A lo largo de los años he superado miedos, inseguridades y muchos acontecimientos que han marcado mi vida y me han hecho decaer en depresiones que, para muy a mis adentros, pensé que nunca podría salir de esos sentimientos tan angustiantes y sofocantes. No fue nada sencillo volver a ser yo, pero poco a poco fui recuperando la confianza en mí misma hasta creer en mí. Mi esposo, mis abuelos y las personas que me rodean siempre me han ayudado en todo, más cuando esas crisis aparecían de la nada y me atacaban cuando menos me lo esperaba.El tiempo es nuestro principal enemigo, sobretodo cuando dejamos perder oportunidades que nos trae cambios a nuestras vidas. Perdí mucho tiempo cuando me encontraba presa de las ansiedades, las depresiones y mis constantes miedos, por lo que, al momento de salir de ellas, disfrutar la vida al máximo junto a mis seres queridos ha sido lo más maravilloso de todo el proceso de mi terapia. Puede que aún queden algunas repercusiones en mi cabeza, y a veces sue
Dicen que los cambios son buenos, que nos sirven para ser mejor persona y no tener que seguir atados a un alguien o a un momento que nos hace daño silenciosamente. Quisiera pensar lo mismo, decir que cambiar física y mentalmente me sirvió para olvidar y no seguir aferrada al pasado, pero, por más que lo intenté, sigo anclada a lo que fue siempre mi vida.Entonces llegué a la conclusión que el problema era el lugar, aquel sitio que tanto dolor me trae y no me permitía seguir adelante como tanto quisiera hacerlo. Mis padres me dicen que si no suelto el pasado, nunca podré vivir un presente y soñar con un futuro, pero es imposible seguir mi camino estando en un lugar donde lo perdí todo.No era que tuviera dinero de sobra para darme lujos, pero sí tenía el suficiente dinero ahorrado para viajar y empezar de cero en un lugar fresco y nuevo. Tenía el presupuesto par
—No sientas pesar por una persona que no cuenta con las mismas capacidades que tú sí posees — me respondió estoico y con un dejo de rabia en su voz—. Que no tengamos la posibilidad de ver la basura que habita en el mundo, no nos hace menos persona.—No quise ofender... — me quedé pensativa, ¿acaso me llamó basura?—. En ningún momento te ofendí. No hay necesidad de llamar a una persona "basura".—¿Supones entonces que no fue así? — sonrió, en su hermoso y bello rostro se formó una sonrisa llena de burla—. No especifiqué que una persona sea basura...—¡Por las pulgas del perro! — vociferé—. No te vi,
Los días y las semanas se fueron en un abrir y cerrar de ojos. Me encontré sin saber qué hacer, desesperada y sin ninguna llamada que me diera alguna esperanza de trabajo. El dinero se me estaba agotando poco a poco. Empecé a reducir las porciones de mis comidas para que de esa manera me durara más lo poco que me quedaba en la alacena. La renta estaba a un par de días y me hacía falta dinero para pagarla. No podía darme mayores lujos. Estaba al borde de tirar la toalla y regresar a Colombia, pero una parte de mí no quería perder esta única oportunidad que se me había presentado en el medio del camino. No me enseñaron a rendirme a la primera difícultad.Algunas veces cantaba en la pequeña plaza de mi pueblo natal. Estoy consciente que no soy una ángel cantando, pero no lo
YulekLos designios de Dios me han dado un doloroso recuerdo de por vida que nunca podré desprender de mí, pero también me han hecho ver la vida de una forma diferente. Mi ceguera tiene algún propósito en este mundo, tal vez no sea bueno para mí, pero quizás sí es una enseñanza para las pocas personas que siempre me han rodeado.Desde pequeño nací completamente ciego a causa de una infección, por lo que desde que tengo uso de razón aprendí a desarrollar el resto de mis sentidos con naturalidad. Aunque fue muy duro saber que no tenía posibilidad de poder observar la luz del día y la de la noche, acepté mi realidad, pues sabía desde muy niño que no podía conocer ni siquiera el rostro de mis
—Espero que no te estés refiriendo a mí de esa manera por mi ceguera — bromeé en un tono más serio que de chiste.—¡No, por supuesto que no! O sea, me refiero a que... — como quisiera ver sus expresiones ahora mismo—. No tiene sentido. Lo que menos quiero es volver a tener una discusión innecesaria contigo. Ahora si me lo permites, tengo que seguir trabajando.—Me gustaría hacerte una propuesta.—¿Sobre qué? — respondió en automático.—De trabajo.—¿En serio? ¿Por qué? — se escuchaba sorprendida.<
EsmeMe había rendido luego de varias semanas en las que me vi en la obligación de seguir cantando en el parque para comer y ahorrar un poco de dinero. No quería regresar a mi país, pero tampoco tenía opción de quedarme en un lugar donde la estaba pasando realmente mal.Siempre hay un ángel dándonos abrigo sin que lo notemos a nuestro alrededor. Agradezco mucho que ese ángel me haya escuchado y me haya enviado a uno de los suyos para darme, aunque sea una oportunidad para no seguir en esa desesperación que me tenía al borde de la locura. Yulek no es un amor de persona conmigo, pero es un tierno bomboncito que le da mucho cariño a los niños cada día con su música. Da igual si me habla con sarcasmo, por obligación o n
No podía negar lo nerviosa que me encontraba por la presentación en la casa gubernamental de la ciudad. No es que tuviera miedo al público, pero me resultaba un poco diferente e incómodo cantar junto a Yulek, aún sabiendo que para él yo no era absolutamente nadie. Ni siquiera porque soy su empleada o compañera se ha dignado a hablarme. No entiendo por qué vive de mal humor, ignorando al resto del mundo como si el fuese un ser superior y el resto solo un polvo sobre su hombro.Llegamos desde muy temprano a la casa de gobierno para prepararlo todo con anterioridad. Los niños llegaban tiempo después en compañía de sus padres, por lo que aproveché que solo estábamos Yulek y yo en el salón afinando los instrumentos para cortar con ese silencio tan mordaz que ha tenido conmigo desde