La luna llena brilla intensa, como el misticismo mismo que conlleva el ritual más sagrado y más esperado entre los lobos de la manada de Silivia Crescent Lake. Se llama así la manada pues se ubica cerca de un lago que parece reflejar a la luna creciente brillante como la plata sin importar la fase lunar que se encuentre en el firmamento del oscuro cielo. No importa si es de día o de noche, una luna cresciente se asomará en el cuerpo de agua.Se dice que entre sus claras aguas se puede escuchar los aullidos de los lobos antepasados y los cantos armoniosos de sus almas gemelas que ha unido la Diosa de la Luna y creado perfectamente para cada uno. En su cumpleaños número 19, finalmente, una loba de cabellos largos y cálidos como el fuego se aproxima a la celebración anual de la cosecha vestida con sus mejores ropas.Preparada y anticipada con emoción para descubrir la identidad de su pareja destinada, aquel que fue hecho solo para ella y ella para él, su otra parte del alma que complementa su misma existencia. Camina hacia el lugar lentamente hasta que un aroma exquisito como cedro, bergamota y cítricos inunda en sus fosas nasales como una dulce melodía. Con emoción apresura sus pasos y busca entre la multitud que danza alrededor del fuego, uno a uno se van alejando en su campo de visión hasta que por fin el dueño de aquella esencia única la observa, él también ha percibido su presencia. Ambos caminan al frente del otro con fuego intenso y apasionado en sus corazones que laten al unísono mientras su interior exclama “Pareja” haciendo que sus almas resuenen como una sola. Ambos sonríen enamorados listos para abrazar el regalo que la diosa les ha entregado como una hermosa bendición. El joven alfa, líder de la manada se ve más apuesto que nunca reflejado en aquellos ojos como esmeraldas.— No puede ser, ¿La diosa no pudo ser más generosa?El alfa observa a su compañera destinada con repudio rompiendo con el encanto de aquel momento que tanto había soñado Candace Var Sansa. A sus ojos masculinos una joven flacucha que si bien no es fea no es digna de su presencia pues se nota demasiado débil e inútil frente a su imponente porte de perfección. ¿Acaso la Diosa quiere burlarse? Él, un Alfa de sangre pura, el mejor de toda la manada y el más fuerte, alguien tan asombroso como él tiene la desgracia de tener como compañera a esa chica tan débil como un humano. El alfa suspiró con molestia y sin dejar de mirarla como la escoria más desagradable de la tierra decidió despreciar los designios de la Diosa.Ni siquiera tuvo que preguntar su nombre pues conocía perfectamente a la desgracia de loba que tiene la manada, pues no solo era debilucha y una omega sino “La bruja” hija de una loba de fuego trayendo consigo todo el mal presagio del mundo en sus débiles hombros.Alguien como ella no merecía ser la Luna de la manada ni mucho menos reinar a su lado como su pareja.—Yo, Alfa Ery Avery, Líder de la manada Silivia Crescent Lake te rechazo a ti Candace Var Sansa como mi pareja y futura luna.Candace cerró los ojos tragando sus lágrimas y con la mano en el pecho como si estrujara su corazón dijo: — ¡Yo te rechazo!
— ¿Cómo has dicho?
— ¡Dije que yo te rechazo, ¿acaso estás sordo?!
El Alfa tonto y su sequito de personajes secundarios se quedaron sorprendidos cuando la “débil” Omega de apenas 19 años miró al líder de la manada rupestre directo a los ojos con una sonrisa desafiante. Lo que no esperaba la manada de lobos desactualizados era que en el momento culminante del rechazo, la autora de esa historia mediocre había tomado posesión del cuerpo de la protagonista. El viento sopló con fuerza ondeando los viejos harapos del vestuario de la protagonista original.Cadence Beckham (Escritora, 24 años de edad) transmigró dentro de su propia novela, una que fue escrita a la fuerza, guiada por una inmensa necesidad monetaria. Las historias de licántropos y hombres lobo poseen un extraño encanto místico que envuelve al lector y a la comunidad literaria al grado de posicionarse entre los géneros de literatura adolescente más vendidos. Claro, la gran mayoría de los lectores gustan de estas historias que devoran como si fueran manjares exquisitos, pero no seamos hipócritas, lo que más vende es ese corte erótico escondido como novela pues el morbo y el sexo venden. Cad Ence es el seudónimo de esta escritora frustrada que a diferencia de toda esa panda de lobos rupestres y lectoras cachondas, no le encuentra lo encantador a un Alfa petulante, frío, despiadado, en otras palabras un cretino de primera como protagonista. “¿Qué le ven a este pedazo de toxicidad andante?” Es lo que solía pensar la mujer antes de tirar el libro que le había entregado su editor como referencia a la basura. ¿Quién diría que por la triste necesidad acabaría escribiendo algo que había jurado jamás tocar? Peor aún, estar atrapada dentro de la misma historia que escribió con cada punzada de su hígado teniendo que enfrentarse a su repulsivo protagonista masculino. ----
¡Agh, no puedo más!
¡Hablar en tercera persona es demasiado vergonzoso para mí! No hay nada más irritante y petulante que un adulto hablando de sí mismo en tercera persona, como esos Alfas que se sienten el último botellón de agua en el desierto, ugh, ¡Son nefastos!
Ni siquiera recuerdo exactamente en qué segundo mi vida ha dado un giro tan drástico y lastimero… No, sí que lo recuerdo. El día en que me dejé convencer por el dinero y las palabras de mi Editor.
Ese maldito editor tiene la culpa.
También el idiota que se robó la tapa de la alcantarilla en la que caí.
Pero el mayor culpable de mi desgracia no es mi editor sino yo misma.
No importa quien tenga más culpa el problema es que nunca supe ponerle límites a las personas a mi alrededor y eso me ha costado caro, inmensamente caro.
Pero mejor comenzaré por el principio, el momento justo en que mi vida se arruinó.
—Me llamo Cadence Beckham, mi seudónimo es Cad Ence, mucho gusto.
—Eren Eardwulf, Editor estrella de Editorial Eardwulf.
¡Ah, demasiado atrás! Aunque conocerlo fue el inicio de la lluvia que desató la tormenta. Debí saber que sería un dolor de cabeza desde esa egocéntrica presentación.
Vayamos unos pocos años después de aquella presentación desastrosa…
Hace seis meses
Con la mano en el pecho para calmar los latidos de mi corazón, toco la puerta del averno y espero su respuesta.
—Pasa.
Abro la puerta lentamente y me encuentro con la entrada a la boca del lobo. Literal.
Este lugar parece la cueva de un obsesionado plagado de una colección insana de objetos con formas de lobos.
Es por ello que le llamo a su oficina el Averno de Lupus. El nombre perfecto para su enfermiza fascinación por estas criaturas.
En la pared oscura con puntos blancos como estrellas y constelaciones, hay cuadros de distintos artistas dando su interpretación a lobos, hombres lobos y licanos.
En cada pared hay libreros llenos de libros sobre mitología licana, fases lunares y películas de hombres lobo en VHS, DVD y Blu-ray. También adornando cada estante hay pequeñas estatuillas, figuras y acrílicos con la misma temática.
De solo ver todo eso me siento mareada al tratar de adaptar mis ojos a la casi oscuridad del Averno de Lupus.
—Vas a desgastar mis cosas si las ves tanto.
Dice la voz del Lobo feroz.
—Lo siento, señor. ¿Me llamó?
El hombre señala el asiento frente a su escritorio sin responder más.
He trabajado los suficientes años con este ser como para entender lo que quiere sin necesidad de palabras, tomo asiento y espero a que se digne a abrir la boca.
Su oficina es la única en toda la editorial que tiene este ambiente extraño y poca luz, su lámpara es especial para dar tonos cálidos rojizos en la habitación como si estuviera alumbrado por una chimenea. No tengo idea de cómo diantres ha logrado eso pero todo es posible si se tiene dinero y la persistencia de este espécimen.
— ¿Qué es esto?
Digo cuando me extiende una hoja de papel.
—Son las últimas ventas que ha generado tu libro digital.
Veo los números risibles y quiero llorar.
—Como podrás ver no le ha ido bien a tus libros últimamente.
Tuerzo la boca y trago saliva. Me esperaba que los resultados fueran bajos pero no a este extremo. Se supone que con todos los cambios que me sugirió mi editor esta historia estaba asegurada a ser un éxito de ventas sin embargo, aunque la historia promete no tiene la atención del público para siquiera darle oportunidad.
Tal vez la historia que escribí no estaba preparada para este tiempo. Hay artistas de cuadros famosos que no se vuelven reconocidos hasta después de que acaban enterrados bajo tierra, existen libros y hasta películas de culto que no tienen éxito porque las personas no están listas para ello.
Sé que mi estilo de escritura no es para el gusto de todo público sin embargo tenía la esperanza de que hubiera un poco más de personas que pudieran encontrarle su encanto a mi obra. Creo que otro de mis errores es darle demasiado crédito al gusto popular.
—No es la primera vez que tus historias de baja calidad nos hacen perder millones, señorita Beckham.
Cómo odio que me hable con tan poca educación y me llame por mi apellido de pila cuando tengo un seudónimo para dirigirse a mí. Si, sé que el cabrón es mayor que yo por cuatro o cinco años pero eso no le da derecho a dirigirse a mí hablando de tú como si fuera menos que él, no si soy un escritor y estamos en términos iguales.
—Tch, que millones se van a perder por una obra en digital…
Oh, no… lo he dicho en voz alta.
Para cuando me doy cuenta Eren Eardwulf, mi Editor en Jefe, me mira fríamente escudriñando como si me fuera a desollar de un solo zarpazo.
—Por supuesto, alguien con la pobreza mental como la tuya, una mediocre escritora de cuarta no puede comprender el complejo de una editorial importante como la nuestra.
Me encojo de hombros y miro hacia mis piernas, mis manos están moradas de tanto apretar el puño.
—Para tu siguiente trabajo quiero que escribas algo diferente.
Mi editor en jefe suelta la bomba sin siquiera mirarme a los ojos mientras juguetea con una de sus figuras de bronce.
—Entiendo, tal vez me he pasado un poco al meterle terror psicológico a la historia. Tal vez si hago un misterio más liviano podría…
—Nada de novela negra.
—Entonces, una historia de folklore sobre los mitos urbanos de la ciudad…
—Necesitamos algo diferente a lo que has escrito antes “Cad Ence”
Cuando no me llama novelista de tercera categoría y dice mi seudónimo es porque viene una conversación seria que me dejará un dolor de cabeza.
— ¿Una novela de suspenso? —Digo ingenuamente— ¿O que tal un género con temática histórica?
—Hasta ahora solo has escrito historias nulas en romance.
—Eso es porque no me agrada ese género.
—Exacto, solo has escrito desde tu propia zona de confort.
—….
—Puedo ver por tu silencio que entiendes a lo que me refiero y por tanto me das la razón—finalmente me observa constatando que sigo en silencio mientras continúa con su palabrerío— Esta vez yo pondré el tema y tú deberás limitarte a hacerlo tal como se pide.
—Ustedes dijeron que tengo libertad de escribir--
—Eso fue antes de que nos mostraras ventas tan bajas.
—Esta vez el libro fue publicado en una de sus plataformas, ni que hubieran gastado en la impresión---
— ¡¿Acaso crees que nuestras plataformas no generan gastos para nosotros?!
¡BANG! Su mano golpea al escritorio haciendo que salte, no me queda más remedio que estarme callada.
—Si lo has entendido, entonces voy directo al grano. ROMANCE
— ¿Eh?
—Tu siguiente historia debe ser un romance. Hasta una autora mediocre como tú puede escribir algo tan simple.
Muerdo mi labio inferior tratando de no saltarle al cuello por su forma tan grosera de dirigirse a mí. Olvídalo, nunca he tenido un novio ni me interesa tener relaciones sentimentales desde que el otro cabrón que me hacía bullying en la escuela primaria me mató cualquier ápice romántico de mi sistema.
¿Por qué habría de escribir sobre amor cuando yo misma no le tengo fe a eso?
—Entonces romance será tu temática, con una historia así hasta una escritora de cuarta como tú puede hacer algo medianamente decente.
LO MATO.
Si no fuera que ese hijo de fruta es nieto del mero Director de la empresa ya lo habría ahorcado con todas mis fuerzas. Ni siquiera puedo denunciar su acoso laboral porque estoy segura que como el buen nepotismo que le ha entregado ese puesto no hará justicia para mí.
—Prometo que si me dan la oportunidad puedo escribir una novela sin necesidad de ese género— Mi editor en jefe vuelve a golpear el escritorio y contesto resignada— De acuerdo, lo haré.
—Bien, pero eso no es todo.
MALDICION.
—Necesitas algo que si venda, simplemente ponerle romance no basta. Como el maravilloso editor de autores que han sobresalido del fango, he decidido apiadarme de tus habilidades mediocres y pulirlas hasta que sean menos aburridas.
“¿Y entonces que tiene en mente, señor?”
Estoy a punto de responderle eso con el hígado así que desvío la mirada hacia lo que tengo a mí alrededor, toda su oficina parece un museo de lobos augurando un mal presagio. El desgraciado continúa hablando y dando más largas antes de ir directo al grano, trago saliva evitando mencionar el tema pues sé lo que me va a pedir y es algo que no me gustará.
Nuevamente interpreta mi silencio como una afirmación a la barbaridad que está a punto de decirme.
—Y como las historias de licántropos son la tendencia actual, quiero que escribas un Omega Verse.
¡Hijo desrptm! ¡Sabe desde que firmé el contrato con Publicaciones Eardwulf que ese tipo de historias son prohibidas para mí!
— ¡ESO SI QUE NO!
¡BAM! Esta vez quien golpea el escritorio soy yo.
— ¿Señorita Beckham?
—Si ya terminó de hablar me retiro.
— ¡Tienes un contrato con MI empresa! ¡Si sales por esa puerta dalo por terminado!
—Entonces termina mi contrato—esta vez le hablo con la misma falta de respeto que me tiene— ustedes faltaron a su palabra primero.
— ¡Señorita Beckham!
El Editor en Jefe me evita abrir la puerta y se apoya contra esta acorralándome.
Su colonia de marca cara inunda en mis fosas nasales.
—Aún te quedan seis meses de contrato, si lo terminas antes de entregar la novela tendrás que pagarnos la penalización.
DEMONIOS.
—No quiero escribir sobre licántropos, es todo.
—De acuerdo, no insistiré más en eso. Pero, por favor piénsalo, Cadence Beckham.
Aleja su fornido brazo de la puerta y aprovecho para girar el pomo y salir mientras me sigue con su voz.
—Puedes continuar escribiendo tu basura por orgullo pero la basura no te dará de comer ni pagará la hipoteca.
Sus palabras toscas y brutales hacen eco en mi cabeza.
***
[NOTICIA DE ADEUDO]
Mis manos tiemblan sosteniendo el sobre.
Aunque la deuda no es mía sino de mi progenitor no puedo evitarla ni devolver la carta al remitente bancario.
Fui demasiado tonta al creer en las palabras de ese viejo tramposo, si tan solo le hubiera hecho caso a la alarma en mi cabeza cuando me pidió firmarle como aval no estaría en estos problemas.
Abro la puerta del pequeño departamento que alquilo, mi padre puso en hipoteca la casa que me dejó mi abuela en la herencia así que solo puedo costearme este pequeño lugar. Bueno, “costear” a medias pues la venta de mis libros ha sido tan mala que no he recibido buena paga últimamente.
Entro agotada tras pelear con el cerrojo que sigue descompuesto desde el día uno de vivir aquí, arrastro los pies y me dirijo a la cocina. El refrigerador está vacío y tomo una lata de cerveza que olvidó ahí mi mejor amiga hace un tiempo. Me quito los zapatos de tacón y me acurruco en el sillón subiendo las piernas. Masajeo mis pies en silencio mientras doy un sorbo a la cerveza. Hace frío, ya casi comienza el invierno…
Seguro necesitaré poner la calefacción pronto y de solo pensarlo me imagino las enormes cuentas que aparecerán en el recibo de luz y gas, ni siquiera puedo disfrutar de una ducha en agua tibia porque quiero ahorrar en gastos.
Recibo una notificación en mi teléfono móvil y al leerlo suspiro, en dos horas acabarán mis datos. De milagro todavía tengo luz, pienso.
Abro la banca móvil en mi teléfono y sigue en números bajos, debajo solo tengo una gran cantidad de dinero pero de un préstamo bancario que ni siquiera estuvo en mis manos una sola vez, nuevamente reprocho mi propia estupidez.
Mi estómago gruñe y arrugando con la mano izquierda el pedazo de papel que recogí del buzón decido vender mi alma al diablo.
TUUN TUUN No suena más de dos veces cuando finalmente el diablo contesta.
— ¿Sí, Editor?
El diablo del otro lado de la llamada no responde, él solo espera a que se haga su voluntad y si no es así simplemente cuelga dejando esperar un largo rato para responder de nuevo. Es ahora o nunca.
Trago cerveza para darme valor y acabo de firmar mi condena.
—Voy a escribir esa novela de licántropos que quiere.