- Catalina?!... no he escuchado ese nombre desde hace años ...- dijo pensativo Benoit.
Recordó a su pequeña hija que fue asesinada por los soldados, un suspiro de tristeza lo invadió , miró a Emilio.
- Ve a trabajar y deja todo en orden , también ve por Alfred.... necesito hablar con él...- ordenó Benoit.
El muchacho asintió con la cabeza y salió dejando a Benoit sumergido en sus pensamientos.
Alfred entró a la oficina y encontró a Benoit pensativo.
- Ocurre algo señor?...- preguntó con curiosidad Alfred.
Benoit reaccionó y miró a su mayordomo.
- Ha pasado mucho tiempo... pero las heridas siguen doliendo como el primer día...- dijo reflexivo Benoit.
Alfred frunció el seño confundido.
- A que se refiere señor?...- preguntó Alfred mientras se sentaba.
Benoit suspiro profundamente.
- Recorde a mi hija ... eso es todo... Alfred necesito que envíes a limpiar y remodelar la casa de la ciudad... y también quiero que busques al escribano voy a traspasar la casa a Emilio...- dijo decidido Benoit.
Alfred abrió los ojos de sorpresa.
- Si puedo preguntar señor... porqué?..- preguntó confundido Alfred.
- Emilio me pidió permiso para ausentarse, su hermana llegara mañana con sus dos hijos... acaba de quedar viuda, y la cabaña donde vive con su abuela es muy pequeña... además Emilio se convertido en mi brazo derecho, apesar de Caroline...ha sido muy leal... - explicó Benoit.
Alfred quedo pensativo y asustado, que no dijo nada, solo asintió con la cabeza y salió de la habitación.
El mayordomo caminó lentamente por los pasillos de los viñedos, vio a Emilio dando instrucciones, cada día el parecido con Benoit era más fuerte.
- No se como no se ha dado cuenta que Emilio es de su propia sangre... y ahora que su hija llegará, a lo mejor es momento de que la verdad aflore...- dijo pensativo Alfred.
En la tarde de ese día Elizabeth estaba en su balcón mirando el paisaje, su madre llegó para conversar con ella.
- Debes abrigarte... el tiempo está cambiando hija, toma este chal...- dijo Silvia cariñosamente.
Elizabeth le sonrió con ternura.
- Gracias mamá... has recibido cartas de las chicas?...preguntó con interés Elizabeth.
La mamá asintió con la cabeza y le mostró las cartas de Caroline y Amelia.
Elizabeth comenzó a leer sus cartas detenidamente.
- Uf!! Las niñas quieren volver... están aburridas solas, dicen que ya no soportan estar alejadas... dijo preocupada Elizabeth.
- Todavía es peligroso que estén aquí?...- preguntó con curiosidad Silvia.
- No lo sé, todo ha cambiado y pienso que Benoit Miroslav no les hará daño ahora que nos vamos a casar...- dijo pensativa Elizabeth.
- Hija... entonces no cancelaras tu compromiso con Benoit Miroslav?...- preguntó con preocupación.
Elizabeth la miró fijamente y negó con la cabeza.
- No quiero provocar la furia de Benoit, ahora que nos estamos llevando bien, después veré como deshacer el matrimonio , por ahora todo sigue igual...- dijo decidida Elizabeth.
Silvia suspiro resignada mientras miraba al frente de su casa, vio movimiento en la casa de al frente.
- Que sucede ahí?... esa casa ha estado cerradas por años...- preguntó con curiosidad Silvia.
Elizabeth miró hacia la casa de al frente, vio a Emilio junto a Alfred.
- De quien es esa casa?...- preguntó con interés Elizabeth.
- Es propiedad de los Miroslav, cuando se casó Benjamin Miroslav, sus padres le regalaron esa pequeña mansión, bueno digo pequeña comparada con la nuestra, pero es más grande que cualquier casa ...- dijo Silvia sin quitar la vista a lo que estaba pasando.
- Y que paso con esa casa?... preguntó con curiosidad Elizabeth.
- Mmm... cuando murió su esposa e hija, Benjamin Miroslav ordenó cerrarla para siempre...- dijo pensativa Silvia.
Mientras tanto Emilio y Alfred estaban preparando todo para la llegada de Catalina Jackson y sus hijos.
- El señor Miroslav, ha sido muy generoso al permitir que nos quedemos en su propiedad, es realmente hermosa y acogedora...- dijo entusiasmado Emilio.
Alfred le sonrió con amabilidad.
- Te lo mereces muchacho... y dime tu abuelita sabe que te dieron esta casa y que se mudaran aquí ?... - preguntó intrigado Alfred.
- Uf!! Al principio se negó, pero al final de tanto pensarlo acepto...- dijo sorprendido Emilio.
Alfred también estaba sorprendido por la audacia de Ana.
- A lo mejor esta pensando decir la verdad de que lo que realmente pasó con su hija?...- pensó Alfred.
Henry que llegaba a la mansión Real vio a Emilio afuera de la casa junto a Alfred, se acercó cauteloso.
- Buenas tardes señores...- dijo con gracia Henry.
Emilio le sonrió con cortesía mientras que Alfred lo observó con detención, también Henry lo miró con cautela.
- Como has estado Emilio? Y perdona mi intromisión pero de quien es esta casa tan hermosa?...- preguntó Henry con curiosidad.
- Bueno está casa es del señor Miroslav, me la presto para alojar a mi hermana que llegara mañana de París, ahora estamos limpiando y decorando con algunos muebles...- dijo emocionado Emilio.
Henry le sonrió con curiosidad.
- Tu hermana?... no sabia que tenias una hermana?...- preguntó Henry.
- Si... es mayor por tres años, lamentablemente quedo viuda con dos hijos y ha preferido regresar...- dijo con triste Emilio.
- Entiendo... que amable el señor Miroslav de proporcionar una casa para ti y tu familia, se nota que te tiene en gran estima...- dijo mientras miraba fijamente a Alfred.
Alfred no se le movió ni un músculo, pero entendió perfectamente lo que Henry intentaba insinuar.
Henry se despidió de los dos hombres mientras su mente trabajaba a mil por hora.
- Tengo que averiguar todo sobre los Miroslav, aquí hay algo muy extraño...- pensó intrigado Henry.
Al otro día Emilio se encontraba con su abuela y Alfred en el muelle esperando la llegada de Catalina, los nervios de Ana la tenía un poco descompensada, Emilio la miró con preocupación.
- Abuela te sientes bien?... te ves pálida...- dijo preocupado Emilio.
- Si... hijo... solo es la emoción de volver a ver a tu hermana...- dijo Ana nerviosa.
El barco aparcó en el muelle y los pasajeros comenzaron a bajar, una joven mujer rubia con ojos azules profundo con dos niños de la mano, bajaba con cuidado.
Emilio la reconoció de inmediato que comenzó a gritar.
- Catalina!! Aquí!!...- dijo Emilio feliz de volver a ver a su hermana.
Catalina busco el sonido de la voz y vio a su hermano, una sonrisa perfecta apareció en su rostro y le levantó la mano.
Alfred al ver a la muchacha quedó paralizado al ver el gran parecido con su madre.
- Es igual a Johana Jackson... pero que ... Catalina Miroslav esta viva...
Catalina se acercó a su hermano y le dio un abrazo fuerte, sus ojos se llenaron de lágrimas al volver a su ciudad natal, también corrió donde su abuela y la abrazó con cariño. - Abuelita!!... no sabes como te he extrañado estos años, me han hecho mucha falta... los dos...- dijo Catalina emocionada. Su abuela seco sus lágrimas con su arrugadas manos mientras la miraba con devoción. - Querida... has cambiado mucho, te fuiste siendo una niña y has vuelto como toda una mujer y madre..- dijo con cariño Ana. - Pero ahora estamos de nuevo juntos... quiero que conozcan a mis pequeños... el es Edward y el pequeño es Frédéric...- dijo mientras le indicaba a los pequeños saludar. Las manitas de los niños estrecharon las manos de su bisabuela y tío. Mientras tanto Alfred se encontraba observando la escena con mucha atención, su mente estaba confusa. Emilio llevó a Catalina a conocer a Alfred. - Hermana...quiero wue conozcas a mi jefe ...bueno uno de ellos, Alfred Michelle...- dijo mien
Benoit llego a su mansión a toda prisa cuando Alfred lo detuvo. - Señor!!... debo hablar con usted!!....es algo urgente...- dijo nervioso el mayordomo. Benoit le hizo un gesto con la mano. - Más tarde !! ... ahora debo ir a darme un baño ... hoy Elizabeth acepto que la llevara a pasear a mis viñedos... estoy apurado... te prometo que cuando llegue hablaremos...- dijo feliz Benoit. La actitud del vampiro sorprendió al mayordomo, nunca lo había visto tan emocionado por una cita. - Mmm... Acaso se enamoró de verdad de la joven Real?... esto es realmente un cambio de los acontecimiento...- dijo pensativo Alfred. Benoit entró a la tina , su cuerpo perfecto y musculoso lo hacía ver como un verdadero dios griego, su cabellera negra y ondulada brillaba como nunca, se sumergió en la tina mientras pensaba sin querer en Elizabeth, su hermoso rostro apareció en su mente que lo confundió un poco. Se levantó del agua mientras se secaba el agua de su rostro. - Elizabeth ... que me has he
Henry siguió a las primas a la casa de Emilio, se escondió dónde no pudiera ser visto pero él podía ver y escuchar lo que dirían las mujeres. Silvia golpeó la puerta y Catalina fue abrir, vio a dos mujeres desconcertadas mirándola, el parecido con Johana era increíble. - Buenas tardes... Madame... En qué las puedo ayudar?...- preguntó con curiosidad Catalina. - Eh?... Buscamos a Ana Jackson... Ella se encuentra?... Preguntaron nerviosa las mujeres. Catalina asintió con la cabeza y fue en busca de su abuela. Ana salió y vio a las primas mirandola con pánico. - Por fin están aquí... Vamos al jardín, ahí tendremos privacidad...- dijo Ana llevándolas al jardín de la mansión. - Porque estás aquí Ana? Y sobretodo porque has permitido que tus nietos vivan en este lugar?...- reprochó la Tía Carlota. Ana las miró con enojo. - Este lugar les pertenece a ellos... Son los hijos de Benjamin Miroslav y tienen todo el derecho del mundo el estar aquí!!...- les reclamó la mujer. - Pero Ana !
- Si... Señor... Emilio es su hijo...- dijo Alfred con tristeza. Benoit cayó al suelo mientras lloraba de amargura, no podía creer que Johana la mujer que él amaba con locura le causó tanto dolor, lentamente abrió la carta de Vladimir y comenzó a leer como él tramo todo para que Johana cayera en su trampa, Benoit arrugó la carta mientras su cara se podía roja de rabia, el vampiro dió un grito de angustia. - No!!!... Maldito Vladimir!!... Se aprovechó de la ingenuidad de Johana... Y solo para convertirme en un asesino!!...- grito con fuerza Benoit. - No solo usted fue perjudicado esa noche, yo debía encontrarme con Catherine y ella me confesaría su embarazo, pero Vladimir me interceptó en el camino para avisarle de los soldados... El lo planeó muy bien todo...- se lamento Alfred. Benoit lloraba de impotencia y desesperación, el arrepentimiento lo embargó. - Y...ahora que haré?... Tengo dos hijos que han vivido penurias... No puedo presentarme y decir soy su padre... Que hago Alfred
La anciana paledecio ante la pregunta del ser que ella pensaba que era el espíritu de su yerno, seguro la casa todavía recordaba los acontecimientos de esa noche, trató de calmarse mientras se refregaba los ojos, para ver si estaba alucinando, pero Benjamin Miroslav seguía ahí parado esperando una respuesta, Ana comenzó a balbucear. - Yooo... no sé...- dijo nerviosa la anciana. - No mientas... no es tu estilo... dime lo que pasó y te dejare en paz...- dijo tranquilo Benoit. Ana se sentó mientras tomaba agua para calmarse. - Todo comenzó cuando Johana estaba embarazada, sintió que tú ya no la querías y que no la encontrabas hermosa, los rumores de infidelidad crecieron, provocando en ella inseguridades, cuando nació tu hija, ella pensó que todo volvería hacer como antes, pero tú te volviste indiferente y tanta cruel con ella, pasó el tiempo y las cosas entre ustedes no mejoraron, hasta que apareció un hombre diciendo que era amigo tuyo, ese hombre le lleno la cabeza de cucarachas,
Benoit salió de la habitación de Caroline y se dirigió al jardín de la familia Real, vio sentado en la pileta a Henry fumando una pipa, esa acción de verlo fumar le llamo la atención al vampiro. Henry que se encontraba de espalda, sonrió y sin darse vuelta dijo : - Como estas ? Benoit Miroslav o debo llamarte Benjamin Miroslav?... - preguntó sarcástico Henry. Benoit también sonrió. - Estoy bien ... Henry Real o debo llamarte...Henry Hunter?...- preguntó Benoit mientras caminaba hacia él. Henry se dio la media vuelta y vio al vampiro de tras de él. - Que te trae por aquí a estas horas de la noche... señor Miroslav?...- preguntó con interés Henry. Benoit suspiro profundamente y se sentó al lado de Henry. - Vine arreglar algunos asuntos pendientes...- dijo seriamente el hombre. - Realmente eres un misterio... Benoit Miroslav...- dijo Henry con atención. - Henry...necesito que hablemos seriamente... pero no aquí...salgamos a caminar, no quiero que nadie escuche lo que te
Henry arrugó la carta con furia, pero apesar del odio que sentía por Vladimir, se pudo sacar un peso de encima. - Maldito Vladimir Stax!! ... espero que te estés achicharrando en el infierno!!... casi creo tus sucias palabras... pero tu egocentrismo te hacia escribir todas tus perversiones... Lo siento abuela por haber dudado de tí... fuiste una mujer intachable...- dijo Henry emocionado. El muchacho entró en la mansión y vio a Elizabeth salir de la biblioteca con un libro. - De dónde vienes tan tarde Henry? ... acaso te conseguiste una novia?...- preguntó divertida la joven. Henry la miró fijamente y se acercó a ella. - Has cambiado prima... tu semblante ya no esta demacrado... espero que sea por la llegada de tu hermana y prima... porqué seria una lastima que fuera por Benoit...- diji con tono misterioso. Elizabeth endureció su mirada. - Solo estaba bromeando contigo... no es necesario el sarcasmo...- dijo molesta Elizabeth. Henry le sonrió. - No te molestes Elizabe
Emilio se tomaba la cabeza, no podía entender como su abuela y su madre les hicieron sufrir durante tantos años. - Como es posible... que teniendo un padre nosotros no lo conocimos? ... no privaron de muchas cosas abuela... y no hablo de dinero... nos humillaron por ser huérfanos, la gente fue cruel con nosotros.... hasta hace poco la gente nos menospreciada , tuve que sacar mi personalidad desde pequeño para que nadie se burlara de nosotros... y lo irónico de todo esto... es que el mismo Benoit Miroslav... nuestro hermano... me ha dado un nombre que todos respetan...- dijo con lamentación Emilio. Su abuela lloraba de arrepentimiento. - Lo sé hijo... lo siento tanto... si pudiera volver el tiempo atrás... no hubiera permitido que su madre hiciera lo que hizo...- dijo angustiada Ana. Catalina estaba llorando en una esquina, se sentía engañada , miró la casa por todos lados. - Con razón... sentía algo familiar en esta casa, mi memoria de niña recordaba esas escaleras donde algui