Capítulo 32- Ery Avery en Escena Parte 7

Esa Omega es demasiado terca. Debería darle una lección o castigarla por su insolencia sin embargo no puedo...

Aunque es insolente y vulgar al hablar, tiene algo en ella que no puedo parar de verla. Cuando dice palabras obscenas siento como si mi interior ardiera como el fuego y no fuego malo sino del otro tipo, el lascivo que endurece mi miembro deseando introducirlo en ella golpeando en su interior hasta que se someta a mí, para que quede con el olor de mi semen recordando que es mía.

No recuerdo en qué momento comencé a fumar, solo sé que fue desde los 17 años, desde ese momento se volvió un hábito. No soy un fumador empedernido pero, desde que la diosa reveló a mi pareja destinada he comenzado a fumar más de lo normal. Al principio porque me agradaba y después para calmar a mi lobo cuando mi pareja rechaza entregarse a mí.

Sin embargo, ahora me ha dicho que detesta que fume. Oh diosa, qué te he hecho para que me vincularas con una Omega feral como esa.

Cuando estoy con ella no puedo evitar que mi lobo ponga palabras vulgares y obscenas en mi boca pero, para ser sincero... Me gusta decirlas.

‘Te lo he dicho una y mil veces, no son palabras mías…’

Suelo ser recto y no mostrar lo que siento como buen Alfa y líder de mi manada, mi padre dice que para ser un buen líder debes evitar que tú rostro sea como un libro abierto así que un Alfa de verdad aprende a reprimir cualquier emoción.

Pero con esa hembra rebelde y tosca no puedo evitar mostrarlo. A veces me saca de quicio y otras me hace sentir liberado, es algo que no puedo describir ni tiene nombre como para entenderlo.

Me pidió dejar de fumar y aunque deseo decirle que no haré lo que le plazca, por poco le respondo que lo haré. De inmediato pienso que ceder ante ella le hará creer que tiene control sobre mí así que le pongo una nueva condición. Primero pensé en pedirle que me abriera las piernas y cumpliera con sus deberes conyugales para saciar la falta de mi hábito pero se negó. Pensé en echarla de la habitación o darle una lección por rebelarse sin embargo, al ver sus labios carnosos, en lugar de decirle que se está ganando un castigo pienso en castigarla con mis labios y hacerla gemir bajo mis brazos hasta disculparse. Demonios, mi miembro se puso duro.

“Mía” gruñe mi lobo interior.

‘Ella no quiere ser tuya.’

Deja de interrumpirme, Shawn.

‘Sería más fácil todo si le demuestras que no eres un macho primitivo’

¿Y cómo hago eso? Tampoco quiero verme como un pusilánime que se deja mandar por su pareja y cede ante sus demandas.

‘Si no quiere que fumes pídele algo a cambio’

—No me acostaré contigo.

“Diantres” Decimos al unísono

‘Entonces pídele algo que sea menos primitivo y más sentimental, como dejar que tengan una cita---’

—En su lugar haré esto.

Hago lo que mi lobo dicta no solo porque me lo ha dicho sino porque lo deseo.

‘Para nada haces lo que digo…’

Ah...

Sus labios son suaves.

Jamás había sentido algo como esto con un simple beso.

“Mía, mía”

Gruñe mi lobo nuevamente

‘Yo no la llamo mía porque no la considero mi pareja, Ery, pero siento a Chiara y te doy la razón que también quiero hacerlo’

Ella no me evita, le debe estar gustando.

Decidí introducir mi lengua y nuevamente siento mi miembro endurecido palpitar exigiendo ser liberado.

El aroma dulce de sus jugos inunda mis sentidos, ella también me desea ¿No es así?

Si me callo y comienzo a tocarla poco a poco me dejará tomar su cuerpo y poseerlo.

Libero mi beso para comenzar de nuevo y está vez besarla con más intensidad mientras acaricio sus hombros y trató de quitarle la ropa, en mi cabeza me imagino haciéndola mía hasta que su mirada entre lágrimas lasciva deja de mirarme a mí, sus manos me empujan con fuerza y antes de que siquiera pueda decir algo corre y se encierra en el baño.

—Bleeeeeegh

Escucho a mi pareja vomitar.

¿Tan repugnante le parece que la bese?

Observo la puerta intentando no parecer sorprendido y mantener mi temple, nuevamente comenzó a vomitar. ¿Cuánto comió? Pienso que quizá podría entrar, tal vez ayudarle un poco para que se sienta mejor, sin embargo... Escucho que abre el grifo luego hace gárgaras con el agua acabando por matar toda la pasión que sentía.

¡Le repugna besarme!

Fue tan asqueroso para ella que corrió a vomitar y hacer gárgaras.

¡Omega tonta! ¡¿No sabes cuántas lobas desearían estar en tu lugar?! Hay muchas que harían fila para ser mis amantes.

‘Mejor pregúntale’

Nos odia, nos detesta, y no solo eso... Cree que beso mal.

Sintiendo mi orgullo herido como un puñal al pecho, salgo de mi propia oficina sin ningún lugar a dónde ir porque mi habitación es suya y está vomitando en el baño de mi despacho.

Es molesto, no importa todo lo que hago no puede verme de una manera civilizada ni como yo deseo que lo hiciera.

Para ella soy un bruto, salvaje y pervertido que solo piensa con el pene.

‘Es que eso eres, Ery’

Incluso mi lobo me falta al respeto y no puede comprenderme.

Si fuera el cavernario que me cree no habría hecho tanto por esa mujer, tal vez si lo supiera sería menos hostil conmigo o quizá aun sabiéndolo, me mandaría a perderme a un monte si pudiera.

***

— ¿Olvidó todo?

—Así es.

—Hershey, esta es una orden de tu Alfa, Cady no debe saber que sucedió hace tres días.

— ¿Por qué no? Si hay algo siniestro detrás de ella debe saberlo, además... Dijo que desprecia al Alfa.

—Por eso no debe saberlo.

— ¿Porque peligra si lo sabe? —Me mira con sospecha— O porque deja de ser conveniente para el Alfa que recuerde cómo lo mandó a la ---

—Ambas.

Arquea la ceja como si me estuviera juzgando por dentro.

—Quiero empezar de nuevo.

—Alfa, eso es deshonesto. No diré nada porque una orden de Alfa no se puede ignorar. Pero no apruebo que engañen a mi amiga y se aprovechen de su condición.

'Tiene razón, Ery.'

No tiene ninguna razón.

Esto es perfecto, podemos comenzar de nuevo y ya no está roto.

—Está roto, Ery. Y nada de lo que hagas va a cambiar eso porque aunque lo ocultas bajo el tapete un día va a encontrar ese jarrón roto. Y te odiará mucho más al saber que le has engañado.'

— ¿Por qué la diosa me tuvo que dar un lobo tan bocón? Hubiera preferido que fueras más obediente y menos moralista...

'Puedes hacer lo que quieras, Ery. Incluso si yo no estoy de acuerdo es tu decisión.'

***

— ¡Detesto a todos los hombres!

En especial a los altaneros como tú.

‘¡Ery, solo has logrado que repita las mismas palabras que dijo antes de perder el control y dejarse llevar por esa voz siniestra!’

Sé lo que hago. Incluso si me odia en este momento, si no presiono hasta el límite seguirá encerrada en la negación. Debe tocar el fondo y aceptar su situación, analizar adecuadamente a sus aliados a quienes si puede mostrar su debilidad para que sea su fortaleza.

— ¡¿Alfa, qué sarna fue eso?! ¡Me mandó a llamar sólo para repetir lo que pasó hace unos días!

—Hershey, seguramente quieres saber cómo recuperar a tu querida amiga ¿cierto?

— ¿A cambio de qué?

—Solo debes hablarle bien de mí y convencerla de que no existe mejor macho para ella que yo.

— ¿Entonces quiere que le mienta?

‘¡PFFFT! ¡Las hembras de nuestra manada sí que son bravas!’

¡¿Por qué ya nadie me respeta?!

—No es mentira, soy el mejor macho y nadie puede protegerla mejor que yo.

—Sí, claro. Tan bien como cuando la protegió del siniestro que se coló en su mente, sumando cómo la llamó una cualquiera---

— ¡Eso fue antes! —Respiro hondo al percatarme de que a gritos no será obediente conmigo— ¿Quieres recuperarla o no?

— ¿Por qué debería seguir los consejos del Alfa que está igual o en peores condiciones afectivas con mi mejor amiga?

‘¡Ella me agrada, Ery!’

Deja de reírte, lobo irrespetuoso y traidor.

—Porque yo tengo en mi conocimiento algo que nadie más sabe. Para empezar, puedo decirte que ella ya no deja que la llamen “Candy” de solo escucharlo sus manos tiemblan.

— ¿Por qué?

—Porque ella cambió mucho mientras no estabas.

—Eso fue culpa del Alfa…

—Pero ella no lo sabe, jamás creerá que ese viaje no fue de placer como luna de miel sino un deber que ordené yo.

— ¿Está implicando que le ha molestado que yo estuviera lejos?

—No implico nada. Puedes decidir por tu cuenta si quieres intentar enmendar esa amistad rota arriesgándote a dejarla sin posibilidad de repararse o seguir mis indicaciones por un precio nada elevado, de igual manera es mi Luna así que puedes hacer que nuestro vínculo se fortalezca por las buenas---

— ¡De acuerdo! ¡Pero no lo haré por mi Alfa, sino por ella!

—Perfecto—me acerco a ella y le susurro en el oído— Entonces, dile “Cady Cad”

— ¿Qué?

—Simple y sin rodeos, Hershey —Me rio bajo—Cuando le digas eso la verás más vulnerable que un cachorro recién nacido.

— ¡¿Qué?! ¡¿Sólo eso me va a decir, Alfa?!

—Espera a mi señal.

— ¡ALFA!

Después de poner a Hershey de mi lado es momento de la siguiente parte de mi elaborado plan.

Milo ha estado vigilando la puerta en caso de que mi escurridiza Luna decidiera salir corriendo. No tiene cabaña a la cual regresar y por lo que sé no tiene idea a dónde más podría ir. Cadence parece tener el raciocinio perfecto como para arriesgarse afuera con lo desconocido. Así que eso solo le deja una opción para tomar de refugio, nuestra habitación.

¡PLAM! ¡PLAM!

Mi adorable loba feral está en el lugar que planee, sin embargo vuelve a voltear las piezas de mi tablero de ajedrez cuando toma una almohada que golpea con fuerza contra la pared. Si supiera lo atractiva que se ve peleando y golpeando como una verdadera Luna debe hacer…

Sí, su corazón y su mente son algo frágiles pero, con una guía adecuada y ejercitando su alma, puede convertirse en una maravillosa guerrera a mi lado.

Le falta un poco de práctica, haré que se detenga antes de que dañe sus preciosas manos y nudillos por golpear la pared sin protección.

—Así solo te dañarás los nudillos.

Cuando detengo su golpe con mi mano y sostengo su muñeca, puedo sentir las chispas que nos recorren a ambos. Incluso si dice que me detesta es imposible que no reconozca la atracción innegable que nace entre los dos.

Voy a fortalecer tu corazón, Cady.

No estoy seguro por qué odias a los hombres, pero sé que no fue mentira, tus ojos color ámbar son el espejo más sincero de tu alma. Primero debo romper esa coraza y así podré llegar a tu lado más vulnerable.

Sus nudillos están rojos, menos mal que la he detenido a tiempo. Cierro los ojos y beso su mano, desearía poder entrelazar mis dedos con los suyos en este momento.

—Si quieres golpear algo golpéame a mí.

— ¡Ja! ¡¡Qué más querría pegarte un buen puñetazo y desfigurar esa cara bonita que tienes…!!

No puedo evitar estremecerme con esas palabras. Aquella vez en el festival de la cosecha me dijo algo parecido (seguido de varios insultos que no recuerdo) sin embargo es la primera vez que me lo dice en otro tipo de término, uno donde se ruboriza al responder y cambia de tema al notar que se le ha soltado la lengua.

Arqueo la comisura de mis labios, significa que no le soy tan indiferente ni poco atractivo como ha ladrado desde el primer día. Poco a poco he ido rompiendo esa coraza y estoy ganando terreno.

—Entonces necesitas algo mejor.

¡A mí!

La guío de la mano hasta el lugar que es especial para mí, el lugar donde entreno y ejercito mi cuerpo y alma. El mismo lugar donde voy cuando quiero liberarme, ahora por primera vez llevo a mi pareja a ese lugar.

En mi campo, todos pueden entrenar y desperdigarse, pero en mi lugar especial solo Milo y Jerome tienen permitido entrar. Es mi sala de entrenamiento especial, únicamente mío.

En cuanto ella pisa mi recinto sé que también lo siente especial, sin embargo su mente de nuevo mira hacia un espacio vacío. Me pregunto a quién busca.

No, yo sé quién es…

Impido que esa punzada me desvíe de mi objetivo y continúo con el plan, haré lo mismo que planeaba solo que esta vez golpearé con fuerza hasta que solo me recuerde a mí aquí.

Tomo su mano y la cubro de vendajes, si tan solo supiera la cantidad de pensamientos eróticos que me provoca hacer esto…

—Alfa Tonto.

—Si quieres probar que soy tonto golpea con fuerza este saco.

Primero sus golpes inician tímidos y débiles, luego más fuertes y poderosos. Sin duda, será una gran Luna en la manada, su fuerza no hará más que crecer.

En cuanto sus ojos se vuelven amarillos estoy seguro que he logrado llegar a la fase final de mi primer plan.

— ¡Libéralo! ¡Suelta toda tu ira, todo tu enojo! —Sonrío maliciosamente— ¡Dile a Hershey lo que te molesta de ella!

En cuanto se detiene sus ojos vuelven a ser verdes. Son mi detector de mentiras.

—Yo… no la odio.

Mientes, sé cuando dices la verdad y también cuando quieres ocultarte debajo de otra dura coraza.

¡BAM! ¡BAM!

—¡No-tengo-problemas-con-ella!

‘Si alguna vez dudé de lo parecidos que son, con esa forma de liberar su frustración a golpes puedo aceptar que son tal para cual’

Gracias, Shawn.

Es exactamente lo que pensé. Mi otra mitad de mi alma, eres perfecta para mí.  Nadie en esta vida me complementa como lo haces tú, por eso…

—No puedes continuar escondiendo el jarrón roto y pretender que está bien.

‘Es lo mismo que te dije yo’

Así es, he decidido que le diré toda la verdad. Incluso que por mis palabras descuidadas casi pierde el control de sí misma.

— ¡No hay jarrón roto! ¡No estoy pretendiendo!

Observa esto, Shawn. ¡El jarrón finalmente se ha roto!

— ¿Por qué me habría de importar mantener el jarrón roto de una amistad que se desvanece como papel de arroz?

Ahí está, esos ojos que me encantan. Ámbar como llamas embravecidas. ¡Muéstrame tu alma!

—Basta un novio que le haga olvidarse de que existes, se case y no tenga el corazón para enviarte un mensaje en seis meses —Abro los ojos impresionado, Hershey solo se fue tres meses— a todos les ha enviado noticias de su feliz matrimonio excepto a ti, mientras la recuerdas, necesitas que te escuche, descubriendo que estás solo en el mundo...

Seis meses, me pregunto por cuánto ha pasado esta mujer. Sé que quiero conocer su lado más vulnerable sin embargo no esperaba encontrarme con más preguntas que respuestas a cada palabra suya.

—Ella es feliz en las islas Maldivas, disfrutando de su luna de miel con su esposo, mientras yo estoy aquí tragándome corajes con un alfa tonto que dice hacer una alianza conmigo un momento y al otro la quebranta sospechando hasta de la sombra a mis pies.

¡Es todo lo contrario a lo que quiero que veas en mí! ¡Tonta, omega terca y secretiva! ¡Dijiste que serías mi igual!

— ¡Esa era mi intención, Alfa idiota!

¡BAM! ¡BAM!

Cada golpe parece dirigido a mí.

—Pero, cuando parece que podemos llevarnos un poquito, poquito mejor…

Aunque abre su coraza para mí sus palabras son más impactantes que lo que creí que encontraría encerrado como una perla en su interior.

— ¡¿Por qué tienes su mismo rostro?!

‘Entonces tu rostro es como el de Eardwulf?’

Duele…

—Odio tu rostro, apuesto y déspota, cálido y a la vez frío como el hielo…

Duele pero no puedo evitarme escucharlo.

—Odio tu rostro, quisiera golpearlo hasta que deje de ser igual… Porque ver ese rostro me recuerda la vida m****a que he tenido.

Su cabello se vuelve castaño claro, mientras golpea veo a una mujer diferente, su ropa es extraña y lleva unos zapatos que no son algo que usamos aquí.

Se ve más frágil, mucho más delicada y pequeña. Es más hermosa de lo que creí, su alma es bellísima. Sin embargo, aunque me compara con otro hombre y no parece ser de este mundo, quisiera abrazarla y liberarle su soledad.

— ¡…soportando que ese metiche entrara en mi vida a molestar, confundiéndome día y noche!

Bien, es suficiente. Quiero descubrir su alma, no apuñalarme las esperanzas.

‘No seas cobarde, Ery, acepta que no puede quererte y espera a que termine todo esto para que---‘

Me niego.

Incluso si quiere a otro, voy a ganarle. Solo necesita ver que yo soy mejor.

— ¡Ya ves, Hershey, si tiene algo contra ti!

Cady, el jarrón está roto. Nada hará que se repare pero puedes hacer otro, uno mucho más resistente y más grande. Para que pueda caber todo lo que te voy a dar, no volverás a sentirte sola.

— ¡Alfa idiota, cómo pudiste…!

Te haré enojar muchas veces, te empujaré hasta el límite si es necesario, voy a liberarte… De ese lugar donde no fuiste feliz.

Hoy solo puedo observar, aún tengo mucho por descubrir y saber, sin embargo ver tu sonrisa genuina mientras abrazas a tu mejor amiga…

— ¡Te amo, en un sentido completamente heterosexual aunque me gusta agarrarte los pechos!

¡¿Qué dijo?!

— ¡Yo también te amo, en un sentido completamente heterosexual aunque me guste darte nalgadas!

¡¿A eso se refiere con “no me gustan los hombres”?! No me digas que le gustan las mujeres…

ROOOOAAAR

El gruñido de mi Gamma las interrumpe.

— ¡Las dos nos amamos, pero como hermanas---!

— ¡Hermanas del Alma!

Dicen las dos y vuelvo a respirar tranquilo.

‘Parece que mi madre te puede hacer dar vueltas como cachorro en entrenamiento’

Un día me tendrás que explicar por qué la llamas madre, Lobo loco.

Oye, dile a mamá que no debe arrodillarse así y besar el vientre de un sirviente…’

Déjala, me parece tierno que haga eso. Además, estamos entre nuestros amigos y no al ojo público.

Sin embargo, esos momentos de paz se fueron por un acantilado cuando esperando recibir una buena recompensa de afecto por mi esfuerzo, la muy terca me vuelve a desafiar.

— ¿No vas a dormir en mi cama?

—Aún sigo molesta porque eres un entrometido. Además, no es apropiado que un hombre y una mujer duerman en la misma cama cuando son UNOS COMPLETOS EXTRAÑOS.

‘Ery, sé que parece un insulto pero debes estar tranqui---‘

¡HIJA DE---! ¡¿CÓMO PUEDES LLAMARNOS EXTRAÑOS! ¡QUÉ CLASE DE ALIANZA DE M****A CREES QUE HEMOS HECHO! ¡PROMETISTE QUE PUEDO TOCARTE Y HACER LO QUE QUIERA!

—Sí, lo dije—contesta con una seriedad y flojera que me eriza el pelo de completo enojo — Ven, aquí lo tienes ¿contento?

‘Madre y tú son igual de explosivos, aunque es divertido verlos pelear, te recomiendo que no eches más leña o se van a arrepentir los dos’

Me rasco la cabeza procurando mantenerme sereno. No quiero orillarla a que acabe incendiando la habitación entera o media casa.

Necesito fumar y quitarme este enojo. Abro el cajón y apenas me he puesto el cigarro en la boca cuando la hembra, con la que firmé mi condena al hacer un juramento estúpido a la Diosa, me habla…

— ¿Sabes lo que es un fumador pasivo?

Aunque me encanta escucharla, en este momento estoy demasiado fastidiado. Le digo que no me interesa saberlo y me lo dice de igual forma.

—Así que apaga eso mientras estés en la habitación.

‘Ery, calma…’

¡¡AL DEMONIO LA CALMA!!

¡ES EL COLMO, QUÉ ABSURDO! ¡AHORA RESULTA QUE A LA SEÑORITA LE MOLESTA QUE FUME EN LA HABITACIÓN!

‘Ery…’

¡PERO ES QUE NO SE ESCUCHA NI RAZONA ESA CONDENADA BRUJA! ¡VIENE, SE APROPIA DE MI HABITACIÓN, ME VIENE A DAR ÓRDENES Y TIENE EL CINISMO DE LLAMAR A LO NUESTRO SER NADA! ¡ES IMPOSIBLE CONVIVIR CON ALGUIEN ASÍ!

—Y tú tienes un hábito asqueroso con el que no voy a convivir. Si quieres fumar dame otra habitación.

Antes de decir todo lo que pienso y estallar en insultos destrozando todo, decido salirme de la habitación. Es la primera vez en mi vida que debo cederle mi habitación a una hembra y para mi desgracia es una muy problemática.

‘Ery, solo necesitas calmarte un poco’

Espera ¿Por qué me salí? Le diré lo que pienso a esa caprichosa. ¡Es MI ESPOSA y me tiene que respetar!

Pongo mi mano en la manija de la puerta cuando un enorme golpe me hace saltar hacia atrás.

¡BAM!

— ¡ALFA TONTO, FUMADOR ASQUEROSO, “#$%# VETE AL AVERNO!

Me quedo parado un momento incapaz de creer lo que me ha dicho.

***

Después de esa noche llevo días sin poder dormir en mi propia habitación y luego de que al fin parecía que haríamos las paces la beso y se vomita del asco que le doy.

— ¡YA TE VI ENVIANDO ENLACES MENTALES A TU ESPOSA! ¡CIEN SENTADILLAS MÁS!

Milo me observa en silencio sabiendo que si abre la boca probablemente sea para recibir más entrenamiento.

—Alfa.

— ¡¿QUÉ?!

—Su Luna lo está buscando.

—Dile que no dejaré de fumar aunque eso le moleste.

—Dice que eso lo hablarán después. Preparó una comida para los dos.

— ¿Y por qué no viene aquí a decírmelo ella misma?

—Porque si viene ella misma será para jalaral Alfa  de las orejas por abusivo.

— ¿Qué quieres decir con eso…?

— ¡TERRENCE GIAN AVERY!

¡¿Quién se atreve a llamarme por ese nombre?!

Volteo a ver, me encuentro a mi Luna cruzada de brazos y más molesta que nunca.

—Deja de estar abusando de tu poder, ven a comer adecuadamente, Alfa tonto.

— ¿Quién te crees para mandar en mi---?

—Tal vez querrás leer el libro de tu abuelo para refrescarte la memoria entonces. ¡Hershey!

—Sí, mi Luna.

—Lee la página 23, párrafo 3 en voz alta y clara para que tu Alfa lo escuche.

—Sí, mi Luna. “Nuestra Luna es la matriarca de la manada, quien se encarga de administrar la casa y los asuntos que conciernen con sus sirvientes. Nadie puede desafiar su autoridad.”

¿Qué? ¿En dónde dice algo tan absurdo?

Le arrebato el libro escrito a mano por mi abuelo y en efecto eso dice.

— ¿Ahora me hará caso el Alfa o se pasará las reglas de la manada por el arco del triunfo?

‘Madre es perspicaz’

¡Deja de llamarla madre, es nuestra pareja!

— ¡Todos ustedes, ya pueden retirarse! ¡También, por órdenes de su Alfa y Luna pueden descansar mañana del entrenamiento!

¡¿Cómo osa brincarse mi autoridad?!

—Ahora que ya está el pendiente liberado, ven conmigo, Alfa idiota.

Me toma del brazo y las descargas en el cuerpo me impiden mandarla por donde vino. Shawn se ríe y se regodea con mi desgracia mientras ella me lleva como si me trajera con correa. Lo peor de todo es que siento que si tuviera una cola estaría meneándose de lado a lado con orgullo por su audaz desafío.

Si fuera mía ya la estaría empujando contra la pared para enseñarle que en momentos así quien manda soy yo.

En cuanto llegamos al comedor me dice que no nos vamos a quedar ahí.

Me muestra dentro de la cocina y me sienta en la mesa donde comen los sirvientes.

Se ríe y me sirve un pollo como nunca antes lo había visto, lleno de hierbas y verduras pero con un color rojizo.

— ¿Está envenenado?

—Se llama adobo, Alfa tonto.

— ¿Adobo?

—Es una de mis comidas favoritas ¿la vas a despreciar?

Suspirando tomo un pedazo y lo como con las manos.

—Madre mía que modales, primero debes lavar tus manos. Cielos, parece que tendré que enseñarte lo básico…

Molesto dejo la comida y me lavo las manos.

—No olvides también lavarte la cara, está llena de tierra y lodo, Alfa tonto.

— ¡Deja de llamarme tonto!

—Pruébame que no eres tonto entonces, come y deja de arruinarlo con tu mala actitud.

Gruño y me siento en la mesa.

—Ahora come, lo he preparado yo. Así que si lo dejas asumiré que eres un Alfa tan tonto como para despreciar los alimentos hechos por tu esposa.

‘Ery, come lo que hizo mi madre’

¡BANG!

— ¡Que no es tu madre!

—No se grita en la mesa ni se le pega, Alfa tonto.

Gruño de nuevo.

—Ahora abre la boca y come.

—Puedo comer yo solo.

—Abre.

La Diosa Luna hizo a los hombres lobos una maldición cuando decidió darnos la pareja que le da la gana y más porque nos hizo sentirnos atraídos hacia una hembra fuerte que nos lleve del cuello como ella.

Abro la boca y me pone un trozo entero, para mi sorpresa el sabor es agradable. Además de atractiva puede preparar comidas deliciosas. No había comido nada en todo el día por el entrenamiento.

‘No comiste porque estuviste haciendo corajes y berrinches como niño chiquito Ery’

Silencio. Estoy comiendo.

Mientras la molesta bruja me ve sonriendo como la maliciosa que es, me encuentro un hueso muy molesto y casi lo tiro al suelo cuando ella me detiene.

— ¡No lo tires es un hueso de la suerte!

— ¿Por qué no? Es tan delgado que ni siquiera se le puede dar a un perro…

—Se llama hueso de la suerte—detiene mi mano por la muñeca y delicadamente me lo quita—si te encuentras uno puedes pedir un deseo.

El olor de frutos rojos es más intenso esta noche y trago saliva al sentirla más atractiva.

— ¿Cómo se pide un deseo?

— ¿Quieres que te muestre?

Cady retira la carne restante con sus dedos y me muestra la forma de “Y” como una resortera de juguete.

—Ahora dos personas—Toma mi mano y acomoda mis dedos pulgar e índice en un extremo—piden un deseo y cada uno jala su respectivo hueso, el que se quede con el pedazo más grande verá cumplirse su deseo.

Sin soltar el hueso arqueo la ceja.

—No conocía este extraño juego.

— ¿Quieres intentarlo?

—Sí.

—Entonces pide tu deseo.

Solo hay algo que deseo. A ti.

—Deseo que Cady me entregue su cuerpo.

— ¡Qué atrevido! — Sin soltar el hueso tampoco me mira con rubor en las mejillas— Además… los deseos no se dicen en voz alta, ahora como lo has dicho no se cumplirá a menos que cambies tu deseo.

Entonces mantengo mi deseo, te quiero a ti.

—Deseo un beso tuyo.

CRACK

En el preciso momento que lo digo el hueso de pollo se rompe, nos miramos fijamente y todo a nuestro alrededor desaparece. Solo somos nosotros dos en el mundo y nuestro corazón latiendo como uno solo. Sus mejillas rosadas, el temblor de sus manos, su respiración que se detiene y agita así como el brillo ámbar que me refleja como dulce miel.

Reviso que en su mano tiene un pedazo de hueso y observo el mío, es el más grande. Parece que gané el juego. Sostengo triunfante el trofeo que me da permiso para hacerlo. Me inclino hacia ella acercando mis labios mientras la joven cierra los ojos sin oponer resistencia. Nuestros labios finalmente están cerca de chocar entre sí, cierro los ojos y…

Me empuja.

—Lo siento.

No, yo lo siento. Por entusiasmarme un poco con una mujer tan desalma…

Antes de poder voltearme e irme de ahí como un perdedor, Cady me jala por el cuello de la camisa y besa mi mejilla.

—No puedo entregar mi cuerpo todavía y no puedo besarte en los labios pero… puedo hacer esto.

No puedo conformarme con esas migajas. Lo quiero todo o nada.

— ¿Tan desagradable te parece besarme?

— ¿Cuándo dije eso?

—No lo dijiste… pero vomitaste e hiciste gárgaras con el agua después de que te besé.

—Ah… ¿por eso estabas molesto? —Se acomoda el cabello detrás de la oreja—No me desagrada besarte, lo desagradable es el aroma del cigarro porque me da nauseas su olor.

—Dijiste que somos completos extraños.

—Sí, lo dije. Pero eso no significa que no podamos conocernos mejor hasta dejar de serlo.

—…Voy a dejarlo.

— ¿Dejar qué?

—De fumar. Lo voy a dejar—Eso no es nada fácil para mí pero, si es verdad lo que dice no le dará más nauseas—Si paso una semana sin hacerlo puedo besarte.

—Yo no dije que debas dejarlo…

—Si lo dejo bésame—insisto.

Cady gira la cabeza evitando verme.

—Un mes—dice finalmente—Si dejas de fumar por un mes… dejaré que me beses.

— ¿Y si lo dejo para siempre?

—Lo pensaré cuando eso suceda…

La comisura de mi boca se eleva.

—Pero, si fallas aunque sea por un día tendrás que iniciar de nuevo la cuenta ¿entendido?

—Entonces tú también dejarás un mal hábito.

— ¿Cuál?

—Un mes— levanto el dedo señalando un gran 1 arriba—No podrás insultarme un mes y si fallas una sola vez… ¡Deberás dormir conmigo la noche en que lo quebrantes!

—Tiene razón Shawn, eres un cochino…

—No me refiero a eso, mal pensada. Deberás dormir conmigo en la misma cama, abrazada de mí con tu cabeza recostada en mi pecho.

— ¿Solo eso?

—Sí, solo eso.

Cady se lleva el índice a la boca y lo piensa unos segundos.

—De acuerdo.

Un mes, solo por un mes debo dejar de fumar y ella será mía.

Maika Maese

Finalmente están de acuerdo en algo, con el deseo a un hueso de pollo comienza un nuevo trato entre los dos. Mientras tanto, el telón en el escenario se abre de nuevo para alguien que ha permanecido presente a pesar de no tener el reflector.

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