Fiorella ha estado casada durante más de 12 años con el hombre que pensó sería su compañero de vida para siempre. Su vida parece perfecta, hasta que un encuentro inesperado cambia por completo su realidad. Un hombre desconocido, con una mirada profunda y un magnetismo inexplicable, irrumpe en su mundo, desafiando todo lo que creía saber sobre el amor y la fidelidad. A medida que las miradas se cruzan y los encuentros se vuelven más frecuentes, Fiorella se ve atrapada en una espiral de emociones contradictorias. Se enamora perdidamente, pero hay un gran obstáculo: ambos están comprometidos con otras personas. A pesar de la culpa y el conflicto interno, la pasión entre ellos crece, y Fiorella debe tomar decisiones que pondrán a prueba su amor, su matrimonio y su propio futuro. Entre dilemas morales, secretos y una atracción irresistible, Fiorella se enfrenta a la elección más difícil de su vida: ¿seguir con la vida que creía perfecta o arriesgarlo todo por un amor que podría cambiarlo todo?
Leer másFiorella—¡Cómo! Pero si aún falta —Dante se acercó hasta mí y noto que me había mojado, sabía que no era pis, mi bebé ya quería nacer.—Lo sé, ve a buscar a mis hermanas, necesito ir al hospital —él me sostenía en todo momento y su cara de preocupación me decía que no sabía qué hacer.—Voy, pero no puedo dejarte sola.—Dante, por favor, no me pasará nada, solo búscalas, pero, antes ven —él se acercó y tomé su rostro con mis manos.—Tú ya pasaste por esto, quédate tranquilo, saldrá todo bien —asintió y luego me beso.—No quiero que les pase nada.—No pasará nada malo, seremos padres, pero apúrate —enseguida se fue y me quede parada al lado de la cuna, las contracciones no tardaron en llegar y el dolor invadió mi cuerpo por completo.—¡Fiorella! —ingreso Melanie con Cinthia, prácticamente corriendo— ¿Ya viene?—¡Si! Las contracciones no las aguanto —respiraba como me enseñaron en el curso de postparto, pero no me hacían sentir mejor, igualmente lo seguía haciendo, por algo me lo habían
Dante La sorpresa que prepare para Fiorella con ayuda de Mariza, Laura y mis cuñadas, Cinthia y Melanie salió de maravilla, luego de firmar mi divorcio había iniciado la búsqueda de una nueva casa para ella y nuestra futura hija, la idea de no develarle el sexo en la última ecografía fue de Melanie, y así lo hicimos. Ver en su rostro la felicidad ante todas las nuevas noticias me hacía muy feliz.—Felicidades, Dante, será una hermosa niña —me saluda la pareja de mí sobrino Martín, con quién había firmado la paz, tanto él como Nicolás, mi hermano me dijo que no se meterán más en mí vida.Flashback —Buenas tardes, Dante —me sorprende Nicolás entrando en mí oficina unas horas antes de la salida— ¿Podemos hablar?—¡Si! Por favor, pasa, ya terminé el trabajo de hoy, toma asiento —le señaló la silla vacía al frente mío.—Hace mucho no hablamos, pero hoy no vine por temas laborales, quiero que volvamos a ser lo que éramos antes, no quiero obligarte a estar en los negocios, solo aquí, desde
Fiorella Un mes después—Ya paso un mes, aún sigo sin creer lo sucedido, lo que más me duele es ver a Pedrito tan mal, Lautaro era todo para él, a pesar de su carácter, era su padre.—Trata de no pensar en ello, enfócate en tu embarazo, que ya falta menos de un mes.—Es cierto, pero aun así no puedo hacer como si nada, él fue mi pareja muchos años, compartimos tanto, no es lo mismo estar separados que saber que ya no está físicamente.—Mi concejo, es que, acompañes a Pedro, pero nada más, trata de olvidar lo demás, no te va a hacer bien, ahora tu bebé será tu prioridad.—Lo sé Laura, gracias por tu apoyo, ahora mejor cambiamos de tema, tienes razón, pensar en ello no me hace bien.—Si, pero en vez de cambiar de tema, deberías ir a tu casa, ya te dije que no hace falta que vengas, con los nuevos colegas tenemos cubierto todo.—No nos equivocamos con Cecilia y Robert, son muy buenos periodistas, más el trabajo tuyo y de Eugenia crecimos bastante.—Ves como todo sale bien, y eso es porq
Fiorella—Fiorella, afuera te busca un jovencito —me informa Cecilia, una de las nuevas periodistas, quien estaba trabajando conmigo en la nueva nota sobre la lactancia materna.—Seguramente es Pedrito, el hijo de mi ex, termina de leer este informe en tu cubículo y cuando veas que él se vaya, vuelve, así terminamos de ultimar detalles —ella sonríe, toma sus cosas y sale, enseguida entra el hijo de Lautaro, quien traía muy mala cara.—¿Estás bien? —me levanto rápido y llego hasta él, al hacerlo, se desploma en mis brazos y debido a su peso caemos arrodillados en el suelo— ¿Qué paso? ¡Por favor dime! —tome su rostro con mis manos y su llanto se hace presente.—¡Él! Él… —traga saliva y no decía nada más que eso.—¿Quién? No me asustes.—¡Fiorella…! —entra a la oficina Laura, quien estaba pálida, mira a Pedrito y luego a mí.—¡Ayúdame, Laura! —le pedí y con su apoyo levantamos a Pedro del suelo, quien no dejaba de llorar y abrazarse a sí mismo— Por favor trae agua y llama a Valeria —Laur
Fiorella—¡¿Segura que estás bien Fiorella?! —me consulta Melanie al llegar a casa, al salir de la consulta sentí miedo y no quise hablar con Dante de lo sucedido, ya que podría generar problemas y ya estoy cansada de ello, sabía que la provocación de Lautaro fue para eso.—¡Si! No te preocupes — traté de evadir sus preguntas mintiendo, pero era muy perceptible, ya que mi humor me delataba.—¿Fue Dante? ¿O qué paso? No me mientas Fiorella, que te conozco —respire profundo y hable.—¡Está bien! Te voy a contar, pero de aquí no sale ¿Lo prometes? —ella besó sus dedos en cruz y se sentó cerca de mí.—En mi cita con mi obstetra se apareció Lautaro, no sé cómo hizo para saber de mi consulta, pero ahí estaba, ni siquiera se recuperó de la golpiza.—¿Pero? ¿Qué fue a hacer? No entiendo.—Ni yo Mel, pero logro su cometido.—¿Qué te hizo?—¡Nada! Solo me amenazo, pero no creo en sus mierdas.—Que mal nacido, no entiendo porque te sigue haciendo daño, él fue quien te dejo y por otra, aunque eso
Fiorella—Fiorella, solo faltas tú —me informa al ingresar en mi oficina Eugenia.—Ya voy, hago esto y estoy con ustedes —termine de redactar un pedido, lo guarde en borrador y fui hacia la sala de juntas, en donde mis compañeros me esperaban.—Perdonen la demora —me excuse y tome asiento en mi lugar.—No te preocupes, apenas iniciamos —me dice Laura e inicio la reunión.—Convoque esta junta porque necesitamos integrar dos colegas nuevos, y quería consultar con ustedes que secciones debemos tocar que aún no estamos trabajando.—Puedo —levanta su mano Marina para pedir la palabra.—¡Si! Por favor.—Gracias, primero que nada, agradezco que me tengan en cuenta para tomar decisiones, por eso mi aporte es incorporar un nuevo especialista, agregar la sección salud, más bien temas relacionados a los niños.—Es una magnifica idea, ya que tú te dedicas a la parte de la mujer con tus aportes, estaría bueno iniciar con un pediatra y alternar entre mes una ginecóloga.—No lo había pensado así, pe
Fiorella —Debo decir que fue una cena exquisita —alabe la comida preparada por Mariza, ya que había salido deliciosa.—¡Muchas gracias! Papá también ayudó a cocinar.—El crédito es todo de Mariza —responde Dante y me gustaba estar aquí, ver la familia que él tenía y como me recibieron fue maravilloso.—Tendrás que pasarnos la receta para poder hacerla junto con Dante, admito no ser buena cocinera.—Te pasaré unos tips y un libro de cocina casera que hay en casa, mi abuela me lo obsequio y quiero dártelo, así mí papi sigue degustando aquellas recetas.—Me parece perfecto —responde Dante y toma mí mano, me sentía tan feliz que no podía describir la sensación tan inmensa que habita en mí alma.Conversamos hasta muy tarde, pedimos un postre al delivery y luego de ello, sus hijos se fueron a su casa.—¡Deja eso! —me sorprende Dante al volver, ya que había bajado a acompañar a sus hijos.—Me gusta hacerlo, además tú cocinaste, es justo que lave la losa —señale mis manos con jabón y el solo
Dante—Buenas tardes, señor Ponzio —me reciben en la clínica psiquiátrica en donde estaba internada Beatriz.—Buenas tardes, vine a ver a Beatriz Ponzio.—¿Tiene cita para hoy?—No, pero su psiquiatra me autorizo una visita con ella.—Lo siento, no podrá verla, sin antes pasar con su médico.—¿Él está hoy?—Si, ya le saco cita, ahora se encuentra desocupado —me informa, mientras teclea en su computadora— ¡Listo! Suba al primer piso, allí lo llaman del consultorio 5.—¡Gracias! —salgo hacia donde me indicaron, al llegar tomo asiento en la sala de espera y minutos después me llaman.—Buenas tardes, Dante, me informo la secretaria que vienes a ver a Beatriz.—¡Si! Quiero hablar con ella, creo que es importante que ya sepa que será abuela, mi hija la necesita mucho, no sé si será buena idea decírselo.—Es una bendición, un hijo, me imagino que un nieto lo es aún más, no creo que la noticia sea perjudicial, eso no quiere decir que sea lo contrario, no lo sabremos hasta no decirle.—Qué bue
Fiorella Esta noche me había quedado en el departamento de Dante, me desperté a la madrugada, ya que me dio sed, al levantarme fui directo a la cocina y verme en esta casa me dio satisfacción, sentía que era mi lugar, recorrí la cocina y luego salí al balcón, la noche estaba cálida y me atreví a quedarme un momento sentada en el sofá que había allí, al mirar las estrellas sentí tranquilidad, puesto que la noche estaba calma.Esto era lo que necesitaba, paz, y la había encontrado al fin, después de muchas batallas, estaba feliz, mi futuro no me preocupaba, porque me veía feliz con mi familia, mi hijo que nacerá dentro de poco no podía pedir más a la vida.Me quedé apenas unos minutos más, hasta que el sueño me invadió nuevamente, entonces volví a la cama al lado de mi amado.Al día siguiente me desperté pasadas las nueve de la mañana., me senté en la cama y tomé mi móvil, tenía un texto de Dante, en donde me decía que se fue a trabajar. Al lado de mi cama encontré una rosa roja con un