A veces me pregunto cuál fue la razón por la que soporté tantos años con ese déspota.
BRRR BRRRR
“¿Sí, Diga?”
Respondo el teléfono automáticamente a pesar de que estaba tratando de conciliar el sueño. Entre las visitas al hospital y los trabajos de la universidad no he dormido bien últimamente.
“Ya decidí como me voy a cobrar el agravio a mi tapete”
La voz de mi Editor suena agitada, posiblemente por lo molesto que está. También se escucha el sonido de sábanas y un rechinido. Debe estar dando vueltas en su cama después de desvelarse buscando un reemplazo para su asistente.
Me explica que su asistente tomará vacaciones y que no tiene quien cubra esa vacante temporal, quiere que lo haga yo. Obviamente sin paga.
“Es un m4m0n” Dice Sarah cuando le cuento a la media noche que comenzaré a trabajar unas semanas con mi editor favorito de la vida (sarcasmo) entre más pronto le pague su tapete, mejor.
“¿Estás segura que ese explotador laboral te pidió específicamente que seas su asistente? ¿No le da miedo que le vomites el carro o la agenda después?”
Le muestro el mensaje de audio que me envió después con las indicaciones específicas como punto de encuentro. Se escucha en el teléfono el rechinido y su voz cansada.
“Al menos le liberará una carga a su falta de sueño si soy su asistente”
“Si claro, porque le falta dormir después de tanto ejercicio…” Responde Sarah con una cara de disgusto y luego añade “Sabes, me alegra que hayas olvidado a tu señor lobo, es de lo más desagradable.”
Poco antes de encontrarme con mi jefe voy a visitar a mi abuela al hospital. Como no tengo mucha ropa desde que me emancipé de mi padre ya que dijo que no podía llevarme nada de casa de mi abuela, Sarah me tuvo que prestar algo de su ropa. Es un vestido que no me gusta mucho pero es el único que me queda ya que Sarah tiene demasiado pecho y la mayoría de su ropa es ultra escotada.
Llevo sus zapatos de piso, así puedo sentir su presencia cerca de mí todo el día.
Cada día parece empeorar su enfermedad sin embargo solo puedo sonreír y fingir frente a ella que todo está bien.
“Por cierto, abuela. A partir de hoy comenzaré a trabajar como asistente de mi Editor. Así que ahora oficialmente lo puedo llamar mi jefe o algo así”
“Eso es maravilloso, Cadenza…” Responde mi abuela, es la única que puede llamarme de esa forma. “Espero que Dios me permita vivir hasta que puedas graduarte y verte recibir el diploma”
“Que dices, abuela. Por supuesto que vas a estar ahí.”
Su rostro está pálido y el brillo de sus ojos se apaga cada día. Ahogando mis ganas de llorar beso su frente y me despido. Si no fuera por este pendiente estaría más tiempo de visita en el hospital.
Una vez he llegado al parque veo la banca vacía cerca de la fuente. A veces reviso si hay un hombre sentado con una máscara como decía Sarah. Después veo a mi jefe y al que parece ser su asistente. Liam Roberts.
Se la pasaba tan pegado a su oído esa mañana que por algún momento pensé que era gay. Sin embargo descarté esa impresión rápidamente cuando en medio de cada compromiso de la agenda llamaba por teléfono exigiendo ver a su querida “Mercy” su novia al parecer, como estaba en sus vacaciones no podía verla o algo por el estilo. Mi jefe no hacía más que ignorarlo y continuar con los pendientes.
Ese era Liam Roberts, un asistente que tuve que conocer porque era su sustituta por unas semanas. No le vi muchas veces después de eso, sin embargo las pocas veces que nos encontramos siempre tenía una sonrisa sospechosa mirándome de arriba abajo como el buen mujeriego que era.
Las últimas veces que le vi fue antes de comenzar a escribir el libro que me condenó, decía cosas extrañas como “Buenos días, angelito” “Señorita del hotel” “Sugar Baby” y más apodos diferentes cada vez que me veía, nunca por mi nombre. Tal vez eran tantas las mujeres a las que pretendía que no podía recordar el mismo apodo que le daba a una.
No me pareció relevante en mi vida hasta que lo vi en mis últimos minutos de vida. Vestido de blanco como si fuera chef profesional en una pastelería cara con uno de los peores pasteles que he probado en mi vida.
Y si, recuerdo a ese desgraciado porque, ahora el Beta, Milo Rockbone quien fue moldeado usando su imagen, está frente a mí en la cocina.
Por amor de Dios, no me digas que es quien ha estado cocinando. Con razón es tan terrible… Si así de mal le quedan los postres, no tengo duda que la comida normal es una aberración.
Salgo disimuladamente y me encuentro con Hershey.
—Oh, Luna Cady Cad, te estaba buscando.
—Pues aquí estoy.
— ¿Qué ocurre?
—Vi a Milo en la cocina.
—Ah, es su sueño frustrado. No le hagas caso.
—Sí, pero es un peligro en la cocina.
— ¿Verdad? Todos corren peligro de perder sus trabajos con alguien tan hábil y talentoso.
¿Perdón?
—No hay nadie que cocine mejor en la manada que él.
¡Madre mía, si es el mejor cocinero no me sorprende que todo sepa tan mal!
— ¿Y qué querías decirme? —Cambio el tema antes de decir en voz alta que nadie tiene papilas gustativas aquí.
—Es sobre el Alfa, Luna.
—Sabes que no tienes que ser tan formal conmigo…
—Sí, pero es de mala educación.
—Entonces te doy mi permiso especial. Si el Alfa dice algo al respecto, que se pudra.
—De acuerdo, Cady Cad. Tenemos que hablar, el Alfa ha perdido el juicio.
***
En resumen estos días que he estado tranquilamente en la habitación, el Alfa ha hecho sufrir a todos sus guerreros y “súbditos” con ejercicios extremos. Vaya abusivo. En lugar de hablarlo conmigo ha estado desquitando su enojo con todos ellos.
—Además, la mayor descarga de ira la suelta sobre todos los que tengan pareja. Jerome ya tiene acumulados 100 sentadillas solo por comunicarse conmigo por enlace mental.
Vaya infantil, dictador salió ese Alfa fumador empedernido. Todo porque le pedí que dejara de fumar en la habitación frente a mí.
‘Dudo mucho que sea solo por lo de fumar Cady, lo llamaste un completo extraño negándote a compartir la misma cama que él’
—Sé que mi Alfa es un poco idiota, es déspota y no tiene ninguna pizca de empatía por los demás, es grosero, trata a todos como si fuéramos sus sirvientes…
‘Si esa es su forma de defender al Alfa lo está haciendo muy mal’
Estoy completamente de acuerdo.
—Pero contigo es diferente, Cady Cad.
— ¿Diferente? Definitivamente es tal como lo describes conmigo y cualquiera en su camino.
—No, de verdad no es tan… bruto, cuando se trata de ti.
—Dudo mucho de esa afirmación.
—De verdad, no lo digo porque quiera darle por su lado, que si debo hacerlo porque lo prometí, pero yo nunca diría mentiras.
—Hershey, te contradices demasiado. Tú misma admites que es un mal Alfa.
—No es tan mal Alfa… es solo que no está educado. ¿Sabías que su madre murió cuando era apenas un cachorro de 5 años?
—Eso no le justifica su actitud.
—Lo sé, lo que quiero decir es que nadie lo educó. Lo intentó la señora Bertha pero él siempre ha tenido una coraza contra todos. Pero no la muestra contigo, de verdad no le había visto preocuparse por otro ser vivo hasta que te volviste su pareja.
—Me cuesta creer eso…
— ¿No te has preguntado cómo es que pasas del sillón a la comodidad de la cama cada noche?
—Buscando comodidad mi sonambulismo me lleva allá ¿no es así?
—Estás demasiado lejos entonces. Cady Cad, todas las noches es el Alfa quien a pesar de estar muy molesto, te carga en sus brazos y arropa tu cuerpo con el cuidado que no tiene con nadie aquí.
‘Ya me lo imaginaba, Cady, eres demasiado ingenua’
—Además, sus entrenamientos se han vuelto más agresivos desde que comenzó a vivir con su Luna, todos lo saben. No te obliga a entrenar mientras a niños y mujeres los hace ir temprano al campo para practicar. Esta semana ha sido así, aunque cada día aumenta la dificultad.
—Qué abusivo es.
—Es porque te quiere.
¡Al diablo si me quiere, eso se llama explotación! ¡Abusa de su manada y se desquita con ellos cuando algo le molesta!
—Hershey ¿Tienen un lugar donde guarden las leyes y reglas de la manada?
—Sí, aunque no te va a agradar en dónde están. En la biblioteca del Alfa.
—Da igual, vamos allá.
Primero debo conocer los vacíos legales de esta manada de lobos rupestres, revisar los horarios laborales y que no haya abuso de poder, eso le traerá más problemas al Alfa en el futuro si pierde lealtad de todos por cretino.
‘Cady, no está mal que pienses en el bienestar de la manada y asumas tu deber como Luna, pero no dejes de lado al Alfa. Es nuestra pareja y solo tus acciones pueden determinar si ese ambiente hostil entre los dos se enfría o continúa ardiendo hasta que sea imposible extinguirlo’
Tienes razón, Chiara. Si bien lo dije “no somos nada” pero tenemos una alianza que nos obliga a estar juntos de alguna forma. Tal vez sea momento de plasmar todo eso en un documento legal firmado por los dos con todos nuestros términos para evitar más conflictos por incumplimiento.
Antes de adentrarme en la biblioteca tengo que hacer algo para apaciguar la molestia del Alfa berrinchudo y enojón. Su forma de dialogar siempre ha sido con comida, ese horrible pollo y ensalada hecha con odio…
—Vaya, Luna. No recordaba que supieras cocinar en horno de leña.
—Hay muchas cosas que no recordarás de mí.
— ¿Puedo ayudarte en algo?
—Claro que sí, necesito cortar todas estas verduras.
—El Alfa no come frutas ni verduras.
—Pues lo hará desde hoy.
***
Después de dejar todo en el horno a cocción lenta y perfecta me dirijo a la oficina del Alfa. Ya terminaron las prácticas de hoy así que debe estar ahí.
— ¿No te enseñaron a tocar la puerta?
—Toqué tres veces. No respondiste.
El Alfa me gruñe. Le voy a enseñar después a que no me gruña como perro. Parece la bestia de esa película animada que vi una vez. Incluso en el mal genio y lo cretino, pero vayamos al grano.
— ¿Qué es lo que quieres?
—Quiero leer los libros sobre la manada y otros temas—nada tonta evitaré decirle que me voy a leer las leyes de arriba hasta abajo para torcerlo en caso de que abuse de su poder— ¿Puedo?
El Alfa me gruñe de nuevo y me abre la puerta que da a su biblioteca. Menos mal elegí un atuendo bonito que atenúa mi cintura para que no pueda dejar de verme antes de que me quisiera echar de su despacho.
—Gracias “Esposo”
Mientras tomo libros, disimuladamente noto los movimientos del Alfa. Continúa buscando escusas para entrar y acercarse a donde estoy sentada leyendo cuidadosamente. Si ya sé que le gusto, solo que es demasiado orgulloso para admitirlo de nuevo.
‘Nuestra pareja nos está viendo, Cady’
Lo sé, Chiara. Lo tengo justo donde lo quería ver.
—Tu habitación te extraña.
Le digo sin mirar a verlo, quiero que él sea quien se disculpe primero.
— ¿Y tú no?
Me encojo de hombros.
—Depende. ¿Dejarás tus malos hábitos desagradables?
Me gruñe de nuevo.
—Quiero que cesemos las hostilidades—digo honestamente— sé que somos tan distintos como la noche del día pero creo que si lo hablamos podemos…
—Eres tú la que no quiere hablarlo—saca su cigarro y se pone a fumar.
— ¿Podrías ya parar de fumar?
— ¿Eh?
—Todo el maldito día fumando, ¿Sabes que eso causa cáncer?
El Alfa idiota me mira incrédulo. Bah, ni ha de saber que significa esa palabra.
—No... ¿Qué van a saber los lobos en especial un Alfa que tiene la capacidad de regenerarse con sus fluidos, verdad….? Vaya injusticia.
Si mi abuela hubiera nacido como un lobo no habría muerto de esa forma tan lamentable en que estuvo deteriorándose poco a poco.
—Para haber dicho que no somos nada eres bastante entrometida con lo que hago.
—Me da igual lo que hagas, mientras no rebases mis límites puedes hacer lo que quieras.
—Entonces no te afecta si fumo o no.
—Me afecta que fumes a un lado mío. Si quieres hacer eso vete lejos.
—Pues es mi manada, mi casa, mi despacho, tú eres quien debe irse si no quieres verme fumar.
— ¿No era lo que siempre quise? Pero cierto Alfa idiota tuvo que hacer ese juramento a la Diosa “Yo Alfa idiota no rechazar Omega porque ser machote, yo jurar por mi vida idiotamente aunque mujer no quererme--”
— ¿Me ves como un ser primitivo que se deja llevar por sus instintos animales?
—Por supuesto.
El Alfa gruñe y nuevamente se echa el cigarro a la boca, no bastando con eso me lo sopla en la cara.
—Si me vuelves a echar el humo en la cara voy a tomar ese cigarro y te haré tragártelo.
— ¿Ves? Eres TÚ quien inicia toda hostilidad.
— ¡Hostil es no respetar el espacio personal de un no fumador! Es algo asqueroso- señalo con el dedo a al Alfa— Detesto el olor del cigarrillo así que si no quieres que vomite en tu cara apágalo en este instante.
—... Eres una Omega muy atrevida y grosera... —Inhala y exhala el humo—Fumar es mi segundo placer más grande en la vida.
Espero que no diga lo mismo que ese imbécil…
— ¿Sabes cuáles son los mayores placeres de ese mundo?
—Lo que yo creo que es un placer debe distar mucho de tus gustos retorcidos---
—Fumar y sexo, querida.
Y con esas palabras la biblioteca se convierte en Averno de Lupus, la oficina de mi ex jefe. No sé por qué no había notado su parecido a la oficina del adicto enfermo a los lobos…
La misma escena se repite en mis ojos, solo que esta vez no soy como antes y puedo hacerle frente a este inconsciente patán.
¡BAM!
Cierro el libro con estrépito.
—Por mí puedes ir y cogerte el cigarro metiéndotelo por el cu---
‘¡Cady, me prometiste que intentarías ser más paciente con nuestra pareja!’
Respiro hondo.
—Entonces déjalo ¿No tienes otro pasatiempo mejor?
—... De acuerdo.
— ¿Lo vas a dejar? ¿De verdad?
— ¿Qué más puedo hacer si mi Luna lo odia y lo ordena?
—Bien, entonces...
— ¡¿…Qué crees que estás haciendo?!
—Dijiste que entonces me enfoque en mi primer pasatiempo placentero. Ese es el sexo, pareja mía.
— ¡Espe...!
—No me dejas fumar, fumo para pensar y porque me gusta entonces si me vas a privar de ello asume las consecuencias y llena su lugar.
— ¡...pervertido, asqueroso, solo piensas con el #$$&# pito!
—Incluso si me hablas de esa forma tan vulgar carente de educación no me haré para atrás—Me toma por la barbilla—De hecho… Cuando hablas de esa manera me pones duro.
¡DEBERÍA SER UN CRIMEN QUE UN PROTAGONISTA HABLE DE ESA FORMA TAN COCHINA!
— ¡N-No te creas...!
—Tan solo siéntelo—Toma mi mano y la apoya en su entrepierna—Está a punto de estallas mi ver...
— ¡Deja de hablar así por favor!
Alejo mi mano rápidamente y la escondo abrazándome el pecho.
—Pensé que a mi Luna le gusta hablar así, después de todo desde el día en que fuimos unidos como pareja no has parado de hablar con ese excitante lenguaje vulgar y obsceno que me pone duro como una roca.
‘Cady, no puedes negar que ya te mojaste con eso—‘
— ¡Ya cállate, Chiara! ¡He dicho que deje de hablar así, Alfa...!
— ¿Por qué quieres que pare? He olfateado tu ropa interior y siempre que tenemos este tipo de conversación te mojas como un---
— ¡¿Olfateaste mi ropa interior?!
—Mi lobo no puede aguantarlo, el aroma lascivo de tus jugos lo vuelve loco y solo lo matas de hambre negándome entrar en ti.
—Aagh... Perver... Siempre culpando a tu lobo de tu cabeza entre las piernas que es lo único que piensa en tu cuerpo... Shawn no diría esas cosas jamás…
—Tu boca inferior me desea y lo sabes, puedo oler tu miel fluyendo. Así como sé que te has vestido así para provocarme.
—Aaah...
—Si me permites haré que te sientas bien, solo debes admitirlo.
—Aaah... Jamás voy a admitir algo como eso...
—Si así lo deseas solo debes decirlo "Ery, esposo mío quiero que me metas la verga hasta el fondo"
— ¡Estás loco! ¡Jamás diré algo como eso!
—De acuerdo, entonces no me quites mi segundo placer que mantiene quieto a mi lobo hasta que aflojes.
—¡¡Eres un asqueroso...!!
—Cuando finalmente me lo pidas te daré tan fuerte que tú #### quedará abierto al tamaño de mi #### te lo haré hasta que queden secas ambas de tus bocas de tanto jadear y gritar hasta no poder salir más fluidos.
Es tan explícito lo que dice, me siento mareada y mi rostro arde como si fuera a estallar.
Ni siquiera escucho las palabras sucias que dice en medio de un zumbido que me hace latir como lo el corazón.
—Solo tienes que decir “Alfa, hazme sentir bien”
—Es justo eso lo que no quiero...
—Qué aburrida eres.
Suelta mi barbilla y se aleja un metro de mí. Chiara me está reprochando por dejar ir una oportunidad tan buena. Incluso quiere tomar mi cuerpo pero no voy a dejarla. En cuanto se da la vuelta Chiara continúa molesta y me advierte que si continúo negándole la noche nos puede dejar por otra loba después.
Entonces si nos es infiel es más poco hombre de lo que lo creí.
No se atrevería ¿o sí?
—De acuerdo, dejaré de fumar.
Dice volteado de espaldas.
—Dejaré lo que me gusta por algo que me gusta.
Voltea a verme y nuevamente me toma de la mejilla.
—No me acostaré contigo.
—No dije que lo haría bajo esa condición.
—Claro que lo hiciste...
—En su lugar cada vez que desee fumar, voy a hacer esto...
—¡...!
Me toma por la barbilla y me besa en los labios. Estoy tan sorprendida que no puedo moverme. Quizá por mi reacción tardía entiende aquello como mi consentimiento pues comienza a insertar su lengua en mi boca.
Aunque siento un montón de chispas en mi interior y mi loba rupestre aúlla de la emoción, el sabor del cigarro es demasiado asqueroso para disfrutarlo.
Qué asco... A pesar de que besa bien y su lengua es tan buena que me pregunto qué tan bien me podría lamer allá abajo como me envía ideas Chiara, no puedo evitar sentir repulsión por el tufo de humo y nicotina quemada.
—Mmm...
Intento empujarlo pero me toma de las muñecas y profundiza más su beso. Es más de lo que puedo soportar, sé cómo mi parte baja se humedece como para dejar un charco bajo mis pies mientras que el sabor del cigarro me da demasiada repulsión. Demasiada contradicción junta entre gusto y molestia.
Finalmente ha soltado mis labios me mira a los ojos y cuando está a punto de volver a tomarme por las mejillas lo empujó con fuerza y con esa misma rapidez voy corriendo al baño a vomitar.
Es un desperdicio que tan buena comida haya quedado esparcida en forma de pasta mal masticada en la taza del retrete. El sabor de vómito hace que quiera vomitar de nuevo y cuando finalmente pude sacarlo todo me miro al espejo pálida y tomo un vaso que lleno de agua hasta la mitad para enjuagar mi boca.
Aún siento demasiado la sensación y el sabor amargo así que me lavo los dientes.
A pesar del sabor a yerbabuena de la pasta dental sigo sintiendo su lengua en mi boca y el sabor amargo. Me ruborizo de solo recordarlo.
Cuando salgo del baño, El Alfa ya no se encuentra en la habitación.
Supongo que se encuentra asqueado por escucharme vomitar.
Sintiéndome mareada salgo de su despacho, camino por el pasillo sosteniéndome de la pared, subo las escaleras, llego a la habitación como puedo y me cambio el vestido por una ropa de dormir cómoda. Luego me acurruco en la amplia cama. No quiero dormir pero me siento débil.
Debería estar molesta porque me besó sin pedir permiso, sin embargo eso no me molestó. Si no fuera por el mal sabor en mi boca le habría dejado hacer más que eso… Y no entiendo por qué no puedo rechazar sus avances cada vez más descarados.
Me llevo la cobija hasta la cabeza y me tapo la cara.
Ya había tenido una sensación así antes, en la puerta de mi departamento, actuando una escena de mi manuscrito… Con él.
Toco mis labios, aún puedo sentirlo. ¿Esto es lo que habría sucedido si nos hubiéramos besado esa vez? Aunque estoy recordando ese momento vívidamente, quien está sobre mí besándome mientras me aferro a su cuello es Ery Avery. Los dos nos encontramos en mi departamento y le pido que continúe.
—Ery…
Mis mejillas queman y mi corazón late con tanta fuerza que en la habitación vacía parece el corazón delator de Allan Poe.
***
Por la tarde casi cerca del anochecer, Hershey me viene a buscar nuevamente.
— ¿No habían hecho las paces, mi Luna?
— ¿Por qué preguntas eso, Hershey?
—Pues, porque el Alfa está de un pésimo humor que ya aumentó a 500 flexiones los ejercicios de hoy. El pobre Jerome fue castigado tres veces por hablarme por enlace mental para advertirme del mal humor que se carga ese Alfa enojón.
¡Agh, que Alfa más abusivo me tocó como esposo impuesto! Pero ya verá, esta vez no voy a dejar que continúe con sus berrinches.
Con un beso sabor a cigarro se abre una nueva puerta de dudas. Por un lado no le fue desagradable el hecho de besar pero si el sabor amargo que le provoca a sus recuerdos bloqueados. Ery mientras tanto se siente completamente rechazado... Se subirá un capítulo diario, si les ha gustado no olviden pasar a comentar para apoyar la historia y que las actualizaciones puedan ser más rápidas.
Esa Omega es demasiado terca. Debería darle una lección o castigarla por su insolencia sin embargo no puedo...Aunque es insolente y vulgar al hablar, tiene algo en ella que no puedo parar de verla. Cuando dice palabras obscenas siento como si mi interior ardiera como el fuego y no fuego malo sino del otro tipo, el lascivo que endurece mi miembro deseando introducirlo en ella golpeando en su interior hasta que se someta a mí, para que quede con el olor de mi semen recordando que es mía.No recuerdo en qué momento comencé a fumar, solo sé que fue desde los 17 años, desde ese momento se volvió un hábito. No soy un fumador empedernido pero, desde que la diosa reveló a mi pareja destinada he comenzado a fumar más de lo normal. Al principio porque me agradaba y después para calmar a mi lobo cuando mi pareja rechaza entregarse a mí.Sin embargo, ahora me ha dicho que detesta que fume. Oh diosa, qué te he hecho para que me vincularas con una Omega feral como esa.Cuando estoy con ella no pued
~Cumpleaños Afectuoso~BRRRR BRRRRMientras trato de poner en orden mis emociones en ese cajón, una llamada en el teléfono me desconcierta.—Señor Eardwulf, su pedido está listo.—De acuerdo, envíenlo de inmediato al departamento 166 piso 3 de la calle...Cuando termina la llamada me quedo en silencio.Hoy es el cumpleaños de Cadence Beckham.Ya cumplió 24 años, la misma edad que yo tenía cuando nos presentaron. Nos conocimos con ella de 19 años precisamente en Noviembre. Hace casi cinco años.A los 19 años era una joven escritora que consideraba mediocre. Una simple becaria que estaba aquí solo para causar problemas ya sea para vomitar en mi alfombra Fluffy o colmar mi paciencia con sus historias extrañas. No bastando nos encontramos en cada lugar como si la vida se quisiera burlar en mi cara y le fuera divertido cada situación tonta en que me involucrara.En el segundo cajón guardo una pequeña caja de terciopelo azul marino. La abro y veo una vela con un signo de pregunta, está con l
"La paciente tiene muy desarrollada su enfermedad, puede que viva un mes o tres, quizá de milagro hasta tres años."Mi corazón pesa como si fuera de plomo. Me asomo por la puerta donde está ella en camilla junto con más pacientes. Es un hospital de paga sin embargo no es de lujo, ella no tiene su propia habitación sino que la comparte con más moribundos.Sus ojos apenas muestran el brillo del pasado, sonríe levemente con la máscara de oxígeno cubriendo su boca y nariz. Su delicada y delgada mano muestra sus venas resaltadas mientras acaricia el dorso de la mía.“Cadenza”“Abuela…”“¿Qué te dijo el doctor?”“Abuela, estás más que saludable. Vas a estar muchos años a mi lado.”Miento, miento con todas las letras. Así como miento con la máscara de una sonrisa cuando yo también estoy muriendo por dentro.“Solo pido vivir hasta ver a mi Cadenza graduarse”Tomo su mano y ladeo la cabeza, como un gatito acurrucado contra la única mano amigable en el mundo.“Por supuesto que me verás graduarme
El Alfa lleva un rato recostado en la misma cama que yo, abrazándome por la espalda con fuerza negándose a soltarme. Acaricia mis brazos que ya no tienen más señales de mis uñas.— ¿Qué fue lo que soñaste? —Pregunta apoyando su barbilla por detrás de mi cuello, su voz suena calmada casi como un susurro.—No lo recuerdo.Él me abraza con más fuerza y me hunde su cabeza como si solo así pudiera sentirse más tranquilo.—Si vuelves a arañarte así no usaré mi lengua para curarte y los fluidos serán de otra parte de mi cuerpo.¿Qué parte?—Si no quieres que lo haga no te hagas más daño.¿Quedó claro?—Sí, Alfa.El alba comienza a asomarse mientras hablamos como si fuéramos cercanos. Yo tampoco quisiera que me deje sola, aún no puedo quitarme la impresión de mi cuerpo arañado. Además, tengo la sensación de que hay algo más allá de ese sueño, como si fuera una clave importante.—Bien, hoy tengo asuntos pendientes que hacer. Quédate en casa de la manada y no hagas nada que pueda ponerte en peli
Yo, desde el día que nací nunca me sentí realmente amado por nadie. Claro soy un “Alfa” todos me "quieren" sin embargo es más por mi posición y poder que por cariño real, soy el líder de la manada así que eso no tiene por qué afectarme. Sin embargo cuando era un cachorro y no sabía suprimir por completo ese sentimiento inútil, me afectaba ver el epitafio de mi madre que no hacía más que culparme por su deceso.Soy un Alfa demasiado poderoso, tanto que consumí por dentro la vida de mi madre y por tanto, aunque nadie se atreve a decirlo directamente, me creyeron una mala semilla.Tuve que volverme fuerte y ganar guerras, mostrar mi valía y llenarme de cicatrices que curé con mi propia saliva y sangre para que supieran mejor que nadie que soy el líder que necesitan y no una mala semilla destinada a germinar en el olvido. La mala semilla que pueda dañar todo el legado Avery.Así que para no sentir más el dolor de este día simplemente suprimí su existencia. El 12 de mayo no es mi cumpleaños
Cuando Sarah anunció que se iba a casar con Josh fuimos a un bar a “celebrar” y digo entre comillas porque yo no tenía un carajo que celebrar. Después de la muerte de mi Abuela me hundí en un abismo del que no podía mostrar a Sarah. Hice cosas que ella me habría reprobado, entre ellas aceptar las disculpas de mi progenitor y firmar como aval para un préstamo de un negocio en el que estaba entrando limpiamente para reformar su vida. Lo admito, fui muy tonta y muy crédula sin embargo era el único familiar vivo que me quedaba.Sin embargo, las cosas se tornaron hasta un punto imposible de salvar cuando me enteré que ese préstamo no era un préstamo bancario normal, fue mucho más grande y ese dinero jamás se recibió. Alguien había aprovechado mi firma y lo usó para pedir más de lo que yo misma podía pagar pasando todo a la casa de apuestas quienes absorbieron aquella deuda. Poco sabía de lo que me esperaba ese día.“Candy, si no pagamos nos van a torcer. Pero hay alguien en la casa de apues
No es suficienteEn medio de la cocina, un lugar en el que jamás habría imaginado hacer cosas como esta, el sonido de mi camisa cayendo al suelo y una cinta de seda siendo desatada arrancada como si fuera un estorbo en el camino es lo único que rompe el silencio además de nuestros labios chocando entre sí por un largo rato.—Ery.... vas a romperlo…—Te compraré otro.—Pero es un vestido de tu…—Ella entenderá…Shawn araña en mi cabeza que quiere que lo libere, lo siento compañero, al menos esta noche quiero que sea solo para mí. Su respiración agitada y su voz jadeante me sirven de guía para saber qué lugares le gusta que toque más.Primero beso debajo del lóbulo, respiro y aspiro su aroma desde su cuello depositando un beso tras otro y una vez que he liberado sus hombros, beso el izquierdo luego la clavícula. Mis manos masajean por arriba de su ropa esos suaves pechos, sus dedos se aferran a mis omoplatos jalándome hacia ella suplicando por más. No tiene que decirlo, sé que desea que
El sonido de los pájaros cantando me libera de mi sueño, por primera vez no he despertado con la sensación de que he olvidado algo importante.Sonriendo me levanto de la cama y veo que la habitación está vacía. No es la primera vez que duerme fuera de la habitación que compartimos como esposos, tampoco debería ser algo extraño. Pero siento como si algo hubiera cambiado.Hace unas semanas, antes de su cumpleaños desde que hicimos la promesa de cada uno quitarse un mal hábito por un mes, él comenzó a dormir en la habitación sin faltar una sola noche. Además, todas las mañanas me mira antes de despertar, cuida mi sueño y se preocupa si tengo pesadillas.Esta noche no durmió en la habitación, estoy segura porque su esencia no es tan fuerte como suele quedar con un momento que esté en la habitación.¿Le molestó que no llegáramos hasta el final ayer?Me llevo las manos a la cara y siento calientes mis mejillas. Ahora que lo recuerdo ayer hicimos más que comernos un pastel.‘Me alegra que no