Capítulo 10- Doble Rechazo

Bien, repasemos el plan.

Durante la noche de luna llena, justamente el día del festival de la cosecha, Candace Var Sansa descubre quien es su llamada pareja destinada o compañero.

Si ya he podido conocer a Chiara es porque la protagonista cumplió 19 años, por lógica pura hoy debe ser esa noche, así que no me queda mucho tiempo para prepararme mentalmente.

No tengo idea de la hora pero es posible deducirlo un poco por la posición del sol y las sombras. Incluso si solo tuviera unos cuantos minutos sé que puedo pensar en una solución.

—Chiara, voy a hacer algo poco ortodoxo por tanto necesito que no interfieras.

‘¿Qué harás?’

—Ya lo verás al llegar el anochecer.

Sin embargo poco antes de acabar de anochecer, la música y voces cerca de bosque dictan que el festival ya ha comenzado.

La protagonista no tiene casi prendas que vestir, pero tiene un vestido que consideraba para encontrar a su pareja. Parte del precepto es el rechazo sin embargo no dice nada sobre si se debe llevar la misma vestimenta que en la historia original.

—Candace hubiera querido verse lo más presentable posible ¿No es así?

Primero hay que arreglar esos harapos…

Tomo flores del jardín y frutos del huerto. Es un festival de la cosecha así que debe llevar algo alusivo.

No hay un cepillo cerca, sostendré el cabello con ramas y flores también. El vestido aunque es viejo puedo dejarle flores frescas y eso le dará presencia.

Si va a haber un rechazo debe ser con elegancia.

Para cuando he terminado finalmente ha anochecido, la luz de la gran fogata se vislumbra a lo lejos y la luna llena se asoma con todo su esplendor… Es el inicio de la historia.

“La luna llena brilla con intensidad llenando todo a su alrededor con misticismo y gracia…”

Mis pasos me guían por el bosque siguiendo el olor cercano que mis sentidos encuentran delicioso, es un aroma que conozco perfectamente…

En su cumpleaños número 19, finalmente, una loba de cabellos largos y cálidos como el fuego se aproxima a la celebración anual de la cosecha vestida con sus mejores ropas.”

Mejores ropas, hecho.

“Camina hacia el lugar lentamente hasta que un aroma exquisito como cedro, bergamota y cítricos como una brisa marina que inunda en sus fosas nasales cual dulce melodía...”

Lo admito, es un aroma agradable…

“Apresura sus pasos y busca entre la multitud que danza alrededor del fuego, uno a uno se van alejando en su campo de visión hasta que por fin el dueño de aquella esencia única la observa, él también ha percibido su presencia.”

Mientras apresuro el paso guiada también por el instinto de mi loba, veo por primera vez al protagonista de la historia…

¡P#to padre, tiene la cara de mi ex jefe!

“Ambos caminan al frente del otro con fuego intenso y apasionado en sus corazones que laten al unísono mientras su interior exclama “Pareja” haciendo que sus almas resuenen como una sola.”

‘¡Pareja!’

Exclama Chiara con emoción. Sin embargo yo no puedo sentir emoción alguna salvo “horror” que ya sé que lo tomé de molde pero, joder… ¿Por qué tenía que ser idéntico?

Bueno, se ve más joven eso sí, después de todo debe estar en sus 20’s  y su cabello es ligeramente más oscuro… Sus ojos azules como zafiros son los mismos solo que más afilados al igual que su mentón.

Debe ejercitarse mucho porque hasta en el cuerpo es igual, incluso tiene ese ligero bronceado en la piel aunque eso nunca lo describí en la novela.

“Señorita Beckham, usted sería una Omega perfecta”

Mi jefe me mira directamente… ambos damos un paso hasta que finalmente estamos frente a frente.

—Tch,  No puede ser, ¿La diosa no pudo ser más generosa?

En cuanto el protagonista masculino abre la boca, ya deseo pegarle un buen puñetazo.

Incluso su asquerosa voz es la misma.

¡Pero no te distraigas, Cadence Beckham! Si ese imbécil habla primero y me rechaza primero, Chiara se debilitará… ¡Me niego a pasarme toda la historia con un cuerpo débil sin poderes por culpa de las palabras descuidadas de un Alfa prepotente que no conecta la boca con el cerebro!

—Yo, Alfa Ery Avery de la manada Silivia Crescent Lake te re...

— ¡Yo te rechazo!

— ¡¿Qué has dicho?!

— ¡Dije que te rechazo! ¡¿Estás sordo?!

—¡...!

— ¡¿Una simple Omega acaba de interrumpir al Alfa?! —Se escucha entre murmullos.

—Repite lo que has dicho—Dice todavía el muy tarado.

— ¡Te rechazo!

— ¿Qué has dicho?

— ¡Dije que te rechazo! ¿Qué? ¡¿Te estoy hablando en otro idioma?!

Nuevamente se escucha unos jadeos de indignación.

Todos en la manada se quedan en silencio un momento tratando de procesar lo que acabo de decir. Es inconcebible para ellos creer que alguien se haya atrevido a desafiar al Alfa.

Este movimiento es arriesgado hasta para mí, un paso en falso y podría perder la vida aquí mismo. Sin embargo, además de la posibilidad de reiniciar de forma ilimitada en caso de morir, tengo la posibilidad de experimentar con diversas rutas para saber si mis deducciones son correctas.

Miro de reojo el brazalete en mi mano, son exactamente 25 perlas significa que cada una representa los eventos más importantes de la novela, es decir los preceptos o actos obligatorios por hacer para conseguir que cada perla del JAPA MALA cambie por una de color.

A pesar que he dicho que lo rechazo nada ha cambiado.

Ya tengo desbloqueados dos preceptos, me faltan 23 para poder salir de aquí.

Aunque no recuerdo toda la novela al menos sé que los eventos llamados "preceptos" en mi poder son de distintos capítulos, son 50 capítulos en total sin embargo, solo 25 son considerados eventos importantes. No se debe seguir un orden en específico conforme a la lista del índice. Significa que las reglas tienen su propio vacío legal que puedo usar en la balanza de este juego.

Entonces, si no me equivoco, puedo hacer cada precepto un variable bajo mis propios términos.

No puedo evitar el momento en que los protagonistas descubren que son parejas destinadas ni evadir un rechazo ya que es el pilar de esta historia, sin embargo sí puedo evitar que los acontecimientos sucedan directamente a la protagonista y me afecten.

Conociendo a mi propia mente seguro he usado cada cliché existente en esta obra por tanto habrá muchos obstáculos, lo mejor será  tener a Chiara saludable.

Aunque aún no puedo transformarme en lobo y va a dolerme como el diablo cuando lo logre, el poder de Chiara me será útil. No me importa el dolor, tampoco jugarme el todo o nada con este movimiento. No dejaré que ese Alfa presumido sin pizca de empatía me dificulte más las cosas.

Entonces, si mis deducciones son correctas, no importa el método ni el orden siempre y cuando se cumpla la acción que debe suceder dentro de la historia.

Sin embargo, aún no he podido comprobar si aquel vacío también aplica a las acciones del personaje que lo hace originalmente como un requisito imperativo.

Me estoy jugando el todo o nada en esta partida.

— ¡Una simple Omega acaba de interrumpir al Alfa, vean que atrevimiento más vil!

— ¡Cómo te atreves!

— ¡Nunca había visto tanta insolencia!

Las voces indignadas de los lobos rupestres misóginos y elitistas me señalan mientras el Alfa parece perdido en el limbo.

Debe estar hablando con su lobo en este momento o con algún miembro de la manada. Posiblemente sean tantos los que tratan de comunicarse por el enlace mental que tiene la línea saturada, como en una video llamada.

Se le debe estar fundiendo el cerebro.

— ¡Miren eso, la Omega acaba de sonreír! ¡Se atreve a desafiar al Alfa!

— ¡Si, merece un castigo!

— ¡Aquel que ose desobedecer a nuestro alfa merece la muerte!

¡Muerte!

¡Qué drásticos son!

‘Si mueres mi humana no podrá regresar, Diosa’

¡Que no me llames Diosa!

Además, aunque muera no tengo nada que perder. Si fallo ahora, solo debo cambiar la ruta y listo.

Ya he muerto una vez antes de entrar a esta estúpida historia, de preferencia no quisiera morir en tan poco tiempo. Lo mejor será que sea prudente.

—Repite lo que dijiste, Omega—Vuelve a preguntar el Alfa sordo y M*m0n

‘No hagas enfadar al Alfa, aunque nos quiere rechazar es nuestra pareja todavía’

Dice Chiara en mi mente. Sin embargo, debo declinar su petición.

—Dije que te rechazo.

 ‘¡Eso lo hará enfadar!’

— ¡Omega insolente!

— ¡Muerte!

— ¡Muerte!

El alfa levanta su palma izquierda y la deja a la mitad del aire señalando absoluto silencio. Ja, ja, se cree el César ese p****jo

—Creo que todos estos lobos aullando y molestando no me permiten escuchar adecuadamente... —Dice el sordo que carece de comprensión lectora—Omega. Repite lo que has dicho.

—Entonces te lo voy a deletrear en 5 silabas para que no haya errores, YO - TE - RE-CHA-ZO.

Levanto un dedo con cada sílaba sin dejar de verlo a la cara.

El Alfa con la careta de mi ex jefe cierra el puño y sus ojos se vuelven negros como canicas.

No parpadeo ni un instante.

Si titubeó tan solo un poco le mostraré debilidad y perderé la partida.

—Como tu alfa quería dar el beneficio de la duda y darte la oportunidad de rectificar tu error. Parece que eres demasiado tonta para captar la indirecta.

¡Hasta en su asquerosa forma de hablar se parece a mí ex jefe!

¡Qué asco!

—Sería más tonta si me acobardo con un alfa tonto y petulante como tú.

‘Oh, no dijiste eso...’

¡Diantres, dije eso en voz alta!

—Omega, me estás alterando la paciencia.

— ¡Alfa! ¡Castigue la insolencia de esa Omega débil y que sea el ejemplo para todos aquellos que duden de su poder!

Las voces cada vez más molestas exigen mi cabeza mientras el Alfa comienza a impacientarse.

Parece que es el fin del juego, si he de morir al menos lo haré con la satisfacción de ver su cara humillada.

‘¡Basta, Cadence! ¡Aunque seas la diosa de este mundo no puedes arriesgar el cuerpo de MI humana!’

Sé lo que hago, Chiara. Confía en mí.

No, en realidad no sé exactamente qué hago pero...

‘¡Cadence, te dije que puedo leer tu mente!’

No sé exactamente que hago y prácticamente estoy tirando dardos a un blanco invisible, pero,

Si de algo estoy 100% segura...

Es en las muchas cosas que quisiera decirle a ese tipo y a todos esos lobos rupestres al menos una vez en la vida.

— ¡Adelante! ¡Prefiero morir que servir a un alfa arrogante, elitista, presumido, tonto y sordo que se cree el más importante en el mundo cuando alfas existen por montón y manadas tantas como estrellas en el cielo, su reino tiene 200 lobos cuando mucho y sabem qué ni siquiera es el rey de todos los lobos! ¡Un gobernante que no sabe respetar los designios de la Diosa y desprecia a su pareja destinada por cobardía, debido a prejuicios, no merece el respeto de nadie!

Se escucha un silencio y aprovecho para continuar liberando todo lo que pienso.

— ¡Mirad todos a su líder! ¡Así como ven a ese soquete frente a ustedes, estará arrastrándose detrás de mí! ¡Me perseguirá como perro bajo la máscara de póker que tiene usando la excusa de que su lobo me desea en lugar de aceptar que es su estúpido apetito sexual!

Parece que esas últimas palabras le calan en lo más hondo, sin embargo,  pasa de sorpresa a mostrar de nuevo su semblante de macho alfa seguro de sí mismo como si en su mirada dijera "Ah, ya entendí lo que está pasando aquí"

No, no lo sabes animal.

Su lobo nuevamente se comunica con él pues se queda unos segundos en silencio con la cara pensativa.

— ¿O acaso me equivoco, Ooooh gran alfa, soberano de los idiotas?

— ¡Alfa, no puede permitir que la Omega ladre de esa forma! —Grita una voz lejana.

— ¿Ladre? ¡Ni que fuera un perro!  

El alfa parece haber liberado su enlace mental y finalmente me mira directamente.

— ¿Acaso no lo entiendes, perrita? Si no mides tus palabras tendrás que atenerte a las consecuencias de tu Alfa.

¡Ay que asco, está hablando en tercera persona de sí mismo!

Además me ha llamado perrita el hijodesurptm.

—Entonces tendrán que cortarme la lengua y aun así me las ingeniaré para hacer enlace mental y seguir exclamando “¡El alfa Ery es un idiota!”

Me llevo la mano a un costado de la boca y lo voceo por todo lo ancho.

El alfa me toma de la cara con una sola mano y me observa con los ojos rojos, si ya he cruzado la línea entonces no me queda más que correr hacia la meta con todas mis fuerzas.

— ¡Si, alfa, demuestre ante todos lo que ocurre con la lengua de esa Omega!

— ¡Corte su lengua!

— ¡Sáquele el corazón de un solo tajo!

Una risa escapa de mis labios al notar que el supuesto poder del Alfa solo puede sostenerse con sus súbditos igual de huecos.

‘Cady, tal osadía solo ganará que nuestra pareja nos castigue’

—Osadía—río ufana—prefiero la muerte que tener que aceptar como pareja a este tipo cuyo único valor y hombría está en lo que tiene entre las piernas.

Chiara no dice nada pero de alguna forma sé que se ha quedado sorprendida igual que todos.

Aquellos que aullaban pidiendo que se me castigara cerraron la boca incrédulos por lo que acaban de escuchar.

El alfa también se ha quedado de piedra, ninguno esperaba que una supuesta dulce Omega hable de su Alfa como un mero objeto sexual. Sin embargo, como buen machote Alfa no puede dejar que me quede con la última palabra.

—Si admites que estás siendo terca porque me deseas seré benevolente con tu castigo.

— ¿Deseo? Ooooh, te refieres al "lazo" que nos une como pareja. ¿Y qué si es un olor delicioso? Una basura no deja de ser basura aunque le pongas rosas frescas.

—De verdad quieres que te castigue, ¿Eh?

—Hazlo, pero concédeme una última petición—Digo haciendo ojitos irónicos.

El prepotente Alfa me mira y aunque no lo dice entiendo que tiene la curiosidad de saber cuál sería esa petición antes del final.

—Si mi destino es morir por el juicio de negarme al "lazo" que nos une y la otra parte no tiene consecuencias, a pesar de intentar hacer lo mismo, por tu posición privilegiada que te exonera de seguir las reglas... Hazme el hermoso y único favor de no abrir el hocico de perro que tienes durante todo la ejecución.

Al menos dame un momento para deleitarme con ver un rostro apuesto sin arruinarlo con tu asquerosa actitud.

Nadie dice nada aunque se escucha un sonido entre reprimir una risa, un grito y una bocanada de sorpresa.

—Omega, estás colmando mi paciencia. ¿Acaso tanto deseas morir?

— ¿Eres estúpido o te haces? ¿No es un destino peor que la muerte perder a mi lobo o verlo debilitarse por un rechazo? ¿No es acaso un rechazo tan doloroso que quema en el alma recibirlo? Prefiero morir que estar atada a un Alfa estúpido al que le importa más su reputación que el bienestar de un miembro de su propia manada.

El Alfa ya no me mira en silencio, comienza a retorcerse y se ríe de forma macabra.

— ¡Eres una Omega demasiado osada! ¿Entonces dices que ser pareja de tu Alfa es un castigo peor que la muerte? ¡Jamás creí que llegaría el día en que escucharía tal disparate!

—Ya la escuchó, alfa. Termine con su vida antes de que pudra las raíces de nuestro legado.

— ¡Ya ha hablado demasiado y ni siquiera parece pedir perdón una sola vez--!

— ¡Silencio! ¡Nadie manda al Alfa, su Alfa es quien decide y su palabra es absoluta!

Ugh… Debí pedir también que se evite hablar en tercera persona en mi presencia,  me da pena ajena haber creado un personaje tan irritante.

‘Aunque estoy impresionada por lo afilada que puede ser la lengua de una Diosa, creo que te has pasado, Cadence…’

—Muy bien Omega, he decidido el peor castigo para ti…

Antes de que el Alfa termine de hablar uno de los lobos del consejo me toma por el brazo y me hace inclinarme.

El Alfa saca sus garras de los dedos y aunque creo que sería mejor si cierro los ojos quiero que vea mi profundo odio por él hasta el final. Así que lo miro firme sin siquiera parpadear.

Levanta el brazo con sus afiladas garras y se prepara para dar un golpe limpio.

SHAA

Uno de los lobos cae sosteniendo su brazo.

Es el tipo que me estaba obligando a arrodillarme.

—Dije que la palabra de tu Alfa es absoluta. No te atrevas a tocar a la compañera de otro con tus sucias manos. Lo que sucede con la pareja del Alfa es únicamente decisión del Alfa, no interfieras, escoria.

¿Pareja?

—Perrita, estás de suerte. He decidido conceder tu deseo.

— ¡Qué bien, viva! ¿Se va a quedar callado para que no tenga que escuchar su voz los últimos segundos que me queden por vivir?

—Ya que no le temes a la muerte y la diosa me ha otorgado un regalo con la lengua suelta para que haga con esta lo que quiera... Yo Alfa Ery, líder de la manada y tú pareja destinada, hago un decreto ante todos aquí mismo con la luna llena como embajadora y testigo de la Diosa...

Ay que largo está su dialogo… que asquito.

El Alfa se arrodilla para tenerme a la altura de sus ojos y termina por sentenciarme.

—Omega tu castigo será peor que la muerte, serás mi Luna.

— ¡¿Qué?! —Decimos todos, sus súbditos, Chiara, el bosque entero y yo

Ahora la sorprendida soy yo.

‘¡Vaya! ¡Parece que tú plan funcionó, Cadence!’

¿Cuál plan? ¡Esto no estaba en mis malditos planes!

— ¡Alfa! ¡Ese no es un castigo, es un honor!

— ¡Muerte a esa insolente!

— ¡Alfa, usted prometió que desposará a mi hija y dará el anuncio hoy!

—Sí, Freya es de sangre Alfa, no como esa sucia Ome---

— ¡Silencio, el que ose cuestionar al Alfa será castigado por su Beta aquí mismo!

El Beta, un personaje secundario llamado Milo Rockbone por fin parece recordar que no está ahí de adorno. Aunque no se le ve del todo convencido, creo que habla por el enlace mental con el Alfa y cuando termina me hace una reverencia.

—Mi lealtad es también suya, Luna.

Abro la boca y se me queda así un buen rato. Hasta que logro salir de mi asombro y me acuerdo de seguirlos insultando.

— ¿Acaso se les fundió el cerebro a ustedes dos por todas las verdades que dije?

—Tu alfa jamás ha estado más cuerdo que hoy, Omega testaruda.

¡¿Qué?! ¿Nadie le dirá algo? ¿Entonces por sus hue--- digo por su propio orgullo va a dejar a la Alfa por la que me iba a rechazar?

—Sí, eso mismoResponde el protagonista principal como si hubiera ignorado la tercera pregunta—La palabra del Alfa es la única que importa.

—Tú eres su beta ¿no? A tu alfa no le conviene una Omega sobre una Alfa de alto pedigrí (como los perros) ¿cierto?

Su Beta no me responde y aprieta la mandíbula.

—Incluso mi Beta sabe que esto no es una bendición sino un castigo con el que voy a torturarte dulcemente.

— ¡¿Qué clase de absurda lógica es esa?! ¡Me niego rotundamente! ¡Te odio, yo te rechazo! ¡Te rechazo!

—Yo Alfa Ery Avery, líder de la manada Silivia Crescent Lake, hago el juramento ante la diosa Luna: En esta vida no rechazaré a mi pareja jamás —lo dice llevándose la mano al pecho y me observa con malicia—Rechazo tu rechazo.

— ¡No, no voy a permitirlo! ¡Yo, Candace Var Sansa de la manada Silivia Crescent Lake, te rechazo a ti, Alfa Terrence Gian Avery como mi Alfa y me niego a ser tu Luna!

¡Ni en esta, la otra, ni en otra vida, jamás compartiré el lecho con este tarado! ¡Mucho menos lo llamaré esposo!

He dicho todo el chorizo de palabras que parece un mal trabalenguas lo más rápido y claro que puedo, espero a que el alfa caiga por la fuerza del rechazo pero no sucede nada.

¿Qué pasa?

‘El Alfa ha hecho un juramento en Luna llena frente a la Diosa luna, Cadence. Significa que su vida está ligada a esa promesa... si no la cumple la Diosa puede reclamar su vida’

Si eso ya lo sé, lo que no entiendo es por qué mi rechazo no tiene efecto si hasta he dicho su nombre verdadero correctamente.

‘El  juramento de lealtad del Alfa ha conmovido a nuestra diosa. No aceptará el rechazo de ninguno de los dos a partir de ahora’

NO ME JODAS.

— ¿Lo ves, Perrita? Por más que ladres a tu amo no vas a poder evitar que  te adiestre hasta que seas mansa.

El alfa vuelve a reír como maniático y observa a todos.

— ¿Por qué están tan callados todos? ¡Es una noticia de dicha para todos, su Alfa se casa!

¿Dicha? Esto es una gran espina en mis planes.

Con esa declaración y promesa estúpida ha bloqueado cualquier oportunidad de cumplir con el precepto de rechazo.

— ¡Larga vida a mi Alfa! ¡Larga vida a nuestra luna! —Exclama Beta Milo.

— ¡…Larga vida a mi Alfa, larga vida a mi…Luna! —Contesta otro entre la multitud y luego todos continúan los vítores.

Nadie se atreve a contradecir a ese tirano.

‘Me inclino ante ti, diosa. Creí que solo hacías un acto tonto y suicida pero has logrado que el alfa nos acepte y nos proponga matrimonio’

—Alfa, ¿quiere que escolte a su Luna hasta la casa de la manada?

—No es necesario.

El alfa me levanta entre sus brazos alargados, tonificados súper musculosos que me asfixian como serpientes y con sus ojos que amenazan devorarme dice:

—Que nadie nos moleste.

Creo que lo mejor será dar fin a mi vida y comenzar de nuevo antes de que ese Alfa toque mi cuerpo.

En cuanto me deja en su habitación corro a buscar algo afilado. Comenzaré de cero y no provocaré al alfa hasta el límite de orgullo en que me tenga como su luna por capricho y contradecirme. Está vez cuidaré mis palabras, lo juro.

Al no encontrar algo rompo un espejo y selecciono el fragmento más afilado.

Estoy a punto de cortar mi muñeca con un trozo de vidrio roto cuando una alarma estridente me obliga a soltar el vidrio en mi mano.

<<Alerta de situación peligrosa provocada, el huésped no puede quitarse a sí mismo la vida o recibirá una penalización>>

No me importa.

<<El evento fue guardado de forma permanente para el usuario huésped, la promesa del alfa no se puede eliminar>>

¿Qué significa eso?

<<Si el usuario persiste en provocar su propio deceso, además de la penalización de olvidar dos preceptos más, reiniciará desde el punto de partida guardado. "La promesa del alfa”>>

No, no puede ser, lo rechazo, lo rechazo, ¡rechazo todo!

Aviento el fragmento de vidrio y golpeo el suelo de impotencia.

‘¡Mira, Cadence!’

En mi mano otra de las perlas se ha iluminado. Son dos las cuentas nuevas en el brazalete, una rosa y una azul. Si cuento cada rezo, corresponden al capítulo titulado rechazo y de nuevo rechazo.

Se ha cumplido ambos preceptos.

Solo faltan 21 perlas para poder salir de esta pesadilla.

Al menos el acto egoísta del Alfa no me puso en jaque al impedir que cumpla el precepto. No sé cómo pasó pero funcionó.

Estoy a punto de alegrarme y suspirar de alivio cuando una voz de ultratumba me recuerda que no tengo ninguna escapatoria.

—Veo que ya has dejado de ladrar, Perrita.

— ¡Si me vuelves a llamar perrita, aunque me cueste la vida por herir al Alfa, te voy a apuñalar la lengua hasta que quedes mudo!

—Vaya, aún te quedan fuerzas para ladrar un poco más. Parece que tendré que disciplinar a mi perrita desobediente... —me mira de arriba abajo relamiéndose— Paso por paso.

Recorre su mano apenas rozando mi piel y un montón de descargas me erizan cada vello entre mis poros.

—Tranquila, no te haré nada hasta la noche de bodas. Quiero que pases por el camino virgen de un blanco puro para que todos sepan que esa noche te haré mía y lo mucho que voy a disfrutar ensuciar tu cuerpo.

Esas palabras no son algo que mi personaje principal masculino diría.

Ahora que lo pienso el Alfa de mi novela es frío, calculador y nunca muestra expresión en su rostro. Este me sonríe de forma siniestra y comienza a hablar de una forma un poco sucia y vulgar para mí gusto.

El Alfa Ery Avery que yo escribí solo siente un deseo carnal apasionado por sus propios impulsos reprimidos y eso sucede hasta mucho más adelante.

—Descuida. Dejaré que mi futura esposa descanse por hoy, la noche de bodas no me contendré hasta doblegar cada parte de ese cuerpo suyo. Así, con el único valor y hombría entre mis piernas la haré mi mujer.

Esas palabras suyas las remarca de forma que perciba la ironía de lo que he dicho momentos atrás. Se gira y se dirige a la puerta.

Entonces solo debo evitar esa estúpida boda. Lo más efectivo sería escapar aunque con lo loco que está dudo mucho que deje de perseguirme. Mi otra opción es provocarlo hasta que él mismo tome mi vida, solo así podré regresar al punto de inicio original, la cabaña. Antes de que se vaya, nuevamente me juego el todo o nada en un remate.

—Ja, podrás tomar mi cuerpo, mancillarlo utilizando el lazo que nos une forzosamente… ¡Pero nunca podrás obtener mi lealtad ni mi corazón!

El Alfa se detiene frente a la puerta y voltea a verme con los ojos rojos ardiendo de furia, camina a zancadas y se arrodilla hacia mí, me toma del cabello y hace que mi nuca cuelgue hacia atrás.

¡Sí, mátame, hazlo rápido y acabemos con esto!

Se acerca a mí y su aliento a cigarro me da un mal presagio. Con su otra mano me agarra del cuello y me besa.

¡Qué asco!

Aunque mi cuerpo con actos predeterminados  se estremece por su toque, el sabor amargo a cigarro en su boca es desagradable.

Tampoco le ayuda tener la misma cara de mi ex jefe.

¡PLAP!

Lo abofeteo con todas mis fuerzas.

—Te desprecio.

El alfa se toca la mejilla sin dejar de sonreír con malicia.

—Pegas fuerte. Me gusta.

Se levanta del suelo y sin dejar de reír como si estuviera poseído se acerca hasta la puerta.

—La noche de bodas será interesante. Duerme bien tu última noche de libertad, perrita.

Cierra la puerta y golpeo el suelo con el puño derecho.

Estoy j0dida.

-----

Maika Maese

¿Qué les ha parecido Alfa Ery? Mañana sábado capítulo nuevo.

| Me gusta
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP