Capítulo 45- El Alfa enloqueció Parte 1

“¿Vieron lo desaliñado que estaba?”

“El otro martes llegó con las manos vendadas y aliento de borracho”

“Hablando de extrañezas… ¿No creen que todo comenzó a ponerse extraño desde que…?”

“Se los digo, él se ha vuelto loco”

Una vez escuché en la oficina de la editorial a unas personas mencionando que alguien se había vuelto loco. Nunca supe de quien hablaban pero me daba la impresión de que esa persona era “Él” porque, hay que ser sinceros, ha estado actuando extraño desde esa noche de Abril en que me vomité en su querido Bentley llamado Ben.  Otro "Alfa" aprehensivo al que no logro entender.

Ery murmura en sueños sin embargo es inentendible lo que dice. Solo puedo tomar su mano mientras me pregunto si él también obtuvo esa parte extraña de la personalidad de ese hombre loco.

Si es así, es completamente impredecible. Los últimos meses estuvo pegado a mí como si ese libro fuera la solución a todos los enigmas del universo, lo deseaba tanto a pesar de que me creía una escritora mediocre de cuarta. ¿Por qué?

Entiendo que por su naturaleza de mujeriego y sus ganas de experimentar haya intentado algo conmigo, que fuera un depredador esperando probar algo nuevo. Pero el libro… eso era muy aparte de un deseo carnal ¿cierto?

—No… ugh…. No…

Ery continúa hablando en sueños.

Me pregunto por qué se ha estresado tanto.

‘Es porque está en abstinencia por la misión, Cady’

No, parece algo más lo que le preocupa. Sí, es un pervertido y seguramente delira por la abstinencia, pero hay algo más…

Si tan solo pudiera entender lo que pasaba por la cabeza de ese otro ser del que le saqué molde quizá podría encontrar una solución. Su naturaleza obsesiva y  tendencia autodestructiva ¿Será que el señor Eardwulf tuviera algo así y Ery no pueda evitar imitarle?

Ni siquiera entiendo por qué pienso en el señor Eardwulf ni por qué me preocupo por Ery de esta forma. Este estúpido vínculo me ha vuelto más sentimental o algo así.

‘Cady, no quiero interrumpir tus pensamientos y reflexiones, nuestra pareja está despertando’

Mientras sostengo su mano siento un apretón. Es Ery que finalmente después de varias horas hasta anochecer finalmente me deja ver la tempestad en sus ojos.

— ¡Ery!

Mi voz se entrecorta, de verdad me preocupó demasiado.

— ¡A la siguiente vez que te agotes de esa manera te voy a…!

¿Pero quién soy para reclamarle? Yo también me la he pasado inconsciente por días y le he evadido el tema de que no soy un personaje de Silivia, ni siquiera le he contado sobre que transmigré a pesar de que ya lo sabe y me entregó mi libro.

—Dawson.

¿Cómo me llamó?

— ¿No es tu nombre Cadence Dawson?

ERA Dawson, nunca más.

Desde que me emancipé del señor Dawson también me cambié el apellido para cortar de raíz cualquier vínculo afectivo con mi progenitor. Ni siquiera recuerdo como fue aquella paliza que me dio, solo recuerdo el hospital y las pruebas que entregó la familia Bingley para solicitar que se alejara de mí por lo menos 20 metros.

—Sí, es mi nombre, pero…—No puedo terminar porque Ery acaricia mi mejilla.

—Ahora eres mi esposa, puedes desechar todo tu pasado.

¿Qué quiere decir con eso? Se inclina y trata de besarme, el vínculo de los dos vuelve a hacerme sentir calor en mi cuerpo, solo falta un día para terminar con esa absurda misión. Evito su beso, le explicaré que tengo razones para no hacerlo ahora, sin embargo ya pronto…

Ery se levanta de la cama de inmediato y sin decirme nada se apresura hasta la puerta y deja un gran portazo que resuena en mi corazón. Jamás me había desesperado tanto el silencio.

***

— ¡Luna! ¡Concéntrate!

Hershey me da una patada y caigo al suelo.

— ¡Por la Diosa, estás demasiado distraída hoy!

—Lo siento… Creo que no dormí bien.

—Regla número uno para cualquier Luna. Una Luna nunca se disculpa, no necesitas darme tus razones.

—Eso del celo es insoportable, Hershey. Anoche tuve sueños húmedos tres veces seguidas, el Alfa no regresó al dormitorio y ha estado actuando extraño.

Dime ¿Ya comenzó a abusar de su autoridad de nuevo?

—No, en su lugar abusa de los entrenamientos en él mismo.

—Es lo que creí.

Me llevo las manos a la cara. Si el celo está fuera de control como lo siento yo, el Alfa debe estar peor ya que es un libidinoso de nacimiento.

Ayer después de que se fue sentí un deseo brutal que me hizo enterrar las uñas en las sábanas y tuve sueños húmedos uno tras otro.

En mis sueños el maldito lujurioso lograba ir al mundo real y tomaba el lugar de mi jefe. Al abrir la puerta como siempre era Eardwulf pero con la audacia de Ery, Ery me callaba a besos diciendo que no fuera obvia o descubrirían en la oficina que había tomado su lugar. Hicimos de todo y fue tan sucio que me hacía jadear en cada rincón de la oficina. Incluso acabé tirando sus libros de lobos y trofeos mientras me embestía en todas las posiciones que pudiera.

Lo peor es que para guardar apariencias me decía que lo llamara por el nombre de mi jefe, llamé a mi jefe mientras me llevaba al éxtasis puro. Yo lo disfrutaba, quería más y le suplicaba que me diera más fuerte y sin piedad.

Dios… que sueño más ardiente. Después despertaba y volvía a dormir para encontrarme con un sueño más candente y seductor que el anterior. Todas con Ery siendo mi jefe y llevándome a puntos de locura y placer. Su miembro se volvía más grande de lo que lo recordaba y me llegaba hasta lugares inimaginables como una montaña rusa. Ponía su miembro entre mis pechos y me hacía comerme su longitud y esta vez el final no era un sabor desagradable y amargo sino dulce como frutos rojos y miel.

Seguro él tuvo más sueños que yo. Como Alfa debe tener muchas experiencias con otras hembras… Al pensar en eso siento como si algo punzara en mi interior y deseo entrar en mi imaginación y noquear a esas rameras.

¡Chiara, deja de enviarme esas imágenes horribles!

Respiro agitada y Hershey me mira con extrañeza.

— ¿Por qué tienen que aguantar como si fuera una relación prohibida? Están casados así que deberían intimar como una pareja normal.

—Todavía no me siento preparada… —Digo con dificultad para respirar esos inhibidores deben ser placebos, no sirven un carajo— Solo necesito un poco más de tiempo…

— ¿Es por el dolor? ¿Acaso vale la pena el temor al dolor más que el dolor que le infliges a tu pareja por indecisión?

—No quiero que se sienta así, Hershey. Solo no puedo todavía.

No puedo decirle a nadie por qué necesito evadirlo y que esa razón es porque deseo tanto hacer cosas sucias con él debido al maldito celo…

—Entonces díselo y deja de evitarlo. ¿Sabes que en tres días ni siquiera lo has buscado?

Eso lo sé, no lo he buscado porque debido al celo tengo tantas ganas que me temo no poder guardarme hasta que gane el desafío de la voz robótica del cielo.

—Luna, tal vez no estés consciente de ello. Un Alfa en celo puede volverse peligroso si no logra saciar su necesidad incluso podría perder el control y buscar una hembra que le dé lo que necesita.

— ¡ESO SI QUE NO, ES MÍO!

Me tapo la boca. ¿Yo dije eso o fue Chiara?

Chiara no me responde, puede ser ella aunque también yo siento esa horrible espina de solo imaginarlo.

 —Entonces no le hagas esperar más. Escuché que Freya está en la manada y regresó de su viaje, como sabrás fue su prometida y...

— ¡¿Qué hace ella aquí?! ¡Se supone que debe aparecer hasta dentro de dos meses más!

Me levanto como puedo del suelo y me apresuro a buscarlo.

— ¡¿Luna?!

Freya Belcher… Una hermosa Alfa hecha desde los gustos de mi ex jefe, una mujer perfecta, poderosa y hermosa. Porque un perro fino solo puede emparejarse con otro de alto pedigree en estos mundos superficiales. Sin embargo no me conviene perder contra ella, ahora que estamos emparejados por la luna seré penalizada si mi pareja me deja antes de que consiga los mentados preceptos.

No tengo tiempo para lamentarme, incluso si tengo que hacerle frente al Alfa por impaciente, si se atreve a montarme el cuerno va a ver estrellas ese desgraciado.

‘¡Si, ve a pelear por nuestro macho, Cady!’

Camino a paso largo hasta llegar a la puerta de la oficina de Ery, sin embargo Milo me impide el paso.

—Disculpe, Luna. Tengo órdenes de no dejar pasar a nadie más.

¿A nadie más? ¡Maldito perro, tiene a alguien ahí!

—Soy tu Luna, quítate del camino, Milo.

—Lo siento no puede…

Justo cuando pongo mi mano en la manija, Milo me detiene.

— ¡Freya Belcher está ahí!

Mi mano se detiene y cierro el puño.

—PERRO INFELÍZ —Digo a regañadientes.

—Luna….

—Bien, dile a ese infiel maldito que cuando acabe de jugar a la casita con su perfecta Alfa no se atreva ni siquiera a buscarme y que si siento aunque sea un leve dolor por sus actos, yo misma me encargaré de meterle acupuntura hasta por el trasero para que sienta seis veces lo que yo.

—Luna, no está…

—No te atrevas a decirme nada, eres igual de traidor por aceptar que tu Alfa sea un adúltero de m****a.

Debí saberlo, no, solo no quise pensar en ello. Él era un asqueroso mujeriego que se metió incluso con las escritoras a su cargo, un sucio pedazo de roña que no puede mantener el maldito pene en su pantalón. Ery tarde o temprano sería igual.

Y yo que me había preocupado por él cuando en realidad ha estado desmayado seguramente por jugar a estrechar la serpiente todo el día. Maldito asco.

¿No vas a decir nada, Chiara?

‘También me ha molestado que esté con otra hembra…’

Al menos coincidimos en lo mismo.

Ya que no se encuentra entrenando puedo ir a golpear el saco.

Llego al dormitorio y me cambio de ropa cuando se abre la puerta.

— ¡Luna!

— ¿Qué ocurre, Hershey?

— ¡Es el Alfa, se ha vuelto loco!

—Eso ya no es novedad, siempre ha estado demente…

—No, de verdad se ha vuelto loco.

— ¡Luna! —Dice otra voz detrás de la puerta.

— ¿Qué quieres, perro traidor?

— ¿Perro? —Milo me mira sorprendido.

Hershey le da una palmada en la espalda y este se voltea indignado.

—Es tu culpa por decirle semejante pavada para tenerla lejos, imbécil. Una hembra en celo puede ser violenta si siente amenazada por otra detrás de su macho.

—Espera… ¿Está en celo?

— ¡Eso no es lo importante, dile la verdad y deja de estar causando problemas por tener conectado el cerebro al trasero para sacar tanta caca!

No entiendo nada ¿Por qué está Hershey tan enojada con Milo? La enojada debería ser yo.

—Es porque el Alfa está actuando demasiado extraño. Me dio órdenes de no dejarla entrar y la mantenga lejos si él está…

— ¡¿Haciendo qué?! ¡Habla ya o no me voy a contener…!—Chiara puede ser aterradora cuando se enoja y sintoniza con mis pensamientos que salen como si nada por mi boca.

—El Alfa… está fumando.

— ¡¿Qué?! —Decimos Chiara y yo a la vez.

—Además de que tiene su oficina hecha una m****a con todo tirado y destrozado, él me hizo llevarle varias cajas de cigarrillos…

—Querrás decir cajetillas— Remarca Hershey.

—No, CAJAS. Como las que se llevan en un embarque, Hershey.

¡¿P*to padre, para qué quiere tantas?!

— ¿Entonces no se encerró toda la tarde con Freya?

—Fue unos minutos y la sacó de su oficina. No quiere hablar con nadie ni siquiera con su Luna. Me pidió que buscara a alguien y no deja de gritarme por enlace mental que lo encuentre pronto. Está como loco.

Se ha encerrado en su oficina y está fumando tanto que toda su oficina está llena de humo.

¿No había dicho que iba a dejarlo?

Ese desgraciado...

Ya sabía que no cumpliría su palabra, es demasiada su adicción enferma por esa cosa que su supuesta devoción por obtener lo que quiere de mí. Y yo que estaba pensando en que debía recompensar su esfuerzo.

Maika Maese

No le está siendo infiel... ¡Pero si le regresó al vicio! A tan pocas horas de cumplir con la promesa el Alfa la ha roto. Cady se siente molesta y traicionada.

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