Elena Moonflower era una omega embarazada sin manada, sin dinero y sin reputación. Había escapado de su acomodada familia y de la posición de luna de la manada, comprometida con un poderoso alfa, solo para que no le quitaran el fruto de un amor prohibido con la persona incorrecta. Elena amo a su hijo desde que supo que lo había concebido, no le importaba que hubiera arruinado su vida, de manera que huyó de él sin pensar. Sin embargo, rápidamente se vio a sí misma en problemas cuando se encontró con la fría realidad; No podía criar a una criatura por sí sola. Conoció a Peter Bluenight justo cuando las cosas se le salían de las manos y sus antiguos alfas venían por ella y por su hijo, de manera que incluso cuando no quería hacerlo, tuvo que pedirle ayuda. No le podía pertenecer a todos, si solo le pertenecía a él.
Leer másUna buena madre era una madre con dinero. Elena no había estado en su habitación en un año y un par de meses, sin embargo, de alguna manera ya no se sentía como suyo en lo absoluto. Los colores azules resplandecían fuerte como la identidad de otra persona, algo que jamás fue suyo, pero se aferró a creer que sí. Aun así, fue un buen lugar para sentarse y simplemente llorar. No estaba segura de cómo, pero sí sabía porque, había algo en su madre que la asustaba más de lo que quería admitir, incluso cuando jamás fue siquiera golpeada por ella.Eran sus silencios los que hacían a su corazón temblar. Miedo, tristeza, rabia, era una acumulación de emociones que no podía entender cómo podían hacerle tanto daño, pero que definitivamente ocurrió porque ahí estaba llorando justo como hace un año con la prueba de embarazo entre sus dedos.Elena observó a su alrededor, secándose las lágrimas con más fuerza de la que debería, dándose cuenta de que podía sentir el olor de Harry en algún lado. Era
La idea de una buena madre es la idea de una madre con dinero.Elena observó en silencio a los adorables niños corriendo por el jardín de la casa de su madre, preguntándose a sí misma quienes eran y porque demonios estaban en el babyshower de su hijo. Ya había sido suficientemente malo el viaje de horas con Paul en su estado más enojado, con Peter en completo silencio y Noah haciendo su mejor intento de hacer todo más ameno en el viaje. Por supuesto, lo más terrible no ocurrió hasta que se bajó del auto y vio la parafernalia fiesta que su querida madre le había dicho era una “pequeña” reunión. Elena no era tan ingenua, ella ya esperaba algo así. No quería decir que no le molestaba. —Bonita forma de mostrar egocentrismo —comenzó a decir Peter, mientras observaba de nuevo la casa donde habían ido ni un año atrás—. Estoy casi seguro que si raspó la pared caerían pepitas de oro. —No seas absurdo —se quejó Elena, sintiéndose un poco estresada—. Pero el material puede valer tal cual com
Unos días después, Elena se encontró a sí misma aun con la duda de lo que era o no correcto para su hijo, por lo que, eso era lo que estaba en su mente mientras disfrutaba el viento en su rostro en el auto de Richards. Usualmente se encontraban los domingos, a veces con Paul, a veces solo ellos solos, justo como ese día. El alfa era bastante bueno para tener dinero, ese era el primer punto, ya que, no había problema en contratar una niñera por unas horas para que su pequeño Paul quedará en unas manos seguras donde descansar. Nunca eran más de tres horas, pero Elena aún sufría mucho sin tenerlo a su lado. Tal vez por eso estaba pensando con más fuerza en su futuro, porque lo extrañaba demasiado. —Hoy estás más callada que de costumbre —dijo de imprevisto Richards, atrayendo la atención de Elena—. ¿Ocurrió algo hoy?—Mi madre me visitó hace algunos días.—... Oh —Rich carraspeo un segundo, oliéndose incómodo—. No tenía idea. Ella volvió a mirarlo, sintiendo que mentía. —Ella implic
Los siguientes meses luego de eso pasaron tan rápido que a Elena ni siquiera se le ocurrió poner atención a algo más que a su hijo, hasta que se encontró cara a cara con su madre parada al otro lado de la puerta de su departamento. Lo más sorprendente de eso era que no había razón aparente para que eso sucediera, Elena había hablado constantemente con Richards, lo mantenía en su vida como un par de manos extra para cuidar a su hijo, aunque honestamente, con la ayuda de Peter poco era lo que necesitaba del otro alfa. Quizás para hablar cosas que no solía hablar con Peter, como un amigo más parecido a pretendiente, pero sin ser del todo pretendiente. Noah lo llamaba una amistad basada en una fantasía de potencial, porque Elena solo quería que alguien calentara su nido, pero tenía miedo de preguntar. Durante meses, ignoró que había descubierto eso. —La mal nacida de mi madre está golpeando la puerta —Y casi como si hubiera sido invocada, la mujer golpeó de nuevo en su entrada. —¿Qué c
Tenía que admitir que debió haberlo esperado, al final, Peter había ido comúnmente a su casa en búsqueda de Paul como si deseara pasar tiempo con su hijo, lo que era irónico y ni la mitad de incomodo que deberia ser, despues de todo a Elena le gustaba saber que al menos un alfa iba a cuidar de èl, incluso aunque no fuera su padre. Ahora, el olor que había alrededor era una historia diferente.No tenía idea de que podrían haber estado hablando o qué fue lo que ocurrió en el dia del alfa antes de verlo para que oliera de esa manera, sin embargo, una vez entró al departamento, había un débil olor amargo que le recordaba a enojo y tristeza, por lo que, hizo una pequeña mueca ante de eso, sintiéndose un poco ansiosa por alguna razón. Por supuesto, no iba a decir nada porque era de mala educación indicar algo como eso cuando los alfas, betas y omegas no podían controlarlo. Sin embargo, aun mirò a Noah con una mueca que revelaba su confusión, porque tampoco iba a ignorar que efectivamente l
Para ser justos, Elena supo que era un error apenas había enviado el mensaje, sin embargo, eso no iba a detener a su culpa, ni mucho menos a Richards. Los fuegos artificiales ya habían ocurrido, Peter había sostenido a Paul todo el camino por el muelle y la había ido a dejar a su casa intacta, sin haberle cobrado un simple dólar, cuando le llegó la llamada de su ex prometido. Claramente luego de enviarle ese primer mensaje, Elena había ignorado su telefono, sin embargo, jamás espero que luego de eso, lo que Richards hiciera fuera enviarle mensaje tras mensaje, contándole su vida, todo de ella y luego, diciéndole que no buscaba molestarla que llamaría luego de dos horas. Bueno, luego de dos horas era justo el momento en el que ella había dejado a Paul recostado a su lado y ahora estaba sentada en su nido frío. Y podía ser eso o todo lo demás, pero en ese momento, parecía una falta gravísima de respeto no responderle al hombre que estaba ofreciendo no solamente calentar su cama, sino,
Elena no estaba feliz de ver a Richards. Mucho menos de saber que su ex prometida había aparecido como un fantasma simplemente para hacerse ver, sobre todo el día de hoy, que era el día donde pensaba recompensar a Peter por toda la ayuda que había recibido de su parte. Ahora tenía a su antiguo prometido y a la antigua prometida del supuesto padre de su bebe. Era una relación complicada, por supuesto, en lo absoluto algo con lo que quería lidiar ahora mismo, así que dio un paso adelante, encarando a Rich incluso cuando a lo mejor no era lo que debería hacer ahora mismo, al final, eso solo creaba una reacción para el muchacho, le hacía ver que era la manera de hacerla reaccionar. —¿Qué haces aquí? —le pregunto, frunciendo el ceño. —Luces hermosa hoy —respondió el chico. Ella frunció los labios, porque le había gustado el cumplido. —Te pregunte qué haces aquí —siguió diciendo la chica, cruzándose de brazos—, no me siento cómoda contigo viniendo a mi casa desde que se robaron a m
Les obsequio una cuna. Elena no podía estar más molesta al respecto. Tenía un cabezal con dibujos de estrellas y un eclipse lunar, con medio lado lleno de soles y medio lado lleno de lunas llenas. El fondo estaba pintado como en la noche estrellada de Van Gogh, pero de un azul mucho más intenso. Elena se cruzó de brazos viendo como lo habían dejado en medio de su pequeño departamento, obstaculizando el camino hacia todos lados. Peter detrás suyo guardó silencio un momento, mientras cargaba a Paul. —Es grande —mencionò, mientras hacía el favor de cerrar la puerta detrás de ellos. —Lo peor es que ella sabe que es grande, por eso la pidió hacer de tal manera, para recordarme mi lugar y el de Paul —Elena se movió un poco más cerca, viendo los miles de regalos que había dentro—. Tenemos que regalar todo esto. —¿Cómo dices? —Si lo mantenemos ella sabrá que lo necesitamos. —Pero lo necesitamos. —La cuna que me dio el hospital es perfectamente funcional, ningún niño necesita una
Su madre había tenido nueve meses para pensar y Elena tenía que aplaudirle ante eso. No solo por lo que le estaba proponiendo, sino porque en minutos, había destruido todo lo que ella pensaba que su madre era. Elena había pensado que jamás había sido vista por la mujer, pero la realidad era otra, ahora, mientras hablaba, le dejaba claro que ella siempre había visto su cara real. Elena ya no era un misterio para esa mujer, lo cual no era tan cool como ella hubiera esperado, porque si de algo era buena su madre, era para utilizar sus desventajas como fortalezas. Ella sabía que Paul era la manera. —Podrás entender que si vuelves, si te quedas con nosotros, tu hijo va a sobrevivir el frío invierno, el caluroso verano y todo el viento del otoño —siguió diciendo la mujer, como si lo que dijera tuviera todo el sentido, porque por supuesto, lo tenía—. Sabes que aca estara mas que sano, cuidado y protegido. —¿Dices que aceptas a mi hijo? —le preguntó Elena, incrédula ante lo que escuchaba.