Yulek ha perdido toda esperanza a lo largo de su vida; sin embargo, su profesión como profesor es lo único que lo hace vivir a plenitud, alcanzando en cada una de sus notas lo que tanto ha soñado; ver el mundo desde su perspectiva. Él desea vivir como cualquier otro hombre; disfrutar, tener amigos, construir una familia. Sueña con encontrar una mujer que lo ame y lo acepte tal cual es, pero sus temores lo hacen un hombre solitario y frío. Esmeralda es un torbellino de emociones; tierna, alegre, humilde y muy soñadora. Cuando decide emprender un viaje a otro país para salir adelante y dejar todo su pasado atrás, no imaginó que sería tan difícil empezar de cero, pero la misma vida se encarga de poner en su camino un ángel que la llevará tomada de la mano a lo más alto del cielo...
Leer másA lo largo de los años he superado miedos, inseguridades y muchos acontecimientos que han marcado mi vida y me han hecho decaer en depresiones que, para muy a mis adentros, pensé que nunca podría salir de esos sentimientos tan angustiantes y sofocantes. No fue nada sencillo volver a ser yo, pero poco a poco fui recuperando la confianza en mí misma hasta creer en mí. Mi esposo, mis abuelos y las personas que me rodean siempre me han ayudado en todo, más cuando esas crisis aparecían de la nada y me atacaban cuando menos me lo esperaba.El tiempo es nuestro principal enemigo, sobretodo cuando dejamos perder oportunidades que nos trae cambios a nuestras vidas. Perdí mucho tiempo cuando me encontraba presa de las ansiedades, las depresiones y mis constantes miedos, por lo que, al momento de salir de ellas, disfrutar la vida al máximo junto a mis seres queridos ha sido lo más maravilloso de todo el proceso de mi terapia. Puede que aún queden algunas repercusiones en mi cabeza, y a veces sue
Con el pasar de los meses, empecé a organizar mi boda junto a mi abuela, mi mejor amiga y mi suegra. Entre las cuatro nos hemos encargado de todo; los pocos invitados, la decoración y la comida. Como Yulek y yo decidimos hacer la recepción de la boda en la academia, hemos hecho lo humanamente posible para que las clases no vayan a interceder con el día en que tenemos pactada nuestra unión. Mis abuelos llegaron hace un mes a vivir definitivamente con nosotros. Me hizo tan feliz que aceptaran la solicitud de su residencia permanente. Tenerlos conmigo era todo lo que necesitaba para sentirme plenamente en el cielo. Ahora, cada que necesito de un abrazo y un consejo, basta con caminar unos cuantos pasos de mi apartamento para que mis abuelos estén como siempre para mí. Mi abuelo, al saber inglés, no se le ha dificultado entablar socializar y entender el idioma, pero a mi abuela le cuesta mucho, ya que son pocas las palabras que logra comprender; no obstante, hace el esfuerzo de aprender.
Luego de minutos enteros en los que no me despegue ni un solo segundo de la ventana, Ana se acercó a mi lado y me tomó de la mano con suavidad. Ella más que nadie conoce mis mayores miedos, por eso trató de tranquilizar mis temblores con una suave caricia en el dorso de mi mano.—No tienes de qué preocuparte, ellos pronto van a regresar.—Han pasado treinta minutos...—El único autoservicio queda bastante retirado. Estoy segura que ya deben venir de camino — me sonrió cálidamente—. Tranquila.Por más en que trataba de no pensar negativamente, no podía. Ese mal presentimiento estaba instalado en mi pecho. Hace mucho había dejado de sentirme de esa manera tan horrible, quizás porque soy enemiga a muerte de pasear en auto y más a esta hora de la noche, pero la ansiedad de nuevo estaba comiéndome por dentro. Además, el tiempo no ayuda en lo absoluto.Me quedé con la mirada fija en la nieve, pensando en que todo estaba bien y que solo se trataba de mi paranoia jugándome una mala broma. No
Navidad estaba a la vuelta de la esquina, todos en casa de los padres de Yulek han estado emocionados y estresados por todo lo que la noche buena trae consigo, pero, aunque me encontraba feliz de compartir una navidad más junto a mi novio, en el fondo sentía una pizca de nostalgia y extrañeza por la falta que me hacen mis abuelos. Añoraba tenerlos esa noche a mi lado, pero tal parece que el consulado no está en funcionamiento en estas fechas, por lo que tenemos que esperar que pasen las festividades para recibir la respuesta de la residencia de mis abuelos.Observé con algo de tristeza sus regalos, y con un suspiro rendido los guardé en una bolsa nuevamente. Es en este momento donde las emociones eme rebasan y no sé cómo dejar de sentirme de esa manera tan horrible. Sé que los veré pronto, pero no es lo mismo. Un año sin darle un abrazo ha sido una verdadera tortura. Los extraño en demasía.Yulek estuvo dándome ánimos y diciéndome que ya habría más navidades para compartir con ellos.
La vida nos da muchas oportunidades a lo largo del camino, pero son muy pocas las que verdaderamente usamos para ser feliz. En mi caso, no solo por mis temores, mis inseguridades y mis marcas que, con el pasar del tiempo y mucho trabajo terapéutico, he ido liberando y sanando poco a poco, que tenía solo una para amar. Y, es que, entre millones de personas, solo una es capaz de hacerme reventar de felicidad con tan solo su presencia.Yulek apareció en mi vida exactamente hace un año para darle un giro a esta y hacerme ver el camino de la misma forma en la que él lo ha hace. Llegó para marcar mi piel y mi alma con la dulzura de sus besos y la abundancia de su amor. Sé que no somos seres perfectos, pues es natural fallar y tener errores, pero para mí él es el hombre más divino y perfecto que pueda existir. Su corazón guarda un amor hermoso, y que solo yo tengo el gusto de palpar cada segundo del día y la noche entre mis manos.Es sorprendente que ya haya pasado un largo y hermoso año a s
Estuvimos la mayor parte del día paseando y disfrutando de las cosas simples que se aprecian en la ciudad y creando momentos que durarán de por vida. Cómo ya era de noche cuando regresamos a la casa de Estela, dejamos la partida a mi pueblo a la mañana siguiente. Yulek y yo no dejamos de demostrarnos lo mucho que nos amamos ni un solo segundo.A la mañana siguiente Estela nos llevó a la terminal de buses para dirigirnos a Monguí; mi pueblo natal y, entre emocionada y nostálgica, no dejé de hablar sobre mis abuelos y todo lo que alguna vez hice para sobrevivir allí y ahorrar para poder irme a otro país a rehacer mi vida. Este viaje nos ha servido mucho para conocernos más, y eso que hasta ahora estamos iniciándolo.Al llegar a casa, mis abuelos nos recibieron con los brazos abiertos. Respirar el aroma del campo y de los animales me recordó lo mucho que añoraba mi hogar, que por más lejos que estuviera de casa, este siempre sería mi lugar en el mundo.Mi abuelo se llevó a Yulek a conoce
EsmeNunca había imaginado que llegaría a dar ese paso tan largo y significativo con Yulek. Me estaba reservando para el hombre que me llevara al altar, pero, a decir verdad, no me arrepiento de que fuera él quien tomó lo más preciado de mí. Yulek es el hombre más perfecto que pueda llegar a conocer a lo largo de mi vida, digno de admirar por toda una eternidad. Su dulzura, sus besos, sus palabras, su amor; todo de él terminó de fundirme en su cielo luego de aquel acto puro e inocente de amor. Si al día de mañana acabara todo, sería la mujer más dichosa y feliz de haber compartido tantas emociones y situaciones únicas a su lado, pero por ahora que lo tengo solo para mí, no puedo dejar de soñar en que nunca habrá un fin.Bogotá, una ciudad nublada y fría desde tempranas horas de la mañana. Hace mucho tiempo no pisaba este lugar, infestado de automóviles y motocicletas que circulan con poca rapidez por las calles debido a sus monumentales trancones. El sol, aunque haga su acto de presen
Y eso hice, la conocí con adoración y ternura, paseando mis dedos por sus pliegues sin llegar a penetrar y disfrutando de sus gemidos y del como se va humedeciendo cada segundo más. Mis padres me hablaron muchas veces sobre el sexo, pero fue mi padre quien me enseñó lo que debía hacer o no en mi primera vez. Por eso mismo me tomé mi tiempo de primero conocer lo que le gusta a mi meloncito, de distinguir cada una de sus formas con mi boca y mis manos, de leerla con la misma emoción y sorpresa con la que empecé a tocar mi violín y a conocer sus diferentes tonalidades.Conforme fui masajeando, sus gemidos se hicieron más constantes e incluso empezó a moverse contra mis dedos, pero no quería entrar en ella y lastimarla, por eso solo me dediqué a frotar y besar sus muslos e intercalar con su humedad. Lo cierto era que no podía contenerme más tiempo, estaba tan excitado, sintiéndola y escuchando sus finos jadeos, que pensé que en cualquier momento llegaría a mi propio goce.Ascendí nuevamen
El beso escaló demasiado rápido en solo cuestión de segundos. Cuando me separé de sus adictivos labios, ya me encontraba presionando su cuerpo contra la cama. Quería verla, contemplar sus ojos y recorrerla entera hasta fundirme en lo más profundo de su ser. Quiero llenarme de sus deseos, pero no puedo lanzarme así sin más. Lo que menos quiero es asustarla.—Lo siento, me dejé llevar. Aunque ya debes estar cansada de escuchar siempre lo mismo, pero es que no puedo controlar cuando me besas de esa manera tan salvaje. No soy de piedra, y siento como cualquier otra persona.—Yo también siento deseos; muchos siendo honesta, pero tengo miedo — fue lo que respondió, acelerando un poco más los latidos de mi corazón—. Esto es lo que hacen las parejas, ¿no? Tener sexo.—No quiero tener sexo contigo, yo quiero hacerte el amor, pero esperaré hasta cuando estés preparada.—¿Y si te digo que estoy preparada?No voy mentir, me sorprendió de sobremanera su comentario. La emoción cosquilleó en la boca