Connie McGowan, es la rubia loca del trío, sincera, espontánea y jocosa, no tiene filtros para decir lo que siente o piensa, ella puede sacarte de un apuro ó meterte en él, es también aquella amiga que desearías tener para defenderte... ¿Dispararle a tu ex?... ¡Puede hacerlo! ¿Acudir al rescate cuando estás secuestrada por tu loco ex?... ¡Puede hacerlo! ¿Defenderte de una amante celosa?... ¡Puede hacerlo! ¿Enfrentar a un poderoso y oscuro millonario por ti?... ¡Puede hacerlo! Connie, hará cualquier cosa por sus amigas. Su obsesión siempre ha sido Adam White, fuerte, endiabladamente sexy y atractivo, después de probar su cama, la obsesión, se convierte en una completa Adicción... se ha vuelto Adicta a sus besos, a su cuerpo y a su amor... Pero Adam no quiere amarla, el sexy y maravilloso Adam esconde un oscuro pasado, un acontecimiento turbio que le lacera el alma continuamente, porque Adam White no cree merecer el amor de nadie, y menos de la loca rubia que le ha robado el corazón. ¿Qué sucederá cuándo otro hombre reclame el amor de Connie, y esté dispuesto a amarla sin complejos? ¿Podrá Adam vencer sus demonios y recuperar a la rubia?, ¿ O nuevamente habrá perdido la felicidad? ********************** TERCER LIBRO DE LA TRILOGÍA. ESPERO LO DISFRUTEN. LES RECUERDO EL ORDEN; -PROVÓCAME. (RITA) -SEDUCIDA. (GILLIAM) -ADICTA. (CONNIE)
Leer másAdam, estaba sentado en aquello cómoda silla de la sala de espera, había tenido que quitarse la corbata y la chaqueta, pues sentía tantos nervios que no soportaba sentirse sofocado por el traje. ¿Acaso debía ponerse de pie y marcharse? Se sentía demasiado nervioso, había prometido asistir, pero ahora que se encontraba allí, los nervios estaban haciendo mella en su decisión. —Señor Withe. —¿Si?— se giró hacia la mujer que le hablaba. —Es su turno, adelante— Adam tragó saliva y asintió para luego ponerse de pie y caminar. Entrar allí le generó extrañas sensaciones, el lugar era cálido, como si buscara dar comodidad a quien le visitaba. —Adelante señor Withe, tome asiento dónde usted lo desee. — Adam no entendió bien aquello, aunque una rápida barrida al lugar le indico varios lugares donde podía estar cómodo, pero siguiendo su impulso, tomó asiento frente al escritorio, el hombre sonrió— bienvenido, es un gusto recibirlo. —Gracias. —El señor Bentzell me habló mucho
Decidió llamar a la pelirroja necesitaba alguien que la convenciera de que estaba haciendo lo mejor al mantenerse alejada de Adam. Tras el segundo repique se escuchó la alegre voz de la pelirroja que quién después de haberle abierto las puertas de su vida al amor verdadero se encontraba más feliz y relajada quizás se sentía mal al admitir aquello, pero en el fondo sentía un poco de envidia por la pelirroja, pero no una envidia mal sana de esas que te obligan a hacer cosas malas en contra de la persona por la que lo sientes, su envidia nacía de la necesidad de que Adam al igual que Sebastián se animara a tomar acciones y hacer algo para no perderla sin embargo, con cada día que pasaba Adam estaba más distante lo cual le hacía entender a Connie que realmente no estaba dispuesto a hacer algo por no perderla y tal como había dicho la pelirroja Adam carecía de ese valor que había tenido Sebàstian. Rita constantemente argumentaba a favor de su amigo; que tenía un turbio pasado, que Ada
Connie se encontraba en su habitación no podía dejar de mirar la pantalla de su celular, había recibido dos llamadas de Liam, sin embargo no se había atrevido a atender ninguna, no sabía exactamente qué hacer con él o qué decirle, pero era obvio que no podía seguirle dando largas al asunto, así como les habían dicho sus amigas, tendría que hablar con él. Así que sintiéndose decidida buscó entre sus contactos el número de Liam y marcó, a la espera de escuchar su voz al otro lado del artefacto. —Hola, guapa— le respondió Liam con cariño— he estado tratando comunicarme contigo todo el día. —Lo sé y te ofrezco una disculpa, anoche estuve con la morena y la pelirroja, en nuestra noche de chicas y hoy he tenido el día bastante ocupado.— mintió. —Lo supuse cuando no atendiste mi llamada, pero no te preocupes. Cuéntame, ¿está todo bien? —Sí— le dijo un poco nervioso— está todo bien o al menos una parte de mi vida está bien, aunque todavía no sé cuál— le dijo con amarga ironía—
—Pareces muy contento hoy— le dijo su hermano mientras lo observaba con el entrecejo fruncido, para él era evidente que Liam se traía algo entre manos, si bien era cierto que por lo general tenía muy buen humor siempre, aquella mañana le resultaba particularmente feliz, era como si no pudiese ocultar que algo estaba sucediendo. —¿Acaso es un pecado o un crimen estar feliz?— le preguntó de manera evasiva pero con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. —Por supuesto que no, a ver, algo está pasando y aparentemente es bueno así que supongo que no debo preocuparme, ¿se trata del negocio que estás emprendiendo o es acaso que tu nuevo departamento te causa tanta alegría? — Es cierto que estoy feliz con mi nuevo espacio hermano y te agradezco mucho todo el apoyo que me estás dando y me has dado desde que llegué a esta ciudad. Es evidente que si no fuese por ti y por Rita nada de esto sería posible, también estoy feliz con el negocio que estoy emprendiendo, sé que es algo pequeño pero
—¿Tiene que ver con tu salida con Liam?— preguntó Rita— Hugh me dijo que Liam estaba feliz porque habías aceptado ir de fiesta con él, aunque él no ama mucho las fiestas quería invitarte a algo que fuese muy tú, creo que realmente le gustas mucho. —Si...estuvimos en una fiesta, y si, tiene que ver con Liam. — dijo perturbada. —¿Qué sucedió?— la pelirroja se mostraba bastante angustiada, ante la turbación en la mirada de Connie. —No sé cómo comportarme con él— declaró — no sé que hacer. —¿A qué te refieres, rubia?— preguntó Rita. —¡Carajo, me acosté con Liam! Rita y Gilliam, se quedaron frías, por una instante observaron a la rubia en silencio, aquello realmente las había sorprendido, luego se miraron entre ellas... —Connie...—inició Gil— ¿Acaso has dicho, lo que creemos que dijiste? —Me acosté con Liam—repitió y suspiró— realmente no diré que no sé cómo sucedió, sé perfectamente cómo ocurrió, pero me temo que ha sido un error. ¡Sólo intento olvidarme de Adam a co