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Elizabeth y Benoit...

Benoit llego a su mansión a toda prisa cuando Alfred lo detuvo.

- Señor!!... debo hablar con usted!!....es algo urgente...- dijo nervioso el mayordomo. 

Benoit le hizo un gesto con la mano. 

- Más tarde !! ... ahora debo ir a darme un baño ... hoy Elizabeth acepto que la llevara a pasear a mis viñedos... estoy apurado... te prometo que cuando llegue hablaremos...- dijo feliz Benoit. 

La actitud del vampiro sorprendió al mayordomo, nunca lo había visto tan emocionado por una cita.

- Mmm... Acaso se enamoró de verdad de la joven Real?... esto es realmente un cambio de los acontecimiento...- dijo pensativo Alfred. 

Benoit entró a la tina , su cuerpo perfecto y musculoso lo hacía ver como un verdadero dios griego, su cabellera negra y ondulada brillaba como nunca, se sumergió en la tina mientras pensaba sin querer en Elizabeth, su hermoso rostro apareció en su mente que lo confundió un poco.

Se levantó del agua mientras se secaba el agua de su rostro. 

- Elizabeth ... que me has hecho que no dejo de pensar en ti..- susurró confundido Benoit. 

Mientras tanto Elizabeth se encontraba en su habitación buscando un vestido para ir a la cita con Benoit, sentía mariposas en su estómago al pensar en él. 

- Que ocurre conmigo? Si antes lo detestaba y ahora no dejo de pensar en él?...- se preguntó intrigada Elizabeth. 

Henry se encontraba en el sillón revisando algunas notas mientras conversaba con Silvia y la tía Carlota. 

- Entonces... Benjamin Miroslav los culpó de la muerte de su esposa e hija?...- preguntó con interés Henry. 

Silvia asintió con la cabeza. 

- Si, el piensa que fuimos nosotros que avisamos a los soldados, pero nosotros no tuvimos nada que ver... llegamos cuando ya estaban en el suelo Johana y la niña...- dijo Silvia mordiéndose su labio inferior. 

Henry notó la actitud de las mujeres, sabía que había algo más escondido. 

- Entiendo ...- dijo mientras anotaba en su libreta. 

- Ustedes saben que la casa de al frente está siendo ocupada por Emilio y su familia? ... es curioso que alguien que no tiene nada que ver con Benoit sea favorecido de esa manera...- dijo con tono intrigante Henry. 

Las mujeres abrieron los ojos de espanto. 

- Queeee? ... Emilio vive en la casa de los Miroslav?..- preguntó sorprendida la Tia Carlota. 

- No solo él... también su abuela ... y hoy llegaba su hermana de París... Catalina...- dijo sonriente el joven.

Las mujeres abrieron los ojos de espanto, se levantaron de su asiento y fueron a los ventanales de la mansión para observar la casa del frente.

Silvia miró a su prima con espanto.

- Debemos ir a ver Ana... Ahora...- dijo nerviosa Silvia.

La tía Carlota asintió con la cabeza, dejando  solo a Henry y se dispusieron a marcharse.

Henry las observó con atención y sin ser visto siguió a las dos mujeres.

- Es hora de saber lo que esconden ...- dijo decidido Henry.

Elizabeth bajo las escaleras con un vestido de color celeste, llevaba su pelo suelto, llevaba un maquillaje ligero y un chal del mismo color de su vestido lo llevaba en sus hombros.

Un carruaje la esperaba a la puerta de su mansión que la llevaría a los viñedos Miroslav.

Benoit la esperaba en la entrada de sus viñedos, la esperaba con unas rosas rojas, el vampiro estaba vestido con un traje oscuro y esta vez su cabellera estaba tomada con un lazo negro, que hacía que su hermoso rostro pálido se viera más atractivo.

Elizabeth al verlo volvió a sentir mariposas en su estómago de la misma forma Benoit sintió que su corazón latía fuertemente.

Se acercó a ella, se inclinó y besó su delicada mano.

Elizabeth le sonrió con ternura y nerviosismo.

- Bienvenida... Para mí es un placer que aceptarás mi invitación... Me has hecho muy feliz... Mi querida Elizabeth...- dijo Benoit con una voz suave y profunda.

Las mejillas de la muchacha se pusieron roja, que solo sonrió.

- Vamos... Toma mi brazo ... Te llevaré a ver mis viñedos y después tengo una pequeña sorpresa para ti...- dijo sonriente Benoit.

Elizabeth se dejó llevar como una niña pequeña, estaba sorprendida por las uvas que cosechaba Benoit.

- Tus uvas son muy grandes y aromáticas, como has podido realizar este excelente trabajo?...- preguntó con interés Elizabeth.

- Bueno... La verdad yo no tengo nada que ver este proceso, es Emilio que ha logrado tal azaña... Desde que llegó todo ha ido de maravilla...- dijo con humildad el vampiro.

Elizabeth lo miró profundamente con sus ojos azules a Benoit, que este se puso por primera vez nervioso ante la muchacha.

Elizabeth siguió observando las parras , hasta que se canso y decidió sentarse en una banca.

Benoit también se sentó al lado de ella en silencio, las manos de Elizabeth comenzaron a transpirar por la cercanía de Benoit.

El vampiro pudo percibir su nerviosismo y vio como se frotaba las manos, con delicadeza Benoit tomo una de sus manos y la besó suavemente, Elizabeth abrió los ojos y su corazón comenzó a latir fuertemente.

Benoit le sonrió y se levantó.

- Ven ... Tengo una sorpresa para ti..- dijo seductor Benoit.

El vampiro la llevo a una pérgola llena de flores, en ella había una mesa bien adornada con una variedad de bocadillos tanto dulce como salados, Elizabeth miró con sorpresa todo lo que había en la mesa.

- Pero... Que lugar más hermoso es este.!!..- dijo maravillada Elizabeth.

- Todo esto es tuyo... Todo lo que tengo será solo para tí cuando me hagas el honor de ser mi esposa... Hasta mi vida te la dió...- dijo con sinceridad Benoit.

Sus ojos se miraron profundamente, Benoit se acercó lentamente a ella y acaricio su delicado rostro, Elizabeth acepto sus caricias y cerró los ojos, Benoit se acercó más a ella que Elizabeth pudo percibir su suave aliento.

Benoit le tomo la barbilla y rozó con sus labios la nariz de la muchacha y comenzó a dar pequeños besos en su rostro, los labios rojos de Elizabeth se abrieron lentamente como esperando lo inevitable.

Benoit la observó por un momento , maravillado por su belleza perfecta, volvió acercarse a ella y con suavidad rozó los labios rojos de la chica, Benoit sintió la dulzura de sus labios que comenzó a besarla con ternura, su mano tomo su cintura para sentirla más cerca de ella.

Ni ella ni él, quería que ese beso terminará...

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