Capitulo 41- Ery Avery en Escena parte 10-2

Jamás una distancia me pareció tan larga hasta este momento en que me sofoca no estar ahí para comprobar por mí mismo que ella está bien.

En cuanto abro la puerta de nuestro dormitorio encuentro durmiendo a mi esposa, está tranquila y en paz. No quiero despertarla sin embargo abro el cajón y reviso sus notas.

‘Ery, eso es privado’

¡CALLATE!

En las notas veo los nombres que vi en mi sueño. Liam, Sarah, Josh, EARDWULF…

“Para Cadence del Futuro: Esto es lo que ha sucedido…”

“Para poder regresar a la vida”

Solo he leído unas cuantas páginas y no tengo valor de leer lo que sigue.

‘¡¿Ery, a dónde vamos?!’

Al único lugar donde puedo encontrar respuestas. Si golpeando el saco hasta desfallecer pude entrar en ese sueño extraño, entonces encontraré la continuación de este si golpeo con todas mis fuerzas.

Ese sueño que tuve fue demasiado vivido. Incluso vi a la sombra de la muerte en mi pareja.

Su cabello era notoriamente más corto aunque en el retrato que usaron para su funeral su cabello era significativamente largo.

"Escuché que cortaste tu hermoso cabello..."

No estoy seguro de qué sucedía en ese sueño. Solo sé que compartí la misma sensación de pérdida y rabia con aquel que llamaron Eardwulf.

Shawn me dijo cosas absurdas y patrañas gigantes

‘No son... Bah, piensa lo que quieras. ‘

Que somos personajes en un libro y demás bobadas solo es un distractor. Ahora con este sueño puedo entender lo que sucede.

Cadence murió y su alma entró en el cuerpo de Candace.

Por eso está en un lugar que no puedo alcanzar. Y por alguna forma en mi sueño fui Eardwulf. Seguramente es el que lleva ropas extrañas en el retrato.

¡BAM, BAM, BAM!

Golpeo con fuerza.

¡BAMBAMBAM!

Golpeo aún más fuerte

¡Vamos, maldito sueño, maldito Eardwulf, regresa a mí y muéstrame!

CLANK CLANK

— ¡¿Quién entró sin tocar la puerta?!

Milo y Jerome me observan preocupados.

—Alfa… qué le pasó.

—Se le ven unas ojeras muy grandes ¿no durmió?

Los miro y les doy un comando Alfa.

— ¡LARGO! ¡NADIE PUEDE ENTRAR HOY!

—Sí, Alfa.

Al cerrar la puerta todavía se pueden escuchar sus molestas voces.

—Tch, esa Luna nos lo tiene hambriento de una noche apasionada porque cada vez se carga peor genio.

—Pensé que era nefasto el día de su cumpleaños, hoy está peor.

—Yo pensaba que ya se habrían comido en la cocina… incluso dijo que no podíamos entrar a la manada y nos tuvo afuera hasta altas horas de la madrugada---

En cuanto sus voces se alejan observo el saco y continúo golpeando.

Hace más de un mes que me casé. Sin embargo solo he continuado bajando por curvas violentas de una montaña mientras ruedo como maldita piedra.

Si quiero más respuestas debo golpear el saco sin perderlo de vista como hice anoche.

¡BAM! ¡BAM!

Por mucho que odio a mi rival necesito ese maldito sueño de pesadilla, muéstrame….

((ZUMBIDO))

Antes de sumergirme de nuevo en la oscuridad, el olor delicioso a frutos rojos y el delicado toque de su dedo golpeando suavemente en mi hombro me libran de aquel trance.

Es imposible ignorarla o enviarla lejos cuando me sonríe de esa forma. Eleva un canasto en su mano y me pregunta si puedo hacer una pausa para comer con ella.

Sabe que es mi debilidad, no se lo he dicho pero ella ya lo cree, estoy seguro. Ni siquiera me deja responder, me toma de la mano con la seguridad de que no voy a rechazarla y me guía hasta afuera.

Saca del canasto una manta y la tiende en el suelo, acomoda diferentes aperitivos encima y sentada de rodillas me indica que me siente. Como si fuera obediente me siento cerca de ella y orgullosa me muestra magdalenas, té y me ha preparado café. Se queja un poco porque la magdalena sabe demasiado desabrida o eso dice, a mí me parece bien.

—De verdad que se parecen mucho los dos —Dice ella tranquilamente tomando de su té—sin aditamentos, sin azúcar ni sal.

Observo la magdalena en mi mano, ahora me sabe a tierra después de saber que hasta en eso soy igual a mi rival. ¿Soy solo un sustituto a sus ojos? Pero ella ni siquiera sabe que sus palabras son como cuchillos al pecho, es amable y me da su atención.  Es solo que ser comparado con él después de ese extraño sueño me hace notar que por más que intente arrancarle a ese idiota de su corazón más le recuerdo al tal Eardwulf.

—Ery… ¿Te encuentras bien?

Aunque me encanta que me llame por mi nombre no puedo evitar sentir cierta amargura en mi garganta. ¿Se porta así conmigo porque me parezco a él? Agradezco la comida y me dispongo a levantarme, será mejor si le pido que se vaya. No quiero reaccionar como un celoso, perder el control y asustarla.

—Gracias por traer comida, Cady. Ahora debo regresar…—Ella me evita irme cuando me toma del brazo.

— ¿Alfa, puede entrenarme a mí también?

Ahí está, esa mirada decidida que me vuelve loco. Es imposible negarme si me ve de esa forma tan encantadoramente coqueta. Aunque no sé para qué me pide eso.

— ¿No crees que se puede vencer guerras con empatía y amor?

— ¿Por qué habría de creer eso, Alfa? La empatía no sirve como escudo y el amor es un sentimiento molesto e inútil. ¿No es eso lo que cree?

Eso es lo que habría dicho en el pasado. Si bien el sentimiento de amar es algo molesto no me parece inútil… Espera ¿dije amar?

Ella me gusta, me atrae sin embargo… Es algo muy abismal a esa infernal palabra que llaman “amor” es demasiado grande para mí.

—Además por ser paciente y no defenderme acabó mi vida siendo un caos que no pude controlar.

“Acabó mi vida”

Ahora que he visto algo como eso en mis sueños, palabras como vida y muerte me saben amargas. En la ceremonia fúnebre sus mejillas habían perdido su color y la sombra cruda de la muerte era tan real que fue aterradora.

— ¿Me enseñarás o puedo preguntarle a Milo si me puede...?

La tomo por la muñeca, pienso en el inútil de Eardwulf quien dejó que muriera y no pudo protegerla. Quiero que cuente conmigo y me diga cuando esté en peligro. También, si quiero evitar que vuelva a morir, debo entrenarla para que sea muy fuerte.

— ¡Solo puedes confiar en tu esposo! ¡Si me pides que te dé la luna buscaré como bajarla para que puedas tomarla! —Ella me observa sorprendida—Así que yo te entrenaré, sin embargo he de advertirte que soy muy estricto.

—Por favor no tengas piedad en el entrenamiento ni siquiera porque soy tu esposa.

Es tan hermosa cuando está determinada con algo.

—Para empezar no puedes entrenar con un vestido, necesitas ropa adecuada. Pediré a la modista que te haga algo acorde y estará listo para la próxima semana...

SHAAA SHAAA

¡Qué haces!

—En el campo de batalla no darán tiempo de cambiar ropa ¿O sí? ¡Enséñame a pelear sin más escusas!

Esa determinación admito que es muy atractiva y por demás apetitosa, en especial cuando se descubre las piernas. Y se acomoda el cabello con el mismo trozo que arrancó como una sensual y salvaje hembra dejando su cuello descubierto mostrándome las marcas que le he dejado.

—Bien. Entonces comencemos por ver qué tanto sabes de combatir.

Debo medir su fuerza directamente así que le pido que me golpee con todas sus fuerzas.

— ¿Seguro que quieres que haga eso?

Sí, no cuestiones a tu Alfa.

Ella asiente y levanta la mano como si me fuera a golpear en la mejilla con la palma.

—Pero no me des bofetadas. Dame con todas tus fuerzas con los puños.

— ¿No me castigaras por pegarte?

—No si tienes mi permiso de hacerlo. Vamos.

Toma impulso y  golpea con ambos puños sin nada de sincronía.

—Ni siquiera se parece a la fuerza de antes. Vamos, sé que puedes hacer algo menos patético.

Aunque eso parece hacerla enfadar sus golpes siguen siendo débiles.

—Creo saber por qué no tiene fuerza tus golpes.

Shawn absorto en su coquetería me hace tomar su mano y besarla mientras suelto palabras que son demasiado pretenciosas.

‘¡Por última vez, Ery! ¡El que dice las palabras sucias y coquetea a cada respiro con esa hembra eres tú!’

—No quieres hacerme daño ni rasguñar mi preciosa cara.

—Por el contrario ¡lo que más quisiera es pegarte un buen puñetazo que deforme esa cara bonita que me enerva!

Cuando dice que soy apuesto y le atraigo aumenta mi orgullo como Alfa.

—Creo que en lugar de pelear podrías ganarte mi favor poniéndote de rodillas y abriendo mi pantalón...

¡SHAWN!

¡Por amor de la Diosa, más seriedad!

‘No Ery, tú eres el cochino que dice cosas como esa’

SWISH

Esta vez casi me alcanza a pegar.

—Definitivamente solo necesitas ganarte mi protección ofreciéndome tu cuerpo posicionándote frente a mí con el vientre abajo hasta el suelo y levantando el *** para que te---

‘Antes de que me quieras levantar falsos, reitero que eso fue completamente tuyo’

SWISH

— ¡Sucio degenerado!

Si fue o no palabras de Shawn ha pasado de largo con ese buen movimiento de brazo. Sabía que tiene potencial, aunque por alguna razón solo muestra mayor fuerza cuando la provoco.

—Bien, con esa fuerza ya puedes tener el equilibrio para aguantar que te embista por detrás---

— ¡Esto no es entrenamiento, es acoso, enfermo mental!

—Puedes tomar mi miembro en tu boca justo de rodillas debajo de---

SHAAA

Esta vez su movimiento y velocidad fueron perfectos. Incluso podría decir que fue un control absoluto de los poderes de su lobo.

—Nada mal.

La guío hacia el saco y tomando por sus hombros la desafío.

—Ahora pégale al saco. Si no le mueves siquiera un poco puedo tocarte el trasero.

— ¡Sucio y vulgar...!

Golpea el saco y se mece muy levemente.

Esto es demasiado divertido. Provocarla hace que despierte en mi unos deseos y una adrenalina que no nacería con nadie más.

Cuando ella se distrae y falla en su golpe veo su trasero que me provoca las ganas de apretarlo. Le doy una palmada y este hace eco mientras me mira indignada.

¡PLAP!

— ¿Qué te pasa, animal?

—Concéntrate. Si fallas de nuevo debes quitarte el vestido y si fallas de nuevo tendrás que subirte en mis piernas.

Ella cambia de color en su cara unas cuatro veces primero de un tono rosado como si se hubiera avergonzado y luego a un tono morado y azul con una mueca de asco.

Y nuevamente falló.

¡PLAP!

—Esta vez lo pasaré, pero te daré la penalización de una palmada en el trasero por fallar.

—Qué tiene de entrenamiento tus métodos cochinos...

—En la batalla puedes estar rodeado por enemigos uno justo detrás---

Juro que solo quería darle un ejemplo, sin embargo al sentirla contra mi entre pierna que involuntariamente se ha abultado, aumenta mi libido.

—Incluso podría estarte sometiendo así— abrazo por detrás y no me puedo resistir a tomarle los pechos con ambas manos—Y justo enfrente de ti otro enemigo listo para atacar.

—Si… no me estuvieras tocando así podría…hacer algo.

¡Diosa! ¡Esta hembra no lo sabe pero tiene talento natural para volverme loco!

Ni siquiera sé en qué momento algo sagrado como el entrenamiento lo he vuelto una sesión sexual. Veo su hermoso cuello y aspiro su esencia de frutos rojos que no hace más que ponerme erecto hasta doler. Lamo su cuello y le soplo al oído sin poder resistirme más a su encanto.

—Aah...lfa...

Diosa, que hermosos son sus gemidos. Esa voz solo puede ser mía, solo yo debo escuchar los cantos que salen de su boca cuando la llevo hasta el placer.

Pero dije que voy a entrenarla, no puedo distraerme yo también, Shawn debemos concentrarnos. Deja tus ideas sucias para después.

Le enseño el movimiento correcto para los brazos y piernas, aunque la erección que traigo no es fácil de disimular he decidido mantenerme en ello.

—Debes sostener y mantener tu equilibrio usando las piernas…

Ella respira de manera agitada y sus ojos se vuelven ámbar mientras se relame los labios.

—No me mires así o voy a creer que quieres que te lo haga contra la pared mostrándome tu espalda.

Acaricio su espalda y ella también parece calentarse como yo, puedo oler la humedad que sale entre sus piernas y su aroma me vuelve loco, debe estar igual de excitada que yo.

—A veces no sé cuándo me estás diciendo algo en serio o estás jugando…  

Ella respira de manera agitada y mi miembro se endurece pidiendo que lo libere.

—Creo que no eres mal maestro para aprender a pelear... Aunque tus métodos sean poco ortodoxos.

Me sonríe, esa maldita sonrisa que me desarma por completo y que no quiero manchar con las suciedades que pone Shawn en mi boca.

—Cadence ¿Quieres saber cómo puedes ser fuerte? —La abrazo sin lujuria y sin segundas intenciones—Déjame que yo sea quien te haga fuerte.

Beso su cuello y disfruto de la sensación de su calor y la respiración que solo los vivos podemos tener.

—Todas las mañanas vendremos a entrenar. Tienes potencial para aprender.

Ella se voltea y nuestras miradas se cruzan. Sus ojos siguen siendo de un color como la miel, brillantes y amarillos como un metal precioso o una hermosa piedra volcánica.

((ZUMBIDO))

¡ES MÍA!

Con ese horrible sonido en mi cabeza y voz extraña suelto a mi esposa. Me afecta demasiado saber que además de morir tuvo una historia de amor con otro. 

—Ahora, puedes irte si quieres. Yo tengo asuntos importantes que...

— ¿Duele que esté así?

Preocupada me toca en el bulto de mi pantalón.

— ¿Cady...?

—En un libro leí que una erección sin tratar puede ocasionar problemas cardíacos y hasta un infarto...

Si continúa así no podré controlarme después.

—Ca...dy... Si no te vas no podré asegurar mi autocontrol.

—Haa... Aaah... Jamás has tenido autocontrol—Su risa sarcástica se convierte en un gemido sensual y provocador— Tú empezaste esto…. Y has provocado a mi lobo.

'No nos usen de pretexto'

Dice Shawn.

—Cady... No empieces un fuego que no piensas...

Entonces lo vi nuevamente. El color ámbar reflejado entre esos ojos esmeraldas es más brillante, mucho más amarillo con cierto fuego que grita sexo.

Acabo de descubrir que el amarillo ámbar es mi nuevo color favorito.

—Dijiste que aún no te sientes preparada para que entre ahí mi único valor y hombría de 22 centímetros.

Espero que se avergüence y recupere la compostura que siempre logra tener sin embargo la condenada me sorprende con una respuesta más ardiente.

—Las mujeres tenemos una boca por algo, Alfa.

— ¿Eh?

—Puedo hacer algo con esto para aliviar su espera y como recompensa por llevar dos semanas cumpliendo con no fumar.

Antes de poder decirle algo como “no es el momento” o “no me provoques más” ella se abre el corpiño de cintas que lleva en el pecho arrodillándose sobre mí.

En cuanto me baja los pantalones y saca su lengua casi me vengo de la impresión.

Maika Maese

Con preocupaciones encima, un sonido que le molesta y demasiado en qué pensar como cuestionar su propia existencia, pero nada de eso le va a bajar la calentura. Primero el cachondeo y luego la seriedad. En momentos como ese solo Cady ocupa su mente.

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