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La decisión de Benoit...

- Si... Señor... Emilio es su hijo...- dijo Alfred con tristeza.

Benoit cayó al suelo mientras lloraba de amargura, no podía creer que Johana la mujer que él amaba con locura le causó tanto dolor, lentamente abrió la carta de Vladimir y comenzó a leer como él tramo todo para que Johana cayera en su trampa, Benoit arrugó la carta mientras su cara se podía roja de rabia, el vampiro dió un grito de angustia.

- No!!!... Maldito Vladimir!!... Se aprovechó de la ingenuidad de Johana... Y solo para convertirme en un asesino!!...- grito con fuerza Benoit.

- No solo usted fue perjudicado esa noche, yo debía encontrarme con Catherine y ella me confesaría su embarazo, pero Vladimir me interceptó en el camino para avisarle de los soldados... El lo planeó muy bien todo...- se lamento Alfred.

Benoit lloraba de impotencia y desesperación, el arrepentimiento lo embargó.

- Y...ahora que haré?... Tengo dos hijos que han vivido penurias... No puedo presentarme y decir soy su padre... Que hago Alfred?...- preguntó perdido Benoit.

Alfred lo miró en silencio por un momento.

- Lo único que se me ocurre es que usted se haga pasar por su hermano...- dijo Alfred confundido.

Benoit frunció el seño.

- Pero yo soy mayor que ellos... Cómo explicaría la diferencia de edad?...- preguntó confundido Benoit.

Alfred suspiro profundamente mientras pensaba algo para explicar la existencia de Benoit.

- Bueno... Benjamin Miroslav se le conoció por mujeriego, además después de la supuesta muerte de su esposa, nos marchamos a Italia, entonces podemos decir que Benjamin Miroslav tuvo una aventura con otra mujer antes del matrimonio y que de esa relación nació Benoit Miroslav...- dijo Alfred entregándole una salida a Benoit.

El vampiro lo miró.

- Son tantas mentiras... pero antes de tomar una decisión debo conversar con Ana, mi suegra, ella tendrá que explicar porque Johana fingió su muerte...- dijo con la mirada perdida.

- Entiendo... Que hará con la señorita Elizabeth?...- preguntó con curiosidad el mayordomo.

Benoit lo miró con tristeza.

- Tendré que terminar el compromiso...no quiero que ella sufra a mi lado...no es justo...he hecho mucho daño a la gente, por pensar que fuí traicionado, Elizabeth no se lo merece...- dijo lamentándose Benoit.

- Será una noticia devastadora para ella... justo ahora que empezó a tener sentimientos por usted...- dijo con tristeza Alfred.

- Yo también he comenzado a tener sentimientos fuerte por ella y por eso mismo , porque desde que la ví indefensa esa noche, prometí protegerla aún que sea de mí...- dijo con angustia Benoit.

- Y después que arregle todo, nos iremos de San Juan de la Luz?...- preguntó con curiosidad el mayordomo.

Benoit lo miró fijamente.

- Solo tú...yo me entregaré a Henry para que acabe conmigo de una buena vez...- dijo decidido Benoit.

Alfred abrió los ojos de espanto.

- Señor!!... Entonces yo también me entregaré al muchacho, que haré solo en este mundo?..- dijo angustiado Alfred.

Benoit lo miró con compasión.

- Querido Alfred... Tú no eres un asesino como yo, no has matado a nadie para alimentarte, puedes comenzar una nueva vida en otro lugar, yo te daré el dinero necesario para que vivas cómodamente...- le dijo Benoit mientras se disponía a salir.

- A dónde va señor?..- preguntó con confusión Alfred.

- Con Ana... Tendrá que explicar porque Johana fingió su muerte.

Elizabeth estaba en su habitación cuando Henry golpeó su puerta, la muchacha abrió la puerta para ver la sonrisa juguetona del joven. 

- Querida prima!!... podemos hablar?... te espero abajo...- dijo seriamente Henry. 

Elizabeth suspiro profundamente. 

- Ya voy...- dijo sin ganas la muchacha. 

Elizabeth bajo las escaleras y abrío los ojos de sorpresa, Caroline y Amelia habían llegado desde Italia. 

- Chicas!!...- dio un grito de alegría. 

Las tres mujeres se abrazaron con fuerza. 

- Te hemos extrañado !!... ya no soportamos estar solas en Italia... además unos italianos querían que fuéramos sus novias !!!..- exclamó divertida Caroline. 

- Somos muy apasionados los italianos...queridas primas...- dijo con diversión Henry. 

- Uf!! ... Henry nos acaba de decir que se está haciendo pasar por nuestro primo... que conveniente no?...- lo miró suspicaz Caroline. 

- Como has estado prima... como estas lidiando con Benoit?...- preguntó preocupada Amelia. 

Elizabeth las miró nerviosa y sus mejillas se pusieron rojas. 

- Bien... Benoit se a comportado bien conmigo, no he tenido problemas con él...- dijo Elizabeth tratando de ocultar sus sentimientos. 

Henry que no se le escapaba nada pudo notar su nerviosismo. 

- Debes tener cuidado... recuerda el daño que ha provocado a mucha gente, no te dejes engañar por él...- le advirtió Caroline. 

Elizabeth bajo su cabeza mientras mordía sus labios. 

- Elizabeth es muy inteligente... y se que ha podido engañar a Benoit...cierto Ely?...- preguntó con curiosidad Henry. 

Elizabeth levantó la mirada y miró fijamente a Henry. 

- Se muy bien lo que estoy haciendo... no necesito sus advertencia...- dijo molesta Elizabeth. 

- Bueno no hablemos de cosas desagradable, dime has visto a mi novio?...- preguntó tímida Amelia. 

Mientras tanto Benoit llego a su antigua casa, los recuerdos y la nostalgia lo invadió. 

Entro sin ser visto y vio a sus hijos jugando con dos pequeños, sus ojos se llenaron de lágrimas, miró a Catalina y la recordó pequeña mientras le pedía que la alzará en brazos.

- Como has crecido... mi pequeña... eres hermosa igual que tu madre...- pensó conmovido Benoit. 

Benoit movió su mano provocando un sueño profundo en sus hijos y los pequeños .

Cada uno lentamente comenzó a cabecear, Catalina llevó a sus hijos a dormir, mientra Emilio también fue a su habitación a descansar. 

Benoit espero un momento mientras escuchaba sus respiraciones para saber que ya estaban profundamente dormidos.

Benoit camino por su casa mirando por todos lados , escucho ruidos en la cocina, lentamente camino y encontró a su suegra cocinando.

La vio frágil y acabada, los años habían hecho estragos en su cuerpo. 

- Ana Jackson... cómo has envejecido...- dijo Benoit con sarcasmo. 

Ana se dió vuelta y vio a Benoit parado en el umbral de la puerta, abrió sus ojos de espanto, pensó ver a un fantasma. 

- Eres el espíritu de Benjamin Miroslav?...- preguntó asustada la anciana. 

- Puede que si o puede que no...- dijo lentamente Benoit. 

- Que quieres?!...- preguntó aterrada la mujer. 

- Quiero que me digas ahora ...porque Johana fingió su muerte de ella y de mi hija...

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