SEGUNDO LIBRO DE LA BILOGIA “EL ARTE DE AMARTE". Annie creció, desarrollando la belleza heredada de su madre y tía. Volviéndose indomable, difícil y de un carácter tosco. Ya no quedo ni ceniza de la Annie dulce y noble de la niñez, se volvió toda una mujer, amargada y enojada con la vida. La rebeldía la caracterizaba en su mayoría, pero en el fondo seguía siendo ella. Logró entrar en la mejor universidad de arte de la ciudad, eso la mantenía entusiasta y muy elocuente. Amaba pintar y había llenado de murales la enorme mansión Silver-Boland. La vida de Annie comienza a pender de un hilo, cuando una gran verdad sale a la luz. Archie Lavlondè Silver, sobrino de Alessandro Silver, es alfa de la manada Lavlondè. Llega a la ciudad para estudiar finanzas y negocios, para poder asumir el puesto en la prestigiosa empresa de su padre. El multimillonario Adolff Lavlondè, por lo que su madre preocupada del adolescente, decide enviarlo con su tío. ¿Qué sucede cuando Archie encuentra a su mate en la sobrina de la mujer de su tío? ¿Y si Annie aborrece a Archie? ¿Por que no quiere un mate? ¿Qué ocurrirá entre esta rebelde adolescente y este dominante alfa?
Leer másMi corazón latía muy rápido, no podía ni siquiera mirarlo a los ojos, él estaba aquí declarándome su amor y yo solo estaba usándolo a mi favor. Me moría de remordimiento, mis manos estaban sudando y no paraba de pensar en que haría, llene mis pulmones de aire y pensé muy bien en una respuesta que me diera más tiempo, tampoco quise herir a Archie, no se lo merecía. Pero ¿Cómo le hacia entender que no tenía cabeza para otra cosa que no fuera resolver toda la locura que se había desatado en mi vida? Dante clavó sus ojos en los míos, no los apartaba y entonces me tomó de las manos, abrió espacio y me abrazo con fuerza, repose mi mejilla en su pecho.—Vale, hasta yo me he asustado, tranquila…—alarga, deja un beso en mi cabello. —, sé que tengo que ser paciente contigo, principesa… es solo que te miró y me envuelven las ansias.—Dante, yo… solo necesito esperar a mi cumpleaños, creo que es la única pieza del rompecabezas que se volvió mi vida, ¿entiendes? —digo ahogando un suspiro, él asien
La pelea entre ambos trogloditas me estaba desesperando, se estaban lastimando y me sentía muy culpable, nadie parecía querer interferir, a lo lejos observé a Mar parqueando su presuntuoso auto negro, corrí despavorida hasta ella, al verme me sonrío y la tomé del brazo con fuerza llevándola a rastras hasta el gran ring que se había formado, me reprochaba que estaba siendo “grotesca”, pero ignorándola la seguí arrastrando, al verlos se quedo paralizada.—¿Qué está ocurriendo? ¿Se pelean por ti? ¿A que sí? —divierte y la miro mal.—¡Usa tu encantamiento! —exclamó con zarandeando sus hombros. —, Detenlos o se matarán, por favor. —pido y ella asiente repetidas veces, musita sus palabras en otro idioma y ambos quedan totalmente paralizados, respiro profundo. —, gracias, hadita.Todos bufan diciendo que “somos aguafiestas y arruinamos la diversión”, los miro con mis ojos entrecerrados y todos se dispersan para ir a sus clases, la pelea ha terminado o eso quería creer, Mar los desencanta cua
El sol resplandecía como nunca, brillando tanto hasta encandilar a cualquiera que se atreviese a mirarlo por mucho tiempo, los rayos que habían entrado por mi ventana, me hicieron despertar sin siquiera escuchar mi alarma. Tome una ducha y me vestí con lo primero que encontré, mis emociones seguían a flor de piel, había sido mucho para un día, visite a Hannah, me enteré de las verdaderas intenciones de “mi familia”, la muerte de Abby, la visita al cementerio, el ingreso de Mia al hospital, era mucho para procesar, ahora me sentía un poco menos abrumada, respire profundo y me observe en el espejo, mi cabello estaba reseco, debajo de mis ojos había bolsas oscuras, mi rostro estaba pálido sin color, lucía fatal. Decidí hacer algo por mí, tomándome el tiempo necesario para maquillarme un poco y arreglar mi cabello, luego de conseguirlo baje a desayunar con todos, ayer en la noche había decidido que no le contaría nada a Mia, todos habíamos llegado de la clínica bastante cansados como para
La brisa azotaba mi rostro con furia; y no era para menos, iba a 200k/h, no quería frenar, esquivaba a la perfección cualquier auto u obstáculo, mi mente estaba nublada, mi corazón consternado y mi consciencia me reprochaba el no haber salvado a Abby, pude haberla llevado a casa, estaba segura que si mi orgullo no me hubiese cegado tanto, ella estaría aquí, viva y ayudándome a buscar respuestas, otra amiga que perdía y por mi culpa, otra vez. ¿Acaso era tan horrible persona? ¿En qué me había convertido? Sentía que me ahogaba, mis manos estaban entumecidas y mojadas, me detuve en seco, casi chocando con un enorme árbol. Respire profundo, anochecía y era hora de enfrentar mi realidad, necesitaba decirle a Mia todo lo que había descubierto y preguntarle si ya lo sabia y por eso me sobreprotegía tanto, mi teléfono me sacó de mis pensamientos, lo rebusque en mi chaqueta y vi el nombre de Archie en la pantalla.—¿Qué quieres? —inquiero deslizando mi dedo por la pantalla, escuchó su respirac
Los años no habían pasado en vano para Hannah, lucía igual de mediocre que siempre. Su mirada vacía y su piel tan pálida, me recordaban los peores años de mi niñez. Tragando saliva y aclarando mi garganta, me prepare para enfrentarla. Ella solo me observaba, era como si le alegrase mi visita, pero al mismo tiempo le recordara lo miserable que es su vida aquí encerrada. ¿Cómo es posible que su abogado quiera sacarla? Es una delincuente, no hay esperanza para ella, sus decisiones siempre son erradas y sin sentido.—¿Madre? Puff, Hannah ambas sabemos que eso te quedo grande, demasiado, para ser honestas…—alargue atacándola, se removió con una sonrisa sarcástica. —, si crees que vine a hacerte visita social estas más loca de lo normal o en tu caso drogada…—ataque nuevamente, su sonrisa decayó y se sentó con postura seria.—¿A que viniste, Annie? —inquiere con seguridad. —, ¿A presumirme lo buena madre que es la idiota de Mía? ¿A presumir de tu perfecta vida? ¿O acaso quieres algo de mí? —
En todo este tiempo, no había conseguido respuestas, solo el doble de preguntas. ¿Cómo se suponía que lograría sacarme todas las dudas? Mi mente no descansaba desde hace mucho tiempo, vivía sobre pensando a diario, con una ansiedad muy paranoica y con bastante intención de encontrar la verdad. ¿Cómo haría que Mía me dijera todo lo que se ha guardado? ¿Cómo haría que Damián y mi padre hablaran también? Necesitaba de sus versiones de la historia, necesitaba respuestas o seguramente perdería la cordura para siempre.—¿No piensas responderme? —inquiere dante zarandeándome un poco, sacudo mi cabeza y fijo mi mirada en él. —, Ann me estas haciendo perder la paciencia… ¿Por qué carajos lo dibujaste a él y no a mí? —refuta con recelo, mientras yo trago saliva. Niego con mi cabeza y antes de responderle pienso muy bien, quería insultarlo y advertirle que no podía hablarme de esa forma sin recibir una consecuencia, pero también recordaba mi plan con mar, no podía fallarle a la hadita.—¿Por qué
Al día siguiente desperté sintiendo como si todo lo que había sucedido era un sueño. Pero en el fondo sabia que por mucho que lo desease, no era así, todo era real. Suspirando arrastre mis pies hasta la ducha, me refresque con el agua helada, me vestí con lo primero que encontré y baje a desayunar. Para mi sorpresa solo se encontraba mi tía, no había rastro de los Silver. Respire con tranquilidad y me tome asiento al lado de Mía, la saludo con un beso en su mejilla, me sirvieron mi desayuno y esperaba algún comentario de mi tía.—¿Lo sabias no es así? —inquiere sorprendiéndome, la miro confundida, sin entender a que se refería. —, ¿Archie te lo había dicho antes? —responde inquiriendo, dándome a entender. Suspire asintiendo. —, ¿y por qué no lo dijiste?—Porque creía que era mentira, que lo decía solo para acercarse a mí…— alargo y ella hace un gesto. —, tía, no tengo interés en tener un mate… ¿Cómo lidiaste con ser la mate de Alessandro? —inquiero y ella me da una sonrisa pequeña, ap
Después del emotivo encuentro, tomé asiento frente a la figura paterna que ahora tenia frente a mí, mirándome atento, estudiando cada movimiento, me sonreía con tanta sinceridad que de alguna manera lograba llenar ese vacío que por tanto tiempo sentí en mi pecho. Me encontraba en una especie de trance, una ensoñación tan mágica y placentera que no quisiera salir jamás. Me acomode en mi asiento luego de que por estar divagando casi hiciera caer las copas de cristal, Damián era muy dulce y atento conmigo, mientras que mi padre parecía querer saberlo todo de mí, ir de espacio no entraba en sus planes al parecer.—Me contó Damián que estudias arte, no sabes lo orgulloso que me siento de que hayas heredado mi talento. —comenta contento, luego de darle un sorbo a su copa, le sonrío en respuesta, se siente bien que admire esa parte de mí, la que más me gusta y aprecio.—Gracias, desde niña siempre disfrute pintar. Ahora sé la razón… —alargue siguiéndole su comentario, me dio un asentimiento
cuando era más pequeña, tendría quizá unos diez, solía pensar que Hannah solo estaba confundida y perdida en su mundo de drogas. Claro que, siempre mantuve la esperanza de que se recuperaría, o al menos lo intentaría por mí… luego crecí y madure, congele mi corazón para protegerlo de tontas esperanzas y falsas ilusiones. Y ahora estaba a punto de conocer a mi verdadero padre. Sentada frente a Mar, ni siquiera podía escucharla o prestarle atención, me hablaba de muchos temas a la vez y mi vista estaba fija en ella, pero mi mente divagaba. Por primera vez en años, sentía nervios y mucha ansiedad. ¿Cómo seria él? ¿Acaso me quiere sin nunca haberme conocido? ¿Y si le decepcionaba saber lo que soy? Estaba tan ansiosa, el reloj parecía no querer avanzar y yo no podía evitar mirar las manillas cada cinco segundos. —¿Estas escuchándome? No se ni para que pregunto si es claro que no. —inquiere cruzándose de brazos, agito mi cabeza y la miro con atención. —, ¿en que tanto piensas? ¿Es por lo de