Capítulo 8- Morir y renacer

— ¡Y enviado!

Me estiro todo el cuerpo como si hubiera salido de un profundo sueño y miro con orgullo la flecha de enviado por WhatsNow.

En el correo adjunté mi carta de renuncia y en la app escribí una “emotiva” despedida.

Finalmente puedo cerrar todo ciclo.

Si aquí no aprecian mis historias en alguna otra editorial lo harán, estoy segura.

Solo debo encontrar una con mi enfoque y que sepa de buen gusto.

Acomodo mis cosas en cajas. Tan pronto reciba mi renuncia tal vez no le vaya a caer en gracia.

Debería pedirle al señor Bingley que me de refugio unos días…

No, debo hacerlo sola.

Mientras veo algunas de las cajas ya hechas (no que tenga mucho de todas formas) me debato si echar dentro esa almohada terapéutica, de todos modos ya es muy vieja.

No le queda mucho al frasco de prueba que he usado tantas veces.

La almohada que he golpeado hasta el cansancio está blanda y se ha hecho más liviana, debería tirarla.

Sin embargo no me conviene quedarme en el departamento. Saldré a buscar empleo y más tarde le pediré a la señora Potvin que niegue pasar a mi ex jefe-editor al edificio.

Antes de apagar mi teléfono veo nuevamente su número en la pantalla, compruebo que las dos flechas señalan al mensaje recibido e interpreto esa falta de respuesta como el fin de todo.  Ni siquiera se ha molestado como esperaba que lo hiciera.

Al paso de una hora no me ha tratado de contactar, significa que mi renuncia no le fue de importancia.

Entonces desisto de apagarlo.

Tampoco es que quiera que me llame para insultar, regañarme y gritarme. No soy masoquista, pero me cuesta creer que ni siquiera haya reaccionado.

Al menos me habría gustado que me escribiera un mensaje formal agradeciendo mi participación en la editorial y quien sabe, ¿Los jodidos 5 años que lo aguanté?

¿No merezco al menos una despedida digna?

Me aviento sobre la almohada y la golpeó unas diez veces más con fuerza.

Qué fácil es volverse prescindible para alguien, le he dado cinco años de mi vida a esa editorial y en realidad me voy sin nada.

Pero al menos si hay algo que puedo llevarme.

La oportunidad de comenzar de nuevo.

Lejos de ese tóxico que nunca me ha tratado bien.

"Fracasada"

La fracasada como le gusta llamarme, acaba de terminar de escribir la aberración que había jurado nunca hacer en su vida.

Así de bajo he caído.

Y lo peor es que no fue tan desagradable como creí que sería, pues puse parte de mí en cada página y pude darme cuenta de algo sobre mi propia vida.

Nunca he vivido como quiero.

He terminado la novela que me pidió, le agregué sus escenas cochinas +18 como lo ha solicitado, es un Omega verse genérico con la formula exacta para ser vendible. No le debo nada más ni a él ni a nadie.

Adiós editor cretino, adiós vida mediocre... Por fin puedo ver la luz.

***

—Señorita del apartamento 166...

—Ahora no, señora.

Camino pasando a la casera chismosa y luego me doy la vuelta.

—Por cierto, a fin de mes voy a desalojar el departamento. Si hay algún adeudo que quede anote todo.

—Pero si no...

— ¡Se lo encargo mucho, tengo algo que hacer pero prometo liquidar hasta el último céntimo!

Me apresuro a la salida respirando el aire de la libertad.

Si quiero empezar de cero estoy segura que puedo encontrar otro departamento de renta posible de pagar en otro lado, no quiero quedarme en el lugar donde todos saben que vivo. Si quiero alejarme de todos lo mejor es que sea en un lugar donde nadie me conoce.

Compro un periódico y reviso los lugares para rentar así como investigo algunos también por internet.

Ninguno parece acercarse al precio del departamento que rento actualmente.

Mi inicio a la libertad parece más complicado a cada minuto.

No importa, aún tengo unos días para encontrar algo modesto y de precio aceptable.

También envío solicitudes de empleo en distintos lugares, incluso si no son editoriales y no tenga que ver con ser autor. Necesito un trabajo que me pague lo necesario para vivir bien mientras comienzo de cero.

[Muchas gracias por su solicitud, lamentablemente ya no tenemos la vacante]

Conseguir un empleo lejos será difícil, más porque tengo la carrera trunca.

Estoy sentada en una banca de un parque que nunca visito, así no me encontraré ni de casualidad con alguien indeseable.

— ¿Qué hice en mi otra vida para que me castigues así? Solo deseo comenzar una nueva vida lejos de aquí.

— ¡Conejita! ¿Qué haces aquí?

— ¿Eh?

—Soy Martha Chandler ¿Ya me olvidaste? —La mujer de cabello pelirrojo hasta el cuello me pregunta con una sonrisa animada.

—Hmmm… —me llevo el índice cerca de los labios y finjo estar pensando, por supuesto que la recuerdo pero prefiero ignorarla—creo que no.

—Yo creo que si—Dice mirándome con unos ojos azules ¿No eran verdes? Espera… ahora que lo pienso, en el gimnasio eran azules definitivamente…

—Mis ojos son color avellana, cambian de color según cuando los veas.

¿Cómo supo que pensé eso?

—Es porque eres todo un libro abierto, conejita. 

—….

—Y como me agradas mucho te daré un consejo…—Sus ojos azules se vuelven de un verde intenso—El día de hoy no te midas en nada y disfrútalo como si fuera el último.

¿Por qué dice eso?

—No te asustes, no te estoy maldiciendo ni nada por el estilo—Dice mientras me da unas leves palmadas en la espalda— Es solo que te vi muy desanimada que creí ver a la sombra de la muerte detrás de ti.

—Escucha… gracias por el consejo pero no tengo pensamientos de ese tipo…

—Entonces deja pido un deseo por ti— Me muestra su muñeca y mueve unas cuentas de color jade como si fuera un ábaco—Dicen que si alguien desea lo mismo que tú y lo pide 17 veces el deseo puede hacerse realidad.

Mueve las 26 cuentas en su pulsera y aplaude 17 veces.   

—Listo, esperemos que tu deseo se vuelva realidad.

—Ah… ¿gracias?

—Aunque eso pondrá a Eardwulf muy triste ¿no lo crees?

No quería mencionar a ese tipo…

—Por cierto que bonita es tu pulsera—Digo en un intento por cambiar el tema.

—No es una pulsera, Conejita, es un rosario.

— ¿Un rosario?

¿Qué no llevan una cruz?

—Ja, ja, ja tus expresiones son muy obvias. No, no es un rosario cristiano, de hecho las pulseras tenían un propósito muy distinto cuando las crearon. Esto es para contar los rezos.

—Ah…

—Esta “pulsera” como puedes ver es un Japa mala, dicen que sirve para llegar a encontrar la divinidad y la paz propia.

—Ah…

— ¿Quieres que te regale uno? —Sus ojos cambian de azul a verde como si fueran hechos con una piedra preciosa.

—Oh, eso no es necesario… Pero gracias.

Me acomoda el cabello acariciando mi cabeza y luego dice unas palabras extrañas.

—Adiós, hija de la luna.

Una alarma en el teléfono que he olvidado apagar me hace saltar del asiento.

[¡Feliz cumpleaños, Cad-Ence!]

Es la alarma predeterminada de mi teléfono, la única que recuerda (por estar programada para eso) que existo desde hace ya 24 años.

Ni yo me acordaba. Es porque he tenido la cabeza metida en otras cosas que ni siquiera me detuve a pensar que ya es 19 de Noviembre.

—Vaya es mi…

Cuando volteo a ver a Martha, ella ya no está sentada en la banca. Es como si se hubiera esfumado.

***

Bien, solo por hoy que es mi día especial voy a celebrar en grande porque además de mi cumpleaños es mi primer día hacia la felicidad.

—Buenas tardes, ¿Que le sirvo?

— ¡Quiero un especial de chocolate triple con crema batida arriba! 

¡Ah, y también quiero que le ponga chispas!

Para no gastar jamás pago el extra para poner crema batida, este es un verdadero lujo para mí. No haría esto ni para mi cumpleaños pero una energía revitalizante me empuja a no medirme hoy.

Contenta espero en el mostrador hasta que me entregan mi pedido.

Apenas y se le ve el batido de crema tiene unas tres chispas diminutas encima y el vaso es demasiado ligero. ¿Me pusieron pura espuma?

¡Que hijos de p---!

Quisiera devolverlo y exigir mi dinero de vuelta   pero eso me va a quitar mucho más tiempo, mejor lo dejo así.

Bebo del vaso y en efecto sale pura espuma.

Vaya cumpleaños.

Bueno puedo comprar un pastel bonito.

Elijo uno pequeño en un mostrador que parece de pastelería fina, la fila es inmensa por tanto deben ser deliciosos. Siempre que paso por alguna pastelería me quedo con las ganas de probar uno al ver los precios altos.

Pero hoy no me voy a fijar en eso, mi yo de 24 años merece un buen comienzo.

Después de pasarme buen rato en la fila ya se han terminado varios pasteles Pero queda uno pequeño muy bonito con duraznos y frutos rojos con un betún de chocolate que se ve apetitoso.

—Son 25 dólares.

Me tiembla la mano al sacar el dinero.

Bueno, solo este pequeño capricho y ya.

Tomo el pastel con alegría y me entregan un tenedor muy bonito de madera ecológica.

Me acomodo en una de sus mesitas modernas y pongo dos pequeñas velas con números que compré en el camino.

Un 2 y un 4 muy bonitos engalanan mi pastel caro del tamaño de una palma.

Recuerdo lo que la autora Goldess Endypit (Martha) me dijo, entonces repito mi deseo en mi mente 17 veces rápidamente.

¡Que este sea el inicio de la mejor travesía de mi vida!

Pido mi deseo y soplo las velas.

Todo parece comenzar a tomar color cuando meto el primer bocado en mi boca.

¿Qué es esto?

El pan está seco y verde, apenas y tiene sabor el pastel y los frutos no están buenos. Los han cubierto de almíbar para que parezcan frescos pero están bastante viejos.

¿Pagué 25 dólares por esto?

¿Debo regresarlo?

Creo que sí, es lo mejor ¿No?

Veo a la gente en el mostrador y me reciben con una sonrisa de lado a lado, esos pobres empleados no saben lo horribles que están sus pasteles.

—Disculpe, creo que me han dado un pastel caduco.

—Es imposible que mis pasteles estén caducos, señorita. Tenemos una estricta póliza de frescura. Y todos los pasteles se hacen el mismo día.

—Si pero mi pastel tiene unos frutos que saben mal. Y había algo verde en el pan.

—Si ya lo ha comido no podemos hacerle la devolución, debió notar eso antes de tragarse la mitad.

—No me comí la mitad, fue solo una cucharada Pero su pastel es demasiado pequeño como para que no se note...

—Mire el letrero señorita, no hay cambios ni devoluciones.

—Debí pensarlo antes de entrar a su negocio hípster.

— ¿Qué ha dicho?

—Que su negocio hípster de precios inflados no vale la pena al probar sus pasteles insípidos.

Miro el nombre de su placa.

"LIAM ROBERTS"

Espera, ¿No es ese uno de los amigos del editor pendejo?

¿Qué hace en una pastelería? Se supone que es el asistente del nefasto mayor.

—Que tenga las papilas gustativas atrofiadas y no tenga ninguna noción de lo que es comida fina no es mi culpa. Mis pasteles son perfectos.

—Como sea, el karma existe. Puede tragarse el resto.

Salgo del establecimiento a regañadientes  y suspiro en frustración.

Cumpleaños de m****a como mi mediocre vida.

Y yo que pensé que era el inicio de algo mejor.

Mientras aviento pestes a mi alrededor y maldigo a este día de mier… me doy cuenta que he estado caminando sin rumbo fijo.

Miro mi teléfono que ahora solo tiene un número agregado en WhatsNow, no hay ningún mensaje para mí.

Apago el teléfono. Retiro el chip, prometiendo que compraré un nuevo cambiando el número y lo guardo en mi bolsillo.

Luego una brisa fresca me obliga a detenerme.

El olor a cedro, bergamota, notas marinas y cítricos limpios me hace girar de forma inconsciente.

Sin embargo para mi decepción no hay nadie atrás de mí, debo tener atrofiado el olfato.

El semáforo de peatones se pone en verde y avanzo rápidamente.

Me bufo de la ironía de esperar que me supliquen en la empresa que me quede. Soy una estupi---

— ¡DAAAAAH!

Cuando doy el último paso siento como si me hubiera desaparecido el suelo y es demasiado tarde para reaccionar.

Lo último que veo es que he caído por el hueco de una alcantarilla. ¿Quién fue el desgraciado que se robó la tapa?

No es una alcantarilla demasiado profunda sin embargo al caer al fondo siento un dolor punzante en la espalda hasta la espina dorsal. No sé si grité algo en ese momento, todo comienza a oscurecer como niebla.

****

<<Feliz cumpleaños, Cadence Beckham>>

¿Quién eres? ¿Me hablas a mí?

<<Cadence, escritora fracasada de 24 años, has pedido el paquete premium en la pastelería Dulce suspiro gluten and sugar free >>

Joder, ¿eso decía? ¡Con razón estaban tan malos!

<<Su pedido al soplar las velas fue "Una nueva vida emocionante" >>

— ¿Cómo sabes eso?

<<También la petición de crema batida extra en el chocolate es un plus. Le daremos ciertas ventajas>>

Frente a mi aparecen números en el aire y estos aumentan con un sonido como de máquina registradora de juguete.

<<Sin embargo, ha aceptado un perfume de imitación, eso es reprobable así que le daremos una penalización>>

—Espera, no entiendo nada.

<<Una nueva vida emocionante, el huésped será enviado a una historia, si completa esa historia llenando el rosario con todos los preceptos de los puntos importantes de la obra podrá regresar>>

— ¿Regresar? ¿A dónde?

<<Cadence Beckham 24 años, murió el día 19 de Noviembre del año xXxX a las 17:26 horas, al cruzar la calle una alcantarilla mal tapada y una caída con una fractura letal terminan con su vida>>

¡¿Cómo pude morir de una forma tan estúpida?!

Entre una bruma espesa me muestran una especie de películas en el aire, de un lado como si fuera una ventana, veo mi cuerpo en un féretro, solo hay una persona en mi funeral y es un hombre al que no se le puede ni ver el rostro.

¿Tan patética fue toda mi vida?

¿De verdad solo un desconocido fue a verme?

La persona llora por mí y toma mi mano.

De otro lado, la historia que escribí de lobos y licántropos tiene buenas ventas sin embargo nadie se compadece de la muerte de su autor. La historia vende por el morbo y risas que ha causado mi patético final.

En la otra pantalla de mi funeral un anciano, que creo reconocer de reojo en la editorial, se acerca al hombre y lo abraza.

Hasta en mi propio funeral soy un personaje irrelevante de mi propia historia.

No está Sarah quien es como una hermana menor… Tampoco la familia Bingley quienes siempre decían que podía contar con ellos.

—Es tan injusto… No quiero morir así.

<<El cuerpo del huésped se ha quedado suspendido. En lugar de morir le hemos permitido quedar en una especie de sueño>>

Dice la voz extraña mientras trato de descifrar quién es el hombre en mi funeral y por qué parece ser tan cercano a mí.

<<El huésped puede elegir si acepta el trato, en caso de ser una respuesta afirmativa, será transferido a una obra literaria que ya haya leído antes>>

Ah… no sé, capaz y hay cláusulas pequeñas.

<<Si logra terminar la obra le devolveremos a su cuerpo original y su defunción se anulará>>

— ¿Solo debo terminar una historia? ¿Eso es todo?

<<Solo eso, al cumplir con los preceptos de la historia principal, llevando el acto que se requiere de manera exitosa, una pulsera en su mano iluminará una perla por cada precepto encontrado. Cuando esté completa podrá regresar a su vida normal>>

—Suena demasiado conveniente… Debe haber gato encerrado.

<< ¿Quiere aceptar el trato o no?>>

— ¿Y qué pierdo si no lo completo?

<<Si el huésped no termina la historia o muere antes de terminar la obra se reiniciará en la historia hasta completarla>>

Significa que será un bucle infinito reviviendo en el mismo lugar.

— ¿Qué historia es?

<<Una vez acepte se le enviará a una historia con la que sea compatible>>

Compatible... Significa que es algo que me agrade. Quizá un misterio con asesinatos y todo eso. Por eso el alto riesgo de morir y reiniciar la historia.

Parece arriesgado pero...

Veo mi funeral y esas dos únicas personas para despedir mi cuerpo.

No quiero un final así, apenas había comenzado a vivir sin importar toda la m****a por la que tuve que pasar quiero una oportunidad para reiniciar mi vida y que esta vez en mi funeral, cuando me llegue la hora de partir, haya una gran cantidad de personas que me recuerden.

—De acuerdo.

<<El huésped se sincronizará con el cuerpo de la heroína en 10, 9, 8... >>

Veo por última vez al hombre desconocido y justo cuando finalmente va a voltear hacia la cámara todo se desvanece.

<<5…4…3…2…1…>>

Veo su rostro que me es tan familiar y una última lágrima resbala por mi mejilla antes de quedar envuelta en la oscuridad.

****

—…ugh…

Mis manos se vuelven callosas en las yemas de  los dedos y un olor intenso a tierra mojada me hace percatarme de que mi entorno es en un bosque.

Estoy sentada sobre una cama dura con un vestido sucio y rasgado como harapos.

Mis pies están descalzos y tengo marcas de rasguños en ellos probablemente por no llevar zapatos puestos.  Veo mi brazo y veo una pulsera con 25 cuentas de madera

— ¿Qué historia es esta?

No recuerdo ningún misterio en el bosque salvo uno de un asesino serial.

No me digas que soy la primera víctima o algo así.

Asustada me busco un espejo sin éxito hasta que veo una cubeta con agua.

No puedo ver mucho de ella pero unos mechones de cabello rojizos caen de mi hombro.

Si soy pelirroja entonces tal vez sea la mucama. Que es la tercera víctima.

Pero no recuerdo si su cabello era tan largo como el mío. Ahora que me doy cuenta me llega hasta por debajo del trasero. No recuerdo a un personaje con el cabello tan largo.

Abro la puerta y el sonido de pájaros es intenso, los olores y los sonidos son demasiado estridentes.

Escucho las ramas y hojas secas crujir bajo mis pies.

No es doloroso pero si algo incómodo.

Veo detrás de mí y he salido de lo que parece una cabaña en muy mal estado.

También hay un huerto con muchos frutos, su aroma es delicioso y me provoca probar alguno.

Espera, ni siquiera está lavado no puedo comerme algo sin desinfectarlo primero.

Desisto y escucho una cascada.

El sol es intenso y siento el calor del verano.

Una estación muy distante a la mía.

Me asomo por el lago y veo por fin mi rostro.

Cabello rojo de tono anaranjado como fuego en una fogata rústica, ojos verdes y transparentes como esmeraldas... Piel blanca como porcelana y unos ojos jóvenes brillantes llenos de inocencia.

Y en el lago...

La forma de una luna creciente se asoma entre el suave golpeteo de ondas al caer hojas sobre este.

P*to padre…

Estoy en la novela más horrible que existe. La que yo escribí desesperadamente por dinero. 

------

Maika Maese

Y finalmente… Llegamos al momento en que Cady muere. Pero vamos, es su oportunidad de renacer y hacerse de lo que nunca tuvo, agallas. Me gusta que las protagonistas sean fuertes. Así que Cadence es así, una escorpio en las venas hasta la médula, sin embargo, se ha dejado mangonear toda su vida por terceros. Ahora que ha tocado fondo solo le queda salir del hoyo y aferrarse con fuerza. En el siguiente capítulo tanto Cady como la dinámica de oficina cambian...

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