Dos vidas que el destino no fue muy amable con ellas, una que desde muy pequeña nunca tuvo nada, habiendo perdido el habla, siendo siempre el estorbo de su padre, sin conocer el motivo, hasta que él se atrevió a hacer algo atroz, venderla por un trago de vino. La muerte de su madre, la única que conocía la verdad, la cual la muerte, la toma de sorpresa llevándose consigo una verdad que podría haber cambiado la vida de Vicky. Años después su infortunio se repite con su primogénita, solamente que esta vez fue por una venganza. Ambas sufrieron en manos equivocadas, pero entre tanto dolor y sufrimiento el amor las alcanzo.
Leer másLa música empezó a sonar, anunciando la entrada de la novia, Nelson se dio la vuelta, miro a su mujer caminar del brazo de Andrés, está de lo más preciosa, le sonrió de manera coqueta, la pasión en ellos nunca se apaga, ella sabe cómo complacerlo, ambos se perdían en sus miradas de amor y deseo. Él está acompañado de sus padres. Andrés sonríe al entrar al salón y ser él quien entrega a su hija, miro a su esposa Rosalba, quien lo mira con dulzura y amor, la vida por fin le había devuelto la verdadera felicidad. Dentro de los invitados estaba su ahora cuñado y su novia, les sonrió y asintió con la cabeza. Por fin llegaron a estar frente al sacerdote y el novio, quien no deja de sonreír, le tomo de la mano para ayudarla a subir un escalón, Andrés abrazo a su yerno, le susurro al oído. —Cuida de ella, y sean felices— Se acercó a Vicky y le dio un beso en la frente, se retiró a pararse a la par de su esposa. El sacerdote se aclaró la garganta para llamar a atención de los novios. —Buenas
Al día siguiente él despertó, Vicky aún duerme, él se levantó, para llamar a su secretaria que cancelara cualquier reunión que estuviera programada por los próximos dos días, no quería separarse de ella. Quería estar con ella en estos momentos traumáticos para su mujer. —¡Buenos días, hijo! —se levantó Lucrecia, para darle un beso. —Buenos días, madre. —¿Cómo amaneció, ella? —pregunto mientras desayunaban. —Aún está dormida, ¿A qué horas vendrá el doctor? —No ha de tardar. —desayunaron sin decir más, él estaba ansioso, quería que el doctor llegara pronto, para que checara a su mujer, estaba preocupado porque ella quería pasar solamente durmiendo, también le quiere pedir que le recomendara un psicólogo. —Hijo, llego el médico. —Excelente. —salió del despacho de su padre a toda prisa. Ya el médico está checando a Vicky, quien se encuentra sentada en la cama, cubierta aún con la sabana. —¡Buenos días, Doctor! —Buenos días, señor Morris, ya estoy revisando a su esposa. —Aún no s
Al escuchar esas palabras, ella abrió los ojos, sabe que Pamela está desquiciada para expresarse de esa manera. Eso la hizo sacar fuerzas y como pudo la empujo con los pies, haciendo que ella cayera aún lado, Vicky se puso de pie como pudo. —Con mi familia no te metes. No soy ninguna sordomuda, quise ignorarte, para que me dejaras en paz, sin embargo, te ensañaste conmigo. —¡¡Hablas, puedes hablar y escuchar!! —la cara de asombro de Pamela—Sabía que no eras de fiar, soy una imbécil. —Claro que hablo y escucho, estás advertida si te metes con mi familia me encontrarás y no soy tan tonta como antes. —Crees que tengo miedo a tus amenazas, yo fui su novia primero, hasta que apareciste con tu carita de mama tengo hambre. Eres una ladrona, me robaste a mi hombre y mi fortuna. —No te gustaba, lo que te atraía de él era su dinero, mírate a dónde te ha llevado tanta ambición, aún no entiendes que el dinero no lo es todo. —Es sencillo decirlo cuando disfrutas de mucha fortuna, mírate, eres
Nelson y su prometida e hija viajaron a la Gran Bretaña, ya que tenían que arreglar una documentación para la boda civil, sus padres estaban ansiosos esperando que ellos llegaran, al verlos salir por la puerta de salida del aeropuerto, ambos levantaron las manos para ser visualizados por la pareja. Ellos miraron a la pareja emocionada que los esperaba con entusiasmo. —Mira amor, mis padres están por allá. —señalándolos. Vicky los saludo con la mano, de inmediato se acercaron, lo primero que hicieron fue abrazarse y tomar en brazos a su nieta, que la extrañaban mucho. Ambos hombres ríen al ver a la abuela consentidora, ya que ella ama a su nieta, es lo que tanto deseaba. —Mujer si apenas tenemos una semana de habernos venido. ¡Exageras! —Para mí fue una eternidad. Adoro a mi nieta, es que está linda y dan ganas hasta de no dejarla de besar, de hermosa que es. Se fueron de inmediato, Lucrecia no quiso que ellos se quedaran en un hotel, para eso estaban ellos, su casa es enorme, y po
Pamela perdió su trabajo como bailarina erótica, durante el tiempo que perdió al lado de Nelson ha pasado muchas necesidades y sobre todo pobreza. A tal punto que vive en un cuarto de mala muerte, junto con su madre, quien cada día se hace adicta al cigarrillo, ella dice que es debido a la ansiedad que la tiene al borde de la locura. —Hasta cuando hija, ya no quiero estar en esta miserable vida, haz algo. ¿Por qué no te contratan de nuevo? —Eso, trato, madre, pero no encuentro nada y el maldito Nelson desapareció del mapa, he ido varias veces a buscarlo a su oficina, donde funciona la industria de la moda, pero solamente el estúpido de Federico es el que siempre me atiende y el HDP me corre de ahí. —¡¡Imbécil!! Quien iba a decir que tendrían éxito con ese negocio. La madre de Pamela la obliga a prostituirse para pagar los gastos del cuarto y sus vicios, ella busca los clientes y cobra por adelantado, ya Pamela no soporta esa vida, ha llamado innumerables veces al número que tiene d
Jorge reconoció de inmediato a su media hermana, solo la había visto dos veces, pero Rosalba es una mujer difícil de olvidar. Los malos recuerdos vinieron a la mente de Jorge, quien odia a su madre por haberlo abandonado por irse con otro hombre, el padre de Rosalba. —Tanto tiempo si verte, Jorge —todos quedaron atónitos al ver que ellos se conocían. —Hola, Rosalba, nunca pensé verte y menos aquí. —¡Hermano! —Rosalba se tiró a los brazos de él, colocando sus manos en su cuello— Nuestra madre murió. Un escalofrío recorrió su columna al escuchar aquellas palabras, odiaba a muerte a su madre, ahora ella realmente está muerta, tenía tanto que decirle, pero el orgullo pudo más. Nunca quiso contestarles las llamadas, ella lo había abandonado cuando solamente era un niño, la extraño tanto, en momentos cruciales de su vida. Por causa de su padre, que le dijo muchas cosas malas de ella, que el odio creció con los años. — No me interesa saber de esa señora. Ella me abandonó. —Hasta cuando
Samy va pasando por el despacho que hay en su casa cuando escucha a su padre gritar con furia. Se arrima a la puerta para escuchar bien y cuando escucha lo que le está confesando Jorge, se le eriza el cuerpo. Es la peor burrada que está a punto de cometer. Entra si avisar. —¡Papá! —Hija, ¿qué sucede, porque entras así? —¡¡Ah es que, como te explico!! —mirando a Jorge queriéndole decir que cortara todo lo que piensa hacer— Pues Jorge y yo nos pensamos casar. —¡Casarse! —gritan ambos hombres. —Si amor, me imagino que eso le quieres decir a mi padre. —Jorge la mira con cara de confusión— ¡Vamos dale la fecha a mi padre! —insiste ella con firmeza. —Fecha, bueno, eso me tomo de sorpresa, entonces eso es realmente lo que me quieres decir, Jorge. —Bueno… No sé… bueno, es eso, lo que pasa es que… —¡Qué demonios te pasa! —le dice Carlos, al escucharlo tartamudear. — Es qué. —se rasca la cabeza— Quiero tu aprobación para casarme con Samy. —Es algo rápido, pero si eso es lo que quieren,
HABLA, VICKY. Desde pequeña he vivido muchas cosas crueles en mi vida, no ha sido fácil, desde pequeña carecí de todo lujo, pase hambre y mucho trabajo pesado para poder conseguir un bocado, mendigue por las calles de mi pueblo, hice trabajos de hombres inimaginables, mis manos carecían de estética por el trabajo duro. Ahora, Dios me ha bendecido, y he encontrado el amor de mi vida y mi verdadero padre, quien desde el primer momento me apoyó, ahora estoy aquí en esta enorme oficina, con lujos inimaginables y una hermosa bebita, que más podría desear. —¿Qué sucede amor, porque lloras? —me dice el amor de mi vida mientras entra a mi oficina con su rostro afligido. —Nada, es que estoy muy feliz, no sabes lo agradecida que vivo. —¿Qué dices? El que agradece por tenerlas soy yo, ser parte de tu vida es algo maravilloso. —Gracias por encontrarme esa noche y sobre todo por comprarme, sin ti no estuviera donde estoy hoy. —Estas donde debes estar y sobre todo conmigo, eres mi mujer y no
A la casa de Samy no dejan de llegar las rosas, su padre está comenzando a sospechar de que se trata el asunto. No es que no le guste la idea de que su hija esté siendo cortejada por algún chico, lo que le preocupa es el estado psicológico de ella. Tiene que saber de quién se trata, él sospecha que puede ser el amigo o familiar de alguna de sus amigas, porque con ellas se lleva más. —¿Para quién son estas bellas rosas? —indaga, con sutileza, su padre. —Son para la señorita, Samy. — le dice la empleada. —Es cierto eso, hija. Me gustaría saber quién es ese galán que ha puesto sus ojos en mi bella hija. —Es Jorge quien las envía, padre. —¡Jorge! ¿Cuál es el motivo? Bueno, sé que Jorge es caballeroso, pero esto es una exageración. —Eso mismo le dije, papi. Sin embargo, él insiste en hacerlo. —le dice ella sin interés alguno. Carlos no dijo nada más, se retiró hacia su estudio, sin perder tiempo marco al número de Jorge, quería salir de sus dudas, no permitirá que nadie se burlara d