La espera había terminado, hoy finalmente después de esperar meses, entraría a la universidad. Mi amado sueño de ser una artista profesional comenzaba. Me desperté con energía y tomé una larga ducha, cantaba mis canciones favoritas, mientras pensaba que ponerme. Al salir del baño enrolle mi cuerpo en una toalla suave y camine hasta el armario, busque entre los colgadores, me detuve al mirar la chaqueta de cuero color rojo que me había obsequiado Abby en mi cumpleaños el año anterior. No sabia nada de ellos desde el lunes que sucedió todo en las bodegas de Lui. ¿Por qué me traicionaron? Jamás hubiese hecho algo así, no a ellos. Con algo de nostalgia la tome en manos y la saque, también tome una camiseta sin mangas de unas de mis bandas favoritas de rock en color blanco, termine colocándome un vaquero azul celeste, la camiseta, la chaqueta de cuero roja y mis tenis blancos. Deje mi cabello suelto y me maquille un poco, tome mi bolso con algunos libros que indicaban y las llaves de mi ducati, el casco, mi teléfono y baje a la cocina a desayunar con la familia feliz. Al llegar vi a Mia sirviendo un plato enorme con una torre de panqueques, mientras que Rosa servía café, mermeladas, fruta picada y jugo de naranja.
—Buenos días—salude sentándome en el asiento de siempre, no había rastro de Alessandro. Y al parecer tampoco de Archie, le di un sorbo a mi café y me serví dos panqueques.
—Buendía, cielo—saludo mi tía alegre—, ¿Contenta por tu inicio de clases? —pregunto y asentí en silencio.
—Buenos días, familia—saludo Alessandro y rodee los ojos cuando le dio un fogoso beso a mi tía en los labios.
—¿Y se consiguen una habitación? —pregunte con sarcasmo y ambos se rieron con complicidad.
—Buenos días, para todos—saludo entrando al comedor, Archie. Volví a rodar los ojos, ¿Por qué todos teníamos que desayunar a la misma hora? Era irritante.
—Cielo, puedes irte con Archie, así no manejas esa máquina del demonio—pide mi tía refiriéndose a mi moto y casi escupo el jugo de la impresión.
—¿Enloqueciste? No pienso irme con él, mucho menos dejar mi ducati—respondo, cruzándome de brazos.
—Annie—reta Alessandro y ruedo mis ojos. —, No le hables de esa manera a tu tía, ya sabes que se pone se sensible cuando está en sus días…—advierte y suspiro.
—¡Que no estoy en mis días! —responde y ahogo una risita. —, ¡Te vas con Archie y es todo! —replica y ruedo los ojos por decima vez.
—Oblígame—respondo desafiante y tomo mi mochila de la silla, salgo a paso rápido de la enorme casa y busco mi ducati.
Subo en ella y sin pensarlo dos veces, me pongo mi casco y hago rugir el motor, ese sonido que me renueva. Conduzco con tranquilidad hasta la universidad, al llegar aparco en un puesto libre y mi corazón late con fuerza al ver a la lejanía en la entrada a los chicos, Hunter y Abby están sentados en la escalera grisácea. Le pongo la alarma y me saco el casco, camino con nerviosismo hasta ellos.
—Hola, Ann—saluda Hunter, Abby me da una mirada cargada de emociones.
—¿Qué hay? ¿Qué hacen aquí? —pregunto, pasando un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Ann, la cague, lo sé, ¿vale? Pero…no puedo vivir sin ti—responde Abby, la miro con diversión. Sabe que odio los romanticismos y esa frase es salida de una película cursi que no nos gusta—, ¡Golpéame si te hace sentir mejor! —exclama y la miro mal.
—¿Por qué lo hiciste, Ab? Yo nunca te traicionaría, ni a ti ni a Hunter—respondo cruzándome de brazos—, ¡Somos familia! ¿Acaso sabes lo que eso significa?
—¡Mierda, lo se! Soy un asco, pero joder, estaba tan asustada. ¡Creí que de verdad me lanzaría a Franky! —responde desesperada y la miro con tristeza.
—Lo siento chicos, tengo clases…—alargo y doy un paso para continuar y subir las escaleras. Hunter me detiene del brazo.
—¿Estamos bien? —pregunta generalizando, pero niego con mi cabeza.
—No puedo volver a confiar en ustedes, ¿Cómo se que no me traicionaran cada que estén en aprietos? —pregunte triste, ellos me miraron con su boca entreabierta, pero asintieron, dándome la razón. Una vez se pierde la confianza, es muy difícil recuperarla por no decir imposible.
Los vi marcharse en la lejanía y sentí doler mi corazón, pero por mucho que quisiera no podía volver a confiar ciegamente en ellos, al menos no como antes. Suspirando sostuve mi mochila con fuerza y camine hasta mi casillero, guarde mis libros y mi casco. Cuando cerré la puerta, casi me da un infarto al ver el rostro de una chica.
—¡Por dios, eres una loba! —exclama con emoción y la miro con los ojos como platos. ¿Cómo lo supo? Aun no tengo la mayoría de edad, para convertirme y mucho menos tengo el olor.
—¿Quieres que te preste un megáfono y así lo puedes decir mas fuerte? —respondo rodando los ojos.
—¡Lo siento, lo siento! —se disculpa avergonzada—, Soy Margaret, un hada de los elementos—se presenta y me rio.
—¿En serio? ¿un hada? —pregunto y ella me mira mal, pero eleva su mentón.
—¿Qué tiene? —refuta, lo medito un poco.
—¿Qué no existen quizá? —respondo y ella abre mucho su boca, está indignada.
—¿Acaso crees que solo existen los lobos? —me pregunta con una risita burlona y se cruza de brazos, encojo mis hombros con indiferencia. —, Pues deberías salir de tu burbuja, existimos muchas mas especies.
—Como digas, hadita—respondo con burla y susurra algo dejándome paralizada en mi lugar.
Intento moverme, pero es imposible. Ella se ríe y asiente con suficiencia, la miro mal. Hago gestos para intentar moverme y ella se ríe aún más fuerte. Se está burlando de mí, no puedo creerlo. Vuelve a susurrar algo y recupero la libertad de mi cuerpo. La fulmino con la mirada y amenaza con su dedo.
—Eres rara, me caes bien—respondo y ella sonríe. —, Pero no por eso seremos amigas. —completo y su sonrisa se desvanece.
—Es una pena, porque llevo un año aquí y conozco todas las instalaciones…—responde y me hace dudar un poco. No me vendría mal un poco de ayuda para encontrar mi salón de clases.
—Bien, hadita. Seremos amigas—respondo rodando mis ojos nuevamente y ella asiente contenta.
—Deberías tener mas respeto por las demás especies, este lugar está lleno de todo tipo de criaturas…—responde y me encojo de hombros. Rueda sus ojos y enlaza su brazo al mío, guiándome por los pasillos. —, Mira, ella es Ester, una sirena, él es Patrick un hombre lobo también, ella es Morgana, una bruja de un linaje muy poderoso, ella es Violet un hada como yo…—comenta parlanchina y yo ruedo mis ojos por lo cotilla que es. Mi vista se cruza con la de un chico de tez muy pálida y cabello castaño, su camiseta blanca deja ver la cantidad exuberante de tatuajes que tiene por todo su cuerpo.
—¿Y él? ¿Quién es? —pregunto con intriga. Me cautivo su aire de chico malo.
—Ni te emociones, es Dante Liberi. Un vampiro muy cruel…—menciona y me da una especie de escalofríos.
—¿Y por que es cruel? —pregunte con curiosidad.
—No quieres saberlo, créeme—responde y se detiene en seco—, Bien, aquí es tu salón. Nos vemos luego—se despide y la pierdo de vista entre tantos estudiantes.
Estaba por entrar a mi salón, pero todo paso muy rápido. En un momento estaba en el pasillo lleno de estudiantes y en otro estaba en un salón abandonado en el ala este de la universidad. Aterrada, busque al o la causante de ello. Pero me tope con unos ojos tan rojos como la sangre, el chico guapo del pasillo, el que era un…vampiro me miraba expectante. Trague saliva y alce mi rostro con frialdad.
—¿Quién eres y por qué me trajiste a este lugar? —pregunte con seriedad, manteniéndome serena y cruzando mis piernas.
—Ya sabes quien soy, esa cotilla de Margaret te lo ha dicho—responde con seguridad, su aire de superioridad me agrada—, Te traje aquí porque me estabas enloqueciendo con tu olor.
—¿Eso es bueno o malo? No te comprendo—respondo confundida, su sonrisa se ensancha.
—Adorable, aparte de exquisita—responde y con una mega velocidad se acerca mucho a mí.
—No soy adorable, ¿Qué sucede contigo? —respondo apartándolo de mi con fuerza. —, ¡Devuélveme a mi salón de clases! —exijo y se ríe con burla.
—¿Cómo es tu nombre? —pregunta con curiosidad evitando mi exigencia, ruedo mis ojos y bufo. Comienzo a sentirme incomoda y atacada.
—¿Por qué debería decírtelo? —respondo en su dirección y achico mis ojos.
—Porque necesito saber el nombre de mi tua cantante. —responde con una sonrisa escalofriante.
—¿Tu qué? —pregunto confundida.
—Para ser una loba, no estas muy enterada de tu mundo, ¿no? —divierte y me mira con atención, lame sus labios y cierra los ojos, su nariz se mueve. ¿Me esta olfateando? ¿enserio?
—¿Qué m****a hablas? —respondo perdiendo mi paciencia—, ¡No puedes traerme a un salón abandonado, decirme esas cosas extrañas y luego no responder!
—¡Que borde resultaste ser, gatita! —responde maravillado y yo resoplo.
—¿Gatita? ¿En serio te parezco un maldito gato? —pregunto hecha una furia.
—Si, por lo adorable, además mueves tu nariz cuando estas enojada como uno—responde y quiero golpearlo.
—Vete a la m****a, como sea que te llames—respondo y me pongo de pie, comienzo a caminar hacia la puerta y usa su estúpida velocidad inhumana para interceptarme. Poniéndome entre la puerta y mi cuerpo, ruedo los ojos y golpeo sus rodillas. —, ¿Puedes dejarme en paz?
—Me temo que no, por alguna razón, estas destinada para ser mi compañera para toda la eternidad, Annie—responde con seriedad sin ningún atisbo de diversión. Lo miro sorprendida, ¿Cómo es que sabe mi nombre? ¿Por algo lo pregunto no? ¿Acaso puede leer mi mente? ¡Como en las películas!
—¿Cómo carajo sabes mi nombre? ¡Hace poco me lo preguntaste! —respondo enfadada.
—Quise ser cortes, pero, claro que ya lo sabía—responde con una sonrisa cínica. Ruedo mis ojos—, No puedo leer tus pensamientos Annie, por alguna razón, puedo oír los de todos, menos los tuyos.
—Bah, no me interesa, déjame ir o gritare—amenazo y su risa inunda mis oídos.
—Nadie podría escucharte, estamos en el ala abandonada, cariño—responde—, Aquí no viene nadie desde hace años.
Trago saliva y busco una alternativa, la ventana queda muy alta por lo que saltar me haría fracturarme algunos huesos. Suspiro derrotada, no puedo creer que todo me suceda a mí. Y en mi primer jodida día de clases.
—¿Qué es lo que quieres? —pregunto dándome por vencida.
—Nada, disfruto molestarte. —responde encogiéndose de hombros—, Además, disfruto de tu olor, cariño.
—Lamento arruinar tus planes, pero necesito ir a mis clases—respondo, fulminándolo con mis ojos.
—Como ordene, principessa—responde guiñándome su ojo. Y tal como llegamos a este frio lugar, me regreso a mi salón de clases. Las cuales habían empezado y el profesor ni siquiera noto como fue que entre, mire por la ventana y el estúpido vampiro me miraba con una sonrisa triunfal.
Mi primera clase resulto ser tan aburrida, como escuchar a mi tío hablando de negocios. ¿Por qué en una carrera tan hermosa como el arte tenia que aprender historia clásica? No lo comprendo, un pésimo comienzo, sin mencionar el secuestro de ese vampiro por la mañana. Y pensar que lo creí atrayente, pero como siempre termino siendo un psicópata. Claro que sé que oculta algo, hay un semblante de misterio que lo emana desde que habla y eso tengo que descubrirlo. Suspirando recojo mis utensilios y ajusto mi bolso en mi hombro, camino con rapidez a la puerta evitando la acusatoria mirada de una compañera que no guardo apariencias. Me ha estado lanzando miradas fulminantes y desconozco la razón, no podría imaginar quien es. —¿Acaso te gustaría una fotografía? Creo que duraría mucho más—pregunto en su dirección y rueda los ojos con fastidio
Regresamos a la universidad y nos separamos para ir a nuestras respectivas clases, Mag era estudiante de literatura. Solo coincidíamos en una o dos clases. Suspirando camine hasta mi casillero nuevamente, guarde los libros anteriores y saque los nuevos. Me sentía inquieta y bastante pensativa, el tema de Dante era serio, sabía que la hadita no me mentiría con algo de ese calibre, además que era notorio en su semblante. Lo cual me mantenía alerta, era difícil creer que un chico tan guapo tuviera una mente tan macabra. Mag había aceptado mi propuesta de venganza, me entrometería en la vida de ese idiota y tenía claro que las consecuencias podrían ser graves. Arrastre mis pies por los pasillos atestados de estudiantes, mientras maquinaba mentalmente como acercarme al vampiro, ya que fue obvio mi rechazo hacia él y podría ser sospechoso que ahora fuera amable.—¿Pensando en m&i
Cuelgo la llamada y golpeo con fuerza la mesa, Mar me mira con preocupación y confusión, la pobre no tiene ni idea de lo que esta sucediendo y lo mucho que necesitare su ayuda. ¿Qué más daba? No podía permitir que los matará, no al menos si yo lo sabía. Esa llamada1 podría meterme en serios problemas, parecería que soy su cómplice y claro que Lui tiene jugadas muy sucias. Resoplo y me llevo las manos a mi cabeza, no quiero entrometer a la hadita en esto, no merece oscuridad en su vida.—¿Qué ocurre Annie? ¿A quién matarán? ¿Qué carajos fue esa llamada? —inquiere con una mirada cargada de susto en su puesto, mientras se remueve con impaciencia.—Mar, hay muchas cosas que no sabes de mí, me he codeado de personas muy peligrosas y mis amistades no eran exactamente buenas, están en problemas y si n
Siendo apretujada por el pelirrojo, sus palabras resuenan en lo más profundo de mi mente. ¿En realidad es mi hermano? ¿Cómo es eso posible? ¿Acaso él es hijo de mi padre biológico? No suena tan descabellado si lo pienso bien, parece mi mellizo, es decir, somos tan idénticos que da miedo. Sintiéndome extraña y como si me encontrara en la escena de juego de gemelas, me aleje lentamente del sujeto que no parecía querer soltarme. Lo mire estupefacta y analice cada facción suya, centrándome en sus ojos y lo increíblemente identificada que me sentía al mirarlo.—¿Quién eres? ¿Y qué es eso de “hermana”? —pregunte, citando sus palabras. Él me miro con curiosidad y en seguida me fije en la mirada nerviosa de mi tía, Mia.—¡Cariño! No te escuchamos llegar, ¿Qué tal tu prim
¡Hola! se que me estan odiando por todo el tiempo que llevo sin actualizar, sin subir nuevos capitulos, me disculpo enormemente con todas por tenerlas a la espera. pero acontecieron muchos sucesos que me impedian continuar, pase por una depresion donde necesite mucha terapia y ayuda, no podia concentrarme ni escribir, les agradezco su paciencia, espero que disfruten mucho este capitulo, sin mas, les dejo con la lectura: ****************************************************Cuando la vida te ha golpeado de maneras un tanto drásticas es difícil que algo sea significativo para ti, ya sea porque le disminuyes el significado para autoprotegerte o porque estas cansada de aceptar los golpes y fingir que estas bien. Me sentía confundida y aturdida, me costaron muchas lagrimas y malos momentos, aceptar que Hannah era mi madre, verla tirada en el suelo, perdida en su vicio, mientras le rogaba a cualquier ente presente que no me la quitara, son cosas que jamás podría olvidar, claro que las supe
Como era de esperarse y para nada sorpresa, al llegar al campus de la universidad todos se nos quedaron viendo con detenimiento, ¿Qué era esto? ¿Acaso me encontraba en una película adolescente? Suspirando con resignación, me limite a esperar que se detuviese el auto del chupasangre, el cual me miro con una sonrisa de satisfacción. ¿Le gustaba verme en esta posición? Una muy incómoda, por cierto, siempre he preferido ser perfil bajo.—¿Nerviosa? —pregunta con cinismo, le sonrió con falsedad y luego ruedo mis ojos.—¿Por qué debería estarlo? Ni que fueras la gran cosa, querido—respondo borde, pero con toda la intención de sacarle pica. Su sonrisa se borra y ladea su cabeza, acomoda el retrovisor y se peina un poco su copete.—Eso es lo que mas me encanta de ti hasta ahora, tu jodido carácter. —responde bajándose del auto, usa su velocidad para aproximarse a mi puerta y abrirla como todo un galán. Le doy una mirada confusa, no entiendo si es cierto su coqueteo o lo hace por molestarme, e
cuando era más pequeña, tendría quizá unos diez, solía pensar que Hannah solo estaba confundida y perdida en su mundo de drogas. Claro que, siempre mantuve la esperanza de que se recuperaría, o al menos lo intentaría por mí… luego crecí y madure, congele mi corazón para protegerlo de tontas esperanzas y falsas ilusiones. Y ahora estaba a punto de conocer a mi verdadero padre. Sentada frente a Mar, ni siquiera podía escucharla o prestarle atención, me hablaba de muchos temas a la vez y mi vista estaba fija en ella, pero mi mente divagaba. Por primera vez en años, sentía nervios y mucha ansiedad. ¿Cómo seria él? ¿Acaso me quiere sin nunca haberme conocido? ¿Y si le decepcionaba saber lo que soy? Estaba tan ansiosa, el reloj parecía no querer avanzar y yo no podía evitar mirar las manillas cada cinco segundos. —¿Estas escuchándome? No se ni para que pregunto si es claro que no. —inquiere cruzándose de brazos, agito mi cabeza y la miro con atención. —, ¿en que tanto piensas? ¿Es por lo de
Después del emotivo encuentro, tomé asiento frente a la figura paterna que ahora tenia frente a mí, mirándome atento, estudiando cada movimiento, me sonreía con tanta sinceridad que de alguna manera lograba llenar ese vacío que por tanto tiempo sentí en mi pecho. Me encontraba en una especie de trance, una ensoñación tan mágica y placentera que no quisiera salir jamás. Me acomode en mi asiento luego de que por estar divagando casi hiciera caer las copas de cristal, Damián era muy dulce y atento conmigo, mientras que mi padre parecía querer saberlo todo de mí, ir de espacio no entraba en sus planes al parecer.—Me contó Damián que estudias arte, no sabes lo orgulloso que me siento de que hayas heredado mi talento. —comenta contento, luego de darle un sorbo a su copa, le sonrío en respuesta, se siente bien que admire esa parte de mí, la que más me gusta y aprecio.—Gracias, desde niña siempre disfrute pintar. Ahora sé la razón… —alargue siguiéndole su comentario, me dio un asentimiento