04.

Muchas veces he tentado a la suerte y hoy no sería la excepción, volvería a enfrentar a Lui y esta vez la situación no pintaba nada bien. ¿En que estaba pensando Abby cuando decidió robarle drogas a ese matón? Acelero el manubrio de mi moto y el rugido del motor me hace vibrar, tengo la adrenalina a mil y Hunter se abraza con fuerza a mi cintura. Para nuestra suerte, se mejoró bastante rápido de la paliza que le dio Archie en la pelea de hace días. Mis manos sudan un poco y las limpio con mi pantalón, al llegar a las bodegas que Lui usa para almacenar sus porquerías, me estaciono a distancia. Bajo con cautela de la moto y Hunter me sigue, caminamos a paso rápido y escuchamos un grito despavorido de Abby, mi corazón se achica y siento que esta apunto de paralizarse por el miedo. Suspiro y tragando saliva le tiendo una de las armas que le robe a Alessandro de su despacho, tomo la otra con fuerza y respiro profundo, llenándome de valor para lo que esta por acontecer, Lui es un hombre despiadado y maquiavélico, no podíamos darnos el lujo de venir desarmados. Claro que se defenderme muy bien, se lo debo al tío Samuel. Ya que gracias a él aprendí a usar armas y defensa personal, es nuestro secreto, si mi tío Alessandro se enterara, lo colgaría vivo.

Nos acercamos hasta el sitio de donde provienen los gritos desesperados de Abby, respiro profundo al divisar a Lui tomando su cuerpo y amenazándola con empujarla a la alcantarilla donde tiene a su exótica mascota, Franky, el cocodrilo. Su llanto congela mi corazón, Lui esta acompañado de dos hombres, lo cual es bueno porque seriamos dos contra tres, le doy un asentimiento a Hunter y lo preparo para enfrentar la situación.

—¡Espera, espera, Lui! ¡No me mates! ¡Si me matas no podre pagarte! —suplica mi amiga y su llanto descontrolado remueve en mi interior—, ¡Por favor, piedad!

—¡Ya cállate! —responde Lui con una sonrisa psicópata—, Debiste pensarlo mejor antes de robarme, asquerosa ladrona—escupe, le hace un ademan a unos de sus hombres y este destapa la alcantarilla, el chasqueo del agua, me eriza los vellos.

—¡Alto ahí, Lui! —espeto con furia, caminando rápidamente hasta él, lo apunto con el arma y su rostro cambia al ver que Hunter apunta a su cien. Fui mas inteligente y envié a Hunter por su derecha, le llegaría de espaldas y ganaríamos ventaja.

—Mi princesa traviesa, ¿acaso serias capaz de dispararme? —me pregunta con cinismo, a pesar de estar en una situación terrible, sonríe con diversión. Sus hombres nos apuntan también. —, Bajen sus armas chicos, ellos no son peligrosos…—alarga y entonces le quito el seguro a mi arma.

—Me causa ternura que creas que no seria capaz de dispararte—respondo desafiante y él sonríe mostrando sus dientes—, Pero el asunto es que, no me costaría ni un poco descargar todas las balas en tu cabeza. —le devuelvo la misma sonrisa que me dio y su rostro se torna serio.

—Mi princesa resultó ser toda una delincuente…—responde con una sonrisa de lado, alza sus manos en señal de paz—, Se que viniste por ella, si me pagas lo que me robo me olvidare de esto—responde encogiendo sus hombros, ruedo los ojos y asiento.

—¿Cuánto te robo? —pregunto desconfiada.

—Doscientos—responde serio—, ¿Por qué sigues protegiendo a estos ineptos? —me pregunta retador.

—No podrías entender lo que es la amistad, Lui—respondo y bajo mi arma para sacar el fajo de billetes de veinte dólares que guarde en mi chaqueta—, Toma tu asqueroso dinero—finalizo entregándole el fajo y el asiente.

—¿Y la seguirías defendiendo aun si supieras que ella te traicionaría con tal de salvar su trasero? —me pregunta con una sonrisa llena de sarcasmo, lo miro confundida y paso mi mirada a ella quien niega repetidas veces con temor. Hunter me da una mirada sorprendido.

—¿De que m****a hablas, Lui? Si es uno de tus estúpidos jueguitos, juro que te disparare—amenazo y él sonríe de lado, ¿Por qué sonríe tanto? Me pone los pelos de punta, su constante risa chueca.

—Ahora que me pagaste, no hay porque usar violencia. ¿podrías dejar de apuntarme? —pide y ruedo los ojos, bajo mi arma pero la mantengo empuñada en mi mano, no es nada confiable. Hunter baja su arma, pero se mantiene alerta de los otros dos hombres de Lui. —, Brandon, enséñale el video a mi princesa, por favor—ordena y su hombre asiente, mete su mano en su chaqueta y lo apunto por precaución, él saca un teléfono celular teclea algo en el y me lo tiende.

Le pongo play y mi corazón se hunde al escuchar como Abby al ser amenazada, le dice a Lui que podría conseguir mucha pasta si me secuestra, que mis tíos tienen mucho dinero y pagarían cualquier cantidad por mi rescate. También le dice que podría ayudarlo, que conoce muy bien mi casa y mi rutina diaria. Mi corazón se estruja aún más, mis ojos pican y lagrimas amenazan con salir, pero parpadeo muchas veces y las evado, no soy débil y nunca he llorado. Y claramente esta no seria la primera vez, le doy una mirada cargada de dolor a Abby y ella se rompe en llanto.

—¡No es lo que piensas, Annie! ¡Lo dije para sacármelo de encima! ¡Sabes que jamás te haría algo así! —intenta excusarse, pero me cegué por la rabia. Una persona se conoce en las peores circunstancias, si el caso hubiese sido al revés, ni siquiera hubiese pasado por mi cabeza el solo hecho de traicionarla. Soy una persona muy leal a lo que siento y a las personas que quiero. —, ¡Annie, no puedes creerle! ¡Vamos, es Lui! ¡Sabes que es una escoria mentirosa!

—Puedo ser muchas cosas, querida, pero no soy un perro traicionero como tu—le responde el mencionado con una sonrisa de satisfacción—, Princesa mía, ella no merece la pena, le queda muy grande tu amistad.

—La deuda esta pagada, no tengo nada que hacer aquí. —respondo fría, le doy una mirada triste a Abby y la poso finalmente en Hunter—, ¿Vienes? —él niega con su cabeza. —, Eso pensé—respondo triste.

Tragando saliva y sintiendo como mi corazón pende de un hilo, camino con fuerza hasta donde deje a mi ducati. Subo en ella y doy una mirada a las bodegas, Lui subió a su auto con sus hombres, mientras Abby y Hunter caminaban saliendo del lugar. Había sido traicionada por la misma persona que me encontraba aquí, arriesgue mi pellejo por ella, mientras ella pensaba en servir de carnada para mi propio secuestro. ¿Qué clase de amiga tenía? Suspirando hice rugir el motor de mi bebe y arranque sin reparos, fue inevitable no sentir la humedad en mis mejillas producto de las saladas lagrimas que se resbalaban por mis ojos. Pero, para no herir aún más mi orgullo, diría que me entro una b****a en el ojo. Llegue sumida en dolor a la mansión, pase los guardias y entre por la puerta trasera, guarde mi moto y estaba por subir a mi ventana cuando la figura masculina de alguien capto mi atención, era Archie. Estaba sentado en una de las grandes ramas del árbol que usaba para treparme a la ventana de mi habitación.

—¿Por qué lloras? ¿Te hicieron algo? —pregunta con cautela al verme, niego con mi cabeza y me trepo al árbol. Me siento en la rama paralela a él. —, Puedo sentir tu tristeza de aquí a mil kilómetros, ¿Qué ocurrió, Annie? —interroga.

—¿Podrías darme un estúpido abrazo sin hacer tantas preguntas? —pido y a pesar de que se sorprende, asiente y lo hace. Me largo a llorar en su pecho y él acaricia con suavidad mi cabello. —, ¿Alguna vez te han traicionado?

—¿Quién te traicionó? ¿Fue ese idiota de Hunter, tu novio? —pregunta y por alguna razón, me rio. Pero niego con mi cabeza—, ¿entonces?

—Primero, Hunter no es mi novio y segundo no respondiste mi pregunta—respondo y puedo ver a través de mi cabello como sonríe.

—Bueno, si cuenta como traición que tu hermana se coma tu pedazo de pie de limón que guardaste en el refri, sí. —responde con una sonrisa suave y logra hacerme sonreír de lado. —, ¿Qué ha sucedido, Annie? No eres ni sombra de la chica rebelde y grosera que me choco en el estacionamiento de la Universidad. —divierte y golpeo su hombro. Me repongo y recuerdo que no soy una debilucha.

—Si le dices a alguien de esto, te golpeare—respondo y limpio mi cara—, Me traicionaron personas que amo, que considere familia y que me jugué el pellejo por ellos muchas veces…—alargue sin especificar.

—Hunter y Abby…—completa y suspiro asintiendo. —, Bah, son unos idiotas. Vales mucho Annie, eres jodidamente increíble. Si te traicionaron, ellos pierden, no tu.

—Gracias, supongo—respondo y me pongo de pie, brinco a la ventana y subo en ella. —, No eres tan idiota después de todo, gracias, Archie—digo y cierro mi ventana con seguro.

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