara, p****jo de mi****da, si tuvieras idea del trau...
— ¡Sarah! ¿Qué haces? —La voz de Beckham suena alterada.
—Ah, solo respondí el teléfono por ti.
— ¡Es el señor Eardwulf! ¡Me va a regañar por dejar que alguien más use el teléfono! —suenan ruidos como si hubiera un forcejeo—Señor Eardwulf, siento mucho la molestia.
—...
Ambas voces se escuchaban murmurando por el teléfono.
—Bien, señorita Beckham espero que no se repita su mala actitud. Este teléfono se le ha dado para estar en comunicación conmigo y no tiene por qué tomarlo su amiga y mucho menos insultar a mi persona.
Luego de eso fui temprano por ella. No me agradaba mucho saber que estaba tomando su tiempo de estudios así que hice lo que creí más sensato. En cuanto acabó la jornada le pagué lo que le daría a un asistente y le dije que ya estaba saldada su deuda.
—Ah, cierto. Señorita Beckham, ya no es necesario que se presente como mi asistente. Roberts pidió regresar antes—mentí— así que no necesito de un sustituto—mentí de nuevo.
— ¿Entonces sobre mi deuda...?
—Puede darla por saldada. El display que arregló el otro día en la librería fue atractivo para los clientes así como los demás aportes que has hecho estos días. Además...
—Incluso si trabajaras toda tu vida para mí, no podrías pagar ese tapete jamás.
Al decir esto creí que la exoneraba de ese pendiente y podría seguir estudiando sin interrupciones.
—...Gra...
—Además, te falta mucho para ser considerada siquiera una asistente digna de un Eardwulf. La falta de gracia y elegancia solo dejará mal visto a mi familia. Puedes tomarlo como un momento compasivo y hacer tus cosas de becaria. Bien, eso es todo, Beckham.
Me miró con unos ojos vacíos.
—Te llevo a tu casa.
—No es necesario—Dijo con una voz que me pareció algo seca.
—Y si ya se ha dado por pagada mi deuda entonces le devuelvo el teléfono y el uniforme.
—Quédate el uniforme. Se te ve bien y te hace parecer más profesional.
—De acuerdo—Responde nuevamente con una voz seca.
Después de despedirla me quedé con la impresión de que Beckham estuviera decepcionada. Tal vez fue solo mi imaginación.
Desde entonces solo la he visto cuando va a la oficina. Como esta mañana en sábado cuando fue a mostrarme su historia y pidió un adelanto, por supuesto la mandé por un tubo. No se puede adelantar la paga por algo que aún no está escrito.
—Me pregunto si le gustan las flores de girasol.
Digo en voz alta y al percatarme de que he estado pensando más en ella que en mí propia madre me sacudo la cabeza. Beckham solo sabe traer problemas.
Me despido de la tumba de mi madre en silencio y cuando camino unos pocos pasos me encuentro con una situación de esas coincidencias incómodas que detesto.
Una “mujer” con un vestido horroroso color celeste, bordados de margaritas y girasoles en la parte de abajo, sus zapatos de piso color beige que no sé por qué no ha tirado en un basurero ¡Beckham! Camina por la acera del panteón con dos cervezas en la mano. ¡En el cementerio! ¿Quién es tan irrespetuoso para hacer eso?
— ¡Oh! ¡Buenas tardes, señor Eardwulf!
Por alguna razón se ve más entusiasta de lo normal y sus mejillas se ven rosas. No me digas que sí estuvo tomando aquí dentro…
— ¿Cuáles buenas tardes? ¿Qué acaso me estás siguiendo?
—Bah, para nada. Es un cementerio y todos tenemos alguien a quien visitar incluso en día de las madres ¿A qué no? Solo que me j*de que haya tanta gente así que preferí venir hoy.
Vaya, está bastante atrevida hoy.
Pero si tiene 19 años ni siquiera debería de llevar cerveza en las manos. ¿De dónde sacó eso?
—Oh… ¿Quiere una? Solo traigo tres, bueno me quedan dos, pero la comparto.
—Tch, ¿cómo hiciste para que te vendieran eso? Eres menor de edad.
—Je, je, je, cuando se quiere beber algo todos tenemos nuestros trucos, jefe.
No sé qué es peor, que me llame “señor” o que me diga “jefe” pero no importa cómo me diga, siempre pareciera ingeniárselas para elegir las palabras que me hagan sonar como si fuera un viejo.
No, por supuesto que no. No voy a tomar con esa menor de edad y ser su cómplice.
***
Detrás de los arbustos como si estuviéramos en noveno grado los dos, nos escabullimos y bebemos una lata de cerveza. Bueno, al parecer es su segunda lata y apenas la primera para mí.
Parece que no soy el único que necesita un respiro hoy. Además creo que sabe tolerar bastante bien el alcohol.
Ambos abrimos la lata al mismo tiempo y tragamos su contenido.
—Qué día más horrible es este—Decimos los dos al unísono.
La sincronización fue perfecta.
Ninguno de los dos habla después de eso y bebemos en silencio la cerveza cada uno metido en sus mismos pensamientos hasta que Beckham rompe el silencio con las palabras que nunca esperé escucharle a alguien.
—Por cierto. feliz cumpleaños, señor Eardwulf.
¡Noooo…no se atrevió!
— ¿Acaso no le han dicho nada en la oficina, señorita Beckham? —Digo tratando de contener las ganas de estamparle la lata de cerveza en la frente.
— ¿Eh? Sí, de ahí vengo ¿Recuerda? Escuché a los empleados hablar de que es su cumpleaños y está de mal humor porque no se lo han celebrado.
Vaya, parece que hubo un juego de teléfono descompuesto ahí con esos chismosos, mejor le aclaro las cosas en lugar de molestarme.
—Yo no celebro mi cumpleaños. De hecho todos tienen prohibido siquiera mencionar que lo sea.
— ¿Es porque se siente más viejo?
Por poco me atraganto con ese trago.
¿Viejo?
—No, me da igual la edad que tenga, no soy como esas mujeres que se bajan la edad esperando no envejecer. Simplemente no lo celebro.
—Ah, ¿Entonces no hace algo en su día especial?
Tomo un trago de cerveza esperando terminarla pronto y poder largarme de aquí.
— ¿Qué tiene de especial el día en que le desgraciaste la vida a tu familia entera y te llevaste la vida de tu madre?
Oh, lo he dicho en voz alta.
—Hmmm... ¿Entonces por una coincidencia escabrosa se ha privado de ser feliz y anda amargado por la vida con los demás?
— ¿Escabroso? ¿Qué tiene de coincidencia que en el epitafio mismo digan que es tu culpa?
—No creo que vaya dirigido a usted.
— ¿No?
Me levanto, la tomo de la mano para ayudar a que se levante y la guío hacia donde descansa Galia.
En cuanto ve el epitafio dice algo como "M***da quien puede ser tan desgraciado para un epitafio así"
— ¿Ahora me entiendes?
—...
—Es por eso que~
—Debió ser doloroso... Para la persona que mandó a hacer el epitafio.
Sus palabras entran como un soplo de viento en mi interior.
—Porque... —continúa con una mirada analítica— Si mandó a hacer un epitafio así, significa que sintió una perdida tan inmensa como para cubrirla echando la culpa de algo inevitable en alguien más.
¿Cómo puede asegurar eso?
—Mire ahí, señor Eardwulf — señala una palabra de las muchas escritas en alemán rodeando la tumba—Ahí dice "Shatzchen" que significa a mi amada o más preciada.
No había notado ese sutil detalle que le dejó mi padre.
—Bien, solo queda una cosa por hacer—Dice tragando de la lata hasta acabarse su contenido y echa el aluminio vacío en el bote de basura—Sígame, Señor Eardwulf.
Aunque no me agradan las personas menores que yo y esa joven de vestido feo me inquieta, no puedo evitar seguirla a donde sea que esté planeando. De hecho en este momento pienso que incluso si me llevara de la mano al infierno quiero averiguar qué tiene en mente.
La sigo mientras corre (a duras penas) hacia un autobús, lo detiene y me hace señas para que suba.
— ¿Tienes efectivo? —Dice con descaro.
Saco el billete más pequeño que tengo y nos subimos al autobús, no sé cómo le hace para caminar sin problemas en un vehículo en movimiento que salta cada vez que pasa por un tope en la calle.
Mira por la ventana sin decirme nada más y espera hasta que ve el destino deseado y me hace señas para bajar.
Luego, corre hacia una tienda de conveniencia con un letrero brillante como casino de Las Vegas y sale con algo en una bolsa con textura metalizada.
—Ahora siéntese aquí—me señala unas mesas acomodadas afuera de la tienda.
Que me hable con tanta formalidad es muy molesto por alguna razón. Pero ya estoy acostumbrado a su forma de hablar, de hecho me sorprende que me hable con tanta familiaridad cuando suele estarse callada y solo habla de trabajo. En cuanto me siento abre el pequeño paquete y lo pone frente a mí en la diminuta mesa. Mientras trato de incorporarme en la silla bajita de la tienda, que seguro me hace ver ridículo como si me hubiera sentado en una silla infantil, observo un pastelillo de supuesto chocolate con espirales blancas.
— ¡Feliz Cumpleaños, Señor Eardwulf!
—¡....!
¡¿Otra vez se atrevió a decir las palabras prohibidas?!
Estupefacto la miro sin saber si estamparle el pastelillo en la cara o elogiar sus ovarios por la valentía de decirme algo que de venir de boca de algún otro ya estaría llorando por su osadía.
—Lo siento. Quería una magdalena o un cupcake pero esos ya se terminaron.
—Dije que no celebro cumpleaños~
—También me dieron un cuchillo de plástico y no me cobraron extra. Eso es tener suerte.
Mientras trato de amenazarla saca una vela en forma de “?” y la entierra sobre el betún de imitación de chocolate.
¿No escuchó lo que le dije? ¿Acaso estoy hablando otro idioma o por qué no entiende?
—Usted no tiene la culpa de lo que pasó con su madre, señor—Su rostro refleja algo de melancolía—Yo tampoco tengo a mi madre viva y mi abuela parece tener el tiempo contado.
No tenía idea de eso. Así que ella también perdió a su madre a una edad corta. Tal vez por eso estaba en el cementerio hoy, ahora que recuerdo la encontré en una zona menos privilegiada.
—Pensé que no podría reponerme nunca de su perdida, incluso me daba tristeza celebrar mi cumpleaños hasta que ese mismo día una amiga muy cercana me lo celebró de todos modos.
—Que amiga más entrometida.
Igual que tú.
—Al principio me molesté sin embargo sus palabras me ayudaron mucho.
"No creo que tu madre esté contenta en el cielo ni que tu abuela pueda dormir tranquila sabiendo que te privas de tu propia felicidad, la muerte es algo inevitable nadie desearía tener que irse y dejar a un ser querido"
Cadence Beckham sonríe como nunca le había visto mientras comparte sus recuerdos preciados.
—Señor Eardwulf, yo creo que los esfuerzos de su madre merecen un día de celebración especial— Saca un cerillo y enciende la vela—Y también que su madre desde el cielo quisiera que su hijo pueda estar orgulloso de que, a pesar de todo, ha nacido en este mundo.
Asombrado como nunca, veo la pequeña flama de la vela que me ilumina como una nueva realización en el camino.
—Señor Eardwulf, bienvenido a la vida— Aplaude— Sin importar qué, ahora tiene un año más en la tierra y eso es maravilloso.
Trago saliva, nadie jamás me había dicho palabras como esa y mucho menos con una sonrisa sincera.
—Veo por la vela de pregunta que ni siquiera sabes mi edad.
—Lo siento, no lo sé... Además no había casi opciones de velas en la tienda de conveniencia.
Veo el pequeño pastelito lleno de calorías y saborizantes artificiales hasta en la envoltura.
Es un pastelillo miserable de un dólar con noventa y nueve centavos ni siquiera llega a ser de dos dólares esa cosa. Por un centavo no puede valer un poco más en esta vida. No es lujoso y diantres que jamás comería una cosa así. Sin embargo...
Quiero comerlo.
Pero, por algún motivo no es el pastelillo de un dólar noventa y nueve centavos lo que estoy mirando mientras pienso eso, sino a la joven sonriente iluminada con la vela como un ángel.
No, qué te pasa Eren Eardwulf, tiene 19 años tú ya tienes 25, en unos cinco años tendrás 30 y ella seguirá en sus primeros 20 y tantos… No te confundas, lo que sientes en este momento es gratitud por sus palabras no otra cosa.
Beckham saca un cuchillo de plástico y me lo da para cortar el pastelillo más pequeño que la palma de mi mano.
— ¿No vas a cantar feliz cumpleaños?
— ¿Eh?
—Si lo vas a celebrar a pesar de que dije que no lo hagas entonces hazlo bien.
—No sé me da mucho cantar...
—Solo hazlo.
Beckham respira hondo y sosteniendo ambas manos como si fuera corista de la iglesia comienza a cantar… O eso parece hacer.
—Feliiiizzz cumpleañoooos a tiiii…
Que horrible canta, por dios, es como un marcador sin tinta intentando rayar en una pizarra o un gis aceitoso sobre un tablero viejo.
—Feliiiizzz cumpleañoooos, Editoooor en jeeefeee...
—Pfft
Por poco me sale una risa involuntaria.
Ni siquiera soy editor en jefe. Pero ella desde el día uno me llama su jefe, desde la vez que fue mi asistente temporal no ha podido quitarse el hábito de verme como si fuera mi empleada personal.
—Cantas horrible.
—Dije que no es mi fuerte.
—Exacto, dijiste que no es tu fuerte, no que con solo abrir la boca las mismas notas quisieran quitarse la vida para mantener el poco honor que les queda.
—...
— ¿No vas a continuar?
—Dijo que canto horrible ¿Para qué le hago sufrir más con mi falta de entonación?
—Al menos continúa para recordarme por qué este día es tan horrible y que en efecto, los cumpleaños son un dolor de cabeza.
Aún siento que es una becaria irritante. Sin embargo, es la primera vez que alguien tiene las agallas de celebrar mi cumpleaños sin que le quisiera estampar el pastel en la cara.
Su voz es desafinada como un violín sin ajustar la cuerda, es una entrometida que celebra mi cumpleaños aunque fui claro con mi desagrado, el pastel lleno de calorías y edulcorantes dañinos es poco apetitoso. Entonces… ¿Por qué?
—Ahora pida un deseo y sople la vela, señor.
¿Por qué deseo que este momento dure para siempre?
Soplo la vela y esta se apaga de inmediato, Cadence Beckham aplaude mientras corto un pedazo pequeño. Lo pruebo y como pensé, sabe horrible a mil tipos de edulcorantes, no por nada detesto las comidas dulces y empalagosas como esta.
—Señor Eardwulf, tiene un poco de crema aquí.
El dedo de esa chica extraña toca mi nariz y me limpia. Luego para mi sorpresa lame su dedo.
—Un poco dulce, pero no está mal—Dice la muy atrevida— ¡Ah, lo siento mucho! No había servilletas así que…
—Si ya terminaste con esto ya debo retirarme.
Me levanto del asiento en la tienda de conveniencia y camino a pasos largos como si me llevara el diablo.
Cuando al fin estoy lo suficientemente lejos me detengo y toco la punta de mi nariz… Aún no puedo quitarme la sensación extraña.
Ah, que estoy haciendo, eso fue muy estúpido y descortés, mínimo debí agradecerle.
Regreso a la tienda pero Beckham ya no está ahí. Me recuerda a la sensación que tuve en el pasado con esa niña cuando se fue. Un empleado está limpiando la mesa y está a punto de echar al tacho de basura la vela y los restos del pastelillo con la envoltura.
—Yo me encargo de tirarlo, gracias.
***
Luego de eso esperé a la joven desafinada en mi oficina. En cuanto entró le dije que estaba aprobado lo que fuera que quería escribir y le di el adelanto que pidió.
Digamos que es el pago por ese pastelillo horroroso y barato.
Pienso para mis adentros, ya está. No le debo nada más.
—Muchas Gracias, señor Eardwulf.
Y dale con "Señor" ¿Acaso que tenga 25 le hace sentir mucho más joven que yo?
—Podemos discutir si quieres los detalles del libro mañana en un café...
— ¿Café? ¿Para qué? ¿Eso es necesario? Preferiría discutirlo aquí en la oficina en horario laboral.
-....
¿Por qué siento como si me hubiera bateado?
Solo quería devolverle el gesto, ni que fuera una belleza muy cotizada para ponerse en un pedestal.
—Mañana voy a estar a las 11hrs en el parque. Si quieres verme, ahí estaré.
—... ¿Bien? Entonces me retiro.
Al día siguiente me senté a las 10:55 en la banca del parque. Vi pasar los perros Husky de la vez pasada, se veían muy bien juntos.
En cuanto miré el reloj eran las 11:05, bueno 5 minutos tarde no es para tanto.
Cuando vi que ya eran las 2pm comencé a entender que me había plantado. Es la segunda vez que una chiquilla me hace eso en la misma maldita banca.
—Por lo menos no me resta dignidad al hacerme llevar un ridículo antifaz.
Es la última vez que espero por alguien más de tres horas.
---
Cinco Años después – Presente.Fue la primera y única vez que esa mujer tuvo las agallas o la iniciativa de felicitarme por mi cumpleaños por su cuenta. Después de eso no volvió a hacerlo, cuando cumplí los 26 años me pregunté por qué. “No es que esté esperando que me felicite o se repita lo de esa vez” pensé ingenuamente.
La verdad es que si, esperaba que se repitiera eso cada maldito año, hasta cumplir los 29 años de edad, continué pasando por esa misma tienda de conveniencia a comprar el mismo pastel y aunque compré mi propia vela no era del todo satisfactorio.
Incluso intenté con un pastel de verdad de esos horribles que hace el tarado de Roberts pero fue fútil cualquier movimiento que hiciera. Nunca acababa por sentirse igual que esa tarde-noche a mis 25 años.
Entonces, a pesar de las diferencias y que estaba molesto con ella, para mi cumpleaños número 30 hice una recreación total con ella presente y supe entonces que lo que faltaba no era un pastel barato de un dólar que tristemente por un miserable centavo no puede llegar a valer dos dólares, ni tampoco la vela en forma de pregunta, tampoco el hecho de que fuera mi cumpleaños. Era la misma Cadence Beckham quien hizo que cualquier situación fuera incómoda y agradable a la vez.
Espera, no me digas que en ese cajón…
Busco entre todas las cosas que llenan ese lugar y en efecto ahí está, la envoltura de un pastelillo perfectamente guardada como si fuera el separador de una página, justo adentro de una revista de esas para adolescentes, el horóscopo en el que jamás he creído… con un artículo entero engalanando el título que me llamó la atención esa noche fatal “Tauro ¿Qué tal te iría con Escorpio? Tu compatibilidad de la A hasta la Z”
— ¿Por qué diantres compré esto?
Avergonzado de mi comportamiento que se ha vuelto cada vez más extraño con el pasar de los últimos 5 años, continúo rebuscando si es posible tirar algo de ahí.
Fue un cumpleaños especial para él, sin embargo, ella nunca más volvió a celebrarlo. El escenario apaga su luz y al volver a encender el reflector, Cadence de 19 años aparece con su versión de los hechos. Aquella noche no fue como Eardwulf lo pensó.
"La paciente tiene muy desarrollada su enfermedad, puede que viva un mes o tres, quizá de milagro hasta tres años."Mi corazón pesa como si fuera de plomo. Me asomo por la puerta donde está ella en camilla junto con más pacientes. Es un hospital de paga sin embargo no es de lujo, ella no tiene su propia habitación sino que la comparte con más moribundos.Sus ojos apenas muestran el brillo del pasado, sonríe levemente con la máscara de oxígeno cubriendo su boca y nariz. Su delicada y delgada mano muestra sus venas resaltadas mientras acaricia el dorso de la mía.“Cadenza”“Abuela…”“¿Qué te dijo el doctor?”“Abuela, estás más que saludable. Vas a estar muchos años a mi lado.”Miento, miento con todas las letras. Así como miento con la máscara de una sonrisa cuando yo también estoy muriendo por dentro.“Solo pido vivir hasta ver a mi Cadenza graduarse”Tomo su mano y ladeo la cabeza, como un gatito acurrucado contra la única mano amigable en el mundo.“Por supuesto que me verás graduarme
El Alfa lleva un rato recostado en la misma cama que yo, abrazándome por la espalda con fuerza negándose a soltarme. Acaricia mis brazos que ya no tienen más señales de mis uñas.— ¿Qué fue lo que soñaste? —Pregunta apoyando su barbilla por detrás de mi cuello, su voz suena calmada casi como un susurro.—No lo recuerdo.Él me abraza con más fuerza y me hunde su cabeza como si solo así pudiera sentirse más tranquilo.—Si vuelves a arañarte así no usaré mi lengua para curarte y los fluidos serán de otra parte de mi cuerpo.¿Qué parte?—Si no quieres que lo haga no te hagas más daño.¿Quedó claro?—Sí, Alfa.El alba comienza a asomarse mientras hablamos como si fuéramos cercanos. Yo tampoco quisiera que me deje sola, aún no puedo quitarme la impresión de mi cuerpo arañado. Además, tengo la sensación de que hay algo más allá de ese sueño, como si fuera una clave importante.—Bien, hoy tengo asuntos pendientes que hacer. Quédate en casa de la manada y no hagas nada que pueda ponerte en peli
Yo, desde el día que nací nunca me sentí realmente amado por nadie. Claro soy un “Alfa” todos me "quieren" sin embargo es más por mi posición y poder que por cariño real, soy el líder de la manada así que eso no tiene por qué afectarme. Sin embargo cuando era un cachorro y no sabía suprimir por completo ese sentimiento inútil, me afectaba ver el epitafio de mi madre que no hacía más que culparme por su deceso.Soy un Alfa demasiado poderoso, tanto que consumí por dentro la vida de mi madre y por tanto, aunque nadie se atreve a decirlo directamente, me creyeron una mala semilla.Tuve que volverme fuerte y ganar guerras, mostrar mi valía y llenarme de cicatrices que curé con mi propia saliva y sangre para que supieran mejor que nadie que soy el líder que necesitan y no una mala semilla destinada a germinar en el olvido. La mala semilla que pueda dañar todo el legado Avery.Así que para no sentir más el dolor de este día simplemente suprimí su existencia. El 12 de mayo no es mi cumpleaños
Cuando Sarah anunció que se iba a casar con Josh fuimos a un bar a “celebrar” y digo entre comillas porque yo no tenía un carajo que celebrar. Después de la muerte de mi Abuela me hundí en un abismo del que no podía mostrar a Sarah. Hice cosas que ella me habría reprobado, entre ellas aceptar las disculpas de mi progenitor y firmar como aval para un préstamo de un negocio en el que estaba entrando limpiamente para reformar su vida. Lo admito, fui muy tonta y muy crédula sin embargo era el único familiar vivo que me quedaba.Sin embargo, las cosas se tornaron hasta un punto imposible de salvar cuando me enteré que ese préstamo no era un préstamo bancario normal, fue mucho más grande y ese dinero jamás se recibió. Alguien había aprovechado mi firma y lo usó para pedir más de lo que yo misma podía pagar pasando todo a la casa de apuestas quienes absorbieron aquella deuda. Poco sabía de lo que me esperaba ese día.“Candy, si no pagamos nos van a torcer. Pero hay alguien en la casa de apues
No es suficienteEn medio de la cocina, un lugar en el que jamás habría imaginado hacer cosas como esta, el sonido de mi camisa cayendo al suelo y una cinta de seda siendo desatada arrancada como si fuera un estorbo en el camino es lo único que rompe el silencio además de nuestros labios chocando entre sí por un largo rato.—Ery.... vas a romperlo…—Te compraré otro.—Pero es un vestido de tu…—Ella entenderá…Shawn araña en mi cabeza que quiere que lo libere, lo siento compañero, al menos esta noche quiero que sea solo para mí. Su respiración agitada y su voz jadeante me sirven de guía para saber qué lugares le gusta que toque más.Primero beso debajo del lóbulo, respiro y aspiro su aroma desde su cuello depositando un beso tras otro y una vez que he liberado sus hombros, beso el izquierdo luego la clavícula. Mis manos masajean por arriba de su ropa esos suaves pechos, sus dedos se aferran a mis omoplatos jalándome hacia ella suplicando por más. No tiene que decirlo, sé que desea que
El sonido de los pájaros cantando me libera de mi sueño, por primera vez no he despertado con la sensación de que he olvidado algo importante.Sonriendo me levanto de la cama y veo que la habitación está vacía. No es la primera vez que duerme fuera de la habitación que compartimos como esposos, tampoco debería ser algo extraño. Pero siento como si algo hubiera cambiado.Hace unas semanas, antes de su cumpleaños desde que hicimos la promesa de cada uno quitarse un mal hábito por un mes, él comenzó a dormir en la habitación sin faltar una sola noche. Además, todas las mañanas me mira antes de despertar, cuida mi sueño y se preocupa si tengo pesadillas.Esta noche no durmió en la habitación, estoy segura porque su esencia no es tan fuerte como suele quedar con un momento que esté en la habitación.¿Le molestó que no llegáramos hasta el final ayer?Me llevo las manos a la cara y siento calientes mis mejillas. Ahora que lo recuerdo ayer hicimos más que comernos un pastel.‘Me alegra que no
~Este no es un entrenamiento normal~'¿Quieres saberlo, Ery?' Si, debo saberlo.'¿Incluso si saber esa realidad destruirá todo lo que has creído hasta ahora?'—Cuéntame todo lo que sabes.‘La noche de bodas le pregunté directamente quien es, su respuesta aunque parece algo imposible de creer, es completamente sincera’¡Déjate de rodeos, Shawn! ¡Dime ya mismo qué te dijo!‘Dijo que no es de este mundo, Ery’¿A qué se refiere con eso?‘Ella no es un lobo como nosotros. Es una humana, ordinaria’Incluso si fuera ordinaria la quiero. Eso no cambia en nada lo que creo.‘Pero no es eso lo que hará que te confundas más… hay algo muy complejo para contar’¡Dímelo ya, Shawn!‘Ella murió en su mundo. Su vida terminó e hizo un trato con alguien para poder regresar a la vida, debe… transmigrar a una historia y conseguir todos los preceptos que aparecen en la pulsera que tiene en su muñeca. Cuando lo toqué pude sentir poder en cada una de esas perlas…’¡Shawn por la Diosa, deja de dar vueltas y di
Jamás una distancia me pareció tan larga hasta este momento en que me sofoca no estar ahí para comprobar por mí mismo que ella está bien.En cuanto abro la puerta de nuestro dormitorio encuentro durmiendo a mi esposa, está tranquila y en paz. No quiero despertarla sin embargo abro el cajón y reviso sus notas.‘Ery, eso es privado’¡CALLATE!En las notas veo los nombres que vi en mi sueño. Liam, Sarah, Josh, EARDWULF…“Para Cadence del Futuro: Esto es lo que ha sucedido…”“Para poder regresar a la vida”Solo he leído unas cuantas páginas y no tengo valor de leer lo que sigue.‘¡¿Ery, a dónde vamos?!’Al único lugar donde puedo encontrar respuestas. Si golpeando el saco hasta desfallecer pude entrar en ese sueño extraño, entonces encontraré la continuación de este si golpeo con todas mis fuerzas.Ese sueño que tuve fue demasiado vivido. Incluso vi a la sombra de la muerte en mi pareja.Su cabello era notoriamente más corto aunque en el retrato que usaron para su funeral su cabello era si