Una cita a ciegas llevó a Chelsea aquella noche al bar. La hermosa pelirroja llevaba dos meses conversando con Fred, era el momento de encontrarse. Mas por un motivo inesperado, él no puede asistir a la cita. Chelsea sin saberlo ve a un hombre sentado, solo, quien la mira insistentemente. Su actitud la lleva a suponer que se trata de su cita. —¿Fred? —pregunta ella con cierta duda. Él al ver que la hermosa mujer que lleva rato observando, lo confunde con alguien más, decide seguirle el juego. Luego de unas copas demás, van al hotel, es una noche increíble y es un sueño para ella despertar al lado de tan potente semental. Chelsea sale sin despedirse para su entrevista en Bullock&Company como asistente del CEO. Su sorpresa es cuando ve entrar a su oficina a Steve Bullock el hombre con quien había pasado la noche anterior. ¡¿Qué hará ahora que descubrió que su cita a ciegas fue con un CEO?! ¿Cómo reaccionará él, ahora que sabe que su aventura de una noche resultó ser su nueva asistente?
Leer másTodos los acontecimientos que ocurrieron días atrás, tienen a Chelsea llena de pesadumbre y sobre todo, de angustia. Lo único que realmente ella tiene claro, es que debe luchar por su bebé a toda costa. Cuidarlo y protegerlo como lo hizo su madre con ella. La historia parecía repetirse en ella, ser una madre soltera. Aún así la pelirroja sabe que puede sobreponerse a ello. ¿Steve? No sabe nada de él. Y era lo mejor para ambos, siempre hubo muchos obstáculos entre ellos y estaba agotada. Si hubiese seguido las señales, se habría apartado de él, cuando debió. Mas, no todo era malo, ahora llevaba en su vientre, el fruto de su amor. Lo amaba desde la primera mentira en el bar hata su último encuentro sexual en Suecia. Todo terminaba exactamente como inició. La llamada de Gus, la saca de sus pensamientos, atiende con emoción al ver su nombre en la pantalla del móvil.—¡Hola, mi Gus!—Trinki querida, te llamo para anunciarte que en un mes exactamente será mi boda con Larry y quiero que ven
Una semana después de que la relación de Vicky y Fred saliera a la luz, las cosas estaban volviendo en su normalidad, al menos en la mansión de los Sielgman. Erick todavía no se había aparecido por ahí, lo último que supieron de él, era que estaba en Europa. Aún así, Vicky nunca se quedaba sola. Fred ya era capaz de moverse con mucha más facilidad y se pudo incorporar a la empresa, a pesar de ello, dejó a Chelsea como CEO de la empresa, su mano derecha. Si algo no se podía negar eran las mejoras que la empresa había tenido gracias a ella y al trabajo que había realizado en todo ese tiempo. Su vida se había arreglado un poco, excepto por Steve, quien pronto se casaría con Larissa.La noticia de la boda era todo un suceso en todos los medios de comunicación “La boda del año, Larissa Hamilton y Steve Bullock por fin se casan. Aquello tenía a Stephanie aturdida e impaciente, todos sus planes se le estaban escapando justo delante de sus narices y no podía permitir que eso sucediera. Despu
Por unos segundos, el horror aparece reflejado en los ojos de Chelsea, no puede creer lo que está viendo, piensa que debe estar en alguna especie de realidad alternativa, en un universo diferente en el que estaba hacía solo unos minutos. Vicky y Fred estaban tan concentrados en su placer que ni siquiera se percataron de su presencia en la habitación, se habían confiado debido a lo temprano que era, ella siempre estaba en la oficina hasta bien cerrada la tarde, no les pasó por la cabeza que podía llegar antes. Obviamente no se podían imaginar que Chelsea saliera corriendo atormentada por la noticia de su embarazo y llegara solo para encontrarlos in fraganti. Para la pelirroja estuvo ahí, parada, inmóvil demasiado tiempo, mas la verdad es que solo fue un instante, el tiempo justo para que su bolso se le cayera de las manos al suelo, y solo el sonido de este los sacó de su placer para descubrir que no estaban solos como pensaban.Chelsea también se sobresaltó ante el estruendo y giró
La mente de Chelsea se la pasa divagando sobre lo ocurrido en ese viaje de “negocios”, le recordó tanto a aquella vez que fue a Montreal, esa fue la primera vez que los dos conectaron de una manera tan increíble, había marcado un antes y un después en su relación, sin duda alguna, los viajes con Steve terminaban muy bien, más de lo que jamás se podría imaginar en sus sueños más salvajes.A pesar de que se encontraba feliz, también se sentía mal consigo misma, tenía un enredo de emociones en su interior que no la dejaban pensar con claridad. Contarle a Fred todo lo que estaba sucediendo era algo inminente, pero pensaba que eso sería algo muy doloroso para él, no tenía ni idea que Fred y Vicky se encontraban en la misma situación de ella, que la verdad saliera a flote ya era solo cuestión de tiempo.Estaba ideando la mejor forma de contar sus infidelidades cuando su teléfono comenzó a sonar, se sorprendió por completo al ver el nombre de su mejor amigo en la pantalla, desde que se había
Los días pasaron tan rápidos que nadie se dio cuenta de ello, Chelsea enfrascada en la empresa y con la cabeza hecha todo un lío sin ver la manera de contarle a Fred, sobre su verdad. Vicky intentando borrar de su cabeza todo lo que le había tocado vivir con Erick, a pesar de que sabía que no estaba a solas con Fred como aquella noche, todavía sentía miedo, pensaba que su asaltante podía llegar de repente de un momento a otro para terminar lo que había comenzado pero, para su suerte, desde el segundo exacto en el que salió corriendo como una sabandija por la puerta principal, no volvió a entrar más. Fred también estaba enfocado, estaba más concentrado que nunca en su recuperación, este último se había dado cuenta que, aquel día en el que salvó a Vicky de las garras de su padre, sus piernas se sintieron algo diferentes, las notó más ligera que en ocasiones anteriores, pero no había estado seguro si se debía al pico de adrenalina tan alto que tuvo en ese momento o a que en realidad es
Durante el viaje de Steve a Suecia, tal y como él se lo pidió, Támara se ocupa de cuidar de Hugh. Ella llegó esa misma mañana y él al verla se encolerizó al verla.—¿Qué haces aquí, mujer? —Hola Hugh. ¿Así saludas a la mujer que se va a encargar de cuidar de ti?—Yo no necesito que te encargues de mí. —respondió con hostilidad. —Vine porque nuestro hijo no los pidió, así que no pienso faltar a mi promesa —caminó hacia él, con la bandeja que contenía el vaso de agua y las píldoras que debía tomar.— Te traje agua para que bebas tus medicamentos.—Eso lo pudo hacer tranquilamente la empleada. Te dije que no te necesito, Támara.—Bueno, vamos mejorando. Por lo menos me llamaste por mi nombre. —Ella le entregó el vaso y él lo sujetó casi arrebatándolo de su mano. —Gracias —dijo parcamente y bebió sus píldoras. —Eres un buen chico. ¿Quieres que conversemos un poco o prefieres que me vaya? —preguntó ella con amabilidad. Hugh estaba algo confundido y ansioso. Desde que Támara se marchó d
La situación es un poco caótica todavía en la mansión de los Sielgman, tanto Fred como Vicky estuvieron un buen rato tirados en el suelo recuperando su habitual respiración además, Vicky no estaba segura de si sus piernas le responderían de la manera en la que se suponía debían hacerlo, se había asustado demasiado, la situación que acababa de vivir había sido terrorífica, Erick Sielgman había intentado violarla. Ni siquiera podía pensar en lo que habría sucedido si Fred no hubiera aparecido justo cuando lo hizo, ya ella había intentado librarse del agarre de Erick varias veces sin tener resultado y él estaba como cegado, como si no estuviese razonando lo que hacía. Las lágrimas todavía se escurrían de los ojos de Vicky cuando esta logró ponerse en pie, fue directo hasta la mesa del comedor, tomó el mantel y se envolvió todo el cuerpo con él, Fred ya la había visto desnuda, conocía su cuerpo a la perfección pero en esta ocasión se sentía ultrajada, desprotegida al haber quedado con
Los encuentros entre Fred y Vicky no cesan, no aminoran, no descansan, a pesar de todo lo que verse puede traerles por consecuencia, ninguno de los dos es capaz de quitarse las manos de encima. Chelsea cada vez está más distante con Fred, el trabajo ocupa mucho de su tiempo, él mismo no se había dado cuenta de las horas que tenía que parar en la empresa hasta que la vio a ella tomando su papel, llegando a la casa al anochecer muerta del cansancio. Definitivamente, Chelsea no se merecía un engaño de esa magnitud, pero por mucho que él lo intentó, todo parecía que, mientras más se proponía alejarse de Vicky, más atraído se sentía, el hecho de que era algo prohibido solo lo convertía en más interesante. Vicky, por su parte, había intentado hablar con su prima varias veces porque cuando estaba con Fred se sentía la mujer más feliz del mundo pero, cuando esa fantasía pasaba, cuando la burbuja explotaba, la culpa la corcomía desde lo más profundo de sus entrañas. Muchas veces quiso co
Esa misma noche, Chelsea llegó al aeropuerto, mientras aguarda la llamada por el interlocutor, aprovecha de leer los mensajes que no había podido revisar por lo ajetreado del día. Al abrir el chat, se emociona al saber que Gus le cuenta sobre su reconciliación con Larry, eso la llenaba de satisfacción. Ya desearía ella poder atreverse como él a tanto. Mas, no se atrevía a destruir las ilusiones de Fred, a pedirle el divorcio y huir a los brazos de Steve. ¿Los brazos de Steve? Se confronta a sí misma. Él seguí estando comprometido con la insufrible de Larissa, no había oportunidad entre ellos, excepto como amantes y aunque aquella mañana se dejó arrastrar por la pasión, no estaba dispuesta a convertirse en amante de Steve y a volver a traicionar a Fred. Nadie sabe como se sentía las veces que su mirada se cruzaba con la de él, mientras almorzaban o cenaban o cuando ella iba a darle las buenas noches antes de regresar a su habitación. Él era un hombre demasiado bueno como para ella juga