Capítulo 37- Algo falta.

Cuando Sarah anunció que se iba a casar con Josh fuimos a un bar a “celebrar” y digo entre comillas porque yo no tenía un carajo que celebrar. Después de la muerte de mi Abuela me hundí en un abismo del que no podía mostrar a Sarah. Hice cosas que ella me habría reprobado, entre ellas aceptar las disculpas de mi progenitor y firmar como aval para un préstamo de un negocio en el que estaba entrando limpiamente para reformar su vida. Lo admito, fui muy tonta y muy crédula sin embargo era el único familiar vivo que me quedaba.

Sin embargo, las cosas se tornaron hasta un punto imposible de salvar cuando me enteré que ese préstamo no era un préstamo bancario normal, fue mucho más grande y ese dinero jamás se recibió. Alguien había aprovechado mi firma y lo usó para pedir más de lo que yo misma podía pagar pasando todo a la casa de apuestas quienes absorbieron aquella deuda. Poco sabía de lo que me esperaba ese día.

“Candy, si no pagamos nos van a torcer. Pero hay alguien en la casa de apuestas que está interesado en ayudarte porque le gustas.”

Mientras había tenido que abandonar la universidad y tenía más que perder mi padre continuaba queriendo meterme en la cabeza que sería más fácil todo si simplemente me entregara a una persona que ni conozco pero que tenía interés en mí desde quien sabe cuándo.

“Piénsalo Candy, solo quiere una noche contigo, también podrías trabajar en el casino un mes para saldar la mitad de la deuda”

La situación me parece absurdamente familiar sin embargo puede que solo sea mi mente paranoica la que tiene esa mala espina con su socio del casino.

  

Mi interior me advierte que no lo haga así que he decidido que como sea voy a salir de esta pero con dignidad.

Mientras Sarah y todos se divierten en el bar por su celebración de pedida de mano y despedida de soltera, solo puedo beber para ahogar un poco mis preocupaciones.

***

A la mañana siguiente amanezco con una de esas resacas que te cobran con migrañas en la cabeza como si algo te taladrara en el cerebro.

Dormí vestida y estoy en mi habitación así que Sarah me habrá ayudado a regresar, espero no haberme soltado de lengua y contarle los problemas en los que me metí.

“¡Buenos días, Sugar Baby!”

“Ese apodo es nuevo, Sherezarah. ¿Ahora que hice en el bar?”

“Uy, más bien qué no hiciste”

“¿Dije algo fuera de lugar?”

“Oh, para nada, bueno…al menos a mí no.”

Pero no puedo creerme que tengas un modelo así de guapo con esa gran espalda, esos pectorales de infarto "así" de gruesos como te dije, que hasta dan ganas de pedirle que amamante la infancia con ellos y era tan alto...

“¿Quién?”

“Ah, el Adonis que te trajo a casa ayer, Cady. Madre mía ¿qué tan intoxicada estabas que no te acuerdas?”

“No tengo novio y lo sabes, lo habrás imaginado.”

“¿Entonces quién te trajo ayer?”

“¿Ayer?”

“Si, tiene un Bentley, así que debe tener buenos ingresos para mantener uno aunque le hayas vomitado en el asiento, además por la ropa fina de diseñador italiano exuda que debe serlo.”

“¿Un Bentley...? ¿De qué color?”

“Negro”

Oh por dios no me digas que es...

“Aunque no me imaginé que te gustaran los hombres maduros eeeh, que escondido te lo tenías con ese Sugar Daddy tan sabroso.”

“¡Psssht! ¿Sugar? ¿Qué?”

“¿No era ese tu Sugar Daddy?“

“Recapitulemos mejor porque no entiendo nada, ¿Me trajo a casa un hombre mayor de unos...?“

“Se veía menos mayor, pero su voz tan varonil definitivamente parece de un hombre de 28-30 años aunque tenía un tono suave mientras te llevaba en sus brazos”

“...Entonces me trajo un hombre de aproximadamente 30 años de edad que asemeja ser más joven, de voz gruesa, espalda ancha, cuerpo fornido, apariencia seria en un Bentley negro, dice conocerme y... ¿De qué color eran sus ojos?”

“¡Ufff, azules como cielo nocturno! ¡Cabellos bien peinados de un castaño oscuro chocolate y piel ligeramente bronceada, alto de más de 1.75 mts, brazos torneados y musculosos. ¡Qué escondido te tenías a ese adonis en tu vida eeeh!”

Ojos azules, un Bentley, un hombre mayor que se ve más joven vestido con trajes caros de diseñador italiano y con una voz irresistiblemente varonil, alto, musculoso, piel bronceada y una espalda ancha para usar de tobogán imaginario...

¡Carajo, está describiendo a mi jefe!

“¿Y dices que vomité en su automóvil?“

“Si, tenía esa m****a hasta en los zapatos y no llevaba nada debajo del saco.”

¡Vomité en su jodido Bentley! ¡Eso es aún más caro que su alfombra!

¡BRRRRRBRRRRR!

[Demonio de Lupus: Beckham, solicito su presencia en mi oficina]

Trago grueso. Estoy JO-DI-DA

Cuando toco en su puerta lo hago con cuidado y atenta al humor del Demonio del Averno de Lupus. Toco la puerta con mucho cuidado esperando que me pegue un grito en cualquier segundo.

“Puedes pasar”

Qué extraño suena bastante calmado para estar molesto... ¿Será la calma antes de la tormenta?

¿Por qué se porta tan amable? Seguro está pensando en cómo castigarme ¿verdad? Quiere que baje la guardia antes de soltarme la bomba. Es mejor si me disculpo y que sea lo que dios quiera.

“¡SEÑOR EARDWULF, LO SIENTO MUCHO!”

“¡AUNQUE NO RECUERDO LO QUE SUCEDIÓ AYER MI COMPORTAMIENTO NO TIENE EXCUSA!”

“Vaya, entonces si sabes que lo que hiciste estuvo muy mal. ¿Ves esto? Es la cuenta de mi Ben.”

“Lo siento, prometo que pagaré una parte de los daños.”

“Ooh ¿En serio?”

“¿Con cuántos años de tu vida me piensas pagar?”

Lo sabía está muy molesto.

La vez pasada fueron casi dos semanas de ser su sirviente, tal vez me haga su sirviente un mes o un año entero...

Le miro con incomodidad un rato esperando que sus exigencias no sean tan grandes. Aunque… por todas las molestias que se tomó ayer, tal vez debería agradecerle por traerme del bar.

“Señor Eard…”

“¡WOLF!”

Una mujer de cabellos pelirrojos y unos ojos azules preciosos corre hacia él.

“Me dijiste que querías hablar conmigo urgentemente así que…”

“Si, te llamé. Toma”

La mujer recibe un gran ramo de flores conformado de girasoles y margaritas.

“Perdona por no haberte respondido, escuché que te dejaron plantado en el bar”

Así que por eso estaba ahí…

Él solo tuvo el infortunio de encontrarme ahí en un mal momento.

No me afecta, es solo que él siempre me habla como si fuera una molesta piedra en su zapato. ¿Por qué no me puede ver con un tercio de la ternura que le dedica a ella? Un gran ramo de flores hermosas, para una mujer completamente de su tipo. No es que tenga importancia, pero… Por alguna razón hoy me siento sensible y me duele el pecho…

Si no existe, no duele.

No siento nada, no es que quisiera que me diera un ramo de flores, solo quisiera que nos llevemos mejor. Solo un poquito mejor… ¿Acaso es mucho pedir?

De regreso a mi departamento, con la frente en la ventana del autobús, sostengo la mano en mi pecho. No entiendo por qué me odia tanto… tampoco entiendo cómo puedo tener tan mala suerte de encontrarlo en lugares inesperados y siempre acabar vomitando o haciendo cosas que le resultan molestas para detestarme más.

Una vez en la primaria hice un dibujo de un lobo y se lo regalé de cumpleaños a un niño, ese niño lo rompió por la mitad y desde ese momento se dedicó a molestarme hasta que se cansó y me entregó a otros niños para que fuera su juguete. Así que desde entonces me he evitado cruzarme con otro varón en mi vida. Hasta que lo conocí a él.

“¡Cady Cad! ¿Cómo te fue con tu Sugar Daddy?”

Sarah salta y me abraza como un cachorrito feliz. Pronto ya nadie saltará para abrazarme al llegar cuando me vaya a un departamento más austero que pueda pagar mientras me libero de todas las deudas que tengo sobre mí.   

“No es mi Sugar Daddy, es mi jefe. Sé más respetuosa”

“Eso no fue lo que dijo ayer…” “¡CADY CAD!”

Un rato después me enteré por Sarah que me había desmayado. Probablemente por el estrés, mi mejor amiga me vio preocupada y hasta estaba considerando cambiar sus planes para la boda.

“¡NO, NO, NO! ¡ESO NO ES NECESARIO! ¡FUE POR LA RESACA!”

Si Sarah no se casa por mi culpa nunca me lo voy a perdonar, además me conviene que viva con Josh Bury como esposos y así tener razones para irme a un departamento barato sin levantar sus sospechas ni tener que contarle todos los problemas en los que me metí aunque me advirtió que me alejara de mi padre.

A casi dos semanas de la boda de Sarah, finalmente el Demonio de Lupus decidió mi sentencia.

[Demonio de Lupus: Cadence Beckham, ven a mi oficina, tienes una hora]

Trago saliva grueso. Suena más hostil que antes.

“Supongo que recordarás que me debes bastante por lo que le hiciste a Ben”

Su mirada es más fría que antes.

“Si, pero juro que no lo hice ap…”

“He decidido cómo me vas a pagar”

Sus ojos azules me atraviesan como puñales ¿Por qué me odia tanto?

Cierro el puño y me muerdo el labio.

“Asistente”

Ah, de nuevo me hará su asistente.

“No estudias, no tienes un familiar enfermo que cuidar…”

Cuando habla de un familiar enfermo me arden los ojos y quisiera abofetearle la cara. Preferiría mil veces vivir de treinta trabajos pero que mi abuela siguiera viva que ser liberada de esa carga dejándome sola en el mundo.

“No, señor Eardwulf”

“Bien. Entonces nada te impide que seas mi asistente por digamos, tres meses”

¡¿TRES MESES?!

“¿Prefieres un año? ¿Quizá toda tu vida?”

No, tres meses está bien. Prefiero eso, mil veces eso.

“Bien, iré por ti a las 6am”

¡¿Tan temprano?!

“Si, tan temprano ¿Alguna objeción?”

Esa noche no dormí nada pensando en la cantidad de trabajos forzados que me daría ese desgraciado para hacerme pagar lo que pasó con su amado automóvil. Sin embargo no fue tan horrible como creí.

Me llevó a comprar ropa nueva para la oficina porque necesitaba cambiar mi traje de hacía más de tres años que me compró como uniforme la primera vez que fui su asistente. Luego de trabajar me mandó al baño a cambiarme de ropa y me entregó un vestido con estampado de flores. Era precioso, no entiendo por qué me ha dado un vestido que seguramente costó una fortuna como todo lo que compra de marcas caras.

Después de vestirme me llevó al cementerio y me entregó un ramo de flores, margaritas. Me dijo que visitara a mi madre y me quedé sorprendida ¿Cómo supo que llevo margaritas para ella? Cuando terminé con lo mío encontré al Señor Eardwulf arrodillado frente a una tumba muy bien cuidada y elegante. En ella el epitafio me gana la atención.

“En memoria de una hermosa flor…”

“¿Ya terminaste la visita?”

Asiento.

“Bien. ¿Quieres una cerveza?”

Él aunque me mira con seriedad, tiene cierto aire amable y cálido a su alrededor.

¿Es un milagro? Incluso me lleva caminando fuera del cementerio y para un autobús. Jamás me lo habría imaginado, que un hombre como él con automóviles caros que puede comprar y un asistente que le lleve a todas partes, supiera lo que es andar en un autobús. Mientras admiro su elegante porte mirando por la ventana, él presiona el botón para detener el autobús cuando llega a una acera dos calles después. Incluso me sostiene con un brazo cuando el vehículo frena.

Bajamos y entramos en una tienda de conveniencia. Sigo sin creer que tenga esos gustos sencillos, me agrada. Me pide que me siente en una de las mesas sin embargo no quiero quedarme afuera pues siento escalofríos al ver la tercera mesa cerca del basurero. No sé por qué mi cuerpo tiembla. Así que lo espero justo afuera de la puerta. Él llega cargando un paquete con un pastelillo de chocolate y una vela. Nos sentamos en la misma mesa aunque no puedo decirle que me incomoda estar aquí.

“Canta”

Dice sin dejar de verme directamente. Luego añade un “Es mi cumpleaños”

“Yo no canto…”

“Es una orden”

Canto nerviosa y me dice que lo hago fatal.

“De verdad no has mejorado nada en más de cuatro años”

¿Qué quiere decir con eso? Es la primera vez que me entero que hoy es su cumpleaños…

“Desde ahora practica para que los próximos años no me desgracies los tímpanos”

Abro la boca de sorpresa ¿Los próximos años? Oh por dios, ¿Más años? ¡¿Entonces va en serio al decir que le voy a pagar con años de trabajo forzado?!

“¿No vas a continuar?”

“Pero si dijo que le desgracio el---“

“Un asistente sigue órdenes”

Nuevamente canto.

Luego lo veo, es breve, es por una fracción de mili segundo… Él sonríe.

Siento calor en mi interior y mi corazón late con fuerza, luego vuelve todo a oscurecerse cuando borra su sonrisa.

“¿Por qué no volviste a hacerlo?”

¿Hacer qué?

“¡Esto!” Incluso cuando dije que me desagrada lo forzaste y me hiciste quererlo.”

¿Querer qué?

“No te hagas tonta…”

No sé de qué me hablas…

Mi cabeza comienza a doler pero solo veo niebla a mí alrededor. No hay ningún recuerdo de lo que trata de decirme que debo saber.

“¿Esto no te trae ningún recuerdo?”

No… ¿Acaso olvidé algo que no debí?

La poca calidez con la que me miró hace un momento se ha vuelto fría como siempre. Volvió a odiarme o más bien recordó que le desagrado.

“Ya no es necesario que te presentes como mi asistente”

¿Por qué me mira así?

“Considera tu vergonzosa actitud de esa noche como saldada”

No… Por favor no me mires así, no quiero que me odies.  Quiero que seas amable conmigo como esta mañana y como fue hasta hace unos minutos, no es necesario que me compres algo, solo quiero que me veas como un ser humano.

“Quédate con el traje y el vestido, al menos necesitas tener algo decente en tu guardarropa”

Me llamó mal vestida, desaliñada y pobre con solo una frase.

Maldito desgraciado, déspota, nepotista, pedazo de…

Esa noche cuando llegué estaba Sarah ocupada escuchando música mientras revista sobre bodas y temáticas interesantes.

“¿Cómo te fue con tu sugar Daddy?”

“¡ESE IMBÉCIL NUNCA SERÁ NADA MÍO!”

“¿Cady Cad?”

“Perdón… es solo que… a veces no lo entiendo y….”

Sarah me abraza pero rápidamente la alejo.

“Está bien, tampoco es que sea alguien cercano, por mí, que se pudra en el averno ese Demonio de Lupus.”

“Demonio…”

Repite Sarah y ve su revista mientras yo corro a mi habitación, Me quito el vestido y lo aviento adentro de un cajón. El vestido por alguna razón se impregnó del aroma de su perfume, huele como el mar y cítricos. Tomo una almohada y comienzo a golpearla con fuerza. ¡ESTÚPIDO IDIOTA!

***

Después de ese día solo tuve dos semanas de paz hasta que fue la boda de Sarah, cuando a la mañana siguiente amanecí en un motel extraño con una nota de otro tipo extraño confundida y sin nadie a quién contarle lo que me sucedió. Después de ese día pocos días después de la mudanza a un departamento más austero, nuevamente el Demonio de Lupus me mandó a llamar a su oficina.

“Quiero que escribas una novela de licántropos”

Desde ese día nada volvió a ser igual, deseaba que me diera un poco de calidad humana sin embargo se volvió un entrometido molestando día y noche.

Y ahora, después de morir sin un logro en la vida, el protagonista de la misma historia que escribí como me obligó, me mira con el cariño que él nunca me mostró.

“Ya que es mi cumpleaños ¿Me darás mi regalo?”

“¿Cuál regalo?”

“Este.”

El Alfa Ery, quien debería ser solo un personaje ficticio y tiene el rostro de esa persona, me besa apasionadamente. Ni siquiera pienso en apartarlo, mis manos solas toman vida propia y rodean su cuello.

Como si mi cuerpo hubiera anhelado una cercanía como esta en algún momento y ya no pueda soportar más su ausencia. No es mi primer beso porque ya me ha besado más de una vez este Alfa voluble y temperamental, pero si es la primera vez que lo beso como si lo necesitara tanto como respirar.

Solo una vez he tenido ese deseo reprimido por colgarme del cuello de alguien, aquella vez actuando una escena de la novela atrapada entre sus brazos, detrás de la puerta de mi departamento.

No es suficiente…

Su voz resuena en mi cabeza, esa maldita voz después de dejarme con las ganas.

Pasión, entrega, lujuria, sentimientos contradictorios a flor de piel en ambos protagonistas. El deseo naciente y querer ceder para luego caer al abismo…”

Ery me acaricia en lugares donde nadie me ha tocado antes.

El sentimiento de desear a alguien es irracional y te hace perder la cordura.”

Él me abraza como si fuera algo precioso para él. 

Pero no es suficiente, esta sed no se apaga.

Me falta algo… Siento que falta algo y no sé qué es.

—Señor Eardwulf.

Los movimientos de Ery se detienen y un silencio sepulcral nos rodea.

Tampoco sé cómo explicar por qué pensé en mi ex jefe en un momento como este, tal vez porque tienen la misma cara y Ery es mucho más atento y amable como “Él” nunca lo fue.

Por favor no pares…

Lo necesito.

No es suficiente. Dame más, por favor.

Ery vuelve a besarme y le correspondo igual. Esta vez con más sed y más pasión mientras se desviste el torso y desata el listón en el frente de mi vestido.

Maika Maese

"Algo falta" y "No es suficiente" es lo que cruza respectivamente en la mente de Cady y Ery, parece lo mismo sin embargo son significados muy diferentes... El siguiente capítulo viene la puerkada, quedan advertidos. Si, la historia es +18 así que nada de puritanos que más adelante habrá también un Atrapada con el odioso protagonista edición pecando con el sacerdote.

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