Capítulo 38- Ery Avery en Escena Parte 9

No es suficiente

En medio de la cocina, un lugar en el que jamás habría imaginado hacer cosas como esta, el sonido de mi camisa cayendo al suelo y una cinta de seda siendo desatada arrancada como si fuera un estorbo en el camino es lo único que rompe el silencio además de nuestros labios chocando entre sí por un largo rato.

—Ery.... vas a romperlo…

—Te compraré otro.

—Pero es un vestido de tu…

—Ella entenderá…

Shawn araña en mi cabeza que quiere que lo libere, lo siento compañero, al menos esta noche quiero que sea solo para mí. Su respiración agitada y su voz jadeante me sirven de guía para saber qué lugares le gusta que toque más.

Primero beso debajo del lóbulo, respiro y aspiro su aroma desde su cuello depositando un beso tras otro y una vez que he liberado sus hombros, beso el izquierdo luego la clavícula. Mis manos masajean por arriba de su ropa esos suaves pechos, sus dedos se aferran a mis omoplatos jalándome hacia ella suplicando por más. No tiene que decirlo, sé que desea que mis movimientos sean más atrevidos. Pero no lo haré, iré lento, la desvestiré con calma, como un regalo que quiero disfrutar a cuenta gota antes de que se termine. Muero de sed, quisiera ir más rápido y a la vez quiero disfrutar de este momento saboreando cada segundo, hacerla agonizar por mí hasta la desesperación.

Continúo amasando sus pechos, jugueteando con ellos juntándolos y separando hasta que reboten al chocar entre sí. Cuando veo que le está gustando lo suelto, pongo mi mano en su hombro derecho y continúo molestando su cuello sin separar mis labios que se alimentan de su saliva sin poder saciarse. Es más que deseo, mucho más que una necesidad carnal de meterlo y empujar hasta que deje mi semilla. Quiero que me desee también y que compartamos este sentimiento como uno solo.

—Ery…

— ¿Quién te hace sentir bien?

—Ery…

— ¿Quién soy?

—Mi Alfa…

—Buena chica.

Acaricio sus labios, me veo reflejado en ese ámbar precioso que se enciende por mí, de su boca sale aire caliente y meto mi dedo pulgar dentro sintiendo la humedad de su lengua. Nuevamente beso su cuello, esta vez después de depositar un beso rápido lamo con la misma velocidad.

Cady respinga cada vez que toco sus áreas más sensibles con mi lengua. Sus uñas arañan en mi espalda, ni siquiera he entrado y ya perdió el control por mí.

Aún no, quiero esculpir con mis manos en cada rincón y en su alma. Tomaré todo mi tiempo, no dejaré ni un solo lugar sin tallar o grabar mi nombre y la palabra “Mía” para que no olvide que toda ella me pertenece.

Satisfecho de haber dejado besos por toda el área de su cuello y hombros, abro más el escote de su vestido suelto depositando besos en la parte de arriba de sus pechos, aun no dejaré que salgan. Lo dejaré para disfrutarlo después.

Pongo mi mano izquierda sobre su pecho aun cubierto por la mitad y hago círculos, lento y con cuidado, después voy bajando hasta tocar su costilla y continúo el recorrido hasta su vientre. Después, mis dedos recorren hasta llegar al centro triangular. Lamo, beso su cuello y sus labios, lo he hecho tantas veces que ya perdí la cuenta, gruño de satisfacción y tomo con ambas manos sus piernas, abro camino para posicionarme en medio. Ella está acostada en la mesa y su cabello se esparce por todas partes.

 Muevo mi cadera y me froto en medio de sus piernas, dije que sería paciente sin embargo abro su escote y lo rompo hasta descubrir sus pechos.

Cadence gime mordiendo sus labios cuando comienzo a lamer el pezón izquierdo que, sin aguantarme más las ganas, succiono con fuerza. Sus manos están en mis hombros y se sostiene de ellos apretando con la misma intensidad de lo que le hago experimentar.

—Mía —Digo firme y autoritario.

Ella solo cierra los ojos y no responde.

Continúo chupando y succionando de su pezón, ella jadea y su respiración se calienta tanto como su entrepierna que comienza a restregarse contra el salvaje bulto creciente dentro de mi pantalón. Levanto la falda de su vestido con ambas manos y acariciando su sexo con mi miembro cubierto, comienzo a hacer el movimiento de pelvis simulando el acto de penetración. Primero lento y luego más rápido.

Incluso con la ropa puesta es demasiado placentero hacerlo. Masajeo sus pechos, los pellizco y la  embisto en mi imaginación. Muero por bajarme los pantalones, sacar mi miembro y meterlo en su agujero caliente, no lo haré. No hasta que ella me suplique que lo meta.

Su lugar especial comienza a humedecerse, tanto que incluso la humedad llega a mi ropa. Diosa, esto es demasiado estimulante, no creo que vaya a resistirlo más.

Cuando separo mi boca, el sonido del aire de succión resuena.

—Deliciosa.

Digo sin dejar de amasar sus pechos y moviendo mi pelvis como loco.

Ella gime y se cubre la boca. Libero su mano de los labios que quiere sellar y entrelazando esta con la mía choco de nuevo sus labios con los míos.

Nuestros dedos entrelazados con fuerza se empujan contra la mesa mientras continúo con la faena. Antes de sentir que quiero eyacular, separo mi cuerpo del suyo y le advierto.

—Quiero escucharte, no te reprimas nada. Si cubres tu boca me quitaré los pantalones y meteré mi miembro ahí.

No paro de decirle palabras atrevidas mientras bajo su ropa interior. Como ya es de noche el juego de luces y sombras no me deja ver completamente su sexo,

Sin embargo es suficiente estímulo para hacerme salivar.

Levanto más sus muslos y abro sus piernas jalando sus caderas hacia mi pecho. Ya que ha sido una buena chica y me ha dejado llegar hasta este punto sin interrupciones le daré una recompensa.

—Alfa...

—Puedes llamarme esposo, cariño, querido o por mi nombre...

Beso su vientre y ella se arquea retorciéndose de placer.

Sus manos se apresuran a intentar en vano tocar mi cabeza, bruscamente tomo sus manos y las reacomodo en la mesa.

—Si vuelves a hacer eso —lamo uno de sus muslos— voy a castigarte.

Ella gime y voltea su cabeza. Lo sé por el sonido que hacen su cabello y nuca en la superficie plana y dura de la mesa.

El olor a frutos rojos se ha intensificado. Ella está excitada igual que yo, la entrada del paraíso comienza a fluir como un delgado hilo de cascada. Quiero saber si su interior también sabe tan dulce como huele su cuerpo.

—Aah...lfa…Ery…

De su boca sale una hermosa melodía, es únicamente para mí, nadie más podrá escucharlo.

Satisfecho relamo mis labios y olfateo sin pudor ni permiso. Haré lo que quiera, es mi cumpleaños y ella es el precioso regalo que debo desenvolver antes de que finalice la noche.

Mi lengua lentamente conoce su intimidad, una de mis manos baja el cinto que rodea mi cadera y libera al gran monstruo en mis piernas.

Lamo y chupo disfrutando del manantial que he logrado crear, mientras tanto me doy placer sosteniendo mi miembro erecto con movimientos rápidos.

Por supuesto, Cadence no para de gemir y jadear cuando chupo con gran sed entre sus pliegues.

—Alfa...

Gruño bajo y ella capta el mensaje.

—Ery... Es demasiado... Se siente extraño y voy a...

En lugar de detenerme,

 Chupo y meto mi lengua en medio de sus labios inferiores. Sus caderas tienen un espasmo pero apenas estoy empezando.

Ella grita mi nombre múltiples veces resonando entre los sonidos que hace mi boca succionando, así continúa la sinfonía hasta que vuelve a tener un espasmo chorreante.

Ella respira agitada y su cuerpo sube y baja con rapidez. Relamo los fluidos en mi boca, me separo y posiciono la punta de mi miembro, ya no voy a esperar a que me lo pida, ella me desea y yo también.

— ¡Duele...!

Paro en seco. Ella ya me había dicho que era virgen. No le di importancia ni creí realmente en su veracidad hasta que ella me lo confirmó con su reacción.

—Seré más cuidadoso. Prometo que esto no va a doler... No más de lo que te haré sentir placer—Digo besando su rodilla y su muslo levantado.

No sé por qué me justifico, sin embargo siento la necesidad de hacerlo. Esa hembra a la que me ha unido el destino me ha hecho cambiar tanto los últimos días que ni siquiera logro reconocerme.

— ¿Puedo continuar?

Levanto mi cabeza casi en señal de súplica y ella voltea a verme con una expresión tímida asintiendo en silencio con su cabeza.

—Buena chica.

Bien, el grosor de mi miembro es un poco o demasiado avanzado para su primera vez. Tendré que acostumbrar su cuerpo a aceptar un nuevo inquilino permanente que no solo entrará una vez cuando logre hacerse de una puerta.

Lubrico mi dedo con sus fluidos y acaricio suavemente con la punta haciendo círculos. No hace falta mencionar el hermoso canto de Cadence como confirmación de que le ha gustado lo que hago. La excitación de los dos es una sola como nuestras almas, los dos nos deseamos y los dos estamos cerca de estallar.

Está noche seré gentil, ya que es su primera vez no iré demasiado lejos.

Lamo de nuevo la entrada a su paraíso y lentamente introduzco la punta de mi dedo índice en un pequeño va y ven. Poco a poco voy entrando, escudriñando más hasta que entra por completo.

Cady emite un pujido que estoy completamente seguro no fue por dolor. Orgulloso sigo lamiendo sin dejar de entrar y salir.

Su voz llamándome por mi nombre mientras pide que me detenga pues siente ganas de orinar no hace más que aumentar la velocidad de mis dedos.

Ella tiene otro espasmo con un grito de satisfacción que me incita a masturbarme también con mayor velocidad. Estoy a punto de eyacular... Solo un poco más...

Curvo mi dedo en su interior y le introduzco medio dedo más. Cady grita en éxtasis y se estremece hasta la punta de sus pies. 

—Estoy a punto de…

Digo sacudiendo mi miembro con las piernas rígidas y el trasero endureciéndose,  continúo introduciendo el dedo en su lugar caliente y apretado, cuando…

¡BAM!

Me pega una patada en el estómago y levantándose de la mesa como si fuera poseído, sus ojos brillan de un azul brillante e intenso.

Mientras me sostengo el estómago llega y me acorrala contra el suelo.

— ¡Mío!

Sin poder entender lo que me sucede, Cady se avienta sobre mí. No me parece sensual ni atractiva, en su lugar siento escalofríos en la espalda.

—Oye, espera, Caden---

— ¡Qué bien te ves sin camisa, mi pareja!

Por mucho que he deseado que ella me llame así, algo no me parece natural en esa voz y esa forma tan atrabancada de dirigirse a mí.

— ¿Quién demonios eres? —Digo tomándola de un hombro mientras me guardo el valor y hombría antes de que lo devore con la mirada.

— ¿No lo ves por el color de mis ojos? ¡Soy Chiara!

—Chiara…. ¿Qué le hiciste a mi Cady?

—Cady está indispuesta.

¿Qué? ¿Por qué? ¿No le estaba gustando lo que le hice?

—Le encantó, Alfa. Pero fue más de lo que pudo soportar.

—…Entonces tú…

—Luego del segundo dedo, Cady quedó inconsciente y no quise perder esta oportunidad, así que tomé nuestro cuerpo.

Chiara trata de besarme y volteo la cara. Inflando las mejillas se avienta a mi pecho

¡¡Y LO MUERDE!!

—Yo también quiero que me lleves al orgasmo, puedo terminar lo que Cady no pudo así que…

— ¡Me temo que está indispuesto! —respondo masajeando mi pezón.

— ¿Quieres que lo levante?

— ¡NO!

—Eres mi pareja, fuimos hechos como una sola alma. Estoy segura que también te has quedado con las ganas, ven, podemos continuar---

— ¡No, juro que ya se murió, no porque no me atraigas o me des miedo por atrevida…fue por la patada!

— ¿Quieres que lo lama para curarlo?

¡¡¡Qué loba más atrevida!!! ¡Me gustaría que Cady sea proactiva pero no a este punto que me hace sentir como una presa!

—Chiara, estás asustando a mi humano.

¿Eh? ¿Yo dije eso?

— ¡Shawn!

—Escucha, preciosa. No sabes las ganas que tengo de complacerte pero aún no es el momento adecuado. Además no podemos aprovecharnos así de las debilidades de nuestros respectivos humanos y tomar un cuerpo sin permiso.

¡PERO SI ESO ESTÁS HACIENDO AHORA MISMO, LOBO LOCO!

—Me deben la noche de boda… lo necesito tanto…

—Lo sé, cariño. Seamos pacientes. Primero ellos y luego nosotros mientras duermen le continuamos.

¡¿Qué van a continuar?!

—Yo también me quiero sentir bien.

—Y vas a sentirte en el cosmos, mi lobita. Pero no ahorita. ¿Puedes esperar?

—De acuerdo…  Esperaré a que el Alfa mam0n se gane a mi humana.

¿Cómo me llamó?

—Ya que quieres ayudar, dime ahora mismo que quieren decir cuando me llaman ma---

Sin responder Chiara cae sobre mí.

'Parece que se desmayó'

Pensé que te había bloqueado, Shawn.

‘En el momento en que te sorprendió Chiara pude tomar posesión de esa debilidad’

¿A quién te atreves a llamar “débil”?

'Esto no te hubiera pasado si no me hubieras bloqueado, que egoísta fuiste, Ery.'

Pues no necesité de tu ayuda, mira cómo la hice gozar que hasta se desmayó del éxtasis. Fue tu querida Chiara quien lo arruinó tomando posesión de su cuerpo.

'Fue demasiado para la primera vez, Ery'

No me lo pareció, además, ahora que ya sabe lo bien que se siente ya no me va a rechazar que la toque.

'Con tu hembra nada es predecible, Ery'

Eso es cierto. Incluso a su loba loca la creía más recatada.

Antes de que lleguen todos, porque, por supuesto le avisé por enlace mental a Milo que advirtiera que nadie podía entrar a la casa hasta que yo dé la orden. Cubro un poco sus pechos descubiertos y la cargo con cuidado hasta nuestra cama. Quisiera dormir pegado a ella Pero tengo otro pendiente en la cocina además de limpiar un poco nuestros rastros y olor a sexo.

No tengo problema de que toda la manada lo sepa, de hecho es un orgullo como Alfa que todos se enteren que su líder tiene dominada a su pareja y está muy enfocado en engendrar a la futura cabeza, mi heredero.

Pero Cady es más recatada y solo escuchar los rumores que se crearon de que rompimos la cama le avergüenza y se cubre la cara cada que lo mencionan. Así que para no asustarla con más noticias y rumores candentes a su alrededor, no dejaré señales de lo que pasó en la mesa de la cocina.

'Eso lo debieron hacer en una cama, Ery, eres un bruto...'

Shawn me reprocha que fuera un insensible y casi tomara su virginidad sobre una mesa. Por más que trato de explicarle que solo quería meterle hasta tres dedos y parar no me cree.

'Si se hubiera dejado, sabes que lo habrías metido con todo y---'

Créeme que no lo haría, Shawn. No voy a meterlo todo hasta que ella me lo suplique que se lo haga y cuando me lo pida, juro por la Diosa que me voy a cobrar las veces que me ha dejado con ganas.

Shawn niega con la cabeza.

‘No fue eso lo que me pareció cuando intentaste meterlo y le dolió’

Solo le iba a meter la punta. Shawn reniega de nuevo con la cabeza, esta vez con un semblante como si dijera “mejor no te insisto”

'¿Vas a dejar que el pastel se desperdicie?'

Por supuesto que no. Nos lo vamos a comer, después de todo lo preparó nuestra pareja con mucho esmero. Por eso la recompensé hasta que cayó rendida.

Pruebo un bocado, es dulce sin embargo no demasiado. Ella de algún modo supo que no me gustan los sabores exagerados y procuró que los ingredientes no fueran alterados para disfrutar cada uno por separado.

Arqueando ligeramente la comisura de mis labios repito sus palabras.

—Felicidades por nacer, Ery. Bienvenido a la vida.

Mientras tomo otro bocado veo el libro en la mesa. Está brillando, entre las páginas que ya había revisado anteriormente, uno de los títulos en incógnita se revela y cambia de color como si se hubiera subrayado. "Su cumpleaños"

No me había percatado de que había palabras subrayadas.

"boda" y "lobo de fuego"

Sin embargo todas ellas están entre diferentes capítulos y no precisamente en orden.

'Deben ser los preceptos'

¿Preceptos?

¿Qué quieres decir con eso?

'Si quieres saber, pregúntale tú mismo. Aunque ya tienes una pequeña idea, aún no creo que puedas aceptar la realidad más grande'

¿Cuál realidad?

'Es mejor que ella te lo diga, Ery'

¡Deja de hacerte el misterioso, Shawn! ¡Dime qué carajo sabes!

'Sabes que tu hembra no es de la manada, también acertaste que está en el cuerpo de tu verdadera pareja, crees que ella debe estar en otra manada o en un lugar remoto...'

Sí, todo eso lo sé

'Lo que no sabes es que cuando todo esto termine, no podrás encontrar a Cadence aunque registres cada rincón del mundo, Ery'

¿Por qué no?

'Porque el lugar del que viene no es un simple lugar remoto.'

No entiendo.

¿A qué te refieres? ¿Es un lugar que no puedo alcanzar ni encontrar?

'¿Quieres saberlo, Ery?'

Si, debo saberlo.

'¿Incluso si saber esa realidad destruirá todo lo que has creído hasta ahora?'

La mirada carmesí de Shawn en el reflejo del plato me advierte del peligro de saber ese secreto. Cierro los ojos y cerrando el puño doy mi respuesta.

—Cuéntame todo lo que sabes.

Maika Maese

Después de un momento candente y la interrupción como balde de agua helada, Ery se prepara ante la cruda realidad...

| Me gusta
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP