A toda prisa los tres hombres llevaron a Henry al laboratorio del doctor Poe, el estado del muchacho era delicado y peligroso.
- Que ironía de la vida... tan listo que me creía y caí en las provocaciones de Vladimir y ahora estoy apunto de convertirme en los seres que más odio...- dijo Henry con dificultad para respirar.
- Tranquilo Henry... el doctor Poe encontrará la forma de que eso no suceda...- dijo nervioso Dan.
- Promete algo Dan... si llego a convertirme en un chupasangre... ustedes me acarraran el corazón, prefiero morir antes de convertirme en un asesino...- dijo con la voz entrecortada Henry.
Los tres hombres se miraron con terror, 8que ninguno quiso decir nada ante la petición del muchacho.
Cuando llegaron al laboratorio, pusieron a Henry en una camilla y de inmediato el doctor Poe comenzó a tratar a Henry.
- Doctor Poe... debe tratar esta mordedura como si una serpiente venenosa me huirá atacado... debe sacar el veneno ahora...- dijo Henry antes de desmayarse.
- Oh!! No!!... Henry se ha desmayado!!...-.gritó Santos.
El doctor comenzó a moverse en su laboratorio buscando algún artefacto que pudiera ayudar a Henry.
Dan mientras tanto observaba la herida, como Henry mencionó que era cómo sacar veneno de una serpiente, sin pensarlo dos veces, empezó a succionar la sangre en el cuello del joven, mientras escupía la sangre que sacaba.
Tanto el doctor Poe como Santos se miraron asombrados, y una idea se le pasó en la mente del doctor.
- Dan ... sigue succionando , ya vuelvo!!...-.dijo el doctor mientras salía a toda prisa del laboratorio.
En la mansión Miroslav, Benoit daba vueltas en su habitación, su mente estaba confusa, pensaba en Elizabeth , sus intenciones con ella había cambiado, ahora más que nunca quería hacerla su esposa, no por venganza ahora era otro sentimiento que no podía recifar. También la muerte de Vladimir lo tenía mal, como alguien pudo pasar la barrera que él colocó en la puerta y sobre todo lograr sacarle el corazón.
Benoit salió de la habitación y fue donde Vladimir se estaba quedando.
- A lo mejor entre sus cosas hay una pista de quien es el cazavampiros...- pensó Benoit.
Al entrar a la habitación oscura, pudo sentir la energia malévola de Vladimir, observó con atención el cuarto y sus ojos se posaron en una caja de madera que estaba al lado de su cama, se acercó a ella y leyó una inscripción en la tapa de la caja que decía " Misteria mea" ( Mis secretos en latín).
Los ojos de Benoit se abrieron de par en par, trató de abrir la caja pero no pudo, Vladimir lo tenía bien asegurado con un hechizo.
- Bastardo !! Hasta después de muerto das trabajo...- pensó enojado Benoit.
El vampiro comenzó a buscar algo para abrir la caja , pero era imposible, solo las palabras precisas lo podrían hacer.
Suspiro profundamente de fastidio, regreso a su habitación molesto.
Alfred por otro lado no hizo caso a Benoit y fue a la ciudad a buscar información de quien sería el cazavampiros. Desde las alturas de las casas Alfred observaba la penumbra de la noche, agudizó el oído tratando de escuchar algo que le diera una pista.
Hasta que escucho unas voces conocidas, sus voces reflejaban temor y angustia.
- Mmm ... que ocurre?...- dijo mientras seguía el sonido de las voces.
El sonido lo llevó directo al laboratorio del doctor Poe, se escabullo sin ser visto y vio a un joven tendido en una camilla, Alfred pudo escuchar el latido del corazón de él que estaba débil, también pudo ver a Dan escupiendo la sangre que succionaba de Henry.
- Por que está succionando la sangre de ese muchacho?...- pensó confundido Alfred.
- Déjeme ahora a mi Dan... usted está cansado...- dijo Santos.
Dan asintió con la cabeza.
- Espero que valga la pena lo que estamos haciendo y podamos salvar a Henry de la mordida de ese vampiro ...- dijo Dan inquieto.
Alfred abrió los ojos de sorpresa.
- A caso ellos fueron los que mataron a Vladimir?... entonces ese joven es realmente un cazavampiros?...- dijo mientras observaba los intentos de ellos en ayudar a casar el veneno de la mordida del vampiro.
- Dan!!... Henry ha comenzado a tener fiebre... su cuerpo está ardiendo y está sudando mucho!!...- dijo angustiado Santos.
- El doctor Poe donde estará?...- preguntó preocupado Dan.
- Busque compresas frías para ponerle en su cuerpo...- dijo asustado Santos.
El doctor Poe entró en la habitación y vio la condición del joven que estaba empeorando.
- Hay... hay ... un... vampiro...afuera...- decía Henry delirando.
Alfred abrió los ojos de sorpresa.
- Acaso el muchacho me ha sentido?...- se preguntó Alfred confundido.
Los tres hombres miraron afuera del laboratorio pero no vieron nada.
- Estará delirando?...- preguntó Dan.
Los dos hombres se escogieron de hombros.
- La verdad no lo sé... pero miren ... traje unas sanguijuelas para que ayuden a sacar la sangre contaminada... esos animalitos se usan para mejor la circulación de personal amputados, probaré si son efectivas en él...- dijo el doctor mientras colocaba algunas sanguijuelas en su cuello.
- Ahora... debemos esperar...-.dijo resignado el doctor Poe.
Los tres hombres se sentaron para ver si las sanguijuelas podrían drenar toda la sangre contaminada.
Mientras Alfred los observaba con atención y preocupación.
- Esos animales no serán efectivos, el chico está apunto de morir... a menos que..- dijo mientras una idea pasó por su mente.
- Creo que es la única forma de salvar al muchacho..- dijo mientras esperaba que los tres hombres se dormieran.
Los tres hombres comenzaron a cabecear hasta que el sueño los venció y uno a uno comenzaron a dormir profundamente.
Alfred les había lanzado un hechizo para que durmieran más rápido.
Alfred bajo del techo con cautela y caminó suavemente para no despertar a los tres hombres.
Miró a Henry tendido, su pulso era muy bajo que apenas latía su corazón.
Las sanguijuelas caían al suelo muertas por el veneno de la sangre de Vladimir dentro del cuerpo de Henry.
Alfred se acercó a Henry y sacó todas las sanguijuelas de su cuello. Alfred respiro profundamente mientras de un solo golpe mordió a Henry para beber la sangre venenosa de Vladimir.
El cuerpo de Henry comenzó a colapsar con compulsiones fuertes, pero Alfred no sacaba la mordida hasta que pudo sentir la sangre fresca y deliciosa del muchacho, con una fuerza de voluntad, Alfred se detuvo con toda su boca llena de sangre, pudo escuchar como el ritmo cardíaco volvía a la normalidad.
- Bien... no sé si hice lo correcto en salvarte, porque quizás mañana me mates...- dijo Alfred abandonando el lugar.
Henry abrío los ojos.
- No olvidaré lo que has hecho... Alfred...
El sol rebotaba las paredes del laboratorio, los tres hombres que se quedaron dormidos pudieron percibir el calor de los rayos del sol, uno a uno comenzó a despertar hasta que los tres estaban mirando la camilla donde se suponía que se encontraba Henry. Los tres saltaron de sus sillas al ver que el muchacho no se encontraba donde debería estar. - Y Henry? ... donde esta?...- preguntaron los tres al mismo tiempo. Comenzaron a revisar el lugar preocupados por el bienestar del muchacho. - No está!!....donde Diablos fue?...- preguntó Dan preocupado y molesto. Hasta que Henry apareció entre ellos con una bandeja llena de cosas deliciosas para que sus amigos pudieran comer. -. Amigos míos!! Por fin despertaron !!... que día más hermoso y soleado!!...- exclamó el joven alegre. Los tres hombres se miraron confundidos, la noche anterior Henry estaba apunto de morir y ahora era como si nada hubiera pasado. -- Henry?!...- preguntaron los tres al mismo tiempo. -Me disculpo doctor
- Catalina?!... no he escuchado ese nombre desde hace años ...- dijo pensativo Benoit. Recordó a su pequeña hija que fue asesinada por los soldados, un suspiro de tristeza lo invadió , miró a Emilio. - Ve a trabajar y deja todo en orden , también ve por Alfred.... necesito hablar con él...- ordenó Benoit. El muchacho asintió con la cabeza y salió dejando a Benoit sumergido en sus pensamientos. Alfred entró a la oficina y encontró a Benoit pensativo. - Ocurre algo señor?...- preguntó con curiosidad Alfred. Benoit reaccionó y miró a su mayordomo. - Ha pasado mucho tiempo... pero las heridas siguen doliendo como el primer día...- dijo reflexivo Benoit. Alfred frunció el seño confundido. - A que se refiere señor?...- preguntó Alfred mientras se sentaba. Benoit suspiro profundamente. - Recorde a mi hija ... eso es todo... Alfred necesito que envíes a limpiar y remodelar la casa de la ciudad... y también quiero que busques al escribano voy a traspasar la casa a Emilio.
Catalina se acercó a su hermano y le dio un abrazo fuerte, sus ojos se llenaron de lágrimas al volver a su ciudad natal, también corrió donde su abuela y la abrazó con cariño. - Abuelita!!... no sabes como te he extrañado estos años, me han hecho mucha falta... los dos...- dijo Catalina emocionada. Su abuela seco sus lágrimas con su arrugadas manos mientras la miraba con devoción. - Querida... has cambiado mucho, te fuiste siendo una niña y has vuelto como toda una mujer y madre..- dijo con cariño Ana. - Pero ahora estamos de nuevo juntos... quiero que conozcan a mis pequeños... el es Edward y el pequeño es Frédéric...- dijo mientras le indicaba a los pequeños saludar. Las manitas de los niños estrecharon las manos de su bisabuela y tío. Mientras tanto Alfred se encontraba observando la escena con mucha atención, su mente estaba confusa. Emilio llevó a Catalina a conocer a Alfred. - Hermana...quiero wue conozcas a mi jefe ...bueno uno de ellos, Alfred Michelle...- dijo mien
Benoit llego a su mansión a toda prisa cuando Alfred lo detuvo. - Señor!!... debo hablar con usted!!....es algo urgente...- dijo nervioso el mayordomo. Benoit le hizo un gesto con la mano. - Más tarde !! ... ahora debo ir a darme un baño ... hoy Elizabeth acepto que la llevara a pasear a mis viñedos... estoy apurado... te prometo que cuando llegue hablaremos...- dijo feliz Benoit. La actitud del vampiro sorprendió al mayordomo, nunca lo había visto tan emocionado por una cita. - Mmm... Acaso se enamoró de verdad de la joven Real?... esto es realmente un cambio de los acontecimiento...- dijo pensativo Alfred. Benoit entró a la tina , su cuerpo perfecto y musculoso lo hacía ver como un verdadero dios griego, su cabellera negra y ondulada brillaba como nunca, se sumergió en la tina mientras pensaba sin querer en Elizabeth, su hermoso rostro apareció en su mente que lo confundió un poco. Se levantó del agua mientras se secaba el agua de su rostro. - Elizabeth ... que me has he
Henry siguió a las primas a la casa de Emilio, se escondió dónde no pudiera ser visto pero él podía ver y escuchar lo que dirían las mujeres. Silvia golpeó la puerta y Catalina fue abrir, vio a dos mujeres desconcertadas mirándola, el parecido con Johana era increíble. - Buenas tardes... Madame... En qué las puedo ayudar?...- preguntó con curiosidad Catalina. - Eh?... Buscamos a Ana Jackson... Ella se encuentra?... Preguntaron nerviosa las mujeres. Catalina asintió con la cabeza y fue en busca de su abuela. Ana salió y vio a las primas mirandola con pánico. - Por fin están aquí... Vamos al jardín, ahí tendremos privacidad...- dijo Ana llevándolas al jardín de la mansión. - Porque estás aquí Ana? Y sobretodo porque has permitido que tus nietos vivan en este lugar?...- reprochó la Tía Carlota. Ana las miró con enojo. - Este lugar les pertenece a ellos... Son los hijos de Benjamin Miroslav y tienen todo el derecho del mundo el estar aquí!!...- les reclamó la mujer. - Pero Ana !
- Si... Señor... Emilio es su hijo...- dijo Alfred con tristeza. Benoit cayó al suelo mientras lloraba de amargura, no podía creer que Johana la mujer que él amaba con locura le causó tanto dolor, lentamente abrió la carta de Vladimir y comenzó a leer como él tramo todo para que Johana cayera en su trampa, Benoit arrugó la carta mientras su cara se podía roja de rabia, el vampiro dió un grito de angustia. - No!!!... Maldito Vladimir!!... Se aprovechó de la ingenuidad de Johana... Y solo para convertirme en un asesino!!...- grito con fuerza Benoit. - No solo usted fue perjudicado esa noche, yo debía encontrarme con Catherine y ella me confesaría su embarazo, pero Vladimir me interceptó en el camino para avisarle de los soldados... El lo planeó muy bien todo...- se lamento Alfred. Benoit lloraba de impotencia y desesperación, el arrepentimiento lo embargó. - Y...ahora que haré?... Tengo dos hijos que han vivido penurias... No puedo presentarme y decir soy su padre... Que hago Alfred
La anciana paledecio ante la pregunta del ser que ella pensaba que era el espíritu de su yerno, seguro la casa todavía recordaba los acontecimientos de esa noche, trató de calmarse mientras se refregaba los ojos, para ver si estaba alucinando, pero Benjamin Miroslav seguía ahí parado esperando una respuesta, Ana comenzó a balbucear. - Yooo... no sé...- dijo nerviosa la anciana. - No mientas... no es tu estilo... dime lo que pasó y te dejare en paz...- dijo tranquilo Benoit. Ana se sentó mientras tomaba agua para calmarse. - Todo comenzó cuando Johana estaba embarazada, sintió que tú ya no la querías y que no la encontrabas hermosa, los rumores de infidelidad crecieron, provocando en ella inseguridades, cuando nació tu hija, ella pensó que todo volvería hacer como antes, pero tú te volviste indiferente y tanta cruel con ella, pasó el tiempo y las cosas entre ustedes no mejoraron, hasta que apareció un hombre diciendo que era amigo tuyo, ese hombre le lleno la cabeza de cucarachas,
Benoit salió de la habitación de Caroline y se dirigió al jardín de la familia Real, vio sentado en la pileta a Henry fumando una pipa, esa acción de verlo fumar le llamo la atención al vampiro. Henry que se encontraba de espalda, sonrió y sin darse vuelta dijo : - Como estas ? Benoit Miroslav o debo llamarte Benjamin Miroslav?... - preguntó sarcástico Henry. Benoit también sonrió. - Estoy bien ... Henry Real o debo llamarte...Henry Hunter?...- preguntó Benoit mientras caminaba hacia él. Henry se dio la media vuelta y vio al vampiro de tras de él. - Que te trae por aquí a estas horas de la noche... señor Miroslav?...- preguntó con interés Henry. Benoit suspiro profundamente y se sentó al lado de Henry. - Vine arreglar algunos asuntos pendientes...- dijo seriamente el hombre. - Realmente eres un misterio... Benoit Miroslav...- dijo Henry con atención. - Henry...necesito que hablemos seriamente... pero no aquí...salgamos a caminar, no quiero que nadie escuche lo que te