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La sentencia de Paul...

Al día siguiente, Emilio se estaba preparando para empezar su día de trabajo, el aroma de café y pan recién horneado envolvían la pequeña casa.

Su abuela también levantada de madrugada lo esperaba en la pequeña cocina. 

- Como dormiste abuela?...- preguntó respetuoso Emilio. 

- Bien querido... ven toma tu desayuno...- dijo sonriente. 

Emilio miraba la habitación donde se encontraba Caroline. 

- Como habrá dormido ella?...- preguntó interesado. 

- La escuche dar vueltas en la cama, y la escuche hablar en sueño, sabes que le ocurrió?...- preguntó intrigada la mujer. 

Emilio negó con la cabeza. 

- La verdad no sé de qué o quién estaba escapando, pero sé qué estaba perdida junto a su prima...- dijo preocupado Emilio. 

La abuela abrió los ojos de espanto. 

- Pero que perverso la tendría secuestrada? Porque es obvio que estaba secuestrada... pobre muchacha...- dijo con lastima la abuela. 

- Abuela te la encargo, yo tratare de llegar temprano hoy, para ver como poder ayudarla...- dijo con tono protector . 

Su abuela lo miró con preocupación. 

- Hijo... por favor no te involucres en este asunto, es muy peligroso... no quiero que salgas lastimado...- dijo con angustia Ana .

Emilio la miró con resignación. 

- No puedo abuela... no sé porque pero siento una conexión con ella y siento el deber de protegerla...- dijo pensativo Emilio. 

Caroline se levantó, el aroma a comida la despertó, a pesar que no había pasado buena noche, pudo dormir tranquila. 

Abrió la puerta del cuarto y vio a  Emilio y su abuela desayunando. 

- Buenos días... sentí el aroma a café y el pan horneado...- dijo tímidamente. 

Emilio se levantó para ofrecerle una silla. 

- Por favor... señorita... tome asiento y tome desayuno con nosotros...- dijo emocionado Emilio. 

Caroline le sonrió, estaba vestida con un vestido rosa desteñido pero en buen estado, su figura perfecta la hacía lucir hermosa. 

- Muchas gracias... pueden llamarme Caroline... les agradezco que me ayuden, por favor si los estoy molestando me dicen, no quiero ser una molestia para ustedes...

- Nooo!... No es ninguna molestia, usted puede quedarse el tiempo que desee...- dijo Emilio emocionado. 

- Solo que aquí no tenemos las comodidades que usted está acostumbrada. Pero nuestra casa es su casa... Caroline...- dijo humilde la abuela. 

- Es verdad que he nacido en una familia acomodada, pero mi bisabuelo nos enseñó a ganarnos la vida y no depender de los demás, por eso les pido que me puedan acoger hasta tener las fuerzas y pensar como derrotar a un enemigo peligroso que acecha a mi familia...- dijo seriamente Caroline. 

Emilio miró a su abuela, la abuela le tomó la mano a Caroline. 

- Tenga la confianza que la ayudaremos... y puede quedarse el tiempo que estime conveniente..- dijo con amabilidad la mujer. 

  En la mansión Real Elizabeth se estaba preparando para poder acompañar a Paul con el juez y poder salir de una vez de este problema. 

En la habitación entró la empleada que estuvo con Benoit la noche anterior, se le veía cansada y con un pañuelo en el cuello, Elizabeth la observó detenidamente. 

- Gladys... te encuentras bien? ... tienes ojeras y porque traes un pañuelo en el cuello?...- preguntó con preocupación Elizabeth. 

La muchacha la miró y bajo la mirada. 

- Perdone mi lady... no tuve una buena noche, además creo que un bichos me mordió el cuello...- dijo confundida la chica. 

Elizabeth se acercó a ella y le sacó el pañuelo y vio las marcas en su cuello, abrió los ojos de asombro, era exactamente las mismas que tenía su hermana y Paul, ahora su empleada las tenía. 

- Gladys... ve a descansar, traere al doctor Poe para que te revise.. te ves cansada y débil...- dijo preocupada Elizabeth. 

La muchacha realizó una reverencia y salió del cuarto de Elizabeth. 

Elizabeth quedó pensativa y preocupada.

- Que está pasando... acaso tenemos una plaga de algún animal?...- se preguntó Elizabeth. 

Al bajar las escaleras vio que los empleados estaban preocupados, Elizabeth se acercó a ellos. 

- Que ocurre? Porque están con cara de preocupación?...- preguntó Elizabeth con interés. 

Los empleados le hicieron una reverencia. 

- Mi lady... Jhon ... el chófer de la mansión, no se encuentra, lo fuimos a buscar a su cuarto pero todo estaba igual, Jhon es muy responsable con su trabajo...- dijo con preocupación Igor el mayordomo. 

- Otra desaparición... uf!! ... espero qué no le haya pasado nada... por favor Igor, ordena algunos empleados que lo busquen y llévame tú a la ciudad..- dijo cansada Elizabeth. 

Todos asintieron con la cabeza. 

En el tribunal la estaba esperando Paul junto a Dan y el doctor Poe con Santos, un carruje se detuvo y bajo Benoit con Cristina, se acercó a ellos y inclinó su cabeza en señal de saludos.

- Señores... buen día a todos...- dijo cínicamente Benoit. 

Cristina bajo la mirada y pasó entre los hombres sin decir nada. 

Todos entraron, Paul nervioso por que no llegaba Elizabeth, hasta que la vio aparecer, su estanpa era majestuosa, estaba vestida sencillamente, pero elegante. 

Benoit la miró y recordó su figura en la sombra de su habitación, un sentimiento primitivo lo invadió, trató de controlarse para no abalanzarse  sobre ella. 

" Tengo que tenerte pronto... ya no puedo esperar más, esta misma semana estarás en mi cama " .. pensó lujurioso Benoit. 

Paul la fue a encontrar pasandole su brazo, se sentaron, esperando al juez. 

El juez llegó con unos papeles en la mano, al llegar todos se pusieron de pie.

- Bien... tengan ustedes buenos días... se dará comienzo a esta petición para resolver una demanda hecha por la señorita Cristina Michelle contra Paul Philips...- dijo el secretario del juez. 

El juez observaba a todos detenidamente mientras escuchaba los acontecimientos de ese día. 

Los alejatos de ambas partes expusieron sus puntos. 

- Por eso señor juez, pedimos que el señor Philips asuma su responsabilidad por lo ocurrido con la señorita Michelle..- dijo con firmeza Benoit Miroslav. 

- Señor juez... es verdad que el señor Philips estuvo desnudo junto a la señorita... pero hay evidencia que el fue drogado , he incluso estuvo apunto de morir a causa de una copa de vino dado por la señorita Michelle...- dijo el abogado de Paul Philips. 

El juez se tocó la sien de fastidio. 

- Este asunto es muy delicado... por una parte tenemos una denuncia por violación y por el otro lado una denuncia de asesinato.. entonces les pregunto, como se puede balancear para que sea justo para ambos?..- preguntó el juez detalladamente. 

Los presentes lo miraron con expectación, realmente era una situación complicada. 

- Bien... aquí esta mi decisión... siendo hoy xxxx del año xxxx , en la ciudad de Juan de la Luz, caso xxxx , se determina lo siguiente: El señor Paul Philips tendrá que hacerse cargo del desmedro de la señorita Cristina Michelle, aún cuando se encontraba bajo los efectos de alguna sustancia, debe hacerse responsable por lo que tendrá que casarse con la señorita Cristina Michelle, sin embargo este matrimonio tendrá una cláusula que si se descubre que la señorita Cristina Michelle actuó a priorí, el contrato de matrimonio será anulado además se recompensará con dos baúles de monedas de oro, por los prejuicios causado... he dicho...

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