Jorge reconoció de inmediato a su media hermana, solo la había visto dos veces, pero Rosalba es una mujer difícil de olvidar. Los malos recuerdos vinieron a la mente de Jorge, quien odia a su madre por haberlo abandonado por irse con otro hombre, el padre de Rosalba. —Tanto tiempo si verte, Jorge —todos quedaron atónitos al ver que ellos se conocían. —Hola, Rosalba, nunca pensé verte y menos aquí. —¡Hermano! —Rosalba se tiró a los brazos de él, colocando sus manos en su cuello— Nuestra madre murió. Un escalofrío recorrió su columna al escuchar aquellas palabras, odiaba a muerte a su madre, ahora ella realmente está muerta, tenía tanto que decirle, pero el orgullo pudo más. Nunca quiso contestarles las llamadas, ella lo había abandonado cuando solamente era un niño, la extraño tanto, en momentos cruciales de su vida. Por causa de su padre, que le dijo muchas cosas malas de ella, que el odio creció con los años. — No me interesa saber de esa señora. Ella me abandonó. —Hasta cuando
Pamela perdió su trabajo como bailarina erótica, durante el tiempo que perdió al lado de Nelson ha pasado muchas necesidades y sobre todo pobreza. A tal punto que vive en un cuarto de mala muerte, junto con su madre, quien cada día se hace adicta al cigarrillo, ella dice que es debido a la ansiedad que la tiene al borde de la locura. —Hasta cuando hija, ya no quiero estar en esta miserable vida, haz algo. ¿Por qué no te contratan de nuevo? —Eso, trato, madre, pero no encuentro nada y el maldito Nelson desapareció del mapa, he ido varias veces a buscarlo a su oficina, donde funciona la industria de la moda, pero solamente el estúpido de Federico es el que siempre me atiende y el HDP me corre de ahí. —¡¡Imbécil!! Quien iba a decir que tendrían éxito con ese negocio. La madre de Pamela la obliga a prostituirse para pagar los gastos del cuarto y sus vicios, ella busca los clientes y cobra por adelantado, ya Pamela no soporta esa vida, ha llamado innumerables veces al número que tiene d
Nelson y su prometida e hija viajaron a la Gran Bretaña, ya que tenían que arreglar una documentación para la boda civil, sus padres estaban ansiosos esperando que ellos llegaran, al verlos salir por la puerta de salida del aeropuerto, ambos levantaron las manos para ser visualizados por la pareja. Ellos miraron a la pareja emocionada que los esperaba con entusiasmo. —Mira amor, mis padres están por allá. —señalándolos. Vicky los saludo con la mano, de inmediato se acercaron, lo primero que hicieron fue abrazarse y tomar en brazos a su nieta, que la extrañaban mucho. Ambos hombres ríen al ver a la abuela consentidora, ya que ella ama a su nieta, es lo que tanto deseaba. —Mujer si apenas tenemos una semana de habernos venido. ¡Exageras! —Para mí fue una eternidad. Adoro a mi nieta, es que está linda y dan ganas hasta de no dejarla de besar, de hermosa que es. Se fueron de inmediato, Lucrecia no quiso que ellos se quedaran en un hotel, para eso estaban ellos, su casa es enorme, y po
Al escuchar esas palabras, ella abrió los ojos, sabe que Pamela está desquiciada para expresarse de esa manera. Eso la hizo sacar fuerzas y como pudo la empujo con los pies, haciendo que ella cayera aún lado, Vicky se puso de pie como pudo. —Con mi familia no te metes. No soy ninguna sordomuda, quise ignorarte, para que me dejaras en paz, sin embargo, te ensañaste conmigo. —¡¡Hablas, puedes hablar y escuchar!! —la cara de asombro de Pamela—Sabía que no eras de fiar, soy una imbécil. —Claro que hablo y escucho, estás advertida si te metes con mi familia me encontrarás y no soy tan tonta como antes. —Crees que tengo miedo a tus amenazas, yo fui su novia primero, hasta que apareciste con tu carita de mama tengo hambre. Eres una ladrona, me robaste a mi hombre y mi fortuna. —No te gustaba, lo que te atraía de él era su dinero, mírate a dónde te ha llevado tanta ambición, aún no entiendes que el dinero no lo es todo. —Es sencillo decirlo cuando disfrutas de mucha fortuna, mírate, eres
Al día siguiente él despertó, Vicky aún duerme, él se levantó, para llamar a su secretaria que cancelara cualquier reunión que estuviera programada por los próximos dos días, no quería separarse de ella. Quería estar con ella en estos momentos traumáticos para su mujer. —¡Buenos días, hijo! —se levantó Lucrecia, para darle un beso. —Buenos días, madre. —¿Cómo amaneció, ella? —pregunto mientras desayunaban. —Aún está dormida, ¿A qué horas vendrá el doctor? —No ha de tardar. —desayunaron sin decir más, él estaba ansioso, quería que el doctor llegara pronto, para que checara a su mujer, estaba preocupado porque ella quería pasar solamente durmiendo, también le quiere pedir que le recomendara un psicólogo. —Hijo, llego el médico. —Excelente. —salió del despacho de su padre a toda prisa. Ya el médico está checando a Vicky, quien se encuentra sentada en la cama, cubierta aún con la sabana. —¡Buenos días, Doctor! —Buenos días, señor Morris, ya estoy revisando a su esposa. —Aún no s
La música empezó a sonar, anunciando la entrada de la novia, Nelson se dio la vuelta, miro a su mujer caminar del brazo de Andrés, está de lo más preciosa, le sonrió de manera coqueta, la pasión en ellos nunca se apaga, ella sabe cómo complacerlo, ambos se perdían en sus miradas de amor y deseo. Él está acompañado de sus padres. Andrés sonríe al entrar al salón y ser él quien entrega a su hija, miro a su esposa Rosalba, quien lo mira con dulzura y amor, la vida por fin le había devuelto la verdadera felicidad. Dentro de los invitados estaba su ahora cuñado y su novia, les sonrió y asintió con la cabeza. Por fin llegaron a estar frente al sacerdote y el novio, quien no deja de sonreír, le tomo de la mano para ayudarla a subir un escalón, Andrés abrazo a su yerno, le susurro al oído. —Cuida de ella, y sean felices— Se acercó a Vicky y le dio un beso en la frente, se retiró a pararse a la par de su esposa. El sacerdote se aclaró la garganta para llamar a atención de los novios. —Buenas
Vicky es una pequeña que es activa e inteligente, cursaba su primer grado, su padre y madre estaban orgullosos de ella, siempre la mimaban, Vicky recibía el amor de su madre, más que el de su padre. Vivían en una humilde casa, que a pesar de la pobreza, ella nunca le hizo falta el alimento. Situada en un pueblo de florida, la pequeña pasaba horas jugando a la orilla de la hornilla de tierra donde su madre solía cocinar. Como era costumbre de todos los días, la madre cocinaba y la pequeña jugaba con su muñeca de trapo que su madre le hizo. Ese día en particular su madre no se sentía bien de salud, sin embargo, no le dijo nada a su hija, ya que al ser muy pequeña no comprendería, la pequeña de tan solamente seis años de edad, quien inocentemente jugaba alrededor de la hornilla. Su padre trabajaba en las afueras del pueblo, cuidaba una propiedad y hacía algunos trabajos dentro de ese sitio. —Vicky. —Grito su madre, la pequeña corrió al escuchar el ruido que su madre hizo dentro de la ca
La joven desconcertada lo miro con temor, se sentó en la cama, abrazándose a sí misma, aquel extraño se dio la vuelta, observándola detenidamente, y negaba con la cabeza y haciendo una mueca de aversión. Ella simplemente quiere irse a su casa, no entiende por qué su padre la dejo con esos extraños. — ¡Lo siento! Me doy por vencida, no puedo hacer nada por ti, nos tocaría invertir mucho dinero, y no considero que lo valgas mucho, te subastaremos así tal cual eres, espero que el jefe recupere, aunque sea el dinero que le dio a tu miserable padre. Eso le dio una puñalada en su corazón, no podía asimilar lo que estaba escuchando, su padre la había vendido a estos extraños. No comprendía por qué su padre le ha hecho eso, ella es una buena hija, nunca le ha dado problemas, negaba con la cabeza con frenesí. Siente que la cabeza en cualquier momento le explotara del dolor que le produce al querer expresarse, sin embargo, todo se le vino abajo al darse cuenta de que su propio padre le había d